Pero también hay inventores de buen caletre que para minimizar el consumo del agua han inventao una especie de canuto que se enchufa a un balsón donde contiene el agua para el riego, este balson se llena a través de la descarga del líquido incoloro por medio de un camión cisterna o un antiguo camión Pipa, para el riego enchufan una manguera de goma de muchos metros de longitud que a su vez va echando una gotica de agua, de ese modo van regando árboles y plantas, el invento permite que nos cunda mucho más el abastecimiento, no obstante de vez en cuando hay que pedir el S.O.S a los manchegos para que el hermano Tajo nos mande un zumbio a través del Trasvase, no creas tú que la regalan que buenas perricas nos cuesta, si hubieras visto tu las renegaeras y pesambres que pillaba el Presidente manchego Bono con el tema del Trasvase .
Me parece a mi querido primo que debemos hablar de otras cosas, porque con estas injusticias se me dispara el traque y me sube la tensión y luego dices tu que no me queje, como se nota que a ti bien te han tratao, por decirte piropos en miles de coplas y canciones te han cantao, los flamencos te han dedicao miles de canciones inspirás en noches de luna llena, hasta los poetas de buen caletre y mejor mollera te han dedicado miles de versos y prosas, tu siempre fuiste el niño mimao y privilegio, ¿a cuantos artistas no habrás inspirao, ¿te acuerdas, de aquellos moricos que tanto te querían, estos te llamaban Río Grande?.
ale primo ya vale con tus quejas y manías de siempre y esa eterna sequía, como no me voy yo acordar del nombre que me pusieron por cierto les resultó algo largo y de difisil pronunsiasión, esta gente del turbante siempre fue mi amiga de poner motes, apodos y sobre nombres, yo me llamaba Betis antes que ellos llegaran por esta tierra, a ellos no les debió agradar mucho este nombre y me lo cambiaron por el de Uad-el-quivir, entonses a la pronunsiasión callejera les resultaba algo larga y para abreviar con río Grande me apodaron.
¿Y de aquel palacio que mandó a hacer en la mismísima falda de la sierra te acuerdas?.
Ya lo creo que me acuerdo, como no me voy a acordar de aquello, si era una verdadera preciosidad era nada menos que Medina Azahara, Yabel -al-Arús era el nombre de la falda de aquella sierra que traducido al idioma de los cristianos quería decir el Monte de la Novia, aquel palasio era una verdadero primor donde acudían las embajás del mundo entero a pedir consejos, también a curarse de sus enfermedades porque en aquella Córdoba había munchos sabios galenos, casi todo lo sanaban incluso venían a aprender a leer y escribir gente prinsipal de Castilla, León y Navarra, ellos no tenían tan buenos pedagogos y maestros en el arte de la enseñanza como nosotros, en esos reinos abundaban los ágrafos y analfabetos por todas partes salvo en los conventos.
que se llamaba por aquella época Kurtuba y dispués de munchos dispueses y munchos siglos le pusieron de nombre Colonia Patrisia, creo que así la bautizaron cuando llegó el Claudio Marcelo con su trupe casi aniquilando a los nativos ibéricos antes que los ejércitos de aquellos Hijos de Pompeyo y el Julio Cesar andaran por esos mundos de la campiña tirándose los trastos a a la cabeza y borrando del mapa la tierra del país de Munda, Ulia y Montemayor, tengo entendio según tu me contaste un día que todavía aún están escarbando en la ruinas de la ciudad de Ategua como testigo excepcional de aquellas guerras.
Pero bueno, los romanos siempre fueron hombres prósperos, cultos y guerreros, cuando conquistaban una ciudad en una mano llevaban la espada y en la otra el arao, de modo que nunca cesaban de crear prosperidad; numerosos e importantes fueron los ingenieros que se cubrieron de gloria en la construcción de puentes, acueductos, silos y carreteras, fueron auténticos y verdaderos maestros de grandes construcciones.
Y el acueducto de Valdepuentes ahí en la sierra de esta ciudad cordobesa, llevaban aquellos hombres el agua a donde hiciera falta a ellos nada se les resistía, buenos tiempos fueron aquellos para aquella Córdoba llamada en aquel tiempo Colonia Patricia siendo la capital de la Bética para disgusto de los sevillanos, reconozco que con el tiempo se
echaron a la buena vida y esta pasa y pasa y también ellos se quedaron durmiendo en los laureles, les entró la pereza, la indolencia y la incuria, por ello les pasó lo de la pérdida del ,imperio teniendo que salir con las orejeas agachás cuando el Atila y sus trupe formaron el desbarajuste padre, pero bueno aquí dejaron la huella de su cultura, sus costumbres y su impronta guerrera y también su religión que no es poco, si bien luego en época de los godos y visigodos sería modificada.
Indispués vendrían los arrasantes los suevos, vándalos y alanos, osú que gentesita esta casi todo lo dejaron arrasao, menos mal que pronto se jueron pa la vesina África, dispues vinieron los visigodos, godos y estrogodos, unos cristianos y otros arrianos todos en grandes patuleas de corrientes migratorias como ahora les llaman, creo que venían del norte de Europa, al menos estos fueron estables alrededor de cuatrocientos años aquí estuvieron bebiendo de mi cause, aprovecharon todas las infraestructuras romanas, todo lo servible, esta gente era rara solo tenían un dios que adorar, no como los antiguos romanos que tenían uno para cada necesidad, para que andar con remilgos y carencias, con el tiempo impondrían sus costumbres, les dio por construir iglesias de un arte llamado románico a troche y moche para el rezo, siendo estas muy toscas, de escasa luz y muy frías, sin embargo los antiguos romanos de época republicana sus templos estaban llenos de luminosidad producidos por la entrada de los rayos de sol.
Entre ellos los godos y visigodos habían peleas y reyertas a causa de la religión, unos eran arrianos y otros cristianos, estas razas barbaras entraron por invasión en Hispania procedente de la Germanía y los países del norte de Europa, de los Balcanes y de Rumanía desde comienzo del siglo V, aquí estuvieron hasta la invasión del Islam en el año 711- con Tarik y Muza a la cabeza, para ser un poco más exactos, esta época de la antigüedad tardía comprende un periodo de tres siglos que se inicia en el año 411 con la invasión de los primeros pueblos bárbaros en la Península Ibérica y que terminó en el año 711 con la invasión árabe, los bárbaros se repartieron por sorteo las provincias donde cada horda habían de habitar, esta gente goda no fue tan dada a las grandes construcciones, ni tan buenos cultivadores de la tierra como lo fueron los romanos aunque algunos crean lo contrario, no hubo en esa época tanta prosperidad como se cree que hubo haber, reconozco se pasaron de la raya en la construcción de iglesias y conventos, aquello fue todo un potencial de doctores en materia religiosa, verdaderos leguleyos, todos comiendo y bebiendo a costa del humilde plebeyo, concilios y más concilios reglamentando constantemente los comportamientos y leyes a seguir.
