martes, 18 de junio de 2024

HUMANISTAS Y MËDICOS EN LA EDAD MEDIA AVANZADA

 

INTERCAMBIO CULTURAL ENTRE LOS PAÍSES BAJOS Y ESPAÑA

                            EN LA EDAD MEDIA

         HUMANISTAS Y MÉDICOS POR SIMÓN A. VOSTERS

 


Desiderius Erasmus Van Rotterdam, fue un filósofo humanista cristiano que la historia lo ha considerado como uno de los grandes filólogos más importantes del Renacimiento, ya en época de Felipe II y sus descendientes,  sus escritos fueron prohibidos pero pese a sus múltiples ataques contra su persona y su obra, siguió prevaleciendo su influencia.

Lope de Vega, por ejemplo aunque le ofende en tres ocasiones, cita sus apotegmas, y en su correspondencia con el Duque de Sessa, no destinada a la publicación, se apiada de las víctimas inquisitoriales y censura a los jesuitas.

Gracias a López de Hoyos, el erasmismo cala también en Cervantes y se percibe su influjo en todos sus escritos, particularmente en el Quijote.

                                                     


El erasmismo atraía especialmente a los judaizantes y conversos, uno de ellos fue  Juan Luis Vives,  que  pasó la mayor parte de  su corta existencia fuera de España, sin ganas de volver a su Valencia natal,  donde la Inquisición  habían matado a su padre y quemado el cadáver de su madre.


Vivía en la colonia valenciana de Brujas (Bélgica), daba  clases privadas a universitarios de Lovaina donde conoció a Erasmo y abrazó su manera de entender el cristianismo. Con él y  con Budeo de París, formó Vives el triunvirato del humanismo internacional en tiempos de Carlos V.

Casi todos sus libros se escribieron y publicaron originariamente en Flandes lugar al que quería y a su vez denostaba, como si de su verdadera patria se tratara. Su eco en la cultura neerlandesa, sobre todo en terreno pedagógico ha sido considerable, aunque no tan profundo  como el Erasmismo español.

Muchos humanistas flamencos acudieron a la Península a estudiar y a enseñar. Uno de los más  curiosos es Nicolás Cornado, profesor de griego y hebreo en el colegio de Lovaina.(Bélgica). Vino a España para aprender árabe y tratar de convertir a los moros al cristianismo pero sus propósitos despertaron recelos en Granada y Marruecos, aunque también causaba admiración por su dominio del idioma.

Conocido es su libro que contiene las epístolas que se leen o se cantan en las misas, en ellas se recuerda a los cristianos a la pacífica cruzada contra el  Islán y donde refiere en su descripción recordando  los  pasajes del Quijote y la absoluta falta de confort de las Ventas (fondas) antiguas  castellanas de entonces. 

Cienardo se carteaba con Juan Vaseo,  de Brujas, antiguo alumno suyo en  Lovaina, que trabajó en la Biblioteca colombina de Sevilla y luego enseñó griego y retórica en Salamanca..

En su crónica de las casos memorables de España fue de los primeros en analizar científicamente la historia medieval, en ella elegía Vaseo los escritos del médico de las hermanas de Carlos V y del filólogo, Serapio Becano..

 Otro  humanista flamenco que trabajó en España fue Andrés Vesalio de Bruselas, anatomista y cirujano médico de Carlos V y Felipe II y autor del libro llamado la FÁBRICA DEL CUERPO HUMANO, siendo la primera anatomía de la Era Moderna. Sus grabados muestran los órganos tal como son y Vesalio prueba que las descripciones  médicas se basaban en la disección del mono y no del hombre.

En la Universidad de Padua fueron discípulos suyos los valencianos Pedro Gimeno y Luis Collado que habían seguido con él las clases de Sylvius de Amiens en la Sorbona.


Cielo defendió a Vesalio de los ataques personales de su antiguo profesor y trató de incorporar a su enseñanza los métodos experimentales de Vesalio, anteponiendo la observación al principio de autoridad y criticando el tratado de Galeno sobre los huesos con argumentos sacados del libro llamado  la Fábrica, texto del que también era  el Atlas anatómico inédito (1680) de Crisóstomo Martínez, médico y dibujante valenciano que estudió el interior de los huesos, valiéndose del microscopio del holandés Anthony Van Leeuwenhoek y de correcciones de esta invención  hechas por descubridores  posteriores..

