lunes, 26 de mayo de 2025

LUCHA CONTRA LOS INVASORES ALMOHADES.

 


                  Los paisajes  de Despeñaperros nos aparecen en el viaje desde el tren con  sus vistas y panoramas inolvidables de aquellas montañas con olor a jara, piñas y romero,  desde  Peñalajo, Las Correderas, Vilches, Calancha, Santa Elena y Vadollano  y  cómo no podía ser de otra manera  con sus historias reflejadas en sus montañas y encinares.

SANTA ELENA EN  LA FOTO DE ARRIBA - LA  DE ABAJO LA  DE VILCHES


Febrero de 1212 ya empiezan a llegar a Castilla con sus respectivas huestes los primeros caballeros ultramontanos con firme propósito y decisión de participar en la Cruzada convocada por Alfonso VIII contra los invasores Almohades en la Península Ibérica. 

La amenaza almohade de una guerra santa asusta sobremanera  a los reinos cristianos de la Península que no hacen nada para evitarla, pero solo en un principio.

El contingente invasor, queda  constituido casi por 300.000 soldados. Se han reunido en Sevilla en 1211, se ha formado en respuesta a la llamada  en 1209  por el general musulmán al Nasr declarando la guerra santa. (las cifras parecen muy exageradas pero se trata de la Edad Media en la que todo se exageraba),  para no caer en falta. 

Cuando en septiembre de 1211 cae en poder almohade la fortaleza de Salvatierra siendo defendida por la Orden de Calatrava, el peligro parece ya inevitable y el monarca castellano Alfonso VIII, aprovecha el miedo creado por los almohades, pidiendo al Papa  una bula decretando la cruzada contra los almohades en la Península Ibérica, con igual importancia  que tuvieron las  Cruzados de Tierra Santa.

El Papa Inocencio III concede a Alfonso VIII su petición  y se prevé que la ofensiva cristiana tendrá lugar en el verano de 1212 la  llamada  cruzada se extiende por toda Europa, atrayendo la atención ante la posibilidad de conseguir indulgencias  para asegurar la buena organización de la campaña., el Papa ordena guardar tregua a todo el que tenga cuestiones pendientes con el rey castellano, bajo amenaza de excomunión.

Los emisarios castellanos se dirigen a todas las cortes europeas, llevando las condiciones de la cruzada, así como la promesa de Alfonso VIII de pagar sueldo y avituallamiento a los caballeros que acudan a la Península así como a las tropas que les acompañen.

Como lugar de la asistencia  se fija la ciudad de Toledo, siendo el 31 de mayo de 1212 el último día de plazo para acudir a tan importante y magna solicitud de la cristiandad. 

Mientras no llega a Toledo el rey castellano los caballeros cruzados se encuentran a las órdenes del Arzobispo de la ciudad Rodrigo Jiménez de la Rada, que se convierte también en historiador del magno acontecimiento.

Los primeros extranjeros en llegar fueron los franceses que aparecen en febrero de 1212 con figuras tan importantes como los arzobispos de Narbona y Burdeos, así como el obispo de Nantes,  los franceses agrupan a 2000 caballeros con  sus pajes de lanza, 10.000 soldados de a caballo y 50.000 peones, a todo ello se unen las huestes de Sancho VII  con sus 60.000 navarros, y los 50.000 aragoneses aportados por Pedro II el Católico.

Mientras tanto  los soldados ultramontanos inician sus primeros hechos de armas por su cuenta y toman como objetivo a la comunidad judía de Toledo, algo anormal en las cruzadas,  a tal desmán pone fin el aragonés de Pedro el Católico y Alfonso VIII.

Por fin en el mes de junio se inicia la campaña que tras  la toma de Calatrava y Malagón, y a principios de julio, los cruzados ultramontanos abandonan las armas, se cuenta que fueron obligados por el calor sofocante y la sed, a ello habría que  añadir el poco botín  de poder  conseguir.  

Gracias a esta deserción, todo el honor y gloria prometido por el Papa Inocencio III y conseguido  tras la batalla de las  Navas de Tolosa el día 16 de julio de 1212 quedaron en manos hispanas. .


                                     MOVIMIENTOS PREVIOS A LA BATALLA  

El ejército cristiano estaba citado el día 20 de mayo de 1212 día de Pentecostés y se puso en camino el día previsto hacía el Sur al encuentro de la huestes Almohades. Durante la marcha inicial tras la toma del castillo de Malagón y el de Calatrava, se produjo la deserción de casi todos los caballeros ultramontanos.