De los romanos y su época imperial solo queda el recuerdo imborrable de su buen gusto en el arte de la arquitectura, de sus palacios, de las fuentes y sus mosaicos llenos de toda suerte de motivos ornamentales y multitud de templos para rezarle a la diosa Venus y al al dios Baco, las termas con sus baños medicinales donde la gente se curaba desde el maldito reuma que ahora en estos tiempos le llaman artrosis hasta la gastroenteritis, grandes fincas de recreo existieron llamadas Villae, todavía hoy las están escarbando los los del pico, la pala y la brocha y el pincel que le llaman Arqueólogos, hubo circos y anfiteatros para entretenimiento de la gente, que nadie crea que los espectáculos taurinos de las actuales corridas de toros y sus plazas es cosa de hace dos siglos, nada de eso ya los hubo muchos siglos antes siendo además espectáculos gratuitos y diversión de multitudes, calzadas y calles pavimentadas permitiendo llegar a todos los lugares del mundo con sus miliarios informativos, cuantas cosas de grandeza dejó esa gente romana y cuantas personas hubo de buen caletre en esa época también nos dejaron las leyes del Derecho romano que hasta hoy en día están en vigor.
Acabaron los romanos y llegaron los Godos, algunos solo les duraba el reinado escasos días, ahí queda esa lista que me ha dejado la Wikipedia que por cierto es bastante larga sin faltarle ni un detalle en otros tiempos había que ir a la biblioteca a consultar estas cosas pidiendo el libro de D. José Orlandis, historiador de la antigüedad tardía para ir tomando nota de los acontecimientos más significativos acaecidos durante el periodo visigodo en esta Hispania nuestra, había que perder horas y horas para venir a casa con una docena de folios escritos, hoy en día lo tienes todo al alcance de la mano con Internet, la modernización con la informática llego a las casas de los jubilados y nos da entretenimiento.
EL SEGURA.-Pero hombre si me has contao muy poco de los Godos y Visigodos solamente un rollo macabeo que no hay quien lo entienda, empieza desde el primero de aquella antigua lista sucesoria que nos hacían aprender de memoria en aquellos tiempos cuaternarios indicando los años que estuvieron reinando al menos pa que yo me entere.
EL GUADALQUIVIR.-Mucho es lo que tu me
pides ¿y para que lo quieres saber si eso ya de poco vale?, pero
bueno hasiendo un sacrifisio buscaré por ahí buceando y seguro que
aparecerá algo porque yo, desluego ya no me cuerdo, ni tampoco lo se, ahí
está esa lista en http://es.WIKIPEDIA, después miraré en la web.
que me han recomendado y ya te iré comentando algo de aquella
antigua comarca llamada la Oróspeda de modo que ya sin más preámbulo ahí
va todo eso para que te entretengas leyendo unos pocos de días.
La Oróspeda es la parte de la antigua provincia de la Hispana Cartaginense, comienza en en las actuales poblaciones de Calpe, Fuente de la Higuera, Almansa, Iniesta y Chinchilla, sigue por la Sierra de Segura ( provincia de Jaén) y Sierra de Alcaraz (actual provincia de Albacete)) y baja hasta la división de la antigua región hispano romana Baetica.
En
el año 580 Leovigildo había derrotado a sus
enemigos en todos los frentes, la autoridad real era incuestionable y hasta se
adivinaba el nacimiento de una dinastía basada en su linaje. El efectivo
control sobre el territorio se unía al reforzamiento de una monarquía renovada
que tenía como modelo la de Justiniano. comenzó a recibir en audiencia delegaciones y
embajadores con toda la Corte desplegada en el conjunto palaciego de la urbe
regia, en donde no faltaba salón del trono y capilla propia. Gracias al
considerable aumento del tesoro y patrimonio de la Corona, pudo sostener una
creciente pompa de gran rey que apreciaban por igual tanto sus súbditos
visigodos como los hispanos ganados para la causa.
Sólo quedaba la cuestión
religiosa se mostró muy tolerante en principio con los católicos y
como cabeza de la iglesia arriana ordenó eliminar las trabas de procedimiento y
las exigencias rituales impuestas a los que abandonaban el catolicismo para
hacerse arrianos.
En el 580 organizó en Toledo un concilio arriano, el más
importante de los celebrados en Hispania, para tratar de limar las diferencias
religiosas entre los dos pueblos y buscar la unidad espiritual sobre una base
común cercana al arrianismo.
Pero a pesar de la buena voluntad el éxito en cierta medida fue escaso.
El arrianismo era una religión con implicaciones étnicas,
tradicionalmente vinculada al pueblo godo, mientras que el catolicismo era el
credo de las masas populares, pero también de grandes intelectuales como San
Isidoro y San Leandro, además que la nobleza hispana no veía ventaja en
convertirse.
Leovigildo no forzó la situación ni prestó demasiada atención a
los rumores que hablaban de un acercamiento de su hijo Hermenegildo a la
Iglesia católica. El primogénito se había casado el año anterior con Ingunda,
hija del rey Sigiberto de Austrasia y nieta de Atanagildo aunque católica.
El
matrimonio residía en Sevilla como duques de la Bética, una posición que les
confería una consideración casi regia por los habitantes de la ciudad. El
Concilio de Toledo marca perfectamente dos partes bien diferenciadas en el reinado
de Leovigildo, el inteligente monarca que supo adaptarse a la situación
política pero no fue capaz de asimilar el catolicismo que ya se estaba
convirtiendo en una fuerza de primer orden que heredaba simbólicamente el poder
de los césares.
Los años posteriores al concilio representan la lucha del rey,
a veces desmañada y como si no quisiera prestarle demasiada atención, por
mantener el antiguo dogma arriano como ideología religiosa de la nación
visigoda.
De esta época data el nuevo ordenamiento legal conocido como Codex
Revisus, un código que suprimía la antigua prohibición de matrimonios mixtos
entre godos y provinciales y pretendía la integración jurídica de todos los
habitantes del reino.
La segunda parte del reinado comienza cuando los
problemas con su hijo mayor se recrudecen. No se sabe la fecha exacta de la
conversión de Hermenegildo, pero lo cierto es que ya a finales del 580
Hermenegildo acuñaba moneda en Sevilla en su nombre y no en el de su padre, lo
que aún estando dentro de su potestad como duque de la Bética significa una
clara demostración de independencia.
En el 581 vuelven a aparecer monedas de
Hermenegildo con leyendas que hacen fácil suponer que ya es católico y que usa
su catolicismo para afirmar su voluntad de emanciparse del trono toledano. La
influencia de San Isidoro, San Leandro y la mujer de Hermenegildo no debió ser
menor además, era más que probable que el hijo de la pareja fuera educado en
el catolicismo, lo que le descartaría a ojos de los visigodos como sucesor al
trono. Hermenegildo, por otra parte, gobernaba en la ciudad más católica y
romana de Hispania, por lo que es improbable que su corte personal y él mismo
no acusaran alguna influencia.
El rey Leovigildo no debió ver peligro inminente
o prefirió dejar que su hijo recapacitara, el caso es que en el 581, en vez
de combatirle organizó una campaña contra los vascones, que fue un gran éxito,
e igual que había hecho con suevos y cántabros, fundó una ciudadela como cabeza
del territorio fronterizo: Victoriacum, la actual Vitoria.
Tras esta
corta guerra llamó a Toledo a su hijo, para discutir con él las diferencias y
llegar a un acuerdo, pero Hermenegildo se negó a ir y organizó sediciones de
hispanorromanos en varias ciudades que se rebelaron contra Leovigildo. No se
trataba de ciudades sin importancia: Talavera, Mérida, Córdoba y la propia
Sevilla estaban con él.
Con su apoyo, Hermenegildo controlaba la Bética, el
valle del Guadiana y amenazaba Toledo.
Su padre ya no podía fingir que no
pasaba nada. 21 Thompson, E. A.: op. cit., En el 582 Leovigildo reconquistó
Mérida. Al año siguiente reunió más tropas procedentes del norte y se lanzó al
ataque de Sevilla, que fue tomada. Poco después caería Córdoba. Allí estaba
refugiado su hijo, que fue capturado.
La guerra acabó a principios del 584 con
la victoria total de Leovigildo. Tanto francos como bizantinos, a quienes
Hermenegildo había pedido ayuda sin conseguirlo, vieron en la victoria del
padre una prueba de su poder y no hicieron nada por rescatar a su aliado
católico.
Hermenegildo pasó varios meses en prisión, primero en Toledo, luego
en Valencia y Tarragona durante todo este tiempo su padre intentó convencerle
de que abjurara del catolicismo, a lo que él se negó tajante. Convencido de que
no tenía otra salida, Leovigildo ordenó decapitar al heredero en abril del
585.
Entre las interpretaciones que se han hecho de esta guerra civil la
más común es que se trató de una pugna de religión entre arrianos y católicos.
Sin embargo la versión que en su día recogió San Isidoro, que es la fuente más
cercana a los hechos, parece la más probable: Hermenegildo era un rebelde que
quería usurpar el trono a su padre y usó para ello su condición de católico (de
cuya conversión sincera ni San Leandro, ni San Isidoro dudaban), intentando ganarse
el apoyo de los suevos, bizantinos y francos, por un lado, y a la población
hispanorromana, por otro.
El hecho de convertirse al catolicismo no era por sí
solo suficiente para ganarse la enemistad de Leovigildo o para quedar excluido
de la sucesión al trono (aunque sin duda el partido “nacionalista” de los godos
lo hubiera tenido muy presente), y desde luego no era razón para que su padre
le declarara la guerra. Pero la rebeldía y la sedición, evidentemente sí.
La
ejecución fue por traición política, no religiosa. Finalizada la guerra,
Leovigildo siguió firme en su política de amistad con los católicos y no les
persiguió. Pero aunque hubiera triunfado la ortodoxia arriana, quedaba patente
su debilidad pues sólo se sostenía como religión de una minoría, los godos,
frente a la inmensa mayoría de hispanos y frente a los vecinos suevos,
bizantinos y francos, todos ellos católicos. Factores combinados que
debieron pesar en el ánimo de Recaredo, ahora que se convertía en el único
heredero de Leovigildo.
Tras acabar con la rebelión de su primogénito,
Leovigildo casó a Recaredo con Rigunda, hija del rey Chilperico de Neustria,
consolidando así su posición internacional. Un nuevo éxito, la anexión del
reino suevo, vendría a completar su largo reinado. Sucedió que tras la muerte
de Miro en el 583 la sucesión se complicó. Primero el trono pasó a su hijo
Eborico, pero al año siguiente el cuñado del joven rey, Audeca, se rebeló y
consiguió hacerse con el reino, lo que permitió a Leovigildo intervenir
militarmente, derrotar al usurpador y anexionarse todo el reino suevo en el
585.
Para dejar sujeto el territorio, colocó importantes guarniciones militares
y creó nuevos obispados arrianos que aseguraran el dominio religioso. En lo
sucesivo, los reyes visigodos se titularían reyes de Hispania y de Gallaecia.
Poco después, en la primavera de 586, murió pacíficamente el rey Leovigildo,
padre de la Spania unificada.
El reino
católico de Toledo Recaredo (586-601) sucedió a su padre sin oposición y
continuó su política de fortalecimiento de la monarquía buscando la integración
de todos los poderes del reino, para lo que tuvo que tomar decisiones
importantes, ya que la unidad religiosa no había podido realizarse desde el
arrianismo, el rey la impulsó desde el catolicismo. Una vez que tuvo lugar su
conversión personal (enero-marzo del 587), Recaredo convocó un concilio
conjunto de obispos arrianos y católicos en el que comenzó una campaña de
proselitismo entre la jerarquía arriana y los nobles visigodos.
El acercamiento
doctrinal entre los dos credos resultaba imposible dado que el lado católico se
mantenía inquebrantablemente fiel a la ortodoxia papal. Por otra parte,
Recaredo sabía que el apoyo del papa resultaría muy eficaz para las alianzas
con los vecinos y la difícil cohabitación con los bizantinos.
Durante los dos
primeros años de su gobierno, el monarca dejó pasar el tiempo para que la nueva
mentalidad se consolidara, mientras tanto sellaba nuevos acuerdos con los
reyes francos y lograba el apoyo de los fieles a Gosvinta, el núcleo de linajes
godos más reacios a los cambios, y así, con todo a su favor, convocó en el 589
el III Concilio de Toledo, durante el cual tanto el monarca como su familia
anunciaban su conversión y tras ellos el grueso de los nobles visigodos y la
inmensa mayoría de los obispos arrianos. Todos ellos abjuraron de su antigua fe
y firmaron un documento en el que declaraban profesar la católica.
No hubo
cesión doctrinal o teológica: la Iglesia católica se mantuvo firme en todos sus
dogmas y su unidad doctrinal con Roma prosiguió intacta. Es importante resaltar
que no se trató de una unión de las dos iglesias, sino de la incorporación de
los fieles arrianos a las filas católicas, aunque de forma pactada y tutelada
desde el trono para evitar humillaciones o jactancias que hubieran dado al
traste con la unidad religiosa.
La jerarquía católica entró en el
gobierno del reino colaborando activamente en la política del monarca, cuya
figura fue sacralizada y ungida. A partir de entonces, los concilios que el rey
convocaba y presidía a imitación de lo que ocurría en el Imperio bizantino se
convirtieron en grandes asambleas político-religiosas donde además de las
cuestiones religiosas que discutía la jerarquía eclesiástica había cabida para
que los magnates laicos, tanto godos como hispanorromanos, expresaran su
opinión y aprobaran medidas para el gobierno general del reino. Recaredo siguió
intentando controlar los núcleos de resistencia bizantino y vascón, pero sobre
todo tuvo que enfrentarse en Septimania contra Gutram de Borgoña, a quien
derrotó en varias ocasiones, creando una red de fortificaciones para poder
resistir las incursiones francas.
El monarca murió pacíficamente en diciembre
del 601, legando a su hijo Liuva un reino en que las aristocracias goda e
hispanorromana debían colaborar por fin en plano de igualdad. A pesar de que
los cimientos de la monarquía quedaban reforzados, el trono de Liuva II
(601-603) no resistió los ataques de los magnates que pretendían volver a la
monarquía electiva.
Dos cuestiones impidieron al joven monarca ejercer su
condición de soberano: era bastardo y sólo contaba 16 años. Su escasa autoridad
provocó que los antiguos linajes aprovecharan para recuperar el poder perdido.
Dos años después de ser coronado, fue depuesto fácilmente en un golpe de Estado
de los “nacionalistas” dirigido por el lusitano Witerico. Terminaba así el
intento de crear una auténtica dinastía real de sucesión hereditaria sobre la
sangre de Leovigildo.
Desde entonces, la Corona quedó a merced de los intereses
de los poderosos clanes nobiliarios que la tomarían mediante consenso
(elección), asesinato del monarca de turno o golpe de Estado militar. El
reinado de Witerico (603-610) sufrió una inestabilidad constante, tanto en el
exterior, donde proliferaron las escaramuzas de escaso valor contra francos y
bizantinos, como en el interior, con los sucesivos enfrentamientos contra los
magnates.
El nuevo rey no abjuró del catolicismo (fue uno de los nobles que en
el 589 firmó la profesión de fe cató- lica) ni hizo volver a los godos al
arrianismo (lo que prueba la solidez del III Concilio de Toledo) pero permitió
que parte de la nobleza retornara en secreto a profesar la antigua fe, como
prueba de gratitud a los antiguos clanes más apegados a la tradición goda.
En
política internacional, lo más señalado fue el intento de pactar con los
burgundios para que sirvieran de contrapeso a la amenaza de los francos,
alianza que no llegó a concluirse. Contrariado, Witerico trató de empujar a los
lombardos que ocupaban el norte de Italia a una guerra contra los burgundios,
pero este plan tampoco resultó, así como el intento de mezclar en estas
conjuras a los reyes francos.
Su falta de inteligencia en los asuntos
diplomáticos le fue restando credibilidad. Al descrédito se unió la constante
sangría de caudales que exigían sus planes políticos por los pagos a los
aliados que rápidamente dejaban de serlo. Witerico, inevitablemente, pasó a ser
un obstáculo por su desgobierno. Los mismos clanes que propiciaron su
encumbramiento planeaban ya su liquidación.
El morbo godo hizo de nuevo su
aparición y el rey fue asesinado durante un banquete en abril del 610. Fue el
último rey godo que pereció a manos de sus enemigos por medio de un crimen y el
último de los diez que fue depuesto por regicidio. Los conjurados llevaron al
trono a otro de los suyos, Gundemaro (610-612), quien en su corto reinado tomó
la importante decisión de convertir Toledo en sede eclesiástica de toda la
provincia Cartaginense (octubre del 610). El nuevo rey inició dos campañas, una
contra los vascones, a los que derrotó y sometió, y otra contra los bizantinos
con éxito escaso.
Gobernó Hispania desde el 612 al 621 durante su reinado se produjo el florecimiento cultural de las letras y las ciencias pero pasó a la historia como el instigador de la primera persecución contra los judíos, el monarca del siglo VII fue un hombre refinado y con curiosidad por lo que le rodeaba, cualidades que le permitieron mantener una cordial relación con el gran sabio natural de Cartagena San Isidoro de Sevilla, se ignora la fecha y lugar de nacimiento, posiblemente fuera en Toledo la gran capital visigoda, sucedió al trono al fallecido rey Gundemaro a por elección de la aristocracia siguiendo la costumbre germánica que impedía el establecimiento de dinastías familiares, pronto se tendría que enfrentar a los diversos problemas internos que le rodeaban, uno de ellos produjo la primera persecución oficial contra los judios en hispania.
De este rey se sabe que promulgó el 1 de julio de 612 la
polemica ley antihebrea lo que supuso un problema para la sociedad del momento
ya que muchos ocupaban puestos de relevancia en oficios fundamentales
para su buena estructuración del Estado,llegó a ser un buen escritor como
demostró en su hagiografía dedicada a la vida de San Desiderio, asunto que
acercó su personalidad a la de Isidoro de Sevilla el que no se mostraba
conforme con el edicto contra los judios, litándose a aceptar la política de
hechos consumados del gobierno. A pesar de esta desaprobación, Isidoro y
Sisebuto congeniaron tanto que el obispo de las Etimologías le dedicó uno de
sus libros llamado "De Rerun Natura", obra que trataba de aspectos
físicos y cosmógrafo.
A
este rey debió interesarle mucho la ciencia pues en una expedición contra los
astures y vascones escribió un poema que envió a Isidoro con una cariñosa y
afectiva dedicatoria, titulada Astronomicon, constaba de 55 versos hexámetros
latinos, el texto se basaba en los eclipses que entre el 611 y 612, se pudieron
ver en la península ibérica, estos fenómenos del cielo atrajeron a ls gentes
poco romanizadas hacía el paganismo con la consiguiente preocupación de
la iglesia y del gobierno.
Este soberano ha pasado a la historia como uno de exponentes más radicales de la intransigencia católica frente al judaísmo, intentando que toda la población de su reino practicara la fe de Cristo y no otras consideradas como herejías pecaminosas. La arquitectura de este periodo es bastante pobre pero cabe atribuirle la inauguración el 26 de octubre de 618 de la basílica a Santa Leocadia, futura sede de cuatro concilios toledanos.
Su muerte, como la de la casi todos los reyes visigodos, es objeto de polémica, unos cronistas defienden la causa natural, pero la opinión más extendida es que Sisebuto fue envenenado por una intriga palaciega encabezada por el Duque Suintila, su disciplinado general y leal amigo quien aspiraba sin recato l trono hispano.
El
óbito real tuvo lugar en Toledo, en febrero de 621, siendo enterrado con honor y dejando a los nobles la difícil tarea de elegir al rey más conveniente para todos. El designado fue Suintila, quien se encargó de seguir persiguiendo obstinadamente al sufrido pueblo judío, una costumbre que no cesaría hasta 1492, cuando más de 150.000 hebreos se vieron obligados a abandonar para siempre su querida Sefarad.
RECAREDO II
Contaba
sólo unos pocos años cuando sucedió a su padre el rey Sisebuto
Su
muerte a los pocos días o semanas de reinado, posiblemente provocada, propició
el acceso al trono de un noble destacado llamado Suintila,
vencedor de los rocones (612) en la guerra contra los bizantinos (614–615).
SUINTILA.
Fue rey de los Visigodos entre los años 621 y y 631, falleció en Toledo en
634, combatió contra los bizantinos establecidos en
la Península Ibérica en el 620 estando a las órdenes del rey
Sisebuto, al año siguiente fue elegido rey después de la muerte de
Recaredo II, en ese mismo año murió Sisebuto, reinó y murió Recaredo II y
empezó a reinar Suintila, derrotó a los vascones consiguiendo una
rendición incondicional nunca antes lograda,
los prisioneros fueron obligados a construir la población de Oligicus
u Ologite , que junto con Vitoria formaría una línea
defensiva contras futuras incursiones, estas fueron las únicas ciudades
fundadas por los visigodos en la Península, luchó contra los bizantinos
que ocupaban desde el siglo VI algunas zonas de las
costas mediterráneas en la franja costera que va desde Valencia
hasta Cádiz y de esta manera completó la unificación territorial
de la península, que había sido el sueño de
monarcas anteriores.
Otro empeño del monarca fue el reforzar
la autoridad del rey frente a la nobleza y la iglesia, que estaban
logrando acumular progresivamente más poder, también pretendió hacer
hereditaria la monarquía y asoció a su hijo Ricimiro a la corona,
intentos estos que provocaron una reacción contraria de algunos magnates y de
la iglesia siendo el principio y fin para el rey Suintila, este rey derrocado
por Sisenando en 631, fue excomulgado y despojado de sus bienes por el IV Concilio de Toledo, siendo expulsado de la Península salvando la vida gracias a
la confesión completa de sus pecados y a la renuncia a la dignidad real. El
monarca visigodo es el primero que logra la unificación política de toda la
Península, gracias a sus campañas militares, con las que logra controlar a los
vascones, en el norte y expulsar a los bizantinos de la región del Algarve.
En orden a la gobernación del estado Suintila
incorpora al trono a su hijo Riicimiro, en un claro intento de convertir la
monarquía visigoda, de carácter electivo, en una monarquía hereditaria. Esta
circunstancia aparece precisamente como la causa principal de la oposición
de la nobleza y el clero a Suintila.
Para Isidoro de Sevilla, el rey no sólo se distingue en el orden militar,
dejando de lado estas alabanzas de la gloria militar de Suintila, tenía este
rey otras virtudes propias de la majestad real, fidelidad, prudencia,
habilidad, examen extremado de los juicios, atención primordial al gobierno del
reino, munificencia para con todos, generosidad para los pobres y
necesitados, pronto al perdón; así mereció llamarse príncipe de los pueblos,
sino también de los pobres.
A pesar de todo lo que diga San Isidoro, este juicio no es compartido, en
absoluto, por el alto clero y la alta nobleza, Suintila perdió el trono en
virtud de una conspiración encabezada por Sisenando , Conde o Duque de
Septimania. Con el auxilio de Dagoberto de Neustria, Sisenando entra en la
Península con un fuerte ejército, se dirige hasta Zaragoza sin
oposición, y aunque Siuntila quiere presentarle batalla, no llega a hacerlo. El
rey comprende en seguida lo inútil de la lucha; sus tropas son más reducidas
que las de Septimimania y, lo más importante, incluso estas le traicionan.
Abandonados de todos, Siuntila se ve obligado a huir, y no se vuelven a
tener noticias de su persona, ni de su hijo, más que por el Canon 75 del
IV Concilio de Toledo, que permite saber que aún vive, desprovisto de toda
dignidad y de patrimonio, salvo lo que Sisenando quisiera o quiso concederle.
El
canon 75 del IV Concilio de Toledo habla de crímenes cometidos por el rey, a
causa de los cuales pierde el trono. el propio canon da noticias de bienes
adquiridos injustamente por el rey. He aquí quizá, la causa verdadera, y
primordial, del derrocamiento de Suintila.
Todo
esto permite conjeturar que el monarca llevó a cabo una ambiciosa política de
confiscaciones que naturalmente afectó a grandes propietarios, a los miembros
de la clase dirigente visigoda; el alto clero y la alta nobleza.
Por
supuesto el IV Concilio de Toledo es convocado por Sisenando, el cabecilla de
la sublevación que derroca a Suintila y que le sustituye en el trono,
decididamente apoyado por el alto clero.
SISENANDO.
(¿? – 12 de marzo de 636) fue el vigesimosexto rey de los visigodos en Hispania entre 631 y 636.Sisenando tuvo que hacer frente a varias rebeliones afines al anterior rey, sobre todo en la provincia de la Bética. Geila fue el líder de estos nuevos rebeldes, apoyado incluso por parte del clero, lo que provocó una guerra civil. Sisenando controló la situación de nuevo gracias al rey Dagoberto, derrotando a los rebeldes.
Convocó el IV Concilio de Toledo bajo dirección de Isidoro de Sevilla, en el que se formularon colecciones de Leyes, tanto civiles como eclesiásticas, citando entre las primeras el famoso Liber Iudiciorum (Fuero Juzgo), y en cuanto a las segundas, veintinueve cánones relativos a la disciplina y administración de la Iglesia. Su propósito era dar mayor fuerza al rey y estabilidad a la raza goda, en el que se confirmó la elección de Sisenando, declarando tirano aSuintila por sus crímenes, su iniquidad y su acumulación de riquezas a expensas de los pobres. Se declaró libres de todo impuesto y cargas a los clérigos, se promulgaron penas contra los que faltaran a los juramentos de fidelidad hechos a su rey, o se rebelaran contra él, tratando con esto de evitar que se siguiera el ejemplo del propio Sisenando. Además Geila fue desterrado y sus bienes confiscados. Sisenando se comprometió a ser un monarca moderado, benevolente, justo y piadoso.
Reproducción moderna de un
tremís de Sisenando.
Se condenó a los clérigos que tomasen las armas contra el rey, a los cuales debería internarse en un monasterio para hacer penitencia. Se prohibió que los clérigos recibieran o enviasen mensajes secretos fuera de
Hispania. Seguramente el clero había negociado una alianza de los rebeldes con algún poder extranjero. Cualquiera que se rebelara, fuera clérigo o noble, sufriría la pena de la
excomunión y el destierro.
En lo relativo a la sucesión al trono no hizo ninguna concesión al principio de sucesión hereditaria. Así, los reyes serían en lo sucesivo elegidos únicamente por los magnates y los obispos. La actitud de los obispos parece indicar que, más que anatemizar, lo que hizo Sisenando con
Suintila originó una crisis en el 632 que hizo retrasar el Concilio hasta finales del
633 por la rebelión de
Iudila.
Aunque no se menciona en ninguna fuente literaria, existen dos monedas acuñadas en
Mérida y en
Granada (
Iliberris), que tienen la inscripción
Iudila Rex, suponiendo que fueron acuñadas en el reinado de Sisenando. Por otra parte, el canon setenta y cinco y el retraso en la celebración del concilio podría explicar que
Iudila hubiera intentado usurpar el trono.
Sisenando murió en
Toledo en el año
636, a los cinco años de su reinado, y le sucedió
Chintila.
Política con respecto a los judíos[
En el
IV Concilio de Toledo se volvió a analizar el problema de los judíos, reafirmándose las políticas establecidas en el tercero, pero también haciendo más duras las penas y más extensivas las prohibiciones.
Se estableció que los hijos de judíos debían ser separados de sus padres. Según historiadores modernos una ley tan drástica no podría ser implantada, y se refería sólo a los hijos bautizados. Se estableció también que los judíos convertidos no podrían tener relación con judíos no convertidos. La pena para este delito era dura: el no convertido sería entregado como esclavo a un cristiano y el converso sería azotado públicamente.
Como se consideraba que los judíos sobornaban a los cristianos para evitar la aplicación de estas leyes, se estableció la pena de
excomunión y anatematezación.
CHINTILA,. Fue rey de los Visigodos entre 636 y 640, aunque se sabe muy poco de su reinado al ser escasas las crónicas sirviendo de base las actas del V y VI Concilio de Toledo.
Cuando el rey anterior Sisanando murió dejó una monarquía muy debilitada e inestable. Chintila fue nombrado rey por la nobleza y los
obispos en el año 636. Era así como se hacía la ceremonia y la elección, siguiendo una costumbre establecida desde tiempo atrás y según el canon n.º 75 del
IV Concilio de Toledo.
Convocó el
V Concilio de Toledo en el mes de junio de 636, donde básicamente se amenazó con duras penas a los usurpadores y a aquellos que atentaran contra el rey. Más aún, anatemizaba a todos aquellos que no respetaran la herencia del rey a sus hijos y familiares. De aquí deducen algunos autores que ya desde el comienzo de su reinado, Chintila se sentía amenazado
.
Después convocó el VI Concilio de Toledo en junio del año
638. Se legisló sobre muchos asuntos; entre otros se determinó que la persona elegida como rey procediera de la nobleza y en ningún caso de los
tonsurados ni de los de
origen servil ni de entre los
extranjeros. Se dictaron penas canónicas contra las conjuras en contra de la corona y se acordó que las propiedades adquiridas con justicia y ley por el rey, no podrían ser confiscadas por el sucesor en el trono. También se dictó una ley en que se prohibía a los no
católicos residir dentro de las fronteras del reino. Por esta razón hubo muchas conversiones forzadas de
judíos.
Esta continua obsesión con los usurpadores, y las menciones en reinados posteriores a ciertos rebeldes de la época de Chintila, hacen casi segura la existencia de varias rebeliones durante su reinado.
Chintila murió en 639 ó 640 de muerte natural y le sucedió su hijo Tulga, al que había nombrado sucesor.
Tulga (m. 642) fue rey de los visigodos entre 639/640 y 642. Sucedió a su padre Chintila.fue electo rey a la muerte de su padre por una asamblea de nobles y obispos, sin embargo dado el carácter hereditario de la sucesión, su reinado produjo inconformidad en la nobleza visigoda.1
Se atribuye a Tulga cierta candidez y debilidad de carácter. Parece ser que los refugae pudieron lanzar algún ataque, aunque la principal actividad bélica debió correr a cargo de los vascones. No obstante, ninguna rebelión importante parece muy probable antes de la de Chindasvinto, pues la facilidad con que cayó hacen poco probable que hubiera resistido a una rebelión anterior.
- CHINDASVINTO
Chindasvinto (en gótico: Kinþaswinþs; ¿563?-653) fue rey de los visigodos (642-653).
Sucedió a
Tulga, a quien consiguió usurpar el trono mediante una conjura. Posteriormente se hizo elegir por los nobles y ungir por los obispos el 30 de abril del 642. En su reinado el Estado fue saneado, se eliminaron corrupciones, se sofocaron revueltas y se impulsaron nuevas leyes. Es el padre de quien luego fue su sucesor, Recesvinto. Su nombre también puede verse escrito como
Khindasvinto.
A pesar de que ya era un anciano de 79 años, su gran energía y fuerza de carácter hicieron someter a su autoridad al
clero y a la
nobleza. Con el fin de asegurarse su posición frente a cualquier revuelta, una de sus primeras medidas fue ejecutar a 200 godos de las familias más nobles y a 500 de las familias de rango inferior, además de ordenar muchos destierros y confiscaciones de bienes. Los que huyeron se marcharon a la provincia
Narbonense, donde recibían apoyo de los reyes
francos, o a territorio vascón.
El
VII Concilio de Toledo celebrado en el
646 consintió y respaldó sus actos, endureciendo las penas a aplicar a cualquiera que se alzase contra el rey e incluso contra los clérigos que le prestasen apoyo. A este concilio no acudieron muchos obispos por la injerencia del monarca en asuntos eclesiásticos: el rey había limitado la potestad del clero para dar refugio a delincuentes en las iglesias, había acabado con algunos de sus privilegios legales (llegó a imponer sanciones pecuniarias a los clérigos que no se presentaran a juicios civiles) y nombraba personalmente obispos.
Sofocada toda oposición, dio al reino un estado de orden y tranquilidad, para después instaurar la monarquía hereditaria, asociando al trono a su hijo Recesvinto, a petición de los obispos debido a su avanzada edad y en contra de lo dispuesto en el IV Concilio de Toledo, mediante una proclamación realizada el 20 de enero del 648. Desde esa fecha y hasta la muerte del anciano el 30 de septiembre del 653.
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A pesar de ser implacable en sus actos políticos, Chindasvinto es recordado en los anales de la Iglesia como un gran benefactor, a la cual hizo grandes donaciones de tierras y privilegios. Saneó la Hacienda Pública, en parte mediante las confiscaciones de bienes a los rebeldes, en parte por la implantación de un más efectivo y justo sistema recaudatorio. En el terreno militar, emprendió una campaña para sofocar una rebelión de los
vascones y otra de los
lusitanos.
Como legislador promulgó multitud de leyes, tanto referidas a aspectos políticos del reino, como relativas a la vida económica y social. Se desconoce la legislación relativa a los judíos si la hubiere. Con la colaboración del prestigioso clérigo
Braulio de Zaragoza, inició la elaboración de un código legislativo único para godos e hispanorromanos, que sería terminado y promulgado por su hijo
Recesvinto. Esta obra será el
Liber ludiciorum o
Código de Recesvinto, que derogaba los anteriores
Breviario de Alarico usado para los hispanorromanos y
Código de Leovigildo usado para los godos.
En los últimos años de su mandato el resentimiento de parte de la nobleza (a la que había confiscado tierras) y el clero (al que había desposeído de privilegios), llevaron al país a una situación conflictiva, con diversas rebeliones de las que desconocemos sus detalles exactos.
Parece que los últimos años de su vida, Chindasvinto, los ocupó en actos de piedad y beneficencia. Fundó el
monasterio de San Román de Hornija, en
San Román de Hornija (
Valladolid),
Teodofredo, quien fue supuestamente padre de
Rodrigo,
Favila, supuestamente padre de
Pelayo, y una hija, Glasiunto. Su epitafio, escrito por
Eugenio de Toledo, le define como «
autor de crímenes, impío, obsceno, infame, torpe e inicuo».
1
para que a su muerte, a los 90 años, reposasen sus restos en un sepulcro junto a los de su esposa Riciberga, con la que tuvo tres hijos, incluso Recesvinto,
Chindasvinto era ya anciano, de 79 años de edad aproximadamente, cuando inició su rebelión. Debía ostentar algún mando militar o cargo importante en la zona fronteriza con los vascones, que dominaban las estribaciones del Pirineo occidental. Percibiría la debilidad de la corona y decidió arriesgarse (a su edad no tenía mucho que perder) convocando a los nobles (terratenientes godos) y al «pueblo» (seguramente los habitantes godos de la zona). Se hizo proclamar rey, a pesar de no obtener la aprobación de su acción por los obispos. El lugar de la reunión fue Pampalica, que se cree que es Pampliega, cerca de Burgos, antes que Pamplona.
Tras estos hechos difieren los historiadores en lo sucedido, pues se hace preciso apoyarse en fuentes poco seguras:
Los que se apoyan en
Sigiberto Glembacense creen que el rebelde, fuerte por el apoyo recibido y con la adhesión de otros nobles, se presentó en
Toledo, depuso a Tulga y lo hizo tonsurar,en fecha cercana al
16 de abril de
642, incapacitándolo para reinar según lo establecido por los cánones conciliares. La suerte posterior de Tulga, en tal caso, no es conocida, si bien durante algún tiempo permanecería en un monasterio como monje.
Pero apoyándose en
San Ildefonso, la situación es distinta. La rebelión de
Chindasvinto obtuvo cierto apoyo entre la nobleza, pero al no contar con la adhesión del clero no triunfó. Tulga conservó el trono y Chindasvinto fue considerado un rebelde, hasta que la oportuna muerte del rey, a causa de una enfermedad, permitió el reconocimiento del aspirante por los magnates y el clero.
RESCESVINTO .
Recesvinto fue rey de los visigodos desde el 653 al 672, aunque cogobernó con su padre Chindasvinto desde el649. Llevó a cabo una política distinta de la de su padre, más dura con los judíos, pero más conciliadora con laIglesia y con la nobleza, solucionando los problemas causados por la feroz represión de su antecesor. En particular, tras la rebelión de Froya, pidió a los obispos autorización para perdonar a antiguos rebeldes, lo cual le estaba prohibido por las resoluciones de anteriores concilios.
Consiguió la unificación política y social para el reino cuando promulgó en el año
654 el
Liber Iudiciorum o
Código de Recesvinto, en el que se abolía la personalidad del derecho, estableciendo un derecho igual y unitario para todos los súbditos del reino. Según la teoría tradicional, hasta entonces se empleaba con los godos el derecho consuetudinario del pueblo
visigodo (recopilado en el año 475 por el rey
Eurico en el
Codex Euricianus o
Código de Eurico) y con los hispanorromanos el viejo derecho romano (recopilado en el año 506 por el rey
Alarico II en el
Breviarium Alaricianum o
Breviario de Alarico).
Dictó asimismo medidas para impedir que el tesoro particular de los reyes se aumentase a costa de todos los ciudadanos. En el
VIII Concilio de Toledo (año 653) se estableció, bajo su tutela y autoridad, lo siguiente:
- Necesidad de diferenciar los bienes que el rey recibía del patrimonio de sus padres o parientes.
- Necesidad de diferenciar lo que el rey adquiría por su cargo. Estos bienes sólo podrían pasar a su sucesor en el trono y no a su descendencia familiar.
Por otro lado, en este mismo concilio, se apropió de muchas de las propiedades que sus antecesores habían obtenido en forma ilegal, pero no hizo caso de la sugerencia de los obispos, que querían que estas propiedades fueran propiedad de la corona y no del rey (se habían referido, además, específicamente al padre del rey
Chindasvinto). Este asunto
provocó una fuerte controversia, y los obispos, que no podían hacer mucho ante el poder real, dejaron constancia de su desagrado en las actas del concilio. Ahí incluyeron tanto la ley promulgada como la sugerencia eclesiástica, para marcar claramente la diferencia.
Recesvinto fue además el supremo magistrado, encargado de hacer cumplir las leyes. Desde entonces, la monarquía se rigió por normas legislativas y toda cuestión política se solucionó por la ley.
Acciones militares[
En el comienzo de su reinado hubo una revuelta protagonizada por Froya, godo exiliado, que, huyendo de las persecuciones del monarca, se había establecido, como otros muchos, en territorio vascón. Froya y los vascones asolaron las tierras del valle del Ebro, saquearon iglesias, asesinaron clérigos y sitiaron la ciudad de
Zaragoza. Recesvinto reaccionó, rompió el asedio y dio muerte a Froya.
Política contra los judíos
Recesvinto reinició la política antijudía de varios de sus antecesores, que había sido suspendida por su padre.
Decretó que todos los herejes, entre los cuales se encontraban los judíos, serían desterrados del reino. Decretó que ningún judío bautizado podría abandonar la fe cristiana ni celebrar las festividades de la Pascua ni respetar el Sábado. No podían tampoco respetar sus restricciones alimenticias ni testificar contra un cristiano, aunque este fuera un esclavo. La pena por el incumplimiento de estas leyes era la hoguera o la lapidación.
Dándose cuenta que estas drásticas leyes podían generar el incumplimiento entre sus súbditos, decretó la excomunión y confiscación de un cuarto de la propiedad de todo aquel que ayudara a un judío a continuar en sus creencias, o a un judío converso a recaer.
En general, se trató del primer intento sistemático de utilizar toda la fuerza del Estado para eliminar el judaísmo de España. Si bien no se practicaron las conversiones forzadas, se convirtió en un delito capital cualquier práctica religiosa judía.
