JAIME I
SOMETE MURCIA PARA CASTILLA
Murcia
año 1266, el reino de Murcia sublevado contra el dominio castellano, se somete
a las armas de Jaime I de Aragón. El reino de Murcia había rendido acto de vasallaje
a Fernando III de Castilla, tras la capitulación de
Alcaraz.
Basándose
en estas condiciones las tropas castellanas, al mando del infante Alonso logran
ocupar la ciudad de Murcia.
Pero no
todos los jefes musulmanes se mostraron de acuerdo con las condiciones pactadas
por su régulo por lo que el Infante Alfonso el futuro rey Alfonso X tuvo que
llevar a cabo distintas campañas de conquista hasta 1245 con lo que consiguió la
rendición de diversas plazas importantes, como Lorca y Cartagena. Sin embargo,
a los primeros amagos de repoblación y tras el intento de restauración de la
Sede episcopal cartaginense, en esta primera etapa siguió gobernando de facto
el musulmán Ben Hud como soberano, aunque sometido a vasallaje de Castilla.
En 1264, en plena sublevación de los musulmanes del sur hispánico y como Alfonso X tuviera que enfrentarse a los rebeldes, el nuevo rey no pudo hacer frente al mismo tiempo a los problemas que presentaba el reino murciano.
Asimismo,
esta revuelta estaba apoyada por los meriníes africanos, con las complicaciones
se volvían mucho más graves. Todo llevó a
Alfonso X a solicitar la ayuda de su suegro Jaime I, que aceptó y que
sugirió al rey castellano que sometiese las revueltas de Andalucía, mientras el
se ocuparía de combatir a los sarracenos de Murcia.
En la
primavera de 1265 el Infante Pedro que se encontraba en la ciudad de Valencia,
se dirigió a Murcia con una numerosa hueste, llevando a cabo en el reino
numerosas talas y devastaciones.
En el
otoño el monarca convocó a los principales barones para que se presentasen en
Valencia equipados para la guerra, aunque, aunque no acudieron muchos de ellos,
en particular los aragoneses. El mismo Jaime I llegó también al reino de
Valencia a finales de 1265 y realizó en la frontera los últimos preparativos.
El 21 de
diciembre se presentó en Elche. Ya desde Alicante llamó a su hijo Pedro y Jaime
para que le secundaran. Desde el mismo principio de la campaña, el Conquistador
logró una serie de éxitos y las ciudades
situadas entre Villena y Alicante pidieron negociaciones y fueron tomadas.
Poco
antes de presentarse ante Murcia, Jaime I tuvo en Alcaraz una entrevista con
Alfonso X, en diciembre de 1265 y a primero de enero del año siguiente, Murcia quedó
sitiada. Los asediados pidieron pronto
conversaciones y la plaza capituló a principios de febrero.
Una vez sometido el reino Jaime I lo cedería a Castilla según los términos del acuerdo pactado. De todos modos, y en nombre de Alfonso X el rey aragonés favoreció la concesión de grandes señoríos que habían participado en la campaña, sobre todo lo heredamientos de la huerta murciana.
En esta forma de actuar, Jaime I se apartó de la política que había llevado a cabo en la conquista de Valencia y Mallorca, en donde los repartos de tierra se habían realizado en parcelas más pequeñas y más distribuidas entre la masa de los conquistadores.
Por
debajo de la capa de la nobleza acudieron algunos menestrales y la mayoría de
la población Islámica se quedó a cultivar unos campos que no eran suyos.
En Murcia
se construyó un poderoso concejo, que tras serle concedido el fuero de Sevilla,
en realidad el Fuero Juzgo, tomó amplias atribuciones privilegios.

Se
diferenciaron aquí cuatro partes distintas, la huerta, la montaña y la zona ribereña del Mar Menor y el Mediterráneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario