viernes, 31 de mayo de 2019

MARCHA DEL JUEVES DÍA 30 DE MAYO A TRAVÉS DE LOS SENDEROS DE TRASSIERRA Y DE LOS TORREONES DEL BEATO Y SIETE ESQUINAS


                 
                                   Córdoba, jueves día 30 de Mayo de 2019

DESPLAZAMIENTO EN EL BUS DE LAS 7,15 H. HASTA EL CRUCE DE TRASSIERRA  (GASOLINERA) -LUGAR DONDE INICIAMOS UNA MARCHA SENDERISTA CIRCULAR  EN TORNO A LOS 18 KM. A TRAVÉS    DE :


1).- SENDERO  PR-A 343-(2) TORREHORIA-(3) CAÑO ESCARABITA-(4) FUENTE DEL ELEFANTE-(5) VEREDA PASADA DEL PINO- (6) BAÑOS DE POPEA- (7) RÍO GUADIATO Y SU RIBERA- (8) DESEMBOCADURA ARROYO BEJARANO- (9) RIBERA ARROYO BEJARANO-(10) MINAS DEL MARTINETE-(11) PRIMER VENERO O NACIMIENTO DEL ARROYO BEJARANO- (12) VEREDA CAÑADA DE LA CORREA (13) VEREDA TORRE DEL BEATO-(14) VEREDA TORRE DE LAS SIETES ESQUINAS-(15) m  CARRETERA CO 3314 Y 3402 HASTA LLEGAR AL  LUGAR DE INICIO DE LA MARCHA PARA SALIR HACIA CÓRDOBA EN EL BUS DE LAS 12,45. EN LA GASOLINERA DEL CRUCE


SENDERISTAS.-Avrelivs- Juan Ruiz- Antonio Rodríguez-Antonio Espejo y Agustín López
                                                      

Para la realización de esta marcha nos desplazamos en el Bus de las 7,15 con destino Santa María de Trassierra para apearnos a las 7,40 en el lugar  conocido como el Cruce donde se inicia la caminata a  través del Señalizado Sendero PR-A 343 que procede de la Vereda de Trassierra llamado Camino de Turruñuelos.


Se trata de un sendero señalizado y cuya extensa vegetación compuesta de madroños, lentiscos, quejigos y brezos y durillos llegan a formar  un arco en todo                                           su recorrido donde                                                difícilmente penetran                                      los rayos solares

Este sendero discurre con frecuentes subidas y bajadas  que  finalizan  en el punto más elevado de  unos 500 metros de altitud, a continuación le sigue una bajada en forma de caracolillo, luego hay un puente de madera sobre un arroyo y descendemos a través de este,  continuamos adelante bajando hasta llegar a la Urbanización Torrehoria, desde aquí existen diversas alternativas de continuidad, bien hacía el Cortijo del Caño Escarabita o hacia la Fuente del Elefante y la carretera que conduce a Santa María de Trassierra,
                                                    

        
                                               


                                                                

Nosotros optamos por visitar el lugar conocido como  Fuente del Elefante, allí  nos detuvimos con brevedad curioseando los antiguas canales y acequias y el discurrir  de sus aguas  de aquello que en otros siglos fuera llamado el Valle de Las Rosas,  en la actualidad es un  paradisíaco y  bonito lugar lleno de historia ,  le echamos un  vistazo a la réplica del  elefante que en siglo X sirviera de surtidor de agua en una almunia o palacio de recreo..




El  original  está a salvo del vandalismo callejero en el patio del Museo Diocesano,  no nos parece justo el lugar donde está ubicada la réplica,  resaltaba bastante más bonito el antiguo sitio, pero para gustos los colores, está claro y muy claro  que aquello parece una corraleta de pésimo gusto pero  eso es lo que hay y tenemos.
                                                                        
                                                                          
                                                                

                                           


Una vez realizada la visita continuamos con nuestra marcha para ir en busca de la Vereda Pasada del Pino y llegado su momento descender a Los Baños de Popea:, a lado derecho de esta vereda  hay un Cortijo  cuyo nombre es muy   cervantino pues se llama ni más ni menos que Quijote, suponemos hacer   alusión al de La Mancha y al Caballero de la Triste Figura. 
.                                          Los Baños de Popea son un tramo natural de pequeñas cascadas y saltos de agua que se alternan con pequeños remansos siguiendo el curso del arroyo del Molino hasta su desembocadura en el Río Guadiato

                                                

Caminando por la ribera de este río Guadiato se van encontrando restos de antiguos molinos en su mayoría de época árabe siendo el que reúne mejores condiciones el llamado Molino del Molinillo.



Estos molinos medievales permitían fabricar harina en grandes cantidades para la Córdoba califal del siglo X, que se estima con una población bastante numerosa de habitantes, de las más importantes de la época en Europa y podían encontrarse a lo largo de todo el Guadalquivir. También se pueden encontrar acueductos y restos de una calzada romana
                                                       



Una vez finalizada esta bajada   conectamos con la margen izquierda ribera del río Guadiato; hoy no poseía esa bonita estampa que suele ofrecer otras veces  sobre todo cuando les dan suelta para los riegos a las  aguas del embalse de Puente Nuevo que van  a parar a su cauce. 

