martes, 9 de enero de 2018

LAS LLUVIAS, LAS NEVADAS Y LAS FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS

                              Córdoba, martes día 09 de Enero de 2018-01-09

               
              

Ayer nos comunicaban los medios televisivos que hoy íbamos a recibir  la visita de las lluvias y probablemente  también de las nieves en los puntos más altos de la sierra.

Buena falta ya nos hace   que llueva en abundancia, sobre todo  para engrosar el nivel de los  pantanos y de los ríos cuyas aguas  sirven para el consumo humano y para riego de los campos. 

No  muy lejos de estos entornos  lleva nevando varios días y las temperaturas han descendido notablemente,  circunstancias todas ellas que  han aconsejado suspender la marcha que teníamos prevista para hoy martes día 09 de enero a la cercana población de Alcolea  de Cbª en evitación de poder innecesariamente coger un enfriamiento o  una pulmonía.


A falta de este sano entretenimiento de caminar era necesario la compensación  con alguna que otra cosa  a fin de  suplir el quehacer  de la mañana, yo no pertenezco a los de la Cofradía de la Bolsa,   encontrando la solución   en la mesa, no precisamente  de camilla y brasero, sino dándole a las teclas del ordenador  que también está sobre una mesa,  no es portátil es fijo y  sirve ademas de otras  muchas cosas  para ir escribiendo algo relacionado con las fiestas  de  Moros y Cristianos.


Y para que no hayan confusiones ni malos entendidos respecto a los  entretenimientos de tipo mesa llamados juegos para despejar la mente y también  de   holgazanería  a los que tanto y mucho  respeto  y que con ellos poco  comparto a no ser  el de las  Tres en Raya o  el del  Alcorque, siendo  este último  lo más parecido al  de Las Damas;  el Alcorque  por  su etimología  debe ser de   procedencia árabe.

 En toda la extensa  zona del Levante español se celebran  anualmente las  fiestas de Moros y Cristianos desde tiempo inmemorial, sobre todo  en la alicantina población  de Alcoy cuya tradición está muy arraigada, igualmente en todas las poblaciones de aquella  provincia suelen celebrar estas fiestas mediante extraordinarios y bonitos  desfiles que evocan de algún modo muchos  años de convivencia y de reconquista; se exhiben elegantes y lujosas vestimentas  de alegres y vivos  colores que al son musical de las bandas  ponen en las calles  las notas jubilosas  de alegría y belleza.      
                                                                  



Con el paso del tiempo estas costumbres parecidas a las carnavalescas  se han ido progresivamente   extendiendo hacía la Región de Murcia, también a la manchega  Albacete y como no a las granadinas poblaciones de Válor, Benamuriel, Cúllar y Zújar por citar algunas,  asimismo hacía las costeras  poblaciones de   la vecina Almería  sobre todo en  Carboneras, Purchena, Benimar y la Alquería de Agra, estas rememoran   antiguas batallas e incursiones piratas y berberiscas  que perduran  en el recuerdo de un pasado.  

Cambiando geográficamente los lugares,  un  buen día   veinte de Julio del año 2003 tuve la ocasión de visitar la  población cordobesa de Aguilar de la Frontera asistiendo a la fiesta "Noche de La Media Luna",  allí para dar mayor verismo al acontecimiento  casi todas las personas iban vestidas a la usanza árabe medieval y morisca, en ella participaban  activamente mucha gente del pueblo así como  algunos artistas durante   una  interpretación teatral al aire  libre.

Tomó mayor dimensión la fiesta cuando el espectáculo pasó a La Noche de la Media Luna, esta  se convirtió en realidad, dándonos la idea que cuando las mesnadas decidieron cruzar la puerta de la parroquia del Soterraño    tendría lugar una  cena de época medieval en el castillo, retrocediendo como un relámpago al siglo  IX como testigos de excepción de aquella antigua  Villa de Poley.



Los vecinos iban  ataviados con vestiduras  de aquella época recorriendo el casco antiguo,  muchos subieron   al Cerro del Castillo donde  hubo zoco árabe, se hizo una parodia de lo que fue la batalla de Poley no pudiendo faltar las tropas de Abd Allach el séptimo emir cordobés y las del valiente rebelde Omar Ben Haffsun, estos hacían  la parodia de enfrentase con las anteriores   para dar la sensación de hacerlo  a garrotazo y tente tieso, nada hay mejor para  aproximarse a la realidad de las cosas  que hacer bien la comedia y el teatro.



El patio de Armas del Castillo, estaba adornado con antorchas y velas siendo el  bonito escenario para  una cena que ya aguardaba a los  visitantes que   tras sus andanzas callejeras subían    llenos de  júbilo  y algazara, fundamentalmente por  la “jartaera” vinícola de aquellos pagos de los cercanos Moriles;  iban bien dispuestos a dar cuenta del menú constituido por unos raros sabores y dificultosas definiciones como el Mezaa, Aso, Sibkay, Zabardaba y Hechura de Espárragos etc. viniendo a servir como  entrantes conjuntamente con los quesos y  variados  salazones.


Luego hubo  sopa de siega campera que sirvió para refrescar los gaznates, después      un  plato de Kafta y otro de Tafaya (carne de caza), para el postre y como colofón sirvieron Bakñavas de Bulay (peras), en cuanto a las bebidas siempre fueron refrescantes, si bien  no se hicieron de esperar  las delicias con hielo en  vaso largo conjuntamente con  vaso corto  de los Pagos de Montilla, Montemayor, Moriles y Aguilar de la Frontera para  que nadie se quede sin su denominación de origen.



Durante el banquete los músicos interpretaron notas musicales  medievalistas de origen magrebí y sefardí  de alegres sones para animar la sesión, luego hubo danza del vientre y la del sable, asimismo  exhibiciones malabaristas, saltimbanquis y bailarines, no faltando algún que otro osado en exhibir  una gran serpiente enroscada   a su  cuello. 

Después de aquel nocturno festín  y mucho trasiego  cuando ya iban resplandeciendo los primeros albores del día  se fueron  retirando los más tardíos dando    la sensación   de balancearse  como  ágiles ramas de palmeras cuando les sopla el aire del siroco, entrando  en la población   con acusado balanceo  que hacina  medir  las calles de una acera a la siguiente.




Tras mucha charla y palique, y muchos disparates lo único que faltó fue a quien  atribuir el triunfo de la Batalla de  Poley; al parecer no debió ser  al famoso             Umar Ben Afssun pero  ciertamente  pudo  salvar la pellejera.                    

                                  
                                                ¡¡¡HASTA OTRA!!!

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