jueves, 26 de mayo de 2022

LOS REYES CATÓLICOS ISABEL Y FERNANDO


 

                                                LOS REYES CATOLICOS


No fue afortunada la herencia la que recogió Isabel I de su desafortunado hermano Enrique: la Corte, convertida por su pravedad y lascivia en un burdel donde se desbordaban  las pasiones en todos los bandos, estragada la moral, el tesoro en bancarrota así como la abusiva conducta de los ambiciosos cortesanos de basta epidermis, taifas continuadoras de la obra revolucionaria del levantisco Arzobispo Carrillo, traidores los más,  que amparaban a la Beltraneja, fruto de las liviandades de la mujer de Enrique IV con Beltrán de la Cueva, conducta de maligna y depravante actitud dando lugar a indecentes  espectáculos.




Sin embargo, gracias a Isabel de varonil fortaleza y severo carácter, raro en su sexo, dio comienzo en los Reyes Católicos el excelso reinado que abrió a España las puertas del poder mundial, innovado con habilidad innegable y son sabias medidas coercitivas a los corruptos hábitos, colocando bien erguido el pabellón nacional con dos gloriosos hechos que admiraron el orbe entero; el descubrimiento de América y la expulsión absoluta de los musulmanes de tierras hispanas.





Nació Isabel I de Castilla el jueves 22 de abril de 1451, en Madrigal de las Altas Torres (Ávila), pasó los juveniles años junto a su madre, en el castillo de Arévalo, donde compartió sus juegos infantiles en estrecha amistad, que duró toda la vida, con la vivaracha niña Beatriz de Bobadilla hija del Gobernador de la fortaleza.




                                                                          






Casó con Fernando V de Aragón, sirviéndoles constantemente de divisa el <<Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando>>, que equivalía a otorgar iguales atribuciones a iguales cónyuges.




La solemne boda se llevó a efecto en Valladolid, en casa de Juan Vivero,  el miércoles 19 de octubre de 1469, en el mismo lugar donde se conocieron ambos Príncipes, mansión en que se albergaba Isabel.



Bendijo la unión el intrigante Arzobispo Primado, Alonso Carrillo de Acuña, el mismo que, ensoberbecido, amenazó después a los Reyes con arrebatarles el Reino, y con palabras textuales <<hacer volver a hilar la rueca a la Reina>>.

                                                                


Los Reyes abatieron sin vacilación y acabaron con el bandidaje, obtuvieron bravamente la victoria decisiva de Boabdil en Granada,  último baluarte de la morisma, ondeando, al fin en las almenas de la Alhambra la inmaculada bandera de Castilla, asimismo protegiendo al navegante  a Colón.



Alma la de Isabel, enriquecida de virtudes e inclinada a la bondad hacía el prójimo, sufrió enormemente con la muerte de dos de sus hijos, también con los devaneos de su esposo y con las desavenencias que surgieron en el hogar conyugal de su otra hija doña Juana.



En los postreros instantes recibió con fervoroso anhelo los Sacramentos, y devorada por la fiebre, expiró en noviembre de 1504, en el Castillo de la Mota, de Medina del Campo.



Sus venerandos restos, así como los de su augusto esposo yacen en la capilla Real de la Catedral de Granada.



Don Fernando falleció de un ataque de hidropesía, el 23 de enero de 1516, después de haber casado nuevamente, a los cincuenta y tres años, con doña Germana, condesa de Foix, que rayaba en los diecisiete años de edad.               

                                          Córdoba, 26 de mayo de 2022







        

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