                                                       
                                                         

                                     
En este caso y por este lugar  en aquella soledad da gusto ver   las presurosas aguas de este río, por supuesto  cuando le suelta agua el Pantano de Puente Nuevo, es entonces cuando su corriente circula  remontando los riscos y  formando tan estremecedor ruido  que parece llevar  fragor de trueno.  


A las 9,30 h. nos detuvimos en uno de aquellos espectaculares  lugares para tomar el refrigerio (PARADA Y FRUTA), allí tuvimos  la oportunidad de ver una y otra vez  a las negros cormoranes zambullirse a la pesca de algún barbo o alguna que otra saltarina carpa. 

Seguidamente remudamos la marcha por la soledad de aquel lugar  donde curiosamente   y en una encina  han colocado una especie de bonita  liana  que permite lanzarse al agua como aquel de las películas de  Tarzan de la Selva, durante el paseo hay que llevar mucho cuidado con los  riscos pedregosos y las salientes ramas de los arbustos de ribera  que invaden la zona, también hay  algún que otro  tronco cortado de escasos centímetros  en el centro de la vereda siendo susceptible de propiciar el clásico  tropezón  con caída. 

                                
                                                   


Tras cruzar entre piedras las escasas aguas del arroyo Bejarano   en su desembocadura en el río Guadiato comenzamos la subida por el pintoresco sendero de este arroyo; a medida que vamos subiendo los paisajes adquieren extraordinaria y  singular belleza vaya de ejemplo el Rincón del Duende y las antiguas minas para la extracción de calcopirita  con  esos interminables y oscuros pasadizos llenos de historia de otros tiempos, son estos  lugares de mucho interés y lo más parecido a una jungla tropical.

                                                    
                                                     

Las cancelas también se van sucediendo con cierta frecuencia con carteles que recuerdan cerrar las puertas ante el peligro de ganado suelto, se respeta la indicación y continuamos nuestra marcha hasta llegar al dantesco paraje  que la enfermedad de la grafiosis en álamos, olmos, avellanos y fresnos ha causado y que muchísimos años tardará en recuperar.

Han tenido que ir progresivamente quemando aquella legendaria arboleda  formando verdaderas hogueras muy controladas de arboles   afectados  por la enfermedad que tras ser apagados forman  verdaderos montones de cenizas, a su vez están reforestando el lugar con jóvenes plantones de especies autóctonas, labor muy paciente y duradera, muchos años han de pasar para que aquel vuelva a recuperar su estado. 


                                                    


                                                    

Nueva cancela de abrir y cerrar para llegar al lugar conocido como Primer Venero del Arroyo Bejarano, también alguien lo define como el Salto del Bejarano que para los efectos da lo mismo, lo cierto que jamás cesa en el siglo I de aquí partía el famoso acueducto de Valdepuentes (Aqua Augusta) para llevar el líquido incoloro a la ciudad llamada en aquel tiempo Kurtuba. 


Pasaron los siglos hasta llegar al VIII donde los árabes en época califal aprovecharon el acueducto para llevar el agua a la ciudad palatina de Medina  Azahara; por aquellas sierras todavía se pueden ver en un día de excursión trepando riscos los pozos de resalto que servían   para poder frenar y ralentizar en su vertiginosa caída el agua. 


  Ya avanzando nos metimos  por aquellos parajes de ruinoso estado que le llaman La Casa del  Coronel, ahora es un  paredón,  lo que nadie  todavía ha averiguado es  al regimiento que perteneció el dichoso coronel; al parecer en la antigüedad debió tratarse de un lugar dedicado poco más o menos que a la fabricación de paños, pero he ahí la incógnita a que se debe esa graduación militar y  de alto rango, asimismo y con algún justificado criterio otorgado a un antiguo eremitorio como también otros poco más o menos aseveran. 



                                            
 Cambiamos  el rumbo a través de veredas y veredillas en la ruta Cañada de la Correa viniendo  a salir a las inmediaciones del  lugar conocido como el Jardinito y  de la fuente del Arco pero no llegamos a entrar en aquellos lugares  ya que el factor tiempo no permitió otra mejor  que pasar por sus cercanías.          
                                                                             
Camino adelante a través Cañada de la Correa hicimos un giro a la derecha de nuestra marcha para entrar por una vereda llena de verde forraje y allá que fuimos a velocidad de galgo en busca de  la Torre Vigía del Beato,  hicimos la clásica  foto que se adjunta y en marcha nuevamente.


                                                 
Ya solo nos faltaba visitar  la famosa Torre de Las Siete Esquinas,   no dudamos ni un minuto en ir en busca de ella a pesar de  que ya  íbamos  muy justitos de tiempo  para el regreso en el Bus de las 12,45; le echamos valor y allá que fuimos bajando hasta llegar al lugar donde se encuentra la torre; ésta  en realidad  tiene  ocho esquinas  en vez de siete, pero así le llaman, siendo también de época califal formando   parte de una serie de torreones de vigilancia   que rodeaban la ciudad y haciendo posible la comunicación entre ellas  mediante señales, ahora bien si la bajada fue rápida y fácil la subida ya no lo fue tanto, al final nos dio sobradamente tiempo para llegar al Cruce de la Gasolinera y coger el Bus a las 12,55 poniendo fin de etapa a las 13,30 h. en el Barrio de Las Margaritas. 

                                                 


                     ¡¡¡HASTA OTRA OCASIÓN!!!