Todavía y a estas alturas de la vida no se saben los motivos. Según la estimación de testimonios de Alfonso VIII para excusarse ante el Papa Inocencio III. La deserción se produjo por el excesivo calor y abundando en la existencia de muchas incomodidades y la prohibición de matar a personas     que nada tenían que ver con esta guerra ya que los ultramontanos,  sin compasión  le dieron muerte a una secta de Judíos y que Alfonso VIII tuvo que poner veto prohibiendo esta clase de hechos,  las crónicas castellanas señalan que la  causa se debe a desacuerdos entre los ultramontanos y la política permisiva hacía la vida de los vencidos en Castilla, Navarra y Aragón.                                            

Las tropas ultramontanas ya habían causado disturbios en Toledo, los caballeros cruzados ultramontanos habían pasado a cuchillo a toda la guarnición de Malagón, tras la conquista, cuando la previsión habitual existente era forzar una capitulación y permitir que los almohades se           marcharan, inncluso que vivieran entre castellanos pero en paz. 

En la posterior toma de la fortaleza de Calatrava la Vieja, Alfonso VIII pactó con los miembros de la guarnición no matarlos, impidiendo lo ocurrido                       anteriormente en la toma de Malagón.

Almarrakin II historiador musulmán corrobora la versión de que fueron los franceses y gente de cruzada. Alfonso VIII escribió al Papa Inocencio III         explicando que el abandono de los cruzados se debió al desgaste físico      causado por el intenso calor, estas gentes que solían vivir en sombras de    regiones templadas, quizá el rey castellano no quiso mostrar excesivo rigor con los caballeros cruzados y convocados por el Papado. La deserción de los     ultramontanos fue masiva, solo eligieron quedarse 150 caballeros entre los         cuales se pueden citar a varios nobles de la Diócesis dee Vienna y de la                                                    región de Poiton.  


Parte del Languedoc con el Arzobispo de Narbona Armadlo a la cabeza ya que muchos de su señores eran vasallos o aliados de Pedro II Las               tropas cristianas se encaminaron hacia la zona rasa en que se                          encontraban acantonados los musulmanes. 


Es decir, Navas de Tolosa o llanos de La Losa, puntos cercanos a la localidad        de Santa Elena (donde se ha abierto un Centro de Interpretación de la                         Batalla), al noroeste de la provincia de Jaén.
 
La previsión era, pues, librar una gran batalla campal. Sin embargo, An-Nasir decidió cortar el acceso del enemigo al valle, y para ello situó hombres en            puntos clave, de forma tal que los cristianos quedaran rodeados por                 montañas y, por tanto, con una muy limitada capacidad de maniobra. 


A pesar de todo, los cristianos consiguieron superar la adversidad y harían el movimiento de aproximación al enemigo por el oeste, a través de un paso llamado Puerto del Rey, que les permitió cruzar la sierra para luego, en terreno llano, marchar contra el rival. 

Cuentan las crónicas castellanas que, quien reveló a las tropas de Alfonso VIII de la existencia de una senda alternativa fue un pastor local, a quien algunos autores identifican con Martin Alhaja, mientras que otros relatos                 atribuyen la revelación del paso a San Isidro, y se formó la clásica                   polémica que generó encendidos debates en el siglo XVIII. 


El cuerpo de vanguardia iba dirigido por Diego López de Haro señor de Vizcaya y alférez mayor del rey Castellano y en él se integraban los ultramontanos, hasta que optaron desistir y marcharse.

Las tropas cristianas se encaminaron hacia  zona rasa en  que se encontraban acampados los musulmanes, es decir en las Navas de Tolosa, ya que la palabra "navas" hace alusión a llanura, en éste caso los llanos de La Losa y punto cercano a la población de Santa Elena, donde en la carretra nacional IV Pepe El Facha, tiene su establecimiento desde tiempo inmemorial y atiende con sumo afecto a toda  su clientela que no es poca. 
 

La previsión musulmana era librar una gran batalla campal de forma que los cristianos pudieran quedar poco más o menos   que atrapados y  rodeados por montañas y por tanto con muy  poca y escasa capacidad de acción y maniobra.         

                     

La Batalla de Las Navas de Tolosa  ha salido a la palestra infinidad de veces  hasta  para párvulos, no obstante eso no quiere decir que aunque ya no exista aquel antiguo libro llamado  Catón, para niños de primaria, no volvamos a darle un repasito,  aunque solo sea por una vez al año para  recordar las antiguas y exageradas crónicas y  leyendas medievales que  a nuestra historia gloria y fama dieron. 

El día 11 de julio los cristianos se dirigieron hasta el puerto del Muradal y acamparon en las fresnedas con un destacamento a la altura del puerto para reconocer el terreno, estos expedicionarios desde lo alto del Muradal avistaron el castillo del Ferral, allí  se había instalado la avanzada almohade vigilante del desfiladero de la Losa. 


