Es célebre
la calle madrileña denominada de Cervantes, pues en ella habitaron don Miguel
de Cervantes Saavedra y don Félix Lope de Vega Carpio. Este último famoso poeta
madrileño era propietario de la casa número 15 en la cual moraba.
Se le considera como un prodigio, se le
atribuye lo desaliñado de su estilo. El número
de las producciones que salían de su inagotable pluma era incontable, pues se calcula
que compuso la fabulosa cifra de siete millones de versos y que escribió más de mil quinientas obras por lo que su coetáneo
Cervantes le llamaba, Monstruo de la Naturaleza.
El mayor
mérito vino a ser en el feliz comportamiento
que hizo de la poesía popular con la erudita, ennobleciendo aquella y
vulgarizando ésta.
Siendo secretario
del Duque de Alba, escribió La Arcadia,
en la que esbozó habilidosamente, mediante fingidos nombres, a sucesos verdaderos ocurridos y
aventuras de amor de señores de la Corte del Rey.
El PaPa
Urbano VIII le otorgó su bendición y varias dignidades, así cómo privilegios honoríficos
y el uso del hábito de San Juan, al dedicarle la escogida obra titulada CORONA TRÁGICA DE MARIA ESTUARDO, que
escribió cuando, ya cansado y hastiado del mundo, hizo votos y abrazó la vida
ascética afiliandose a la Congregación de Sacerdotes de Madrid.
Tres
veces contrajo nupcias, terminó su vida el 25 de agosto de 1635, fue enterrado en la madrileña iglesia de San Sebastián, situada en la calle Atocha.
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