Una de las grandes obsesiones del fundador de la medicina moderna fue la farmacia bien dosificada  y aplicada. El médico segoviano Andrés Laguna, autor del escrito erasmista Viaje de Turquía, atribuido  durante mucho tiempo a Villalón, pasó varios años en Amberes, donde estudió una espléndida edición del  Dioscórides, libro botánico y farmacéutico.


Artistas como Velázquez según nos cuenta Pacheco, se sirvieron del libro llamado la Fábrica y los escritores españoles de la época admiraron no solo la teoría, si no la práctica de la medicina flamenca; Dionisio Daza Chacón, que escribió con Vesalio una práctica y teórica de cirugía, sanó a un enfermo flamenco en Bruselas, y el famoso autor natural  de Murcia y diplomático Diego Saavedra Fajardo, fue curado en la misma Corte por el médico de la Archiduquesa J.J. Chillet, autor de la  Reivindicación de España

Mucha simpatía por España  y contactos con intelectuales del país se  registran en la vida de Enrique Cock, lo que parece desmentir la opinión sustentada por la gran mayoría de escritores españoles de entonces de que los holandeses eran enemigos de Dios y del Rey. 

Su ida a España no fue voluntaria, sino forzosa, tal como el mismo apunta al considerarse persona que trabajaba por la vida,  vive lejos de su dulce Patria, su ciudad natal había caído en 1572 en poder de los mendigos (Gueux), que apresaron a veintiún religiosos y sacerdotes, martirizaron a diecinueve de ellos, canonizados; su fiesta, el 9 de julio.

Dos años después Cock llegaba a España. vía Roma y ya no retomaría a su patria. En España desempeñó diversos oficios, entre ellos el de agente de una librería flamenca en Salamanca, pero la mayor parte del tiempo fue archivero y miembro de la guardia de Felipe II.

Acompañó al monarca en numerosos desplazamientos realizados a Zaragoza, Barcelona y Valencia en 1585 y a Tarazona en 1592, ambos viajes fueron minuciosamente relatados por él, en idioma español, lengua que dominaba a la perfección, aunque solía escribir en latín.





Para la magna obra ilustrada del alemán Braun sobre las ciudades del mundo, hizo la descripción de Osuna y Marchena con grabados de Hoelnagle, un artista de Amberes que también viajó en la Península, pero lo que le dio más fama a Cock fue su Ursaria silve Mantua Carpetana, una descripción en versos heroicos de Madrid, la primera que se hacía de la capital, tan precisa que corrige datos proporcionados por autores nativos y donde se menciona la presencia cultural de Flandes,  en el Alcázar madrileño: tapices, pinturas y sobre todo la capilla Flamenca de Carlos V,  se contrataba  a los mejores cantantes de los Paises Bajos de la que fueron directores Nicolás Gombert, Felipe Roger,  Cock había en su epistolario  latino de sus contactos con Fray Luis de León , el Brocense Francisco de Salinas, el célebre músico ciego y Cristóbal  Calvete y Estrella, poeta latino, autor del viaje de Felipe II por  los Paises Bajos, de 1549. 

También conoció al caballero de Amberes Jean Lhermite, archivero como él  pero con más suerte, porque gozó del favor de Felipe II después de una demostración de patinaje, arte desconocido en la España de entonces; llegó a ser ayo del futuro rey Felipe II y regresó a Flandes en 1602 colmado de honores .


Figuran, asimismo, en el Epistolario de Cock, sus cartas con el jesuita de Amberes Andrés Schott  y con Pieter Pantyn, de Tiell catedráticos de griego  en Toledo y Zaragoza, donde fueron sus alumnos los hermanos Leonardo de Argensola, poetas y humanistas que siempre se vanagloriaran de haber tenido como profesores  a estos dos amigos de Justo Lipsio con el que sostenían  correspondencia en latín. Pantyn colaboró además, en la colección de concilios españoles,  de García de  Loaisa 

Justo Lipsio se carteaba con numerosos humanistas hispanos. El catedrático de Lovaina nacido ceca de Bruselas, procuraba llenar así el vacío dejado en España por la prohibición de Erasmo, cuyas obras podían exhibirse en público. Cuando Lipsio tornó al seno de la iglesia ya no fue peligroso adherirse a sus ideas, a su estoicismo cristiano y a su simpatía por el gran filosofo cordobés Séneca. Lipsio fue en vida, el humanista neerlandés más conocido en España y, a su muerte, el segundo tras Erasmo. 