Los dos ejércitos estaban separados solamente por el desfiladero de la Losa, custodiado por los almohades. La situación de los cristianos era delicada ya que avanzar hacía el ejército almohade era suicida, no había solución alternativa y cuando ya nadie sabía que hacer se produjo el milagro, se cuenta según la tradición  que un pastor llegó hasta donde se encontraba  el rey Alfonso VIII, informando que él conocía un paso no vigilado por los almohades, entonces Diego López de Haro y un destacamento de exploradores acompañando al pastor.


Gracias al pastor las tropas cristianas pudieron pasar sin ser advertidas por los almohades, pudiendo pasar hacia el Puerto del Rey y el Salto del Fraile, al día siguiente el grueso del ejército levantó el campamento y vino a situarse en el lugar llamado Mesa del Rey, ahora  los dos inmensos ejércitos quedaban uno frente al otro 

   La versión de la crónica latina de éste episodio es algo distinta y aquí                                                   abajo la transcribo.
 

<<Solamente permaneció en la tienda el rey glorioso. varón noble, prudente, valeroso fiel del rey de Aragón. Envió entonces Dios bajo la apariencia de pastor a uno que, hablando en privado al rey glorioso, le prometió que indicaría a quien él ordenara un lugar muy cercano por donde  todo el ejército pudiese atravesar sin peligro aquellos altísimos montes>>. 

El rey se alegró muchísimo, llamó a sus soldados y con la guia del pastor, llegó  cuando el sol ya se ocultaba a cierto lugar, desde donde vio con sus propios ojos lo que el pastor le había dicho. 

Se cree por los que juzgan con rectitud que no era un puro hombre, sino alguna virtud divina que, en tanta angustia, ayudó al pueblo cristiano, ya que por una parte, tantos adalides, tantos pastores, tantos hermanos de Calatrava discurrían a menudo por aquellos lugares y, sin embargo ninguno de ellos sabía algo de aquel lugar y, por otra no compareció posteriormente el pastor. Guardaron silencio aquella noche. Muy de mañana se  divulgó la noticia en los campamentos. 


Todos se llenaron de gran gozo y levantando los campamentos pasaron en el mismo día del sábado los lugares escarpados de los montes y las concavidades de los valles y descendiendo a la planicie acamparon  frente a los campamentos del rey marroquí .

Cuando los moros vieron los campamentos cristianos de llenaron se llenaron por igual de estupor y de terror.

A la mañana siguiente, en el día del Señor, los moros salen al campo preparados para luchar, pero los cristianos, para quienes tal día era de descanso se limitaron a defender sus tiendas.Los moros, ensoberbecidos, daban vueltas como locos por todos los sitios llegando hasta las tiendas de los cristianos, pero dándose cuenta que éstos no querían luchar aquel día, y volvieron como vencedores con su rey al lugar de sus campamentos. El gran enfrentamiento se produciría al día siguiente lunes.

 Más allá del detalle de la formación de las líneas de combate se refleja que despegadas las líneas, llegaron todos como uno solo hombre al punto decisivo del combate. Los primeros en entrar en lid en la formación de Diego López de Haro, fueron su hijo y sus sobrinos, y añade la crónica latina <<se atacan, se lucha cuerpo a cuerpo con lanzas, espadas y mazas, y no hay lugar para los saeteros.

El rey marroquí huye. Las tiendas de los moros se convierten en sepulcros de muertos, Los que huyeron estaban dispersos, por los montes como ovejas sin pastor y donde eran hallados los mataban. ¿Quién puede contar cuantos miles de moros cayeron aquel día y descendieron a las profundidades del infierno?.

        De los cristianos, sin embargo murieron poquísimos en ese día.

Hartos los cristianos con la efusión de la sangre de los moros y cansados del peso de las armas, del calor y de la excesiva sed, volvieron al caer el día, a los campamentos de los moros y descansaron allí aquella noche, encontrando en abundancia vituallas que necesitaban.

Por su parte, el ejército almohade presentaba también tres cuerpos, en el primero un núcleo de tropas ligeras, en el segundo el heterogéneo conjunto del ejército integrado por voluntarios de todo el imperio, y el tercero en la retaguardia, los almohades propiamente dichos ocupando la ladera del Cerro de los Olivares en cuya cima estaba  la emblemática tienda roja de campaña   en el centro de una fortificación  construida por una amplía empalizada de troncos unidos y reforzados por cadenas defendidas por una nutrida guardia de voluntarios armados de picas, arcos y hondas, muchos de ellos atados por las muslos, además  tenían predominio de armas arrojadizas; enormes reservas de flechas y venablos, que cayeron sobre los cristianos.



El arzobispo de Narbona calculó que dos mil acémilas, no serían suficientes para transportar las cajas de flechas encontradas más tarde. Al parecer, en Las Navas combatieron diez mil arqueros de la tribu turca Agzaz la cual había llegado al imperio almohade, vía Egipto, unos veinticinco años atrás.

El padre de Al. Nasir, el vencedor de la batalla de Alarcos uno de los más expertos generales de su tiempo los incorporó a su ejército y les pagaba espléndidamente. El secreto de los arqueros turcos radicaba en sus arcos especialmente potentes y en la táctica que empleaban podían disparar con el caballo al galope y en cualquier dirección. En Siria y Palestina fueron la pesadilla de los cruzados hasta que estos desarrollaron tácticas capaces de contrarrestar sus ataques.

Cristianos y Almohades empleaban tácticas militares  distintas. Frente al formidable bloque de la caballería cristiana que cargaba formalmente en compacta formación. Los musulmanes oponían tropas ligeras capaces de dispersase ágilmente para envolver rápidamente al enemigo y devolver el golpe en sus puntos vulnerables; la retaguardia y los flancos.

Algo parecido ocurrió en Alarcos, los almohades desorganizaron las tropas de los concejos que formaban las alas del ejército castellano y rodearon el núcleo de la caballería atacándolo por los lados. Pero en Las Navas, Alfonso VIII dispuso que los concejos combatieran mezclados con guerreros profesionales, freires o  caballeros, y además reforzó los bordes exteriores de las alas.

En esta ocasión, el plan de combate de los reyes cristianos tuvo en cuenta la experiencia de los cruzados de Siria y Palestina El plan almohade era simple, tópico y efectivo.

Primero sus tropas ligeras cansarían y desorganizarían al enemigo. En vanguardia irían sus peores tropas, la masa de fanáticos voluntarios árabes, bereberes y andalusíes atraídos por la yihad, aspirantes a ganar el Paraíso.

Por parte de los cristianos cuando se dirigían hacía Sierra Morena, reinaban los recelos entre la guarnición andalusí debido a la ejecución de Ibn Cadis, el jefe de las filas musulmanas en la fortaleza de Salvatierra, al que los cristianos dejaron marchar a cambio de rendir la plaza, quien apenas llegado a territorio almohade fue degollado por orden del sultán, lo cual influiría negativamente en la moral de las tropas andalusíes durante la batalla 

En cualquier caso, mientras los cristianos persiguieran a esta tropa hasta posiciones desventajosas para ellos los arqueros de Al-Nasir  se lanzarían a muerte a las líneas castellanas. Luego entrarían  en combate los almohades para dar el golpe de gracia. Si alguna carga de los cruzados llegaba hasta el cuerpo de retaguardia almohade, las formidables defensas de su palenque y la guardia bastarían para detenerla. 

El día 16 de julio, formados los ejércitos frente a frente, Diego López de Haro, cargó por la pendiente de la Mesa del Rey abajo al encuentro del enemigo.Terreno difícil, cubierto de monte bajo, arbolado y tajado por un barranco. Las avanzadas musulmanas que salieron a su encuentro rápidamente se dispersaron dando la impresión que emprendía la huida, los cristianos prosiguieron su galopada hacía los altozanos donde se apostaba una gran cantidad de tropa enemiga y en esas laderas se produjeron los primeros choques    

Finalmente, la vanguardia cristiana se había desorganizado por completo ante el empuje almohade. Todo parecía desarrollarse de acuerdo con la estrategia musulmana  de antaño y desde su puesto el rey Alfonso VIII contemplaba entre la polvareda lejana la entrada de banderas de sus tropas. 

Creyó  distinguir el pendón de Diego López de Haro y dijo al arzobispo de Toledo, que estaba a su lado mirad <<Mirad cómo vuelve la seña de don Tomás Rodaja,    le replicó <<Cierto, no es aquella la señal de don Diego, más mirad adelante y veréis a vuestra seña y don Diego con la suya>> 

Los que huyen son villanos pero  ya era  evidente que las primeras líneas cristianas estaban a punto de sucumbir y envueltas por la  caballería ligera del enemigo,  no tardó mucho tiempo el ejército musulmán para ir cediendo progresivamente en  el envite hasta que la huida se hizo en general  y extensiva al resto de toda  aquella tropa y el rey de Castilla Alfonso VIII y sus huestes se quedaron con el honor y la gloria  de aquella memorable victoria.  

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario