sábado, 26 de mayo de 2018

DOMINGO DÍA 27 DE MAYO LA CIUDAD DE CASTULO A LO LARGO DE LA HISTORIA


                            

CÁSTULO UNA CIUDAD IBÉRICO ROMANA  EN  LA HISTORIA DEL PASADO

                                                           






En el año 1962 me encontraba  yo recién trasladado  procedente de Vizcaya y viviendo en la Barriada  de Linares-Baeza concretamente en la calle de la Esperanza, al poco tiempo  hubo muevo  traslado por ascenso a la misma estación de Dos Caminos Basauri, seis años después volví a recalar en Linares Baeza, aquí  la empresa  me facilitó vivienda del Grupo  Renfe lado Sevilla  en el nº 43,  prestaba servicio por aquella época  con el cargo de Factor de Circulación, semanalmente  viajaba con mi mujer y mi  hija a Córdoba  para  ver a la familia  que vivía en esta ciudad, dicho de otro modo a ver  a mis suegros o padres políticos como se solía decir por entonces.


Al paso por la cercana  estación de Las Madrigueras hoy inexistente apreciaba desde la ventanilla del tren un viejo torreón todo desmochado y sus entornos muy horadados haciendo que todo me llamasen mucho la                                                       atención por su aparente        antigüedad, igualmente los        
alrededores visibles desde el tren en que viajaba
                                    daba la sensación que las  antiguas  piedras  que                                                                 se veían   hablaban  por si solas.                                              
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Al regreso del viaje  y en  la estación de Linares-Baeza comentaba con los compañeros más antiguos  de trabajo y vecinos de aquella localidad si sabían que eran aquellas ruinas existentes cerca de aquella cercana estación colateral de Las Madrigueras, estos solían decir con indiferencia  que allí había existido una ciudad muy importante y antigua en otra época del pasado ibérico, aquella respuesta acentuó todavía más mi curiosidad de  tal modo que un buen día me dispuse a desplazarme a visitar aquel lugar  ya que solo dista  escasos kilómetros de donde yo vivía; para visitar aquel solitario paraje le pedí prestada la bicicleta a mi buen amigo Maximiliano Sánchez Vera, a la sazón Capataz de Maniobras y allá que me desplacé.


Sobre un árbol de aquel bosque de olivos dejé apontocada la bicicleta comenzando a  subir y otear el terreno, apreciando que la desmochada torre se encontraba situada a bastante altura de donde yo me encontraba,  allí no se veía a nadie,  rápidamente tomé la decisión  de subir hacía ella a campo a través, una vez arriba poco o nada me decía aquel ruinoso y solitario  torreón, eché la vista al frente pudiendo apreciar al  fondo el discurrir del río Guadalimar y más abajo la vía del ferrocarril, me volví y comencé  a caminar por aquel paradisíaco lugar  hacia la zona opuesta como un perro sabueso oteando el terreno, me habían dicho que algunas veces se veían en el suelo monedas antiguas romanas, pronto aparecieron a ojos vista trozos de muralla hechos pedazos salvo  algunos en estado medianamente decorosos, los suelos estaban sembrados de pedacitos de  alfarería, las finas   sigilatas  las había por cientos de miles revueltas  entre los terrones de la tierra,  así como cientos de trozos de bonitos cristales de variado colorido.

Al paso por un barranco  pude apreciar la existencia de una columna  en el suelo de  muy tosco  material caída  entre  la hendidura que formaba este barranco por las escorrentías de las lluvias, bajé como pude hacia ella comprobando ser de color ocre  rojizo. 


Proseguí en mi  solitario paseo y allí no se veía absolutamente  a nadie            excepto una hilera de                tumbas   de piedra al            descubierto .../...                                                        Desde ese momento ya empecé a emocionarme y a sacar conclusiones en mi escaso conocimiento por no decir ninguno, después me enteré haciendo averiguaciones que los arqueólogos con anterioridad dios sabe cuánto tiempo antes habían  estado realizando excavaciones y algunas  tumbas las dejaron al descubierto para transportarlas posteriormente a otro lugar, allí no había nadie a quien preguntar, todo ello era silencio y soledad pero mi ignorante alegría se  desbordó hasta extremos insospechados con estas apreciaciones; como quiera que el tiempo iba transcurriendo y el sol se iba ocultando bajé al bosque de olivos en busca de la bicicleta y en marcha hacia casa, cargado de tiestos que los guardé en un gallinero y encima mi mujer me echó  la bronca diciendo  "sepa Dios porqué  manos habrán pasado  todos esos jarambeles" tira eso fuera de aquí.

Mis visitas hacía aquellas ruinas se fueron acentuando de modo que con el tiempo localicé algunos  que otros restos de muralla y cisternas  en estado muy ruinoso, siempre venía cargado con una bolsa de restos de cerámica que había tirados  por los suelos también  alguna que otra moneda que con celo guardaba como aquel que guarda un tesoro, estas  solían aparecer con cierta frecuencia tras las lluvias torrenciales formando escorrentías que las sacaban a la luz a ojos vista.

Dado la amistad que por aquellos lejanos tiempos me unía con la persona que yo consideraba más versada para que me pudiera informar respecto aquellas ruinas,  me entrevisté con el Maestro de Escuela de aquella barriada ferroviaria llamado Don Francisco, le comenté mis experiencias vividas y tanto entusiasmo y vehemencia debí demostrar que aquel buenazo se reía a carcajada abierta, pues el hombre era cachazudo y guasón, me decía pero mira que irte a la Curva de Los Bolos solo, tú estás loco,  (así definían los naturales del lugar,  a estas ruinas por la existencia en una  curva de muchas piedras de características excepcionales parecidas a los bolos), en las proximidades de la vía del tren ; ya me explicó con mucho detalle que aquellas ruinas no eran otra cosa que las de una ciudad ibérico romana llamada CÁSTULO, muy importante en otro tiempo, con las mismas abrió la puerta de la escuela entramos dentro abrió el cajón de la mesa y sacó una cajita metálica con algunas monedas de cobre,  diciendo estas proceden de Cástulo, aquello me causó una sensación de emoción que no es posible narrar, con mucha tranquilidad dijo anda  llévatelas para ti, no lo pensé dos veces para aceptar el regalo, desde ese momento comenzó a fraguarse en mí la afición a la numismática.

El Tranvía de Linares o de La Loma
A base de preguntas y más preguntas me pude enterar que en la población de Linares había un pequeño museo donde se exhibían piezas halladas en las prospecciones arqueológicas de las ruinas de Cástulo; a la primera ocasión que tuve allí que me desplacé, era  un domingo por la mañana y en aquel destartalado tranvía que unía la barriada de Linares Baeza con Linares, me fui a visitar  el museo, este  era mezquino y reducido, se trataba de una sola sala pero las piezas de alfarería que allí se exhibían eran de una belleza extraordinaria, tenían tal  estado de conservación como si recientemente hubiesen salido  del horno del alfarero. 


El sacrificio mereció la pena, es posible que  cualquiera que lea esta  palabra  de sacrificio le parecerá desproporcionada o poco  adecuada, queriendo aclarar que el museo solo abría en aquellos años sesenta del anterior milenio los domingos en horario matutino teniendo que hacer el desplazamiento en un decimonónico  tranvía cuyo infrecuente  horario fuese compatible con el del museo, entonces y por aquellos años nadie tenía coche como ocurrió  en años posteriores,  además yo solo descansaba un  día a la semana y no precisamente en domingo, trabajaba  con horario de doce horas una semana en turno de 6 a 18 y a la siguiente de 18 a 6, de modo que salí a las seis de las mañana y en vez de acostarme a dormir y descansar me desplacé en el tranvía de la nueve horas a la ciudad linarense para hacer la visita.


