LAS MUJERES DE LA OBRA LITERARIA DON QUIJOTE

 

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Las mujeres que intervienen en la novela del <<Don Quijote>>, producción literaria que rivalizaba en los años cuarenta del pasado siglo,  en número de ediciones con la Biblia, estas mujeres están pintadas  en la obra con excelente verismo,  no  aquellas que aquí se insertan para relleno.

Así en Dulcinea se encarna la mujer querida, siendo un dechado de perfecciones.

En Sanchica, la joven hacendosa y humilde.

En Teresa Panza,  la mujer casera que se jacta de dar envidia a las vecinas.

En Clara, la muchacha sin experiencia que encendida por el rubor, se estremece oyendo bisbisar las primeras arrolladoras  frases de amor.

En la Duquesa, la mujer ociosa que nada más anhela divertirse y cuyos ribetes de instrucción abarcan tan solo cosas insubstanciales.

En Marcela, la mujer libre y  fría.

En Quiteria, la que, enajenada de amor, verifica a sabiendas, una boda  que lleva inherente y extremas privaciones.

En Maritornes, la espléndida, pero harta hombruna.

En Zoraida, tipo de belleza bereber, la que se sacrifica en aras al objeto amado.

En Dorotea, la eterna víctima del desvío de un hombre veleidoso.

En Camila, la hembra, bella, frágil, de efluvios de excitante voluptuosidad.

En Luscinda, la enamorada, que por obediencia derriba del corazón a su inaccesible ídolo.

             En Altisidora, la casquivana y amiga de bulla.

En Leandra, la que se deja embaucar por cualquier advenedizo que la emboba y desvanece con sus espurias palabras.

Y finalmente la señora Rodríguez, la venida a menos, que no se abstiene de criticar a los mismos señores a quienes sirve.