Martes día 20 de Abril de 2021
HOSPITAL
DE SAN JUAN DE DIOS-AVENIDA DEL BRILLANTE-ESCULTOR FERNÁNDEZ MÁRQUEZ-ARÉA DE LA
NATURALEZA-PARQUE DE LA ASOMADILLA-LA PASARELA-BARRIO DEL NARANJO-DEAN
FRANCISCO JAVIER-ROTONDA ROSA DE SIRIA-DESCENSO HACIA LA PALOMERA Y SU
PIRAMIDAL FUENTE-SENDERO ARROYO PEDROCHES-Y SUS SOTOS-SUBIDA AL PUENTE DE
HIERRO- VILLA JULIANA Y SUS CUADRAS DE CABALLOS-MIRABUENO Y REGRESO POR
PARECIDO Y SIMILAR ITINERARIO QUE LA IDA. PASOS 26.837.
SENDERISTAS.-Avrelivs en solitario.
Ayer
martes día 20 terminó la 20ª sesión de
rehabilitación de terapia en el dedo pulgar mano izquierda en el Hospital de
San Juan de Dios, el próximo martes día 27 tengo que asistir a consulta médica con
el Traumatólogo para la correspondiente revisión, las circunstancias que concurren de movilidad en este dedo no son muy halagüeñas, tengo la impresión que van a proseguir por más
tiempo estas sesiones de rehabilitación,
a no ser que ya no se pueda hacer más de
lo que se ha hecho, ya veremos, lo importante es que el dedo quede
bien.
A la
salida del Hospital de San Juan de Dios en torno a las 10 h. ya iba preparado con los dos
palos metálicos y las botas para caminar por el campo, de modo que tomé la
marcha de la carretera del Brillante hacía
abajo, luego y al llegar a la calle
Escultor Fernández Márquez, doblé hacía ella para introducirme a través de sus jardines y sus
rosaledas, en este tiempo primaveral son una belleza.
Quien diría
que por estos mismos jardines hace muchísimos años estuvo emplazada la vía línea Córdoba-Almorchón, si bien existe en
este jardín como recuerdo un pequeño monolito que contiene un mosaico con una pintura de antigua locomotora de vapor, en la parte inferior casi a ras del suelo tiene una cartela en la
que indica poco más o menos las fechas
en que este ferrocarril estuvo en servicio, lamentablemente está ilegible ya
que la hierba se ha introducido en el
interior y precisa de su apertura para realizar la limpieza y saneamiento.
Al término
de estos jardines se encuentra el Área de la Naturaleza en el Parque de la Asomadilla, donde los aficionados a la agricultura
disponen de un trozo de tierra, lo tienen maravillosamente cuidado y mejor
trabajado y cavado, sin duda tratado con
buenos abonos y fertilizantes así como buen riego, en esos pequeños huertos proliferan,
las cebollas y ajos, las patatas, las coles, las lechugas y las
habas, también se aprecian en estado de
crecimiento las planteras de pimientos, tomates
y berenjenas,
Más
adelante y en este hermoso Parque de la Asomadilla suelen asistir con cierta
frecuencia dos grupos de personas de
sexo femenino con muchos años encima para
hacer gimnasia o yoga, esto va proliferando, son dirigidas por un maestro y en otro
lugar hay otro grupo más reducido dirigido por una maestra,
la gimnasia y el yoga están de moda, es bueno su práctica para la salud, a ver
si los hombres espabilamos y copiamos,
en este Parque hay sitio para todos.
A través de la moderna Pasarela Metálica abandoné el Parque para caminar en busca del Barrio del Naranjo, entrando en él a través calle Deán Francisco Javier, es curioso lo que ocurre con las rotulaciones de las calles, en una punta de esta calle el rótulo callejero indica Deán Francisco Xavier, mientras en la otra punta la rotulación lo hace del modo que primero se ha indicado.
Más
adelante se encuentra la Rotonda Rosa de Siria y su bonito jardín, aquí abandoné terrenos
urbanos para adentrarme hacia terrenos rústicos a través de la vereda o camino que conduce al Castillo del
Maimón que pronto abandoné para ir en busca de la Palomera Baja y su piramidal Fuente.
Para
llegar a este lugar donde está la fuente que vierte el agua hay que descender algunos
metros y adentrarnos por la espesura que producen las zarzas y algún que otro
fresno de mucho porte, allí abajo es el lugar para llenar las cantimploras de
agua, la estructura de esta fuente como antes se ha dicho es de forma piramidal.
Caminar
por estos solitarios parajes y solamente a ciertas horas supone todo un lujo, especialmente durante este tiempo primaveral, aquí los ailantos han
crecido de forma muy espectacular conjuntamente
con otros árboles de distintas especies, entre todos han llegado a formar entre si pequeños bosques proyectando sombras hacía el arroyo y sus zarzas que dan cobijo a una inmensidad de pájaros silvestres, especialmente a los ruiseñores que con sus
continuas sinfonías melodiosas ponen en
el aire las notas musicales, si señor todo un regalo para el oído, yo procuro no perdérmelo ningún
año.
Más
adelante enlacé con el sendero del Arroyo Pedroches, hay quien lo pronuncia en singular pero a mi especialmente me gusta pronunciarlo en plural, por el fui caminando
largo rato escuchando el canto de los pájaros, luego llegando a la altura Finca de la Trinidad
di media vuelta para andar lo ya andado otra vez, después y llegado su momento crucé el arroyo de la Palomera debajo del Puente
de Hierro y me propuse subir a este a través de una vereda solamente apta para
las cabras, una vez allí arriba pude extasiarme viendo los paisajes que a la
vista se ofrecen.
Allí
arriba pude escuchar los campanazos de la hora del ángelus, lo que no se es de
donde procedían, seguidamente di media vuelta
para hacer el camino de regreso, unas veces a través caja de la vía de la
que solamente queda el balasto silíceo, otras a través de una veredilla que los senderistas y ciclistas han logrado hacer a base de golpes de botas y rodadas de bicis.
Al llegar
a la finca llamada Villa Juliana me detuve un momento para ver a los caballos en
aquellas rudimentarias cuadras, no estaba mi preferido caballo llamado para mi como Gonela, seguramente estaría
en alguna otra cuadra que hay algo más allá, yo continué mi camino adelante pasando junto
a lo que queda de aquel Apartadero de Mirabueno, allí me acordé del Factor de Circulación
Sr. Ramos Subiri y de su temor obsesivo con el Puente de Hierro,
ya que los niños en sus juegos solían poner obstáculos en la vía en este puente, luego me crucé con un abuelito lugareño que ya me conoce de otras veces, pegamos la
hebra un buen rato hablando de la lluvia
caída el otro día y de la buena falta
que hace que llueva, le dije al hombre, me alegro mucho de verle - que
siga usted bien y tras cruzar aquellas modernas urbanizaciones de la barriada de Mirabueno enderecé el rumbo y aurrera hacía el camino de casa.
¡¡¡HASTA OTRA OCASIÓN!!!
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