En aquellos años  la incultura estaba bastante extendida por toda la geografía española máxime en aquella barriada ferroviaria algo apartados   hasta el extremo que  absolutamente a nadie  le interesaba estas cosas ni se le daba importancia alguna excepto a un Factor apellidado Ayala que tenía algunas monedas encontradas a ojos vista en  Cástulo y además porque en la población de Jódar tenía un pariente que era chatarrero y le regalaba antiguas  monedas de cobre.  Cuando por casualidad  a alguien   se le preguntaba por algo relacionado con Cástulo solían mirarte llenos de extrañeza como diciendo ¿pero que dice este?, te tildaban de ignorante y demencial al considerar todas  esas cosas antiguas  como extrañas vulgaridades y tonterías, más propias de idiotas o ilusos, así pensaban  muchas personas en aquellos años  sesenta del pasado siglo, no siendo otra cosa que todavía estábamos sumidos en la pobreza  y en la miseria de la incultura en  todos los aspectos que se quiera, pagando a caro  precio  las efectos de una posguerra llena de carencias y necesidades en todos los aspectos que se quiera.  


                                                                                   
Naturalmente aquello de Cástulo  era un montón  de inservibles ruinas y material de acarreo que a  lo largo de los siglos  se fueron acumulando y expoliando por las casas pudientes para la construcción y  exorno de sus palacios y  de sus blasonadas casas nobiliarias de Ubeda, Baeza y también  de la cercana Linares.  


Pocos años después se comenzó a levantar  algo la cabeza de la cultura y a  ponerse de moda en todas las poblaciones rurales y no rurales  y de muchos colegios el programa  llamado OPERACIÓN RESCATE, volví a entrevistarme con el bueno del maestro de Escuela Don Francisco, le propuse inscribirnos al   programa e ir con los niños de su escuela a aquel lugar, pero fue imposible convencerlo,  recuerdo después de tantos años  solía decirme te estás volviendo maniático  con esas tonterías, ¿tú no comprendes    que si se me cae un niño y se rompe una pierna en aquel solitario paraje me busco una ruina, anda déjate  de líos?, resumiendo que todo resultó infructuoso.

El día 8 de febrero del año 1.971 me fui trasladado a petición propia a la estación de Córdoba pero Cástulo seguía siendo mi obsesión, consultaba diccionarios y enciclopedias a mi alcance y no encontraba nada coherente e interesante que me pusiera al corriente a cerca de la  historia de aquel lugar, aunque verdaderamente mucho se había escrito  de esta población  ibérica romana, pero  yo no daba con sus fuentes informativas que parecían estar reservadas exclusivamente para las Bibliotecas de las Universidades, con el paso de los años escudriñando en los archivos de las bibliotecas públicas en Córdoba descubrí  que se había derramado tinta hasta la saciedad en torno a la vieja Cástulo, también existían textos prestables exclusivamente a los estudiosos de  las carreras universitarias de Historia Antigua y de Arqueología etc. igualmente llegué a enterarme  respecto a la publicación de la revista linarense ORETANIA, esta trataba exclusivamente sobre el tema de Cástulo y de toda aquella extensa tierra de los oretanos, era también muy cierto que en aquella barriada ferroviaria estábamos sumidos casi en el olvido de la Edad Media, con unos horarios de trabajo de doce horas;  con el paso del tiempo me enteré que la nomina de personas que escribieron y trataron sobre Cástulo y la extensa zona castulonense  fue interminable  desde el siglo XVI hasta la mismísima actualidad.


Un buen día del año 1973   y estando prestando servicio de Jefe de Estación en Córdoba me llamaron telefónicamente por el hilo interior de Renfe los antiguos compañeros  desde la estación de Linares Baeza para comunicarme que se habían enterado por los medios de radio que un pastor había encontrado de forma casual un tesoro de grandes proporciones en aquellas ruinas,  abundando que  aquello había tenido gran repercusión en la población y en los medios de comunicación jienenses.


Esta información  me sonaba a broma o chanza de  mal gusto; bromeando con el compañero le dije  telefónicamente que haber si se habrían confundido  con el tesoro que buscaba Marcial Mochila en el  pecio de un barco hundido en el fondo del mar, haciendo alusión a la Zarzuela Los Sobrinos del Capitán Gran, pero con tanto  gozo insistieron que volví a
Ayuntamiento de Linares
realizar nuevas investigaciones. 

Ante esta noticia un tanto sorprendente para mí e incrédula entré en posterior comunicación con  otro compañero ferroviario  de trabajo, se trataba de Juan Bonilla Conde, que además de haber sido compañero del trabajo en Linares Baeza  era Concejal en el Ayuntamiento de  Linares, este me confirmó ser cierto lo que me habían dicho los antiguos compañeros, abundando que como consecuencia de tan célebre hallazgo el Ayuntamiento  había aprobado un ambicioso proyecto para futuras prospecciones y excavaciones.

                                                               

                                                                

Antigua barriada de Linares Baeza 

Los vecinos de aquella barriada de Linares Baeza tengo entendido que recordaban y comentaban mis desplazamientos solitarios hacia aquellas  parajes y ruinas,  creo que no faltó quienes dijeran “ese sabía que allí había algo, si no para que iba a ir allí andando casi todas las tardes en plena siesta con el calor chicharrero y sepa Dios lo que tendrá de allí". 
Archivo Municipal de Córdoba


Con el paso del tiempo la civilización y el progreso ya nos iba llegando poco a poco  a todos los niveles y mis visitas a la Bibliotecas Publicas se hacían con cierta frecuencia portando un bloc  para tomar las notas que consideraba más  importantes de aquellos libros del arqueólogo   Don José Mª. Blazquez Martínez y Dñª. María Paz Gelabert relacionados con Cástulo, estos al no ser prestables a domicilio tenía que ser consultados en la sala de lectura poco a poco y copiando a mano porque de estos libros no es posible realizar fotocopias en maquinas al efecto ni existen fotocopiadoras en las bibliotecas para tal menester.  

Una delicia me resultó leer el libro llamado Historia Biográfica de la antigua Cástulo de Don Rafael Contreras de la Paz, publicado por Caja Sur de Córdoba e impreso el año 1999, donado a la Biblioteca Provincial de Córdoba el día 03-08-2004, todos los historiadores y arqueólogos de prestigio escribieron en torno a esta ciudad y a sus ruinas  y prosigo.

Años me costó ponerme al día respecto a Cástulo en los tiempos de aquella España inculta y analfabeta, siendo yo el primero de ellos en estos temas  y otros de igual o parecida guisa que tanto me gustan y agradan,  ahora   voy a ir transliterando  desde el  libro y notas que fui escribiendo en el año 2004 a mi Blog del Ordenador llamado RECORTES Y REBUSCOS en el año 2018,  supongo que muchas cosas nuevas habrán ocurrido desde entonces en aquellas ruinas castulonenses si es que acaso han dejado algo  por llevarse los buitres carroñeros.

Por la década de los años ochenta del anterior milenio se pusieron de moda y  a la venta aquellos célebres detectores de metales y la afición a buscar objetos y monedas antiguas tomó mucho auge, la fama de estas ruinas y de todos los sitios corrió como la pólvora, igualmente se pusieron a la venta verdaderas guías de lugares abandonados e históricos incluyendo mapas para facilitar su localización  donde los buscadores portando sobre sus manos aquellos detectores metálicos  solían arrasar con todo lo que encontraban,  vaya el ejemplo Cástulo en las cercanías de Linares, Obulco en Porcuna, Ategua en la población cordobesa de San Cruz,  Carmo en Carmona, Astigi en Ecija, Iponuba en el Cerro del Minguillar de Baena, Iliturgi en Andújar, Ulia en Montemayor, Ucubi en Espejo, Epora en Montoro,   Sacili Martilianum  en Pedro Abad, Cárbula en Almodovar del Río, Calpurnia en Bujalance, hasta allí se desplazaban casi diariamente  los buscadores, la fiebre llegó hasta las minas de Mazarron,  Cartagena y Lorca  en la provincia de Murcia al menos que yo sepa. 


