miércoles, 17 de agosto de 2022

CUENTO VII DEL DIALOGO JOCOSO ENTRE DOS RIOS.

 


 


EL RÍO SEGURA CUENTA A SU PRIMO EL RIO GUADALQUIVIR ALGO DE  SUS DIVERSOS NOMBRES A LO LARGO DE SU HISTORIA Y TAMBIEN HABLA Y DICE DE LA VECINA CIUDAD DE CARTAGENA. 


     



 

El Segura.-Cuanta historia tienes y cuantas cosas me cuentas, yo en cambio bien poca es la que tengo, hombre no seas mal pensado, porque de lo otro bien cierto es que casi terminó la historia desde hace mucho tiempo, aunque hoy en día hay remedios para todo lo que sea menester, de modo que si te sale algo digno para poder dar un par de martillazos  forasteros, siempre habrá remedio para salir un poco airoso del trance, si es que te atreves a ir comprar el bálsamo de fierabrás, ese todo lo arregla, en la actualidad le llaman viagra, estas modernas generaciones todo lo cambian y no saben que ese remedio ya lo usaban los griegos y los romanos, según cuentan viejas crónicas y leyendas.


 

Quiero yo ahora  hablarte algo, aunque sea un poco de los muchos  nombres que esos humanos del pijo me pusieron a lo largo y ancho de los siglos, esta gente a medida que iban llegando   por la cuestión de las invasiones me iban  cambiando  el nombre.

 




Recuerdo como cosa algo lejana de aquellos  griegos del capú que  entraron por Portman,  Cartagena, Mazarrón y Águilas, traspusieron las sierras de Almenara, de Espuña y Carrascoy, luego  se adentraron tierras adentro y  mucho se sorprendieron al ver un río con tanta agua  ante tanto desierto por medio, ¡albricias dijeron!, y se lanzaron a mi orilla, por poco más y me absorben,  mucho se alegraron  al ver mi hermoso y apacible cauce, ancho y sosegado, se hartaron de beber de mi agua y de hacer abundantes acopios y previsiones, esta gente  me bautizaron con el nombre de Estaber, parece ser quería decir “La Fortuna”.

 



Después vendrían los    romanos con distinta pronunciación y con el nombre de Thader me nombraron, siglos estuvieron en esta península guerreando contra los púnicos cartagineses,  estos   con el nombre de Iberia le venían llamando a este  país, siempre de todos y  también de ninguno, los romanos lucharon hasta hacerse los dueños  y  muchos siglos  les duró el poder y también le cambiaron el nombre de Iberia por el de Hispanía. 

 


Con el transcurrir de los tiempos llegaron los godos y visigodos, estos  decían que mi nombre era Taderus, después llegaron los árabes con el turbante  a la cabeza los  hijos de Alá y de forma muy solemne dijeron en lo sucesivo tu nombre será el de Nahr-el Abiad -  la gente dijo joder  que nombre  tan  raro; entonces para abreviar y todos entenderse con el sobrenombre de  río Blanco me apodaron, parece ser les inspiró el agua tan  blancuzca que yo llevaba  por las fuertes riadas producidas antes de llegar a Medina Siyasa  (Cieza), me pasaba algo parecido como a tú hijo el Guadalimar, si ese que le dicen el Colorao por las arenas rojizas que arrastra; otros de la misma parentela  moruna solían decir que yo era el río de la leche, y de la miel; pasaron los siglos y llegaron los tiempos de   la cristiandad  y estando reinando  Felipe II,   con la cara más blanca que el mármol de Olula y Macael ya que al parecer poco le daba el sol y  siempre estaba envuelto entre papeleos, ese hombre todo lo urdía,  él bien  sabia cuanto acontecía en su reino y fuera de él, sin siquiera moverse del sillón no le gustaban los tronos, este  ordenó que mi nombre fuera Sigura, seguramente por inducción de algún sabio geógrafo  de aquella época, en clara alusión a la Sierra de mi nacimiento.


 

De modo querido primo que así se va escribiendo la historia por nombres  y apodos que no quede, yo   los tengo en abundancia, no obstante si analizas las cosas poco difieren entre Thader y Taderun, después con el Román Paladino fui  Sigura y con la castellanización Segura.

 


El Guadalquivir.-Bueno, bueno primo, cambiemos  un poco el tercio en esta conversación, antes me hablaste muy mal  de tu vecino  y hermano pueblo cartagenero. ¿Cómo es posible llevarse tan mal? si sois casi  de la misma vena carnal,  muchos de igual parentela y  esa cercanía tan próxima.

Parece mentira, lo mal que os lleváis, toda la vida juntos y siempre de puñetera trifulca,  como sigas así te van a armar la marimorena como se enteren de aquello que me has contado, yo no quisiera estar en tu pellejo.

 


Tú me dijiste en otra ocasión que los cartageneros  eran muy  buena gente, tienes  tíos, primos y muchos familiares en esa tierra,  de niño  estuviste viviendo allí algún tiempo,  jugaste a la pelota de trapo en la pared del antiguo campo de fútbol llamado El Almarjal del equipo llamado por aquellos años La Cartagenera,  eso sería en el año 1.948 del anterior milenio, según tu cuenta, tenías recuerdos de edificios en estado ruinoso a causa de  los bombardeos de  la guerra del 36, igualmente tenías  afición a meterte en las ruinas romanas,  también  en las de una iglesia bizantina situada junto al patio de tu tía Fuensanta y tu tío Ángel, cuando  era Comandante de Puesto  de la   Guardia Civil,  entonces  cómo hablas así de  mal de los cartageneros  poniéndolos  como un trapo. 


El Segura.- No primo,  nada de eso, no hablo yo mal de ellos, ni de la ciudad y mucho menos de su historia, de la cual los murcianos nos sentimos orgullosos, lo que les ocurre no es otra cosa que se sienten molestos que sea  Murcia la capital del reino antes, región ahora, algo parecido a lo que les pasa entre los emeritenses   y los pacenses extremeños, la antigüedad  es lo que ellos reclaman con muchos  más derechos a ser la capital de la comarca. 


No comprenden ni admiten que estas  cosas sean  vicisitudes de la vida, de los tiempos de los hombres y de las leyes, ellos  mal lo soportan, encima  nos apodan con el adjetivo de “barrigas verdes” debido a las verduras de nuestras huertas, nosotros le  devolvemos el guante con ese otro adjetivo  de aladroques  por su afición desmesurada a la pesca de esa clase de pescado y que sin duda son los boquerones.

 


Su historia es hermosa,  al parecer en tiempos del Emperador Diocleciano próximo al año 300 le dio ese nombre de Cartago Nova, su amplio territorio del Conventus  Cartaginensis incluía Alicante y Almería, buena parte de Castilla la Mancha y las Islas Baleares, con la cristianización fue  capital de la  Diócesis Hispaniorun en los siglos IV y V, la vía Augusta que nace en Gades (Cádiz) atravesaba la ciudad por la zona costera, uniendo el sur de nuestra península con el levante y el  noroeste, proseguía  y atravesaba el país de los Galos llegando hasta Roma.

 

En Cartagena siempre destacaron sus minas de plata y plomo, también era famosa por esa enorme producción de esparto tan necesario para toda clase de manufacturas en aquellos siglos, su puerto natural entre dos montañas fue emporio del transporte marítimo entre Túnez, Roma y todos los países árabes bañados por el mediterráneo.


En el año 425 la ciudad de Cartagena fue destruida por los arrasantes Vándalos se reconstruyó nuevamente pero en el 623  lo Godos de Sunitilla, despacharon a los últimos bizantinos que allí había en la  Orospeda  como  último baluarte del Imperio Romano, como sería aquel desastre para que San Isidoro dejara constancia de ello diciendo, “hoy la ciudad está destruida, apenas quedan  sus ruinas” y tomó la marcha hacía  Sevilla con toda la familia, desde ese año  se les paró el reloj a los cartageneros  por olvidarse  de darle cuerda.

 

En  el siglo XII la ciudad de Cartagena volvió a tener protagonismo después de ser reconstruida y repoblada   pasando a ser dependiente del reino de Murcia, cual correspondía, nunca les arrebatamos a ellos nada,  esta situación nunca la han podido digerir.

 


En el siglo XIII era algo importante fundamentalmente por su puerto marítimo tan frecuentado por los mercaderes de todos los países orientales, como vía de acceso a la península para luego adentrarse hacia el interior, si bien Orihuela y Lorca tenían mayor importancia en aquel tiempo.

 


El Guadalquivir.- Primo, nunca olvides que San Isidoro de Sevilla, no es sevillano de nacimiento, como alguno quieren que sea, es cartagenero y  también sus hermanos San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina, anda consulta y mira la historia,  el mismo Isidoro había escrito los  libros llamados Las Etimologías,  en ellos cuenta con mucho énfasis ser  su patria  Cartagena.

 



Los Cartageneros  siempre  fueron valientes,  tienen espíritu y alma guerrera,  fueron grandes luchadores ante la adversidad, en tiempos de la I República Española en el año 1873 ya hartos de unos y de  otros  proclamaron el Cantón Cartagenero y  liaron la traca, el murciano Antoñete Gálvez fue estandarte y adalid de la rebelión, ya estaba  harto y cansado  de tanta explotación del hombre a cambio del duro mendrugo y de tanto prometer  del Gobierno para solo dar una  miseria al humilde trabajador,  excesivamente  sobre explotado para mal vivir,  los cartageneros  tuvieron riles y se auto nombraron independientes con esa denominación  de Cantón Cartagenero,  hasta acuñaron moneda, por una cara decía “REVOLUCIÓN CANTONAL” y por la otra CARTAGENA SITIADA POR LOS CENTRALISTAS, SEPTIEMBRE 1873. 

Hicieron uso de toda la flota naviera de guerra española existente en su puerto naval, allí había toda clase de armamento del que hicieron uso, eso fue memorable historia querido primo para gloria y honra del pueblo de Cartagena, que poca memoria tienes y que olvidadizo que eres.



 

El Segura.- Bueno compare no te enfurruñes con esos cabreos que pillas, la cosa no es para tanto, hay poco que objetar a  tus indicaciones, quede bien claro que  no somos nosotros los murcianos quienes buscan el <zarangollo>,  sin duda son  los propios  cartageneros quienes nos critican, las causas son porque   somos descendientes de la morisma califal, ellos con su arrogancia dicen  ser de origen y procedencia de los mismísimos cartagineses tunecinos y  africanos,  siempre  están atrancados  con eso de la antigüedad en el cargo, así como de los muchos más cuatrienios que tienen a lo largo de su  historia,  ya no se acuerdan de la parada  relojera que tuvieron que soportar en el año 425  cuando la ciudad fue destruida por los destructivos vándalos.  


Mira si son atranca ruedas que cuando compran un coche se van a Cádiz a matricularlo, para no lucir las iniciales de MU y sí las de CA, después con un pincelillo le ponen por debajo en letra menuda CARTAGENA, ahora con las nuevas normas se les ha estropeado el invento, así de orgullosos son ellos.


Nosotros  reconocemos ser mucho más modernos, ya que la ciudad murciana se fundó en el año  825 por por orden del Emir Abderraman II con pocos habitantes y   ya vamos por el medio millón, actualmente  somos la séptima capital de España en número de gentes para comer el pan de cada día,  pero   ellos no están conformes, nos dicen que  hacemos trampas al empadronar las pedanías de la huerta.

 


Nosotros mucho afecto les tenemos, les hemos enseñado  a cultivar sus campos y tierras, a cosechar melones   y sandias de secano, a secar  pimientos, hacer pimentón y sacarle rendimiento a los estériles campos, ellos siempre  fueron del ramo de la minería, de la pesca  y de la  navegación y eso ahora todo esto  está en decadencia.


 

No es bueno pasarse toda la vida recordando al Asdrúbal, Amílcar Barca y al nenito, Aníbal, a P. Cornelio Escipión a Vespasiano y Diocleciano.

 


Ahora en sus fiestas entre ellos mismos forman el desbarajuste padre todos los años,  con aquello de Cartagineses y Romanos, están divididos en dos bandos y se lo pasan hasta bien y  se divierten a lo grande.



El Guadalquivir.-Bueno hombre sigamos con nuestros cuentos del pasado dando saltos en los siglos,  prosigo con las sucesiones  califales aunque tan solo sea  un poco a vista de pájaro por cortesía y darnos entretenimiento, sirva el ejercicio para mantener ligero el magín y no se obstruya, es bueno desatascarlo de vez en cuando, haciendo estos ejercicios de memoria, y alguna consulta al viejo libro que reposa tranquilo  en la repisa del armario.


Cuando finalizó su vida Abderramán III en el 961 del  calendario, almanaque zaragozano y taco cristiano que se vendía  en el Puente Viejo de Murcia, se dio solemne  cumplimiento al trámite de las exequias y  por supuesto  con el fasto correspondiente a su alcurnia y linaje, le sucedió ocupando  la silla o el sillón por no decir trono a su hijo  Al-Hakam II, a este  le tocó vivir  años de prosperidad y grandeza,  siendo el segundo califa de este independiente Califato, duró su mandato quince años, gracias a su buena  política de gobierno hizo posible  que esta ciudad tuviera grandeza e importancia mundial, la Córdoba-Califal fue poderosa,  fueron años de prosperidad creciente en todos los aspectos, su fama se extendió por todo el orbe musulmán y también por el cristiano, trasponiendo a la lejana Navarra al país de los Vascones a la Gascuña francesa y  a la gallega y lejana Galicia.

 



La medicina  base fundamental  para la salud y el público bienestar se encontraba en pleno florecimiento, extendiendo su fama hasta ese mundo de los increyentes reinos mozárabes donde había verdaderos maestros en la construcción de iglesias del tosco arte románico, ausente de toda clase de ornamentación, excepto demonios pinchando a las personas con el tenedor y calderas entre llamas encendidas destinadas a los pecadores, sobre todo por la desmesurada afición a la fornicación forastera, aquellas escenas eran grabadas a cincel y martillo en los capiteles de las columnas de sostenimiento, en iglesias, palacios  y conventos, al objeto que el personal analfabeto en su mayoría tomara buena nota, (siempre se dijo que una imagen vale más que mil palabras).

 


Desde el lejano reino de Navarra viajó la reina Doña Toda o Tota  Aznar a la ciudad califal con su hijo  Sancho el Craso, tan mostrenco estaba el desventurado muchacho  que hubo de hacerle una carreta especial para poder transportarlo desde Pamplona a Córdoba, poco más o menos lo tuvieron que traer a modo de elefante enjaulado, desesperada estaba la madre al ver a su hijo en tan lamentable estado de obesidad, ni siquiera podía montar a caballo como era natural entre nobles caballeros y personas de la realeza; en ese estado no era posible hacerlo  rey  y legalmente le correspondía León.

 


Aquí le trataron galenos tales  como Has Day iban SAP  Rut y Albucasis, ambos médicos pertenecían a la plantilla del palacio  de Medina Azahara, estos dejaron al muchacho transformado, le cosieron la boca, solo permitiendo la entrada al gaznate mediante una pajita de un líquido vitamínico-adelgazante, suficiente para la supervivencia, nada de comilonas como era su costumbre, se acabó aquello de dos  gallinas y un  palomo con dos hogazas de pan y dos azumbres de vino  para desayunar,  dos patos y una liebre asada, seis teleras de pan a media mañana  acompañadas por seis gallinas después de la hora del ángelus, todo ello regado con caldos riojanos  de Alcanadre, Haro y Alfaro, de postre cinco sandias, tres melones y veinte mala-catones de Alguazas exportados desde el Dux de Tudmir, la cena consistía en una fuente de sopa con verduras, un lechón al horno asado, dos docenas de frescas truchas a la plancha pescadas en el río Najerilla y enviadas por rápidos emisarios, de postre miel en abundancia de la Alcarria y medio queso del Campo de Criptana.

 


Satisfecha regresó Doña Toda  a Pamplona  con su hijo todo esbelto y bien majo, montado en bello corcel, no conociéndolo ni su mismísimo padre cuando  lo vio aparecer.


En los  aspectos culturales, bellas artes, nobles letras y multitud de otras materias, ningún reino igualaba a la Córdoba Califal capital de Al-Ándalus, donde todo era sabiduría y bienestar.

 



La gran mezquita fue ampliada con tal exorno,  riqueza y buen gusto que casi superaba  a la de Damasco, Bagdad y Bizancio.

 

Eran los tiempos del califa Al-Hakam hombre muy culto tenía gran inclinación hacía las letras,  al estudio y la cultura, llegó a reunir una gran biblioteca, le enviaban libros del mundo entero para que la gente de palacio se hartara de leer cosas instructivas.

 

Concerniente a la pintura no hubo mucho avance en este aspecto como ocurría en los reinos de la cristiandad, tan aficionaos a pintar almanaques con chicas en bikinis o enseñando los limones, no eran aficionaos  en Al-Ándalus a este arte de la pintura por aquello de la puñetera religión prohibitiva,   solo pintaban motivos vegetales y geométricos, algún que otro de tipo animal y a escondidas.

 


Existían otros muchos primores y oficios de gran valor y belleza, ahí estaban aquellos cordobanes y damasquinos,  los grabados en oro,  marfil,  azabache y plata; era el ramo de los plateros y la filigranería, el no va más de la capacidad por el buen gusto y refinación.  

Aquí en esta Córdoba estaban los mejores poetas, músicos escritores, matemáticos, geógrafos, físicos, químicos, médicos, cartógrafos, arquitectos y como es consiguiente también hacía falta disponer de los mejores,  molineros, panaderos, albañiles, sanadores, inventores, alquimistas, navegantes de la mar adentro, alcahuetas, alarifes, etc.

 


Estas familias tenían sus casas en las inmediaciones de la  ciudad palatina de Medina al-Zahara, edificada en el año 936 por el amor a una mujer un tanto caprichosa, su deseo fue liberar a los cautivos de guerra en tierras cristianas, si bien no hubo necesidad de ello al no existir esta situación,  ese dinero lo destinó el generoso Abderramán III a construir el enorme palacio para su bella dama y  toda su trupe hasta que un buen día los bereberes se encargaron de destruirlo.

 


Cortesanos del bando cristiano solían venir con mucha frecuencia para recibir consejos y curar enfermedades, casi siempre provocadas por una desmesurada forma en el comer, solían engordar como cerdos cebones, no podían subir al caballo ni sacar la espada, así perdían todas las guerras,  aquí se les daban clases  particulares donde aprendían modales, buenas formas y refinación, los  médicos les curaban de otras muchas enfermedades que ellos desconocían,  sobre todo de tipo venéreo provocada la más de las veces por esa desidia en la falta de higiene, otras que todo hay que decirlo por no usar finos preservativos hechos de pellejo de cabra para hacer el amor sexual, esa enfermedad estaba muy en auge y era muy contagiosa, también eran tratados de sarna,  viruelas y tartamudez.

 


Solían ser estos nobles cortesanos de rudos y toscos modales, comían con las manos hincadas en la carnaza, siendo entre ellos cosa natural y de educadas costumbres.

 


Todo  fue  mejorando con el paso del tiempo, siglos costaría que los cristianos pudieran asimilar las buenas y saludables costumbres  musulmanas,  aunque eso de lavarse nunca lo llegaron a conseguir, hubo una reina que estuvo al menos cinco años sin cambiarse la camisa hasta conseguir el objetivo que se había propuesto, no siendo otro que tomar el reino de los nazaríes granadinos.


 

Tiempo habría para cambiar las tornas, los años hacen que según sea el comportamiento se pueda  avanzar o retroceder, aquí también se impondría aquello de la desgana, la pereza, la insidia y la indolencia, siendo el  preludio anunciador de un incierto y mal futuro no muy lejano, apuntando hacia el desastre y la hecatombe.

 


Algún tiempo después  se produciría la derrota musulmana del califato de los almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa dando  al traste toda la grandeza del califato quedando limitado a un pequeño reino de las llamadas por aquellos siglos taifas. 

Solo en la memoria del medievo  se recuerda  la grandeza del pasado y aquellas resoluciones familiares quitando y poniendo reyes de los reinos cristianos,  aquí se asignaban nombramientos de  duques, condes y marqueses,  se concertaban bodas según convenía en cada caso,  se nombraban capitanes y generales,  era el sitio ideal  para  restaurar virgos de aquellas pobres doncellas que lo habían perdido en algún  momento de recalentamiento y  nerviosa excitación, pero siempre había apaño para casi todo, esto era una especie de paraíso terrenal y panacea para toda esa serie de males y tribulaciones impuestas por la férrea censura de esos reinos intransigentes cristianos con fuerte olor cardenalicio.

 


En cuanto a política igualmente existía la más sabia y eficaz, no era otra  que la denominada del ordeno y mando, por antecedentes se sabía  que a los romanos no les fue bien la democracia, causa y motivo fundamental de su desventura con la  pérdida de aquel gran Imperio.

 


Al objeto de mantener buenas relaciones con el vecino y hermano Magreb y los países del lejano Oriente padres de nuestra cultura, se nombraban  embajadores;  en la frontera algecireña se pusieron tropas de contención evitando la tentación de nuestros vecinos del norte de África y aquellos  beréberes siempre amigos de frecuentes incursiones prestos al saqueo y a la rapiña.

Los Almorávides 



Hubo malas  relaciones con los  almorávides,  esa gente era peligrosa con tendencias a la invasión por sorpresa, se prohibió oficialmente el consumo del vino para evitar el molesto olor que evaporan sus gases y sus consecuencias,  recomendando otras sustancias más generosas que revitalizan el organismo y motivan la euforia como el kiffi, la mariguana  y otras hierbas y matujas que din duda eran perjudiciales para la salud. 

El Segura.- Compadre, y como fue eso para aquel  jovenzuelo llamado Almanzor,  llegado de Algeciras en busca de un trabajo, como antes hemos hablado  tuviera tanta facilidad ya que  en poco tiempo subió como la espuma,  ¿Por qué causas se produjeron  aquellos fulgurantes ascensos  por concurso oposición y sus estudios, por recomendación o por la dedocracia?.



El Guadalquivir.-Primo, reprime ese lenguaje un tanto guasón, satírico, criticón y soez, mesura tus palabras ofensivas, ese hombre en esta tierra es venerado como los cristianos veneran a su Santiago,  aquel que le apodaron “Matamoros” y de paso lo ascendieron a Apóstol. 

Supongo querido primo, te refieres a Abu Amur Mohammed ben Abu Amir al-Amirí, más conocido como Almanzor,   este hombre fue tocado por el hado de la divinidad,  enviado para castigo y azote de los infieles,  aguardándole un gran futuro con destino en lo universal,  no verían siglos venideros un hombre con las cualidades de Almanzor,  te contaré tan solo un poco para no ofender a la historia y a  los califas de su tiempo, porque vaya tela la que cayó desde el año que se fue de este mundo el hombre del ordeno y mando, nunca más volvería el Califato a brillar con luz tan propia; su carrera fue fulgurante y esplendorosa pero vayamos por partes y poco a poco.


 

Indudablemente llegó de Algeciras con buenas recomendaciones,  se colocó de escribano en una covacha a las afueras de la gran Aljama, tenía una letra preciosa,  pronto los encargos empezaron a llegarle como una lluvia, mucho se preocupó en no abandonar  nunca sus estudios circunstancia que redundó en incrementar notablemente  sus conocimientos.  

 

Las grandes cualidades que poseía llegaron a oídos de al-Hakam II haciéndole llegar a la corte donde fue exhaustivamente examinado aquel apuesto joven de 21 años obteniendo  matrícula de honor, después adquirió  numerosas licenciaturas en todas las materias,  el chico valía mucho, era muy inteligente y sobre todo un arribista trepador, tenía gran ingenio y muy  simpático, no falto de don de gentes, en  palacio se movía como pez en el agua, encandilaba con su labia a las mujeres  quedando siempre embobadas y deseosas de su presencia.

Se prendó del chico  Subh en árabe, Aurora en cristiano, era la mujer del califa, fue  una vascona Navarra muy calentona,  este cumplió a satisfacción los deseos de la señora, pronto le dieron el nombramiento de Cadí de Sevilla; también fue enviado a Marruecos a realizar la Inspección General,  comprobando estado de las tropas de ocupación y de las cuentas del erario.

 


Como tanto ingenio como  el joven tenía le nombraron director de la casa de la moneda de Córdoba, acuñó dinares y dírhams de oro y plata de aquellas monedas antiguas sin nombre, le puso el suyo propio, esto cayó muy bien en palacio y hasta hubo  quien dijera  este Amirí, es un genio muy ocurrente y gracioso, está lleno de sabiduría y talento.



Esta fue una época de esplendor y de gloria para el Califato Cordobés, ya estaríamos  por el año 965 de vuestro almanaque zaragozano y taco, cuando al gran Abi-Amir le dieron el nombramiento de Valí con el permiso o venia  del príncipe de los increyentes, de modo que ya  no tuvo más remedio que trasladarse  de aquella pobre  pensión donde vivía al palacio de Medina-al-Zahara,  como es consiguiente por inducción de la vascona  Aurora, mujer de Halhaquen y madre de Hixam, ellos vieron con buenos ojos aquel traslado sobre todo la navarra y toda la  amplía plantilla que se componía el gineceo.


En el año 967 le otorgaron el nombramiento de Intendente de los hijos del Califa, siete meses después le nombraron Tesorero y Curador de Sucesiones,  y en muy en breve plazo Cadí de Sevilla y Niebla.

 


En 970 fue nombrado Administrador del príncipe heredero y lo  mandaron al norte de África con el general Galib para  pasar revisión a las tropas, los dos hicieron buenas amistades durante el viaje y estancia, posteriormente precisaron un Intendente General, y Galib sacó la cara por él, no dudando en palacio en  otorgarle el cargo de forma inmediata y pomposa, después se casaría  con la hija del general.

 

En el año 976 ya se encontraba muy enfermo el gran califa al-Hakam, tras haber sufrido un ataque de hemiplejía por lo cual hizo jurar fidelidad a su único hijo el príncipe Hixam a la edad de 11 años, al poco murió el padre.

Hisam II sucedió a su padre como Califa pero precisaba una regencia por su minoría de edad,  Almanzor fue nombrado Gran Visir, pero a la alta nobleza de palacio le olió aquello a chamusquina tan numerosos y fulgurantes  ascensos,  esto no tenían razón de ser, ni tampoco  había realizado méritos para ello este hombre,  la trama política contra su persona comenzó a mascarse en el ambiente, pero este hombre  era muy listo y disponía de mucho dinero, compró soldados eslavos mercenarios y beréberes, de esta manera se custodió con una especie de guardia pretoriana y   en escaso tiempo llegó a formar su propio ejército.

 


Las incursiones a los reinos cristianos se venían sucediendo  significativamente en las estaciones veraniegas, obteniendo valiosas victorias y cuantiosos botines, rehenes y soldados, el pueblo cordobés estaba entusiasmado con los logros del amirí  Almanzor, el pueblo   le aclamaba por donde quiera que pasaba.


 

En el 981 se produjo en Córdoba una rebelión militar protagonizada por el general Galib y los aliados de tierras cristianas  contra Almanzor  que en definitiva  era un recién llegado, mientras el General su suegro, no pasaba de tal cargo,  entonces intentó derrocarlo pero  no pudieron  conseguirlo.

 


La  aristocracia y alta nobleza advirtió que Almanzor se estaba pasando de la raya  metiéndose continuamente en los mismísimos tomates, puenteando a los consejeros de la corte,  aprovechando la minoría de edad de Hixam II, el descontento se había generalizado entre la aristocracia cordobesa,  la corte advirtió el descarado comportamiento, vieron que se trataba  <<de un trepa sin ningún tipo de reparos>>  por ello se levantaron  las iras contra el Amirí.

 




Almanzor salió triunfante de todos los lances e impuso la dictadura,  nada de democracias pueriles que tanto dañan el buen gobierno, la minoría de edad de Hixam II le permitió obtener los mejores resultados, a este le rodeó  de placeres y lujos, le educó para la música y la poesía,  anuló por completo al resto de enseñadores, pedagogos y académicos, cambió a gobernantes y ministros, a generales, jefes y oficiales, cesó a quien el estimó pertinente  y nombró   a sus adeptos y amiguitos por el sistema del nepotismo, se  hizo cargo de todos los asuntos de gobierno, las reclamaciones conforme iban llegando caían de inmediato en la papelera de reciclaje, sin ser atendidas ni siquiera archivadas para su constancia.

Almanzor era evidente que  no quería hacer prosperar a Hixam II,  mientras tanto él seguía  al alza, no interrumpía sus anuales razias, obteniendo cuantiosos botines y mano de obra gratuita con los cautivos y esclavos, amplió la gran Mezquita Aljama,  se construyó su fortín, aquello fue una ciudad palacio llamado Medina al-Zaira cerca de lo que hoy se conoce como “Cervezas el Águila” junto a la ribera del río Guadalquivir, distante de Córdoba unos cuatro kilómetros, tomando la carretera Nacional IV dirección Alcolea,  era el Jefe de las fuerzas armadas que lo protegían, de aquello nada ha quedado para la posteridad. 

Las conspiraciones fueron frecuentes porque los cesados estaban descontentos,  las cárceles estaban llenas de aquellos denominados insumisos y alborotadores de la paz, para contrarrestar cualquier foco de insurrección, existía la policía secreta de aquella lejana época, después la copiarían los alemanes con el nombre de Gestapo.

 


Para obtener mayor prestigio se rodeó de brillantes literatos y gentes de letras procedentes de Siria, Bagdad y Bizancio,  mandó hacer una gran biblioteca, ello no hacía daño a nadie, si bien los libros tenían que ser aprobados bajo la mirada escrutadora de los censores y de su consentimiento


 

El  pueblo no veía con buenos ojos aquella forma de gobernar dando continuas muestras de descontento, al no poder ver nunca a su Califa brillar con luz propia.


 

Para evitar daños mayores y erradicar cualquier intentona, envió un bando público a fin de tranquilizar a la población y a la plebe,  indicando que el Califa no deseaba ser molestado  de sus estudios y otras cuestiones de  gobierno, por lo cual  todos los asuntos de trascendencia debían ser enviados a su nuevo palacio de Medina Al-Zaira, pensando que en él había recaído esa gran responsabilidad por propia voluntad  del Califa.

 


El pueblo se levantó en armas, ello fue motivo de una guerra civil, Almanzor sé autonombró con el titulillo de al-Massur-bi-Llach (quería decir el victorioso en nombre de Alá), dando a conocer  la Dictadura, un buen día echó un discurso  y al finalizar su arenga preguntó a la plebe diciendo  con mucho énfasis, ¿Qué queréis, que tengo urgente prisa?... y mira tú por dónde entre la multitud de personas  salió un listillo diciendo,  queremos el mar, y Almanzor respondió, bien  esa petición os será concedida  pero a condición que vosotros tenéis que traer  el agua  a cubos, después añadió <<Sed razonables, pedid lo imposible y os será concedido>>.

 

El Segura.-Que maravilla y talento de hombre,  no hay que desmerecer a las personas con calumnias y embustes, siendo más bien  fruto  de las insanas envidias,  solo  la historia es la que juzga los hechos, si bien hay que reconocer que quiso educar al joven califa Hixem II, sobre todo  en  aquello que le gustaba al joven muchacho, no al arte de la guerra como correspondía a su linaje, al joven le  horrorizaba esa palabra llamada guerra, el siempre fue hombre  de paz y sosiego, curtido en la apacible vida palaciega, amante de la poesía  de las artes y de la música y también de las fiestas y jolgorios.

 


Para los  asuntos de guerra, gobierno, protagonismo y liderato tenía a Almanzor el Victorioso por Alá, él era poeta y no estaba bien ir a la incómoda y horrorosa guerra.

 



El Guadalquivir.- Almanzor era la cara opuesta de la moneda esto a veces nos mata, sucede más veces de lo que nos parece, suele decirse “la historia se repite”, siglos después llegó  un joven militar que con prontitud ascendió a  general revelándose  contra la  II República, votada por el pueblo soberano, formó la marimorena, estalló la guerra incivil la que  ganó, después ya no se acordó ni de restaurar la  República, ni la Monarquía dinástica, ni de nada,  impuso la dictadura y  él solo mandaba en España, hasta que por razón de su  edad entregó la cuchara el cinto y las cartucheras,  ach que  se me olvidaba, mandó construir con presos de guerra un mausoleo al estilo egipcio allá en Cuelga Muros, también conocido en aquella época como  Valle de los Caídos, cerca de la población de El Escorial donde fue  enterrado. Años después un 24 de septiembre del año 2019  hubo otro trepa, esta vez fue  un  presidente del gobierno español que mandó sacarlo de allí y enterrarlo en  el cementerio de Mingorrubio en el Pardo,  todo hay que decirlo.  


El Segura.-Lo de Almanzor fue distinto, yo  ahora me acuerdo cuando estuvo  en aquella Murcia medieval quince días descansando, iba de paso a  territorios de la Marca Hispánica, hoy Barcelona,  para ajustarle las  cuentas al Conde Borrell, aquí estuvo él y sus tropas, te cuento solo un poco a groso modo de  lo que pasó:

 



Se prepararon grandes fiestas en los Alcázares de Kibi-Nasir para la gente de armas, y en los palacios del Príncipe Daráx-Jarife para Almanzor, visires, alcaides y gente gorda, esto fue memorable, fíjate como sería que las crónicas de aquella época cuentan haberse maravillado al haber visto tanta variedad y diversidad de  deliciosos manjares, resaltando la belleza de los platos y vajillas, dicen que cada día fueron diferentes, como también lo fueron las carnes, pescados, y los diversos manjares.

 






Los baños eran en agua de rosas, el lecho o cama para quien lo prefiera estaba perfumado con suaves olores que incitaban a la sexualidad, tanto del Amirí  como la de sus caballeros y visires, tengo entendido que para acompañar la dormida vinieron jóvenes zagalas de toda la comarca, este  último dispendio no alcanzó a la tropa y demás soldadesca,  pues había que mantenerla fuerte, no se la debía debilitar en tales menesteres, pero como no hay regla sin excepción fue necesario atender algunas reclamaciones de aquella abundante tropa quienes deseaban desfogar sus apetencias sexuales, entonces mandó traer a palacio algunas zagalotas del arrabal de la Arrixaca, cincuenta selectas jamponas de lo más preciado de la huerta,  pasadas un poco en edad y en carnes, a la soldadesca les gustaban gordas y hermosotas, tan solo fue una excepción para calmar los ánimos de aquella tropa ya que estaba  en campaña y alejados de  sus mujeres, encontrándose un tanto mohínos, esto les aumentó los ánimos y los revitalizó.

 

El Valí murciano de aquella época se llamaba Abu Omar ben-Kateb según algunos arabistas-traductores, mientras otros sostienen el criterio que era Ahmed Abu-Amir Ibn Jathách, motejado con el sobrenombre de Aljazen (este mote quiere decir el tesorero, el opulento), el tío era el amo de los dineros y el pueblo pagaba por las buenas o por las bravas.

 


Cuando Almanzor se despidió para continuar el viaje iniciado le echó la bronca al murciano al darle las gracias por su hospitalidad, diciéndole haber gastado con excesiva largueza  su hacienda cuando debiera haberla empleado más meritoriamente en obras piadosas, no obstante reconoció su agradecimiento eximiéndole de pagar tributos para toda la vida, cuentan las crónicas que desde ese memorable momento se puso de moda aquello  de que “el que regala bien vende, si el que recibe lo comprende”.

Antes de salir arengó a sus gentes desde el caballo diciendo <<A fe mía que tan magnífico hospedero no sabe alojar gentes de guerra,  así tendré buen cuidado de no enviar por esta ciudad a caballeros, ni personas, que vayan de gazua, cuyas galas deben ser las armas y su regalo el pelear>>.

 


El gobernador murciano un poco mohíno quedó pero  pronto se le  pasó la chamusquina al ser invitado por el Amirí a visitar  Córdoba a su regreso  de la razzia, por cierto le regaló una de sus más bellas esclavas, según cuentan algunas  viejas crónicas y leyendas  y para Murcia se la llevó.

Ya ves primo, en la vida no puede ser uno bueno ya que  encima te riñen y te  echan la bronca, si bien te parece  en otra ocasión seguiremos contando batallitas para el entretenimiento  y  aquello que pasó con Hisam II,  ya que  el hombre no consolidaba el cargo de Califa, ni mandaba, ni gobernaba,  ni nada por el estilo  pero ahora vamos a tomarnos un descanso y aquí se acaba este cuento. 






 

 

 

 

 

 

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