domingo, 18 de mayo de 2025

DON JAIME I EL CONQUISTADOR Y ALFONSO X EL SABIO

 

JAIME I SOMETE MURCIA PARA CASTILLA


Murcia año 1266, el reino de Murcia sublevado contra el dominio castellano, se somete a las armas de Jaime I de Aragón. El reino de Murcia había rendido acto de vasallaje a  Fernando  III de Castilla, tras la capitulación de Alcaraz.

Basándose en estas condiciones las tropas castellanas, al mando del infante Alonso logran ocupar la ciudad de Murcia.

Pero no todos los jefes musulmanes se mostraron de acuerdo con las condiciones pactadas por su régulo por lo que el Infante Alfonso el futuro rey Alfonso X tuvo que llevar a cabo distintas campañas de conquista hasta 1245 con lo que consiguió la rendición de diversas plazas importantes, como Lorca y Cartagena. Sin embargo, a los primeros amagos de repoblación y tras el intento de restauración de la Sede episcopal cartaginense, en esta primera etapa siguió gobernando de facto el musulmán Ben Hud como soberano, aunque sometido a vasallaje de Castilla.

En 1264, en plena sublevación de los musulmanes del sur hispánico y como Alfonso X tuviera que enfrentarse a los rebeldes, el nuevo rey no pudo hacer frente al mismo tiempo a los problemas que presentaba el reino murciano.

Asimismo, esta revuelta estaba apoyada por los meriníes africanos, con las complicaciones se volvían mucho más graves. Todo llevó a  Alfonso X a solicitar la ayuda de su suegro Jaime I, que aceptó y que sugirió al rey castellano que sometiese las revueltas de Andalucía, mientras el se ocuparía de combatir a los sarracenos de Murcia.


En la primavera de 1265 el Infante Pedro que se encontraba en la ciudad de Valencia, se dirigió a Murcia con una numerosa hueste, llevando a cabo en el reino numerosas talas y devastaciones.

En el otoño el monarca convocó a los principales barones para que se presentasen en Valencia equipados para la guerra, aunque, aunque no acudieron muchos de ellos, en particular los aragoneses. El mismo Jaime I llegó también al reino de Valencia a finales de 1265 y realizó en la frontera los últimos preparativos.

El 21 de diciembre se presentó en Elche. Ya desde Alicante llamó a su hijo Pedro y Jaime para que le secundaran. Desde el mismo principio de la campaña, el Conquistador logró una serie de éxitos y las  ciudades situadas entre Villena y Alicante pidieron negociaciones y fueron tomadas.

Poco antes de presentarse ante Murcia, Jaime I tuvo en Alcaraz una entrevista con Alfonso X, en diciembre de 1265 y a primero de enero del año siguiente, Murcia quedó sitiada. Los asediados  pidieron pronto conversaciones y la plaza capituló a principios de febrero.

Una vez sometido el reino Jaime I lo cedería a Castilla según los términos del acuerdo pactado. De todos modos, y en nombre de Alfonso X el rey aragonés favoreció la concesión de grandes señoríos que habían participado en la campaña, sobre todo lo heredamientos de la huerta murciana.

En esta forma de actuar, Jaime I se apartó de la política que había llevado a cabo en la conquista de Valencia y Mallorca, en donde los repartos de tierra se habían realizado en parcelas más pequeñas y más distribuidas entre la masa de los conquistadores.


Por debajo de la capa de la nobleza acudieron algunos menestrales y la mayoría de la población Islámica se quedó a cultivar unos campos que no eran suyos.

En Murcia se construyó un poderoso concejo, que tras serle concedido el fuero de Sevilla, en realidad el Fuero Juzgo, tomó amplias atribuciones  privilegios.






Se diferenciaron aquí cuatro partes distintas, la huerta, la montaña y la zona ribereña del Mar Menor y el Mediterráneo.  



 



 

 

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