miércoles, 22 de noviembre de 2023

NOCIONES DE PALEOGRAFÍA

 

PASAJES HISTORICOS DEL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA-VISTO POR DON LUIS MIRANDA PODADERA EN SU LIBRO NOCIONES DE PALEOGRAFÍA.


Cuando era Cervantes un humilde alcabalero (recaudador de impuestos), que erraba por esos pueblos exigiendo la exacción  de diversos tributos  y gabelas, osó dirigir un honesto requiebro a cierta joven, extraordinariamente bonita, al tiempo que salía de la iglesia de Argamasilla de Alba. La dama era nada menos que la hermana del señor feudal de la Villa, D. Rodrigo de Pacheco, por lo que Cervantes fue  preso en una cueva de la casa del alcaide Medrano.   


En aquella inmunda zahúrda  sin más luz que la de un pequeño intersticio o claraboya, escribió Cervantes los primeros capítulos del Don Quijote de la Mancha, cuya edición príncipe fue impresa en Madrid en la imprenta de Juan de la Cuesta. Se puso a la venta en enero de 1.605. Contaba entonces Cervantes cincuenta y ocho años.



Esta novela española es quizá la obra literaria más grande que ha engendrado el entendimiento humano, porque es la única en que se unieron  en grado sumo, la más fecunda imaginación, la razón más equilibrada y el estilo más acabado. Es el libro que originó mayor número de traducciones, sin que alguno le aventaje. Los ejemplares fueron leídos siempre con fruición, divulgándose las hazañas de sus antagónicos personajes

.


Echad un vistazo al libro y veréis la originalidad de Cervantes, que pone de relieve los humanos vicios y virtudes personificando la incesante pugna del idealismo con el realismo en sus dos héroes simbólicos, Don Quijote y Sancho. 

Don Quijote  es un enfermo visionario que se esfuerza en idear un mundo inexistente, y Sancho, un bonachón y babuno palurdo, cuyas materiales inclinaciones le llevan solamente a satisfacer sus apetitos. 

Don Quijote corrige a su escudero la bajeza del modo de pensar, mientras el ignorante Sancho se ríe de la  ridiculez  que supone  la romántica y caballeresca  exaltación de su amo. 

Don Quijote discute embebido en la doctrina  y erudición de una constante lectura. Sancho basa sus argumentos en la experiencia de la vida, y los expresa en refranes  que son la filosofía del pueblo.   

De la manera expuesta reseña Cervantes cuán lejos de la perfección están ambos extremos.

Sus áureas páginas son como un inagotable venero en que se saborea  abundante filosofía, lecciones de política, sana moral, fábulas ingeniosas, interesantes aventuras y motivos de alegría y de tristeza; todo sahumado por la prestancia de un mágico lenguaje, de rancio y vigoroso corte castellano.

En bellas descripciones, desfilan ante nuestros ojos, en abigarrado  torbellino, todas las clases de la sociedad.

Es en suma, la empírica novela de un Genio que vino a dar al traste con las enrevesadas extravagancias de los Libros de Caballerías.

Nota.- En la madrileña calle Atocha, 87 se imprimió la edición príncipe de la primera parte de Don Quijote de la Mancha en el año 1604 y el día  12 de abril de 1605 vendió Cervantes el privilegio del Quijote a Francisco de Robles, librero del Rey.

La segunda parte de esta novela se publicó en 1615.


 

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