EL VIAJE HASTA EL MONTE SINAI
Aunque no se menciona el número exacto de peregrinos en el momento de embarcarse en Venecia el 1 de junio de 1483 rumbo a Oriente, si que se nombra a los dieciocho que desde Jerusalén salieron para Santa Catalina el 24 de agosto.
Queda dicho que algunos regresaron a Venecia desde Jerusalen, pues no todos los que llegaban a Tierra Santa continuaban hasta el monte Sinaí.
El viaje era largo y penoso, y los lugares y santuarios que allí se conocían tenían que ver con el Antiguo Testamento, con Moisés y otros que conocían, pero no con la vida de Jesucristo, no obstante los muchos acontecimientos bíblicos que allí ocurrieron y la excepcional devoción por Santa Catalina, contribuyeron a que la prolongación del viaje hasta el Monte Sinaí, colmara las ansias de los peregrinos y devotos.
Para un viajero este viaje de un cristiano hasta el Sinaí estaba más que justificado y con notable apasionamiento.
Cualquiera que pueda leer las sacras historias del muy Antiguo Testamento en su mayor grado el Génesis, y el libro de Josué, verá la magnificencia y gloria de Dios, así cómo los grandes actos con los cuales Dios todopoderoso engrandeció y alumbró este Desierto del Monte Sinaí, lleno de soledad, donde la ponzoñosa serpiente , siempre cruel y matadora, suele abundar en tierras silvestres y muy apartadas.
Dios les dio el maná del cielo, hirió la piedra en el desierto.donde salieron aguas abundantes, para que bebiese todo el pueblo con sus jumentos, Dios poderoso guardó a este pueblo y le dio la lumbre para combatir al frio, donde se demuestra su gloria y dignidad.
Muchas fueron las palabras sobre las excelencias del Sinaí, sin olvidarse de que allí fue todo llevado "por las manos de los ángeles", el cuerpo de Santa Catalina, digna de la más fervorosa devoción.
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