AGUSTINA DE ARAGÓN
No era
necesario alardear del perspicaz zahorí para buscar agua bajo tierra. No tiene ninguna base científica, pero se sigue utilizando este procedimiento en caso de necesidad.
Para
vaticinar nuestro adverso horóscopo, después de haber declarado la guerra a Francia
por llevar al patíbulo a Luis XVI, también de haber perdido nuestra escuadra en el
infausto y glorioso combate de Trafalgar, de la inexplicable tolerancia con las
invasoras huestes de Napoleón I, y de la
pasividad de Carlos IV, echado totalmente en brazos del favorito Godoy.
Hastiado
el pueblo español del constante tejemaneje político, resurgió de su inacción,
amotinándose en Aranjuez y obligando al rey
Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII.
Napoleón Bonaparte
Fernando VII
Napoleón Bonaparte se entrevistó con el rey Fernando VII en Bayona y sin reflexionar en la inviolabilidad, le retuvo prisionero en Valen- cay, designando como nuevo rey de España a su hermano José Bonaparte, entre los años 1808 al 1813, encarcelando al rey de España que se pasó toda la Guerra de la Independencia prisionero en el castillo de Valencay (Francia)
El día 2 de mayo de 1808, Obligó a los españoles a elegir su bando: quien no luchaba contra los franceses estaba con ellos, los madrileños armaron una enorme manifestación por no decir sublevación guerrera, entre otras cosas al cortar los tiros de los caballos enganchados que había de llevar a Francia a los Infantes, por orden de Napoleón, sobrevino la caótica jornada en la que inmortalizaron sus nombres Daoiz, Velarde y Ruiz, y así dió comienzo el primer eslabón de aquella Guerra de la Independencia contra el opresor francés, el drama de la resistencia al ocupante ya había adquirido un telón de fondo revolucionario ante la progresiva ocupación del territorio nacional por tropas extranjeras
LOS FUSILAMIENTOS NAPOLEÓNICOS
La
invasión francesa no se dedicó como preconizaba a los cuatro vientos sobre todo respecto a la modernización del pueblo español, casi anclado en la oscuridad del sayal y capa negra más cercana que otra cosa a la Edad Media, los franceses destacaron especialmente en el atropello y en el pillaje, así como en el fusilamiento de pobres inocentes, sin perjuicio de acometer abominables estragos, herejías y robos de joyas de incalculable valor.
Esta situación
de los gabachos vino a provocar el levantamiento del pueblo hispano
dando lugar a la guerra de guerrillas que constan en la Historia de España, sobre todo por los éxitos que sucedieron en las batallas de Talavera,
Albuera, Alcolea, Arapiles, Vitoria, San
Marcial y los sitios de Zaragoza y Gerona.
EL ABRAZO DE VERGARA
Arrojados los franceses de la península fue liberado de su cautiverio Fernando VII, apodado el Deseado y también motejado cómo el rey Felón.
.A su muerte en 1833 le sucedió su hija Isabel de tres años de edad, bajo la regencia de su madre María Cristina, a la que combatieron durante siete años los llamadas guerras carlistas de Carlos María Isidro de Borbón y Borbón Parma., secuaces del hermano de Fernando VII, hasta que los generales Espartero y Maroto pactaron el convenio o abrazo de Vergara.
La primera Guerra Carlista tuvo lugar entre los años 1833 y 1840, en cuanto a la segunda entre 1846 y 1849.
A pesar
de todo Isabel II que reinó desde 1833 al 1868 abandonó para siempre la Corona con motivo de una insurrección
producida en Cádiz, provocada y dirigida
por los generales Prim, Serrano y Topete, que nombraron un Gobierno Provisional
a su cargo.
AMADEO I DE SABOYA
Los perturbadores movimientos impidieron regir el país y por conducto del general Prim ofreció la Corona a D. Amadeo I de Saboya que fue aceptada, al poco tiempo de este reinado, vino la renuncia, dando lugar al establecimiento de la Primera República española, vigente en España desde su proclamación por las Cortes de Cádiz el 11 de febrero de 1873 hasta el 9 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto se restauró la Monarquía Borbónica cuyo reinado recayó en Alfonso XII, (1874-1885), hijo de Isabel II, a la muerte de éste rey rigió el mandato a su viuda doña María Cristina, debido a la menoria de edad del rey Alfonso XIII que reinó desde el 17 de mayo de 1886 al 28 de febrero 1941.
El 14 de abril de 1931 ante una votación popular adversa a la Monarquía volvió a instaurarse la Segunda República en España, cuyas Cortes eligieron de Presidente a D. Niceto Alcalá Zamora, siendo sustituido sin finalizar su mandato legal por D. Manuel Azaña, al poco tiempo sobrevino la Revolución Española y la Guerra Civil de 1936-1939.
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