La lista de poblaciones visitadas  por estos buscadores  podría ser interminable  tal auge y afición  tomaron con  aquellos detectores de metales que tuvieron que prohibirlos. En las inmediaciones de la ciudad de Córdoba encontraron infinidad de antiguas Villae romanas que les llamaban Villares; se especializaron en buscar y localizar desaparecidos casas, poblados y pueblos ibéricos, romanos y musulmanes totalmente desconocidos incluso para los arqueólogos, no dejando títere con cabeza



Algunos arqueólogos también publicaron unos libros bastante caros donde facilitaban  el lugar exacto de la ubicación de una serie de ruinas ya excavadas metódicamente con indicación del número de mapa  a utilizar, coordenadas geográficas, latitud etc. tipo de material que se había encontrado y una muy amplia y variada información con todo lujo de detalles de los cuales los aficionados bien que supieron sacar provecho.


El contenido de estos libros representaba para estos buscadores una auténtica guía; unos de los libros se llamaba "Arqueología Inédita de Córdoba-Jaén, años posteriores salió  a la venta otro llamado  "Nuevos Yacimientos Arqueológicos en Córdoba y Jaén, las ediciones se agotaban a la medida que se ponían a la venta, esto también supuso un buen negocio para los libreros, llegó a tal extremo esta afición y tomó tal auge que casi todas las personas teníamos un detector de metales, unos por curiosidad y afición, otros por que llegó a convertirse en el modus vivendi de muchos, ya que las piezas que encontraban les eran quitadas de las manos a precios exorbitantes pagadas por los coleccionistas y tiendas de Filatelia y Numismastíca.

                NOTA DEL PERIÓDICO ABC       

                                                         

La Junta prohíbe los detectores de metales en todos los rincones de Andalucía.


La nueva Ley de Patrimonio Histórico elimina estas prácticas porque consideran que son la principal amenaza a los yacimientos

                                                                       
Los excesos dieron lugar a que por ley en Andalucía  se prohibiera el uso de estos detectores de metales, su incumplimiento llevaba consigo fuertes multas pero ni aún así pudieron erradicar esta costumbre, había quienes   salían hacer sus busquedas  nocturnamente  ya que las piezas cada vez eran menos frecuentes y sus precios al alza constantemente.    

A pesar de los expolios que estas personas realizaron de forma inconsciente por no existir ninguna prohibición legal en contra de los detectores llegó el momento  que las autoridades tomaron conciencia y la decisión  que a esto había que ponerle freno de alguna manera, había gente que se dedicaba diariamente y exclusivamente a la búsqueda de monedas  y objetos antiguos en el campo, esto  llegó a ser de alguna manera el   modo de vivir de muchas personas como ya he explicado antes. 

Tal capacidad de conocimientos llegaron a adquirir   estas  personas que con solo mirar la tierra, el suelo y el lugar deducían   donde había habido un antiguo  poblado o una antigua casa que les llamaban "Villar" (Villae),  allí se pasaban horas y horas cual moderno arqueólogo sin estudios ni conocimientos con la máquina en ristre. 



Todos estos hechos a los que no podemos llamar desmanes porque no estaban prohibidos si al menos sirvieron para que las personas del mínimo nivel de conocimientos culturales, se culturizaran algo bastante,  sobre todo en Historia, los había quienes no habían leído un libro en su vida pero con estos acontecimientos de las monedas y su posterior venta y reventa aparecieron  tratados de numismastica con  precios de escándalo y que estos buscadores compraban para ilustrarse, siendo  capaces de recitar de memoria desde  lista de los reyes godos hasta  todos los emperadores del alto y bajo Imperio Romano, así como a  toda la Monarquía  de la Casa de Austria y de Borbón,     en estos libros se  detallaban la historia, sucesiones  y acontecimientos, lugares de batallas y hechos importantes, en conclusión que la vida de estas personas tanto en el aspecto cultural como económico se vio notablemente  mejorada.  

                                                                         





La prohibición del uso de los detectores de metales considero particularmente  no haber sido totalmente  una norma acertada para erradicar el uso y abuso, bastaría  haberle puesto limitaciones  como podrían ser licencias y lugares aptos y no aptos, ¿que mal se le puede hacer al patrimonio de aquellos lugares campestres que jamás se excavarían al tratarse de  terrenos de labranza y de baldío de escasa importancia; hay lugares donde el tractor al arar los campos roza antiguas monedas causando su destrozo, igualmente les afecta los insecticidas y pesticidas que deterioran la acuñación y exergo,  otras porque después de las recolecciones se quema el rastrojo de paja y se ven afectados los objetos y monedas  por el efecto del fuego que  llevan implícito su deterioro y destrucción.


Distinto es el saqueo y el mal uso de los lugares reconocidos   que siempre hay que respetar con adoración  y a los infractores multar sin piedad alguna. 

¿Que mal se le puede hacer a nadie cuando la pala excavadora  ha demolido lugares de mucha antigüedad e importancia  para nuevas construcciones cuya tierra  se carga en camiones y se descarga en muladares, barrancos y escombreras?, entiendo que un aficionado a la numismatica tiene derecho sin perjudicar a nadie buscar con su esfuerzo y sacrificio  mediante el uso del detector de metales en esos lugares entre la tierra  para tratar de  recuperar algo que ya estaba perdido y listo para sentencia ¿acaso ello es perjudicial al patrimonio?,  al menos así se recupera algo que se desconocía, creo que todavía queda mucha por avanzar y  legislar bastante en este aspecto, en Inglaterra y otros países europeos no pasa eso y existen normas legales para  su uso.

CASTULO Y ANIBAL .


Retomando el hilo de Cástulo, años después de aquellos lejanos paseos por aquellas ruinas y guiado por la afición  a la historia antigua tuve la oportunidad de leer un libro escrito por Don Eduardo Cañabate Navarro de la Junta Municipal de Arqueología de Cartagena  que concretamente se  titula "Historia de Cartagena desde su fundación a la Monarquía de Alfonso XIII.



Mediante su lectura tuve conocimiento que el celebre general Aníbal, había estado en Cástulo capital de la Oretania   donde contrajo matrimonio con la hija del régulo  llamada Himilce,  posiblemente fuera por los intereses y la riqueza que le podía reportar este casamiento dada la riqueza de las  minas argentiferas  que ya  estaban en explotación antes que llegaran los turdetanos, los fenicios y los griegos. 


Cuenta el historiador que Anibal  tenía a su disposición el célebre pozo llamado Baebolo, este debería ser el más rico en plata, según antiguas crónicas, de allí  se sacaban diariamente más de trescientas libras de este noble metal para el general cartaginés que por cierto le hacia falta mucho dinero para poder seguir costeando  las famosas  guerras púnicas contra los romanos.


De este matrimonio nació un hijo que le pusieron de nombre Haspar, aunque en posteriores obras he leído tratando del mismo tema  por distintos autores que significaron desconocer el nombre del hijo de Anibal, pero vamos en estas disyuntivas no hay que extrañarse, bien sabido  que estos casos son frecuentes en historia antigua.

Nos narra con mucha precisión el Sr. Cañabate lo siguiente: En Cartago Nova  (Cartagena) se encontraba Anibal con su esposa e hijo cuando se produjo una epidemia que se extendió a todas las provincias, alcanzando a los pueblos de  la Bética, muriendo infinidad de familias, Cástulo experimentó más que ninguna otra población los rigores de este mal, tal vez por su densa población de habitantes, aclarando que en Cartago Nova murieron Himilce y Haspar y gran parte de sus parientes y amigos, siendo víctimas de aquel terrible azote.