Célebre es su correspondencia con Quevedo, a quien llama en griego  la joya de los iberos. Este ya por entonces crítico de la mentalidad de sus compañeros patriotas, le escribe: vosotros sois presas de la guerra; nosotros del ocio y de la ignorancia.

También se carteaba con el autor del Buscón con J.J. Cifflet, capellán y secretario de la gobernadora  de los Paises Bajos, por medio de Chifflet, Quevedo conoció y trató a Lucas Torio gentilhombre flamenco discípulo digno del gran Erycio Puteano, como me llama Tamayo de Vargas, amigo de Lope de Vega, 

Torio permaneció bastante tiempo en Madrid, donde en 1628 conectó con Rubens  para que se le diese un volumen de inscripciones africanas. Es posible que éste Torio le ayudase a conseguir una antigualla de valor incalculable, un casco romano intacto, pero no lo es tanto que Rubens conociese a Quevedo, al hallarse desterrado en  la Torre de San Abad, desde donde escribió a Torio  el 12 de septiembre de 1628, una carta llena de aquella sabiduría estoica que tanto complacía a Justo Lipsio, alumno de éste fue Felipe Rubens, el mal logrado hermano de Pedro Pablo que  admiraba a Quevedo


Sirva de consuelo el hecho  de que pese al odio levantado por las sangrientas guerras de Flandes, los humanistas españoles y neerlandeses mantuvieron sólidos lazos de amistad.

                                INTERNACIONALISTAS

Uno de los problemas más urgentes en la época de las guerras de Religión  era reglamentar las relaciones internacionales. El holandés Hugo Grocio intentó fijar el derecho de la guerra y de la paz. 

No fue el primero en ocuparse del tema, pero al ser su obra  De Iure belli ac pacis, la más completa y mejor documentada  y compuesta, se le considera fundador del Derecho internacional. Basado éste no sólo en autoridades eclesiásticas  y seglares sino ante todo el Derecho Natural, tiene sus antecesores en España, donde internacionalistas como francisco de Viloria, Domingo de Soto y Francisco Suárez, extrajeron de la revelación y la razón reglas aplicables al comportamiento  de los Estados. Así al comentar el descubrimiento de América reconocía los derechos de los bárbaros y protestativas por las crueldades de los conquistadores  .

Esta preocupación cristiana por los derechos romanos, plasmada en un asunto concreto y urgente, llegó en parte por conducto de Flandes. Vitoria fue Erasmista y en París, alumno del bruselense Crackeen, quien dentro del espíritu de Santo Tomás, procuró ocuparse de cosas prácticas sin perderse en las agudezas del decadente escolasticismo. Antes de volver a Espala. Domingo de Soto oyó en Paris las clases de Vitoria sobre Aquinas, siendo uno de los primeros en convertirse a la causa tomista.

El  Consejo de Indias censuró el tratado sobre el mal libre y contradecir la tesis del Mare Clusum, que consideraba al conjunto de los mares que unían territorios españoles como regalo papal a los fieles servidores de los Reyes Católicos y de la fe.

Cabe tachar de  hipócrita, a su vez, la indignación holandesa ante el bárbaro trato de los españoles a los pechelingues, ya que el colonialismo holandés en las Indias orientales abundó el comercio y el sistema de cultivos obligatorios y en las aguas africanas  (trata de esclavos), no se compaginaba con el principio de la libertad marítima  y de los derechos humanos. 


