Mallorca,
31 de diciembre de 1229, las tropas de Jaime I conquistan, al asalto la ciudad
de Mallorca a los musulmanes, lo que supone uno de los grandes momentos de la
expansión catalana por el Mediterráneo.
El
proyecto de conquista de las Baleares se sustenta sobre la base de la necesidad
de restablecer el orden en Cataluña y Aragón y de acabar con las revueltas
nobiliarias; a ello se suma el empuje del retroceso almohade en la Península y
en el Mediterráneo occidental, tras la derrota musulmana de las Navas de Tolosa
(1212). Tras esta conquista las ciudades se recuperarían económicamente y todos
los estamentos saldrían beneficiados.
La
nobleza reharía sus rentas al crearse nuevas fuentes de ingresos, los barcos y
mercaderes catalanes a los que se unen los ciudadanos de Marsella y Montpelier,
no sufrirían la piratería mallorquina; los comerciantes conseguirían establecer
unas bases importantísimas en el centro del Mediterráneo occidental facilitando
de esta manera la navegación y las relaciones con el norte de África, y la monarquía
su poder.
La expansión
naval y comercial catalana cuenta con el reconocimiento y la protección de
Jaime I que ya en 1227 dicta una serie de medidas como la de favorecer el
transporte de mercancías barcelonesas que se dirigieran al norte de África o al
Mediterráneo oriental en buques barceloneses mientras los hubiera disponibles.
La isla
de Mallorca, en poder musulmán desde 903 y convertida en un importante centro
comercial, además de un foco de piratería incita al ataque catalán.
Los
preparativos de la empresa mallorquina se inician a finales de 1228 cuando tras
reunir Jaime I. cortes en Barcelona, se consigue un compromiso para financiar
los gastos de la conquista.
Los leridanos
aceptan participar en la empresa, no así los aragoneses que se quedan al margen;
únicamente se cuenta con la participación de algunos magnates y caballeros de
Aragón a título personal. La expedición dispuesta para la conquista de Mallorca
está formada por unas 150 naves, 800 jinetes y varios miles de infantes.
Aprovechando
la incapacidad de lo musulmanes de la Península y del norte de África,
enfrascados en plena guerra civil para ayudar a Mallorca, los catalanes zarpan
de los puertos de Salou, Tarragona y Cambrils el 5 de septiembre de 1229.
Las
tropas de Jaime I el 8 y 9 de septiembre del mismo año de 1229 el puerto de su Palomera.
Sin la oposición de la flota mallorquina, el desembarco se efectúa en Santa
Ponca. Los refuerzos de los isleños se
concentran en impedir el avance expedicionario hacía la capital, pero
las victorias catalanas del Coll de esa
batalla el 12 de septiembre, y porto Pi, al día siguiente dan paso al asedio de
Medina de Mallorca .
La plaza
ofrece una gran resistencia que se prolonga hasta el 31 de diciembre cuando es
tomada la ciudad por asalto. A partir de aquí el resto de las islas Baleares no
tardaran en caer bajo el dominio catalán.
--------------------------ooo-----------------------------------