martes, 29 de julio de 2025

LA CORTE DEL REY ENRIQUE IV DE CASTILLA

 

                                                         Enrique IV de Castilla el rey impotente. 

Madrid, 1456. Enrique IV instala su corte en la villa, donde prosigue con sus costumbres licenciosas, signo de su reinado y del ambiente social que le rodea. Si Juan II arruina el reino, su sucesor supera su labor conduciendo Castilla a una verdadera anarquía, tanto en el aspecto económico como en el social. A Enrique IV han llegado a definirlo, no como a un pervertido, ni un tirano, sino como <<un benigno imbécil que se dejaba maltratar y robar su hacienda.

El reinado de Enrique IV resulta totalmente nefasto para la economía. Para evitar conflictos dada su debilidad, agota el tesoro de la corona y comienza a enajenar la hacienda real. Cuando ya no le quedan castillos que regalar a los recién ascendidos a hidalgos con los que desea sustituir a la antigua nobleza, comienza a conceder licencias para la apertura de cecas.

De este modo se pasa rápidamente de la existencia de cinco cecas en Castilla a la de 180. Incluso los plateros y los artesanos llegan a fabricar monedas en su casa; los calderos de cobre desaparecen del mercado ya que se aprovechan para fundir monedas, lo que conduce a que el maravedí pierda vertiginosamente su valor.

El sistema trueque vuelve a imponerse en Castilla ante la grave crisis monetaria. En el campo militar, Enrique IV aparece más juicioso, sus campañas contra el moro granadino se dirigen más contra sus viñedos y campos que contra enemigos de origen árabe ya que considera que la vida de un hombre es demasiado valiosa para ponerla a prueba en batallas.


Esta actitud provoca la incomprensión y la insubordinación de sus tropas, que toman Castilla como campo de actuación para sus desmanes. Finalmente, la moral de la corte acaba imponiéndose a las demás capas sociales. Enrique IV es más tarde acusado de impotencia, lo que se atribuye a los excesos sexuales que cometió en su juventud, pero ello no frena su conducta.

Por el contrario presenta públicamente a sus amantes, a las que luego coloca adecuadamente como a una tal Guiomar, que nombra priora de una orden religiosa. Incluso se le hace sospechoso de homosexualidad relacionándolo con Juan Pacheco, pero esto  fue una acción no probada,

 

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