Pero en ambos Paises la diferencia entre política y cultura, se manifiesta en el contraste de halagüeñas teorías con prácticas repugnantes, Juan de Solórzano y Pereira defendieron  las tesis antigracianas de Mare Clusum y en su política indiana llama a Grocio el anónimo, quizás por no figurar su nombre en la edición príncipe de Mare Iberum, más si en ediciones posteriores que Solórzano debió consultar, como la de Lyon de 1633 que tenía en su biblioteca don Vicencio Juan de Lastamos, el mecenas de Baltasar Gracián

                            TEÓLOGOS E IMPRESORES.


 A partir de la Baja Edad Media, los benedictinos de Montserrat traducen y editan los  textos de la Devoción Moderna, movimiento neerlandés de renovación espiritual que influye en el humanismo de Erasmo- alumno de los Hermanos de la Vida Común  y en el misticismo de Ignacio de Loyola  y Teresa de Ávila, que prescriben a los miembros de su Orden el escrito más conocido de la Devoción Moderna.


 La Imitación de Cristo de Tomás Kempis . por este movimiento laicista y en las traducciones latinas de Herpio, llegaron también a España los textos de Jan Van Ruusbroec, místico  brabanzón del siglo XIV que influyó poderosamente en San Juan de la Cruz y  en Fray Juan de los Ángeles, pese a las insinuaciones  del panteísmo y herejía levantadas por la Inquisición contra los místicos  flamencos.


Ya en el reinado de Felipe II, era sospechosa toda mercancía espiritual venida de Flandes y el severo monarca prohibió estudiar en Lovaina a los españoles. Así se cerró una época de fructífero intercambio hispano flamenco en la Atenas Brabanzona. 

Allí  se formaron humanistas como Martin Cordero. que llegó a obispo de Valencia  y el secretario y criado del Rey, traductor de Plutarco y Tucídides, Diego Gracián de Alderete, llamado García antes de visitar Lovaina donde latinizó su apellido, siempre recordó a Grudia con afecto igual que a Cordero. 

En 1542, es decir dos años después de su aprobación eclesiástica, siendo los  primeros jesuitas españoles llegaron a Lovaina y reclutaron universitarios flamencos para la Contrarreforma. 


Alumnos de esa Universidad.desde donde desvió el peregrinaje a Roma, fue el célebre biógrafo de San Ignacio, Pedro de Rivadeneira, quien cuenta que siendo Loyola  estudiante de París, marchó a Brujas durante las vacaciones a pedir limosna a los ricos mercaderes hispanos teniendo entonces la oportunidad de conocer a Vives cuyos escritos pedagógicos admiraba.            


Convertida Amberes en centro mundial de la impresión, de la casa Plantino allí radicada, salió la Biblia Políglota de Benito Arias Montano, el afamado hebraísta español de origen judío. Este frecuentó la tertulia de Plantino, en la que intervenía el filósofo Justo Lipsio, los hebraístas Masío y Rafalingio, el geógrafo Otilio, autor del espléndido Atlas llamado  Teatro del Orbe de la Tierra; el botánico Clusio y muchos otros que editaron sus obras en el <<Arch Tipógrafo del Rey>>, encargado de vigilar contra su voluntad, las restantes imprentas de Flandes en materia sobre todo del índice de Libros Prohibidos.

Parece que Arias Montano simpatizaba con esta  ligera libertad religiosa, aunque siguiera contando con la confianza regia hasta el punto de obtener, por sus gestiones, la dimisión del Duque de Alba como gobernador de los Países Bajos.  

Ya en España en el Escorial y en las mismas barbas del desconfiado Felipe II, Arias habría convertido a las ideas de la Familia de la Caridad a Fray José de Sigüenza, autor de la Historia de la Orden de San Jerónimo en tres tomos, siendo hombre perseguido algún tiempo por la Inquisición, y a Pedro de Valencia en Sevilla.



También influyó Arias en Fray Luis de León, al que inició en la traducción directa del hebreo del Cantar de los Cantares cuando eran estudiantes.     

Por esto la inquisición acusó a Fray Luis quien, desde los calabozos del Santo Oficio pidió dos libros del franciscano Frans Titelmans lector de la Sagrada Escritura  en Lovaina, ortodoxo, erasmista  y con un hermano inquisidor.