Contaba Estrabón que en este lugar llamado el Almarjal  había un bellísimo lago, si bien se trataba de una laguna alimentada por las aguas pluviales sin  que tuviese salida al mar donde se produjo  la epidemia  a causa de una gran sequia, que evaporó sus no renovadas e infectas aguas dejando al descubierto los sitios más elevados de su lecho dando lugar a que la fermentación de la materia orgánica vegetal que se desarrollaba en la laguna produjera gases deletéreos, mortíferos y venenosos que fueron capaces de producir fiebres mortales causando una terrible y memorable epidemia llegando a   extenderse hasta la lejana Bética.

Los Cartagineses al darse cuenta  de los motivos y la procedencia de los males que le aquejaban, abrieron un canal y al mezclarse las aguas del lago con las del mar Mediterráneo, el cloruro de sodio que éstas contienen hicieron que desaparecieran todos los males convirtiéndose  aquel infecto lugar en un saludable estuario  donde posteriormente los romanos al hacerse dueños de la ciudad construyeron villas y jardines a que tan aficionados eran; esto ya  lo cita Polibio. 


De Cartagena salió el bravo general Anibal con unos ejércitos de más de 100.000 infantes y 12.000 caballos y 37 elefantes a entablar batalla contra los romanos  durante las célebres guerras púnicas, cruzó los Pirineos, la Galia, los Alpes Transalpinos, entró en el mismísimo valle del Ródano, muchos miles de infantes murieron  en el intento y a poco que se hubieran descuidado los romanos en la misma vía Apia se mete el osado Anibal. 


                          DÉCADA DE LOS AÑOS OCHENTA CÁSTULO Y LA                      

                                               REVISTA HISTORIA 16    



Por la década de los años 80 del anterior milenio  salió a la venta la revista Historia 16 donde  el Profesor de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid Don Jesús Valiente Malla, nos facilita una información bastante amplía y detallada sobre Cástulo y que yo transcribí en muchos folios, antes de ser prestada porque me la pidieron y esta  se perdió en el olvido, hay quien acostumbra a no devolver los libros prestados, ahora ya ni me acuerdo a quien le hice el préstamo, las transcripciones que  hice hace tantos años ahí quedaron y  las estoy  insertando con harto trabajo  en este mi blog del ordenador enriqueciéndolas  gráficamente con fotos bajadas de Internet y mías propias no estando en consonancia con aquello que se describe; ya  han transcurrido   cincuenta y seis años  de   mis andanzas con mi perro Chovo por aquel montón de ruinas del vetusto lar con sabor a vieja gloria de la historia antigua del pasado, ni que decir tiene que cuando  compré aquel numero 58 de la Revista Historia 16 a muchas kilómetros de mi antigua estación  de Linares-Baeza y de Cástulo y viviendo en Córdoba daba saltos de alegría, ahora ya se podía  decir que llegué  a saber algo de lo que  tanto  ignoraba y con tanto ahínco llegué  buscar  y que nunca encontré.   


Aquellos años no eran fáciles para andar con estas averiguaciones máxime  viviendo en aquella barriada y nudo ferroviario de primer orden casi en despoblado, con muchos trenes y jornadas agotadoras  de doce horas,  ya  han pasado 38 años de  la publicación de aquella revista de historia cuando ya residía en Córdoba,  si señor  todo una vida y ahora con el permiso del autor las voy a insertar en este mi blog sin ningún ánimo de plagio ni mucho menos, la revista ya se agotó y el  libro de cuyos datos me estoy surtiendo es de  Don José María Blazquez,  ya está agotado y no lo encuentro para poderlo leer cuando me plazca en casa, son vivencias por las que he pasado y el libro solo está en la Biblioteca Provincial de Córdoba donde suelo ir con mucha frecuencia a tomar notas, hay que ir una y otra vez,  ya que no es prestable a domicilio, esto es historia vivida y no es malo airearla, supongo que a estas alturas de la vida Don Jesús  y don José María Blazquez se alegren bastante.   



Comienza de esta guisa el profesor Don Jesús Valiente "El viajero que desde la carretera general de Andalucía, pasado el pueblo de Guarroman, tome la desviación que lleva a Linares, se encontrará inmerso de pronto en una geografía de cerros y cañadas, vueltas y revueltas del camino que le irá mostrando a golpes la razón de ser de la vieja Cástulo. Porque allí, entre escombreras viejas y nuevas, minas en activo, torres y caserones en ruina, están los testimonios de una actividad minera que inició hace ya tres milenios y medio, y que aún continúa. Pero no están entre las minas, ni tan siquiera cerca de ellas las ruinas de Cástulo.
                                                             
                                                                               
       
                                                                    El viajero que las busque habrá de rebasar la ciudad de Linares y seguir el camino viejo de Torreblacopedro. A poco de iniciar el descenso hacía el cauce del Guadalimar, se alzarán ante su vista los cerros del  cortijo de San Eufemia y de La Muela, y un poco más allá, la silueta del torreón árabe de la Plaza de Armas. Dentro del perímetro que jalonan estos tres puntos y en el entorno  al mismo, campos arados en otros tiempos, olivares y casas de labor. Aquí y allá descubrirá muros romanos de hormigón, cisternas vacías, lienzos de muralla, depósitos de agua...

Una ciudad que apenas se alza hoy de los cimientos y que una paciente labor arqueológica viene exhumando y consolidando desde hace unos veinte años, al pie de los cerros del Castillo y de La Muela tiene el viajero la otra razón de ser de Cástulo; el agua. Porque entre la plata que sobra y el agua que falta en las minas, alguien decidió en su día que era preferible acarrear el mineral hasta las orillas del río, donde además afloran varios manantiales. Para entonces, si embargo, ya habían pasados siglos de actividad minera.  


Entre el actual Linares y el pantano del Rumblar, cerca de Baños de la Encina, se ha detectado la presencia de gentes del Argar, que introdujeron la metalurgia del bronce en la Península Ibérica. Desde sus bases  primeras de asentamiento en el sudeste avanzaron por los pasos de la Sierra del Segura, donde conocemos su estación de Hornos de Segura, hasta alcanzar la comarca linarense, rica en cobre, plata y no faltando el estaño, metal indispensable para la aleación del bronce  que en forma de casiterita de aluvión se encuentra en el lecho de los ríos y arroyos que hoy desaguan en el pantano del Rumblar.  


Varios poblados mineros en los cerros de Linares, aún sin excavar, y en torno a Baños de la Encina hacen sospechar una  presencia relativamente densa de aquellos primeros metalúrgicos. Otros  hallazgos ocasionales de armas y cerámicas amplían la zona de ocupación argárica hasta las márgenes de los ríos Guadalimar y Guadalquivir en el término de Mengíbar. 


Por aquello  que se va revelando a resulta de las excavaciones realizadas hasta le fecha, el doblamiento del solar de Cástulo y sus alrededores debió comenzar en el año 800 a.d.C. La zona minera queda a unos 15 kilómetros al norte; la razón de la distancia sería el agua, porque esta primera ocupación humana presenta una asombrosa densidad. 

En los estratos inferiores de casi todos los sondeos arqueológicos abiertos hasta la fecha aparecen unas cerámicas hechas a mano y con gran variedad de formas y tratamientos: tinajas, ollas, cuencos, y cazuelas, platos bandejas,  Estos recipientes suelen estar hechos con un barro muy cargado de impurezas, pero el acabado de las superficies trasluce un cierto gusto por la decoración; hay temas geométricos incisos  o pintados, superficies bañadas de pintura roja o espataludas hasta sacarles un brillo que en los mejores ejemplares se aproxima al efecto vidriado. Estas cerámicas revelan además,  la heterogénea procedencia de aquellas gentes; algunos ejemplares nos remiten a la zona minera de Huelva, pero en su mayor parte recuerdan ambientes de la Meseta.


Estos materiales han aparecido en la capa inferior de la necrópolis de Los Patos,  Baños de La Muela, Los Higuerones, y, sobre todo, al pie del cerro de La Muela. Tan densa y repentina aglomeración humana sólo puede explicarse por la demanda de metales, plata y cobre principalmente, de las colonias fenicias instaladas en la costa. El Poblado de La Muela cuyos restos son ahora visibles en el talud que ha excavado el Guadalimar, se extendía al menos de un frente de 300 metros junto al río.  



Con las cerámicas hechas a mano por estos metalúrgicos aparecen, en proporción cada vez mayor, fragmentos de recipientes fabricados a torno, principalmente ánforas; estas cerámicas son importaciones de algún centro de la Baja Andalucía y prueban la existencia de un comercio de aceite, vino y quizá salazones. También se importarían telas y marfiles, como nos hace sospechar el que los temas decorativos habituales en estos productos de lujo sean copiados en las toscas cerámicas por la mano de los indígenas.


Las importaciones no estarían al alcance de todos, sino tan solo de una clase dirigente que, a lo largo del siglo VII a.de C. va mejorando sus condiciones de vida. Los Muros surgidos en la capa inferior de la necrópolis de los Baños de la Muela  que pertenecen a este mismo poblado;  los pavimentos de guijarros y las calles pavimentadas con losas, sus regueras y desagüe  junto a los muros nos hablan de un urbanismo incipiente.


De la necrópolis del Estacar de Robarinas proceden varios ajuares funerarios con las más antiguas cerámicas de Cástulo hechas a torno; en ellas se copian, con pintura blanca  sobre una imprimación de rojo, temas orientalizantes; palmetas, flores y capullos de loto. Había además, restos de pebeteros de bronce y una espléndida pátera de plata, testimonio de la mejor orfebrería indígena. Con pintura blanca se hicieron entonces ensayos sobre cerámica que llegaron a producir un barniz blanco cuya tradición perdería pronto.


De esta misma época conocemos un santuario donde se celebrarían banquetes sagrados y cuyos restos  iban a parar a una fosa de consagración en la que se depositaban también, rotos intencionadamente, los recipientes utilizados; el patio de este edificio fuera ennoblecido en su fase final con un mosaico hecho con guijarros blancos y negros, dispuestos en ajedrezado".  Aquí finaliza el Profesor D. Jesús Valiente, el amplio articulo de la Revista Historia 16.

Entre los distintos autores sobre todo Don José Blazquez Martínez que se ha pasado la vida estudiando, investigando, escribiendo y dando conferencias sobre el tema de Cástulo, yo le sigo leyendo horas y horas por  la afición a la lectura de historia antigua y voy insertando las notas publicadas y de sus conocimientos que yo voy transliterando a este mi blog: J. M. Blazquez. Castulo I 1975-Castulo II 1979-Castulo III 1981-Castulo IV 1984-Las Monedas de Castulo con escritura indígena 1982. 


 Durante  el siglo VI a. C crece la conflictividad en el Mediterráneo occidental, Etruria y  las colonias griegas del sur de Italia y Cartago tratan de delimitar sus respectivos áreas de influencia y sobre el telón de fondo surge el poder ascendente de Roma, Polibio fija en el año 509 a.de C. la fundación de la República Romana y la firma del primer tratado de ésta con Cartago.



Alguna repercusión hubo de tener estos acontecimientos en la vida de Cástulo, que con sus inmensas reservas de plata y su situación, muy al interior de la Península, se constituía en un punto de importancia capital para la recluta de mercenarios. 



De hecho, la fase más antigua de la necrópolis de Los Patos y algunas tumbas de la de Baños de la Muela contienen ajuares propios de guerreros en torno a las urnas cinerarias; hay puntas y regatones de lanza, cuchillos de hoja curva o recta, espadas cortas y anchas con vainas reforzadas, hebillas de cinturón con decoraciones caladas que recuerdan la de los bronces rituales. Para este momento ya se han generalizado las cerámicas fabricadas a torno; abundan en especial una cerámica gris de tradición colonial fenicia que en los mejores ejemplares presenta una superficie espatulada con brillo y calidad semejante al vidriado.        





Durante esta época que podemos enmarcar en los siglos VI-V  a.de C. hubo de producirse en Cástulo una revolución política y paralelamente una estratificación social. 










En la necrópolis del Estacar de Robarinas se ha exhumado
el monumento funerario consistente en  una cámara  excavada en la roca y con las paredes revestidas de bloques de piedra simplemente desbastadas: sobre  esta cámara se alzaba una estructura posiblemente escalonada, de la que únicamente se encontró el perímetro rectangular que marca la primera hilada de grandes sillares tallados; en el frente occidental del monumento se hallaban destruidos y revueltos  los restos de varias ciervas esculpidas en piedra arenisca. La cámara estaba destruida de antiguo, hasta el punto de que se retiró la piedra de una de sus paredes para reutilizarla 


Este fenómeno del saqueo de piedras para reutilizarlas en nuevas construcciones se observa por todas partes en Cástulo. Algo más modesto que la tumba del Estacar de Robarinas es el túmulo de Los Higuerones, construido con zócalos de piedras y con superestructura, también escalonada con adobes. Estos cerramientos monumentales nos hablan de una aristocracia y quizá de uno de los régulos o jefes locales que se ocuparían del vértice de la pirámide social en Cástulo.     


Un claro indicio de que Cástulo entra a formar parte del espacio político y comercial dominado por Cartago, y aunque parezca una paradoja, es la abundancia de cerámica griega   partir de finales del siglo V a. d.C. abundan los vasos áticos en las necrópolis de Cástulo. 

Las fechas de estas cerámicas llegan a mediados del siglo IV a.d.C.  y su presencia, en forma de fragmentos superficiales, se detecta un poco por todas partes, pero sobre todo en la necrópolis de Baños de la Muela se excavaron entre los muros  ya en ruinas y colmatados por materiales de acarreo del antiguo poblado del siglo VII a.d.C

  
Las cerámicas griegas llegan a Cástulo desde la costa mediterránea por unos caminos jalonados precisamente por la abundancia de material y que serían a la vez vías para la salida de la plata Castulonense hacia los emporios cartagineses, principalmente Villaricos y más tarde, Cartago Nova; estaciones importantes de estas rutas serian La Guardia, Castellones del Ceal y Baza, cuyas necrópolis presentan la misma abundancia de cerámica griega. 

En los enterramientos de Cástulo que contiene cerámica griega no suelen aparecer armas; el dato podría interpretarse como indicio de que existía una especie de clase media acomodada que podía permitirse la adquisición de estas aportaciones de lujo y que estaría dedicada a actividades industriales y comerciales más que guerreras.

REVISTA HISTORIA  16 nº 58.

Con el paso de los años mis aficiones a la numismatica  se diluyeron como un azucarillo de azúcar lo hace en el agua,  ahora recuerdo con afecto y cariño  que estando trabajando en el País Vasco concretamente en la estación llamada por aquellos años Dos Caminos Basauri, ahora Bidebieta-Basauri, no me quedó por  visitar en Bilbao ni una sola chatarrería para comprar alguna moneda de cobre a bajo precio, ni un domingo que estuviera libre dejé  asistir al intercambio de monedas en la Plaza Nueva.
Pasaron los años y   el tema  y afición a coleccionar antiguas monedas a la numismastica en definitiva se acabó del todo, se cerró el capitulo   he de confesar que esta afición  nunca  estuvo al alcance  de mi  bolsillo como no fuera algún que otro domingo  en el mercadillo dominguero para adquirir  chatarra de cobre a caro precio,  pero la afición  a la historia antigua  me apasionaba y me sigue apasionando, también me causaba agrado tener en la mano alguna antigua  moneda de época ibérica o romana; eso sin ningún género de duda, ahora ya nadie te regala nada como hace cincuenta años que solían aparecer algunas veces cavando el huerto.   


Transcurrieron cerca de las ocho  décadas  de mis años y aquí estoy queriéndome vengar de aquellos  difíciles tiempos donde buscaba por todas partes lecturas relacionadas con Cástulo y su Historia, nunca llegué encontrar nada aparente y en serio  hasta que apareció el  celebre número 58 de la Revista Historia 16 que me hizo dar  saltos de alegría al encontrar inesperadamente  algo de aquello que hacia muchos años atrás  buscaba y nunca llegué a encontrar.

Desde hace muchos años Cástulo dejó de ser para mi ese secreto ibérico tan  atrayente  que lo fue  en mi juventud al haber vivido algunos años   virtualmente sobre  sus ruinas, desde luego   sin saber siquiera  que era aquello que veía, en especial las  tumbas colocadas en hilera al descubierto en la soledad de aquellos solitarios campos y de aquella todavía más solitaria estación de ferrocarril de Las Madrigueras, allí prestó servicio   de Factor de Circulación Miguel Serrano Pérez,  teniendo su vivienda en la propia estación de ferrocarril y   ni siquiera llegó a enterarse del nombre de aquellas ruinas, yo le conocí de Interventor en Ruta en los años setenta y posteriores  en Córdoba. 


Cuando le hablaba de Cástulo  me decía que aquello se llamaba Cazlona y no Cástulo, abundaba   que  en sus buenos tiempos solía salir a cazar, cerca estaba el Cortijo de Santa Eufemia, hacía abajo de la vía  el río Guadalimar y de frente la población de Torreblacopedro, por cierto muy aficionados sus vecinos a los juegos de las cartas.



 Aquí en Córdoba se publicó la Revista Arte, Arqueología e Historia pude hacerme con todos los números que se iban publicando y por fin me fui poniendo al corriente en historia,  Cástulo dejó de ser el secreto que yo en mi juventud desconocía pero todo lo relacionado con aquellas ruinas me siguen apasionando.

Los arqueólogos María Paz García Gelabert y José María Blazquez nos cuentan en su libro de las Actas del II Congreso de Historia de Andalucía año 1991, páginas 331 a 343 libro HISTORIA ANTIGUA. 

En su apartado  titulado: LA IMPORTANCIA DE CASTULO LINARES EN LA ALTA ANDALUCÍA, estas las he tenido que copiar a mano en más de veinte folios en la sala de lectura de la Biblioteca Provincial de Córdoba y después insertarlas en el ordenador de casa porque los de la biblioteca no estaban activos, el libro no es prestable a domicilio y sus ediciones agotadas desde hace muchos años.


INTRODUCCIÓN: Nos dicen hemos excavado sistemáticamente el yacimiento arqueológico de Castulo figura 1 desde 1969 hasta 1983 interrumpidamente con permisos y subvenciones de las transferencias determinadas  por la creación de las comunidades autonómicas, únicamente nos fue dado excavar, durante las campañas de 1985 y 1986, a pesar del continuo trabajo en el yacimiento y de los numerosos libros, articulo en revistas nacionales y extranjeras y congresos por nosotros publicados, acerca de las investigaciones de campo.


Así pues y mientras se elaboran planes muy ambiciosos sobre el yacimiento, las estructuras aisladas durante los días últimas campañas se deterioran sensiblemente y numerosos furtivos producen destrozos irreparables en el yacimiento y en sus rasgos asociados, situados en las inmediaciones de los alfares, necropolis, entre otros.

La importancia es excepcional ya que fue la ciudad más citada en las fuentes clásicas después de Tarraco, fue uno de los centros mineros más importantes de la Hispanía antigua y la llave de la penetración en la Bética viniendo de la costa mediterránea.

En Cástulo pueden delimitarse dos Sectores, uno unitario, el oppidun oretano, la ciudad romana; otro diverso  a extramuros, constituido por pequeños poblados de diferentes épocas, tal vez siempre en función del villae, necrópolis, alfares, canteras, almagreras, talleres de fundidores, puertas  etc.

SECUENCIAS CULTURALES


FASE DE LA  EDAD DEL BRONCE

La secuencia cronológica más antigua hallada en la excavación es la del yacimiento de la Muela, extramuros al Sur de Cástulo, al pie del mismo cerro de igual nombre, datado del final del siglo VIII a.C. más por los restos que se han encontrado en prospección de superficie el asentamiento en la zona de Cástulo data de épocas más antiguas. 

Nuestros equipos durante la campaña de excavación prospectaban  el área y hallaron vestigios muy significativos de un paleolítico muy superior, asimismo se sabe que el Abate Brevil prospectó en las terrazas del río Guadalimar donde halló indicios de industrial paleolítico. 


Asentamiento neolítico no hemos detectado en superficie en unas zonas con unas características tan idóneas  para la vida no parece  que se desdeñen el pensar que sí lo hubo, más que aún no se ha descubierto.  

Durante la época del Bronce en el mismo yacimiento no se han descubierto restos con material anterior al bronce final, pero sí en las inmediaciones, según clasificación de FLANNERY, lo componen  las unidades de habitáculos localizados en la zona de paso natural que es la que actualmente reproduce al NE  de Linares, la carretera que desde allí se dirige a Arquillos y Nava de San Juan.

Los poblados localizados en esta zona de paso natural se encuentran en cerros amesetados, bien defendidos y con un carácter dual: el de protección contra posibles incursiones y el de control de las rutas comerciales, dominan amplios valles y se hallan en línea siguiendo la carretera actual, a la que corre paralela un curso de agua importante que confluye en el río Guarrizas: Son estos castros el de la Magdalena, Vadollano y Giribaile, todos ellos con poblamiento desde la edad  del Bronce temprano.  






En el yacimiento de la Muela el más primitivo  testimonio
de arquitectura  es de finales de la Edad del Bronce  y se halla en el nivel más inferior en contacto con la tierra virgen. Se trata de un largo muro fabricado con cantos rodados en la parte inferior y cantos más pequeños en las hiladas superiores. Este muro pasa por debajo de otro edificado a nivel superior. El lugar fue inundado y se colmató con limo. Sobre él se instaló un taller de fundidores. Es un taller al aire libre con un pequeño hogar rodeado de piedras en semicírculo.   

A este taller pertenece una gran tinaja empotrada en el suelo en la que se almacena agua para enfriar los instrumentos de fundición.

La estructura de un santuario como el de Cástulo explica utilización con un significado ritual que son propios. Al respecto podemos obtener cierta luz a través de G. Bumnes basándose en el análisis de R. Refufat y en la estructura comercial próxima oriental, llega a una conclusión para explicar el sentido último del Santuario de Cástulo- Para Bumnens, cuando los fenicios abandonan cualquier lugar hallaban hombres cuya lengua, costumbres y leyes eran diferentes a las suyas. Esta situación provocaba desconfianza.

Un medio de remediar estos inconvenientes  cuando un lugar debía ser frecuentado, eran colocar las transacciones que se cumplimentaban bajo la protección de una divinidad instalada en el templo.La presencia divina debía garantizar la honestidad de las operaciones.

Esta no debía ser la única función de los templos situados en las poblaciones indigenas, es posible que ostentasen  un papel aglutinante de la actividad comercial, muchas veces relacionado con otro santuario  de mayor importancia en un establecimiento fenicio
.

En el caso de Cástulo sería tal vez con el de Cádiz. La importante cantidad de cerámica con influencia orientalizante hallada en los estratos del bronce final del Santuario de la Muela y su misma funcionalidad, parecen hablarnos de una presencia fenicia o tartesia en Cástulo. Apoya este postulado el que la secuencia cultural en esta zona del yacimiento comience cuando ya se ha producido el impacto de la colonia fenicia  y no tengamos una que venga desde la fase pre-colonial.

FASE ORETANA


La presencia fenicia, tartésica  cartaginesa, griega a través del comercio o de las colonias de comerciantes en función de las minas en todo el sur peninsular y más concretamente en Oretania y en uno de los principales enclaves, Cástulo, ocasionó importantes transformaciones económicas y sociales. 

Nuestros estudios se basaron en los datos que aportaron las excavaciones de 1/3 del total de la necrópolis del Estacar de Robarinas, hubiera sido desear que las autoridades competentes, entendiendo la dificultad que parece determinar conclusiones definitivas se tienen en un estudio tan parcial, nos hubiera concedido el permiso de excavación. No fue así y  desafortunada mente la necrópolis ha sido y está siendo objeto de brutales violaciones y nosotros  no podemos excavar para completar los estudios sobre las sociedades oretanas y sus rituales.

No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, si se puede probar el desarrollo de Cástulo en el siglo IV fue importante y ello basándonos en los numerosas necrópolis  que desde finales del siglo V y hasta mediados del siglo IV están en funcionamiento; al oeste de la ciudad Los Patos, Molino de Caldona y Estacar de Robarinas al Este de Baños de la Muela, Casablanca, Estaca de Luciano y el Túmulo de los Higuerones.

De momento no se ha excavado ningún complejo  habitacional de esta época, peo sí han aparecido en superficie restos arquitectónicos, capiteles, frisos, dinteles de puertas con una riquísima decoración que son un eco lejano de la magnificencia de algunos edificios oretanos, tal vez edificios religiosos  públicos o civiles.




PASE PÚNICA

El oppidun (poblado) oretano vio interrumpido su propio desarrollo, más adelante ya conquistado Cástulo  a las tropas cartaginesas y oretanas por los romanos, el desarrollo, la magnificencia de los edificios es achacable únicamente a los elementos itálicas, a los magistrados y en algún caso a los nativos de alto rango.

Livio 24-41 este describe así el oppidun refiriéndose a los sucesos de los años 214-212- Cástulo URB Hispanía VALIDA AC NOBILIS.

La ciudad de Cástulo era adicta al partido Cartaginés hasta el punto que Anibal, siguiendo la política diplomática de los bárquidas de casar  con mujeres del país para asegurar adhesiones, casó con una mujer de la ciudad, con toda seguridad perteneciente a una familia de la alta sociedad oretana, Himilce – Silo Itálico (PUN III TC) hace remontar el origen de HIMILCE  a época legendaria.

No empleó Anibal más tiempo en esta ceremonia religiosa, (la ofrecida en el templo de Melkart en Gades) que el  más preciso en el que llenó sus altares de las ofrendas medio abrasadas que había llevado a Sagunto otros cuidados  más graves tenía embargada su alma. No fue uno de los últimos el persuadir a su esposa de que se quedase en Gades con su hijo recién nacido. Traía esta alcurnia desde los tiempos más remotos desde aquellos que Baeco domó a los pueblos de Iberia y con su THIRSO y con Ménade ejercía su dominación sobre Calpe.

Tal inclinación de los púnicos hacía Cástulo fue consecuente en las posibilidades de extracción de metales. Las minas de la región de Cástulo (Linares), El Centenillo, Vilches, las más ricas de Hispania en galena argentífera, conjuntamente con las de Carthago Nova, vinieron a ser la principal fuente de ingresos de los bárquidas. En parte financiaron la segunda guerra púnica.(PLINIO 33-3-97 escribe que el pozo BAEBOLO, situado tal vez en las inmediaciones de Cástulo, recibía a Anibal 300 libras de plata diarias - (ESTRABON- III-2-1 tomando la noticia Polibio, escribe que cerca de Cástulo hay un monte que por sus minas de plata llaman MONS ARGENTARIUS.  

De la fase púnica no se han hallado en Cástulo vestigios importantes, excavaciones continuadas con toda seguridad que los sacarían a la luz.



FASE ROMANA.

En el año 206 a.C. Escipión se apoderó de Cástulo, fue asediada por L. Mario con una tercera parte de las tropas. El resto del ejército al mando de Escipión, tomó Iliturgi, donde realizó una atroz carnicería, de allí Escipión condujo el ejército a Cástulo que estaba defendida por los habitantes indígenas y por el resto del ejercito cartaginés procedente de la desbandada mandadas por Himilcon.
                                                                 
                                                             
En la actualidad y ante la noticia de lo sucedido en Iliturgi que precedió a la llegada de Escipión, surgió la división entre los defensores, pues los indígenas  aconsejados por uno de sus jefes llamado Cerdubelo, eran portadores de la rendición, como fue realizada mediante un pacto escrito con los romanos, a los que le fue entregada la ciudad   y los cartagineses. 


Otro bélico en el que se vio involucrada la ciudad y los cartagineses y que no es conocido  ocurrió durante el 97 a. C. cuando era pretor Didió , invernó en Cástulo (PLOTSER 3), le acompañó Sertorio  que era por entones Tribuno militar de Didio- Durante la estación en Cástulo de Sertorio con las tropas del pretor Ocurrió el sangriento suceso de los Castulonensis aliados de los grisenas (probables habitantes  del gran castro de Giribaile , que con  tanto detalle describe Plutarco <<sucedió que indolentes los soldados  la con abundancia y dados a la embriaguez incurrieron en el desprecio de los bárbaros los cuales enviaron a llamar a sus vecinos de Orisia, estos yendo de casa en casa acabaron con ellos. Pudo sin embargo Sertorio evadirse con unos pocos de ellos y recogiendo a otros que también huían de la  revuelta en derredor de la ciudad y hallando abierta la puerta los bárbaros habían entrado secretamente no cayó en  el error de estas, sino que poniendo guardias y tomando a las avenidas dio muerte a todos lo que estaban en edad de tomar armas y vestido adornándose con los ropas de los bárbaros, otros fueron capturados y vendidos como esclavos.


Cástulo fue sometida a una rápida y completa explotación por los romanos. Potenciada por la explotación minera y agrícola la ciudad debió tener un momento de gran prosperidad económica y social en época republicana, a juzgar por la importancia delas monedas acuñadas en la localidad. Esta prosperidad continuó al menos  hasta la época de los Antoninos .

Cástulo fue municipium desde antes de Augusto, aunque no se sabe aún el momento con seguridad.

A través de la epigrafía se puede conocer algunos nombres de las principales familias de Cástulo tales como Corneli, los Valerii y los Iuni. Estas familias y otras de las cuales no nos han llegado nombres, parece ser constituían la aristocracia del dinero, se sabe que determinados miembros destacados de estas familias  hicieron ricas donaciones a la ciudad de Cástulo. La ciudad poseía en su época de esplendor grandes edificios ornados con estatuas de plata y bronce costeados por las familias aludidas.

El benefactor más importante conocido fue Quinto Torio Culleo  que desempeñó el cargo de Procurator Agustalis  provincias Baeticae.


Los habitantes de Cástulo le dedicaron una estatua por decreto de los decuriones celebrándose dos días de juegos circenses.

Cástulo tenía un circo o bien estos juegos se celebraban en el anfiteatro  y también teatro  pues sus ruinas se encuentran en superficie, junto a la muralla, al norte en las proximidades de unos grandes depósitos de agua. Del teatro se conservan algunos trozos visibles de grandes  lienzos.

Falta todo el graderío que fue arrancado y instalado en construcciones de Linares, Baeza y Úbeda. Los cimientos  están hechos de hormigón . Han aparecido numerosos fragmentos de relieves, edificios públicos modernos y en el puente que cruza el Guadalimar, denominado Puente Quebrada.

