Recortes y
Rebuscos del Boletín de la Editorial
Feria de Córdoba
En
origen, La Feria de Nuestra Señora de la
Salud, como se le denomina la conocida Feria de Mayo cordobesa, era una de las
dos ferias ganaderas que se establecieron en la ciudad por privilegio real en
1238, dos años después de la Reconquista de la ciudad por el rey Fernando III.
Pasaron
los siglos y en 1422 los Reyes Católicos fijan la primera de ellas en el mes de
mayo y para darnos una idea de la antigüedad de esta feria…Granada aún era musulmana.
Tan solo ferias
como la del Caballo de Jerez de 1481 o la de Mairena del Alcor de 1441, serán
las que sigan en antigüedad, pues ni siquiera la Feria de Abril de Sevilla se
estableció hasta 1487.
Como
ya se ha dicho, la Feria de Nuestra Señora de la Salud o Feria de Mayo, tenía
un carácter ganadero que se mantuvo hasta el siglo XX. Las mañanas se ocupaban
en los tratos o acuerdos mercantiles y
las noches al jolgorio y la fiesta en las casetas de lona adaptadas para ello. En
principio los días no eran fijos y cada año variaban las fechas aunque siempre
dentro del mes de mayo, pero en 1890 se determinó fijarla en la última semana
del florido mes de mayo.
Su
celebración no ha sido interrumpida, pues incluso durante la Guerra civil
Española, la feria ganadera se mantuvo aunque sin la parte festiva de la misma
que se recuperó en 1939.
La
denominación oficial de la feria, se debió a un episodio milagroso que tuvo
lugar en 1665, cuando unos labradores encontraron en el interior de una pozo
una imagen de La Virgen, asegurando desde entonces que aquellas aguas tenían la
capacidad de sanar a los enfermos. De ahí el nombre de la Feria de Nuestra Señora
de la Salud.
La
ubicación del recinto ferial ha ido variando con los siglos. En origen se situó
cerca de la Puerta de Sevilla, donde aquellos hombres encontraron la pequeña
virgencita, pero desde inicios del siglo XIX y hasta 1994 la feria quedó
instalada en los Jardines del Duque de Rivas, conocidos popularmente como Los
Jardines de la Victoria, con excepción de algún año que por falta de espacio
trató de trasladarse sin éxito.
El
incremento del número de casetas, de asistentes y la instalación de atracciones
cada vez más grandes, conocidas popularmente como los “cacharritos”, en la
avenida céntrica de la ciudad, forzó el traslado definitivo en 1994 al Arenal,
zona diáfana en la ribera del Guadalquivir. De aquel largo siglo y pico en los
jardines del Duque de Rivas, ha quedado la que fuera la Caseta del Circulo de
la Amistad de estilo modernista, levantada con carácter permanente en hierro forjado
para la estructura y zinc para la cubierta. Tras el traslado de la feria al actual emplazamiento, aquella caseta propiedad
desde su origen del Ayuntamiento de Córdoba, fue rehabilitada y se convirtió en
pabellón para distintos eventos culturales, hasta que en 2013 se reinauguró
como Mercado gastronómico de la Victoria.
Córdoba
acoge en su semana grande a propios y
extraños, la feria se vive dentro y fuera de las casetas, en el amplio espacio
en forma de abanico o de peineta que conforma el recinto ferial. Se vive en el
Paseo de Caballos, donde hombres y mujeres ataviados con el tradicional traje “corto”
y de “cordobesa” montan sus jacas engalanadas, luciéndolas a paso elegante…
Se
vive en la Calle del infierno entre “cacharritos”, tómbolas y su ensordecedor
ruido…Se vive en las calles donde en mitad
de la “bulla” o gentío, uno puede encontrarse con amigos que no ve desde hace
tiempo…Y por supuesto, se vive en las casetas de cada asociación vecinal o
cultural, de cada peña, de cada hermandad en las que el calor se mitiga regando
el albero del suelo, con el aire de los abanicos y los volantes de los trajes
de bailar sevillanas, con los traguitos de fino y por suerte con los aires
acondicionados o aspersores de agua que cada día más casetas suman sus instalaciones.
Como toda gran fiesta
que acaba con una traca final de fuegos artificiales, el mayo cordobés concluye
con su Feria reina de las celebraciones
que tienen lugar 31 días del mes.
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