Uno de los comentarios al Cántico de Salomón y el otro llamado la Elucidación parafrástica del Libro de Job, que usó para escribir su Exposición del mismo libro de la Biblia, compendio de paciencia ante las adversidades que el propio Luis intentaba aplicarse.

Su método científico sin embargo difiere notablemente del seguido por Titelmans, se basa en la exégesis y el conocimiento de los idiomas bíblicos, mientras el del franciscano limburgués se apoya en el antiguo método prefigurativo, reacio a censurar la Vulgata. De todas formas, los teólogos flamencos leídos en España por literatos como Lope y Quevedo entre otros, solían ser más avanzados que Titelmans, siendo tan alto el nivel de la teología hispana, que un libro de Suárez fue adoptado por el holandés Revius para uso de teólogos  calvinistas por considerarlo indispensable.

Obras teológicas de autores españoles escritas en lengua vernácula o en latín, fueron utilizadas e impresas en lo Países Bajos  donde había editoriales, como Martín Nucio, Steiso, Velpio y Belero, especializadas en sacar libros para el mercado hispano.

La excelente calidad de las imprentas neerlandesas motivó a los eruditos como Andrés Laguna y Martín Cordero para que fueran a a Flandes a editar sus libros. De ahí también salieron textos heterodoxos que entraron clandestinamente en los puertos españoles, donde siempre había protestantes y alumbrados, como sabemos por los procesos inquisitoriales.

Uno de los luteranos más famosos fue el burgalés Francisco de Enzinas, que tuvo la audacia de ofrecer a Carlos V un ejemplar de la traducción del Nuevo Testamento, impreso en Amberes, sin privilegio. El monarca lo aceptó pero después encarceló en Bruselas a su  autor, quien en venganza, escribió sobre el triste estado de la libertad religiosa en los Países Bajos.

                             

                                CARMELITAS DESCALZOS                                          


        

Sería incompleto éste trabajo al  no mencionar a los Carmelitas Descalzos. El reinado de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, llegó a crear un clima favorable para la fundación de conventos reformados por particulares y entusiastas y así en 1607, la venerable Ana de Jesús, continuadora de la obra de Santa Teresa, fundó el de  Bruselas, donde murió en 1621. 


Se debe  a esta descalza, no solo que Fray Luis, escribiera los Comentarios del libro de Job, sino la edición príncipe en Bruselas, del libro de las Fundaciones de Santa Teresa y la primera edición en lengua original de la Declaración del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, que también fue miembro del Carmelo descalzo de Fray Jerónimo de Gracián, hijo del ya citado humanista, Gracián de Alderete. que  editó en Bruselas los Conceptos del Amor de Dios, de la Madre Teresa, fue confesor de los archiduques, 

Publicó en Bruselas varios libros escritos en español donde demuestra conocer bien el sectarismo protestante y el ateísmo en Holanda, cosa rara, pues los españoles de entonces insinuaban que todos los holandeses eran luteranos. 

Cabe suponer que Gracián dispuso de información de primera mano , quizá de católicos holandeses refugiados. La presencia en Flandes de religiosos españoles  propició a editar obras en castellano y otras traducidas, llegando a impulsar el florecimiento espiritual del norte de Europa.

Una dama noble, doña Luisa de Carvajal y Mendoza procuraba sacar de la cárcel de Londres a católicos ingleses y les ayudaba a escapar. respaldando su obra los  jesuitas flamencos y religiosos españolas de Flandes, con quienes mantenía correspondencia. 

De niña, Doña Luisa se educó con Isabel Clara Eugenia, la hija predilecta  de Felipe II que, al casarse con con don Alberto de Austria, fue gobernadora de los Paises Bajos. 

Por encargo de doña Isabel, pintó Rubens una Asunción para la iglesia de las Carmelitas Descalzas de Bruselas y otros cuadros de temas teresianos y para el Carmelo Descalzo de Amberes, y otro inspirado en el Libro de las Fundaciones. 

El único retrato auténtico de la Santa, es el de Fray Juan de la Miseria, quizá conoció a Rubens a través del excelente grabado de Jerónimo Wierix de Amberes publicado en el Compendio de las fiestas de Santa Teresa, o por la copia hecha por otro flamenco, Adrianes Boon,        .



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