En el año 154 se celebraron competiciones de coras, el único testimonio de estos espectáculos de que se tiene noticia celebrados en la Península. En la inscripción de la basa de Quintus Torius Culleo, se indica que como este personaje  costeó la restauración de la muralla, asimismo donó un terreno para la construcción de baños públicos.   

A partir de la crisis del siglo III Cástulo entró en  declive  que se acentúa por la crisis de la minería. Aunque en el siglo III las minas hispanas continuaban en explotación  general pero el rendimiento era el mínimo, su ritmo de explotación muy bajo.

El colapso económico por la baja de las explotaciones mineras unido al impacto de las invasiones bárbaras y al vacío de poder dieron como resultado que Cástulo no volviera a recuperarse.


A partir del siglo IV y según las prospecciones  arqueológicas sistemáticas había en Cástulo grandes edificios derruidos testigos de época anterior, que servían de cantera para la construcción de otros edificios. Ello es patente en la villa del Olivar situada en el interior de la ciudad al norte, cronológicamente se pueden situar con un fuerte margen de evidencia en los últimos años del siglo II o primera mitad del siglo IV, es decir aún la institución ciudadana tenía fuerzas suficientes para emprender obras de envergadura aunque la reutilización de materiales procedentes de otros edificios está indicando una economía precaria . La misma precariedad denota una basa con inscripción dedicada a Valeriano, hallada cerca del torreón árabe al sur de la ciudad.   

En la villa del olivar al SE de la ciudad intramuros, cuya excavación arqueológica se encuentra colapsada por la falta de permiso de la Junta de Andalucía, pueden observarse con claridad las vicisitudes por las que pasó Cástulo desde sus momentos de máximo esplendor hasta la pobreza. La edificación que ha llegado a nuestros días pertenece a una época muy avanzada del Bajo Imperio, aún sin precisar con exactitud.


Esta construcción se ha erigido sobe edificaciones de las que se conservan la cimentación patente compuesta de sillares de grandes armazones escuadrados, bien tallados, la altura edificación es de sillarejo y restos de edificios importantes alto imperiales.

En el siglo IV Cástulo era sede episcopal cristiana, según deduce el Concilio de Ilibirris (Elvira), en las proximidades de Granada, celebrado  en el primer decenio del siglo IV.
En las actas del Concilio, las primeras conservadas, aparecen las firmas de los obispos de la Bética asistentes al sínodo, Félix, Acci, Osio de Córdoba, Sabino de Híspalis, Camerino de Tucci, Sanagio de Ipagrun, Secundino de Cástulo, Pordi de Montesa, Flavium de Iliberris, Cantonio de Urci, Enticiano de Basti y Patriciola de Málaga.               
FASE VISIGODA ÁRABE


Durante el periodo visigodo Cástulo fue habitado, se conocen numerosos edificios que fueron realizados por elementos godos. Asimismo se ha excavado una serie de tumbas visigodas hoy prácticamente destruidas a causa de los furtivos , las cuales se hallaban dentro de una basílica decorada con pinturas también desaparecidas. 

Durante el periodo visigodo, el traslado de silla episcopal de Cástulo a Baeza XI Concilio de Toledo está implicando la poca importancia de Cástulo en esta época.


Cástulo aparece por primera vez en las crónicas musulmanas en el reinado de Abderraman I, con motivo de la sublevación de Yusuf al Filiri, gobernante de la                                                   Marca  de Toledo, Abderraman responden encarcelando en Córdoba a su hijo Yusu, y Abderraman el Ciego que se escapa de Toledo y logra reunir un ejercito en su mayoría de bereberes.


Se enfrenta al ejercito de Abderraman en zonas del alto Guadalquivir y la acción definitiva se produce en Vado de la Victoria (Majadat al Fath), frente a Cástulo en las riberas de Wadi-al-Ahmar (Guadalimar) cuyas aguas tienen el aspecto de ser rojizas. El enfrentamiento se produjo  en la batalla denominada Castulana  786-787.   



Durante la rebelión de los muladíes contra el poder central Omeya de Abdala Allahes nombrado de nuevo en Cástulo hay una rebelión  generalizada en Al- Ándalus y en la Marca de Toledo. En Sevilla encabeza la rebelión Ben Jaldun y Ben Hacha, en Sierra Elvira Suawaar, en Jaén Xoaquin, en Monteleón Ben Huadil, en Santisteban del Puerto los cuatro hermanos Ben Habil, y en Cástulo Ubey ben Shliya.

Este personaje pertenece a Cástulo, en el castillo aún se conservan restos entre ellos un el torreón, durante 20 años estuvo dominando la región la familia de los Banu Cuasi aragoneses que se dirigían, se enfrentan a Shaliya y finalmente conquistan Cástulo y  lo expulsan  aunque momentáneamente. Cuando vuelve a recuperar la ciudad pasa a cuchillo a la guarnición cristiana y en abril de 912  entrega finalmente la plaza a Abderramán III.


DECADENCIA DE CÁSTULO

Se nombra a Cástulo en excesivas ocasiones y durante la época de la Reconquista y posteriores Alfonso VI el Batallador conquista Baeza y Cazlona (Cástulo) y al poco las pierde.

Fernando III conquista Baeza.  y Cazlona y cede esta  al Consejo de Baeza.

En el año 1350 Cazlona que ya no le llaman Cástulo fue agregada a Baeza y es motivo de cuestión jurídica entre Baeza y Linares.

Linares obtiene de Fernando IV que Cazlona  le sea
cedida y de hecho  continua hasta la fecha, por este tiempo estaba  arruinada la población y con escasos  habitantes, llega a convertirse en refugio de bandidos que  encuentran fácil refugio en los grandes edificios semiderruidos.


La inseguridad del lugar y sus entornos provocan en el siglo XV que el Consejo de la ciudad de Baeza, según consta en el libro del Cabildo hiciera merced de las Torres de Cazlona al vecino Juan de Tarancón para hacer casas en el 1445. A partir de entonces comienza la interna reutilización de piedras de los edificios destinados a las construcciones de Úbeda, Baeza y Linares, Juan de Tarancón no pudo tener muchas opciones para sacar las piedras, pues en 1473 consta que Gómez de Molina y Ramón de Corvera de Baeza pidieron al Obispo de Jaén se protegiera la zona de las Torres de Cazlona para sacar de ella a los ladrones y y salteadores que los infectaban.

En los siglos XVI y XVII continua la devastación sistemática de la ciudad. Se construye el Puente Quebrada sobre el río Guadalimar, con sillares magníficos de los edificios principales de la ciudad, a juzgar por sus profusas decoraciones, figuras y epigrafía muchos los extrajo Góngora,  otros han permanecido empotrados en los arcos y estribos del puente y en los últimos años fueron sistemáticamente arrancados por los buscadores de antigüedades.

En las Reales Provisiones de 12 de Junio y 29 de Noviembre de 1767 y 20 de julio de 1768 se resolvió que todas las tierras de Cástulo fuesen divididas en 13 suertes de 12 cuando cada una que se repartieran entre vecinos de Linares y el 23 de Marzo de 1784 se dieron otras tres suertes con un pedazo de terreno que tenía el ermitaño de Santa Eufemia y que correspondía al licenciado don Tomás Sánchez de Sotés, desde entonces se construyeron cortijos, (Torrubia, Santa Eufemia, Tobarreulas, Los Patos, Caldona y otros), se plantaron olivos y está siendo el solar de lo que fue importante ciudad oretana, romana, saqueada sistemáticamente y sus ruinas aisladas en excavación que  se destruyen de manera irreversible.

Estos datos están consultados y recopilados de las actas II Congreso de Historia de Andalucía. Autores  Don José María Blázquez Martínez y Doña María Paz García Gelabert, asimismo  del Libro Historia Biográfica de la antigua ciudad de Cástulo siendo su autor D. Rafael Contreras de la  Paz.