LOS REYES CATOLICOS
No fue
afortunada la herencia la que recogió Isabel I de su desafortunado hermano
Enrique: la Corte, convertida por su pravedad y lascivia en un burdel donde se
desbordaban las pasiones en todos los
bandos, estragada la moral, el tesoro en bancarrota así como la abusiva
conducta de los ambiciosos cortesanos de basta epidermis, taifas continuadoras
de la obra revolucionaria del levantisco Arzobispo Carrillo, traidores los
más, que amparaban a la Beltraneja,
fruto de las liviandades de la mujer de Enrique IV con Beltrán de la Cueva,
conducta de maligna y depravante actitud dando lugar a indecentes espectáculos.
Sin
embargo, gracias a Isabel de varonil fortaleza y severo carácter, raro en su
sexo, dio comienzo en los Reyes Católicos el excelso reinado que abrió a España
las puertas del poder mundial, innovado con habilidad innegable y son sabias
medidas coercitivas a los corruptos hábitos, colocando bien erguido el pabellón
nacional con dos gloriosos hechos que admiraron el orbe entero; el
descubrimiento de América y la expulsión absoluta de los musulmanes de tierras
hispanas.
Nació
Isabel I de Castilla el jueves 22 de abril de 1451, en Madrigal de las Altas
Torres (Ávila), pasó los juveniles años junto a su madre, en el castillo de Arévalo,
donde compartió sus juegos infantiles en estrecha amistad, que duró toda la
vida, con la vivaracha niña Beatriz de Bobadilla hija del Gobernador de la
fortaleza.
Casó con
Fernando V de Aragón, sirviéndoles constantemente de divisa el <<Tanto
monta, monta tanto, Isabel como Fernando>>, que equivalía a otorgar
iguales atribuciones a iguales cónyuges.
La
solemne boda se llevó a efecto en Valladolid, en casa de Juan Vivero, el miércoles 19 de octubre de 1469, en el
mismo lugar donde se conocieron ambos Príncipes, mansión en que se albergaba
Isabel.
Bendijo la unión el intrigante Arzobispo Primado, Alonso Carrillo de Acuña, el mismo que, ensoberbecido, amenazó después a los Reyes con arrebatarles el Reino, y con palabras textuales <<hacer volver a hilar la rueca a la Reina>>.
Los Reyes abatieron sin vacilación y acabaron con el bandidaje, obtuvieron bravamente la victoria decisiva de Boabdil en Granada, último baluarte de la morisma, ondeando, al fin en las almenas de la Alhambra la inmaculada bandera de Castilla, asimismo protegiendo al navegante a Colón.
Alma la
de Isabel, enriquecida de virtudes e inclinada a la bondad hacía el prójimo,
sufrió enormemente con la muerte de dos de sus hijos, también con los devaneos
de su esposo y con las desavenencias que surgieron en el hogar conyugal de su
otra hija doña Juana.
En los
postreros instantes recibió con fervoroso anhelo los Sacramentos, y devorada
por la fiebre, expiró en noviembre de 1504, en el Castillo de la Mota, de
Medina del Campo.
Sus
venerandos restos, así como los de su augusto esposo yacen en la capilla Real
de la Catedral de Granada.
Don Fernando falleció de un ataque de hidropesía, el 23 de
enero de 1516, después de haber casado nuevamente, a los cincuenta y tres años,
con doña Germana, condesa de Foix, que rayaba en los diecisiete años de
edad.
Córdoba, 26 de mayo de 2022
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