Donaciones y arte[editar]
Recesvinto hizo donación de todos los territorios comprendidos en la vertiente norte de los montes de
León al cenobio que habitaba en
Compludo (León).
En el año
661 mandó edificar la
iglesia dedicada a San Juan, en Baños de Cerrato en la actualidad en la provincia de Palencia), monumento visigodo. La historia mezclada con la leyenda cuenta que el rey, después de una dura batalla para sofocar la rebelión de los vascones, vino a un lugar llamado
Baños de Cerrato para curar sus dolencias de riñón en las aguas termales de esta localidad, que tenían fama de ser medicinales y casi milagrosas y que estaban bajo la advocación de
San Juan Bautista. Parece ser que el rey se curó y en agradecimiento mandó levantar dicha iglesia. Así lo acredita la lápida de
mármol que se conserva en el interior de la iglesia, sobre el arco triunfal.
- Precursor del señor, Mártir, Bautista Juan, posee el eterno don esta basílica para ti construida; la cual devoto yo, Recesvinto Rey, yo mismo amador de tu nombre, te he dedicado, erigiéndola y dotándola a expensas mías y dentro del territorio de mi propia heredad en la era 699, año décimo tercero de mi glorioso correinato.
- Regresaba el rey godo Recesvinto, de haber derrotado al caudillo de los vascones, llamado Fruela, y en este pueblecillo se detuvo a descansar, pues se sentía enfermo de una afección renal. Durante este reposo bebió el agua de un manantial existente en el mismo lugar donde anteriormente existieron unas termas romanas y el recuperar rápidamente su salud se lo atribuyó a un hecho milagroso. Como gratitud decidió erigir en aquel lugar el templo que hoy vemos dedicado a San Juan Bautista.
Corona de Recesvinto[editar]
La
corona consta de dos medias
circunferencias de doble chapa de
oro unidas entre sí por una charnela y un pasador. En ella hay incrustaciones de piedras preciosas (
zafiros,
granates, almandinas) (que son los granates de color rojo intenso) y
perlas. Está colgando de unas cadenas con eslabones en forma de corazón. De la corona cuelgan unas letras en oro que forman el nombre del donante:
RECCESVINTHVS REX OFFERET. A su vez, esas letras terminan en unos colgantes adornados de
esmeraldas, zafiros y perlas.
Muerte y sepultura[editar]
El rey Recesvinto falleció en el año
672 en la población llamada Gerticós (
Valladolid). En este mismo lugar nombraron como sucesor suyo a
Wamba el 21 de septiembre de 672, en contra de la voluntad del propio Wamba. Desde ese momento, Gérticos tomó el nombre de
Wamba, que es el que lleva en la actualidad.
, situada cerca de
En
1845, los restos de ambos monarcas, introducidos en una arqueta de madera forrada de terciopelo carmesí, fueron trasladados a la
catedral de Toledo, donde fueron depositados en el salón principal de la sacristía de la catedral, lugar en el que permanecen actualmente.
WAMBA
Pese a rechazar inicialmente el nombramiento debido a su avanzada edad, Wamba fue forzado por la nobleza a aceptar el trono el
1 de septiembre del año
672 en la localidad de Gertici o Gérticos, después llamada
Wamba en su honor (Valladolid), donde había muerto su antecesor
Recesvinto.
1 Por iniciativa propia, a fin de que su elección no fuera considerada una usurpación, exigió ser coronado en
Toledo, donde fue
ungido el 20 de septiembre por el obispo
Quirico en la iglesia pretoriense de San Pedro y San Pablo.
Fue el último rey que dio esplendor a los
visigodos. Con su muerte comenzó la decadencia. Su reinado no fue fácil, pues lo pasó casi enteramente sofocando las luchas internas de la nobleza contra la monarquía, los nobles entre sí, los
católicos contra los
arrianos y la población
hispanorromana contra los visigodos. Además tuvo que sofocar una rebelión de los
vascones y en el
672 hubo de enfrentarse a un nuevo y desconocido peligro: la invasión de
norte africanos o
árabes, que intentaron pasar a la Península por
Algeciras, intento que fue rechazado por visigodos e hispanorromanos.
Pampliega, Burgos. Cruz conmemorativa de la sepultura del rey Wamba, en el lugar donde existió el Monasterio de Monjes Negros de San Vicente de Pampliega, en el cual el monarca visigodo falleció y fue enterrado en el año 688.
En la región de
Septimania en la
Galia (al sureste de la actual
Francia) en el año
673 tuvo lugar una revuelta de algunos nobles visigodos encabezada por
Ilderico que se había proclamado rey. Wamba envió al duque
Paulo para sofocarla, pero éste inició su propia rebelión en
Narbona. Paulo reemplazó a Ilderico y se proclamó a su vez rey en
Gerona. Ante la situación, Wamba, que se encontraba combatiendo a los vascones que invadían
Cantabria, realiza una operación relámpago y los derrota. Acto seguido acudió al lugar de los hechos y tomó por las armas
Tarragona,
Barcelona y
Narbona, dominando finalmente la sublevación y capturando a Paulo, que tuvo que desfilar por las calles de Toledo con una raspa de pescado en la cabeza. Estos sucesos dieron lugar a que Wamba reorganizara su ejército proclamando una ley que obligaba a los nobles y eclesiásticos (bajo pena de muerte, confiscación de bienes y exilio) a acudir con las tropas en caso de invasión o rebelión. Fue la llamada Ley militar, que suavizaría bastante su sucesor
Ervigio.
Wamba convocó asimismo el
XI Concilio de Toledo del año
675, en el cual se dictaron medidas para corregir los abusos y vicios eclesiásticos.
Se cree que el
metropolitano de Toledo,
Julián II, intervino en la conjura que acabó con el poder del rey Wamba. El rey fue engañado y narcotizado y una vez en ese estado, le tonsuraron, le vistieron con hábito de monje y le obligaron a renunciar a la corona.
Muerte y sepultura[editar]
El rey Wamba se retiró al monasterio de Monjes Negros de San Vicente en
Pampliega,
Burgos, actualmente desaparecido, y allí murió en el año
688. Su cadáver recibió sepultura ante la puerta de la iglesia del monasterio de San Vicente, y allí permaneció sepultado hasta que, en el
siglo XIII,
Alfonso X el Sabio ordenó que sus restos mortales fueran trasladados
iglesia de Santa Leocadia, ubicada junto al
Alcázar de Toledo, donde también habían sido trasladados los restos de su padre, el rey
Recesvinto, y que no debe ser confundida con la otra
iglesia de Santa Leocadia de Toledo.
2 Durante la
Guerra de la Independencia Española, los sepulcros donde descansaban los restos de ambos monarcas fueron profanados por las tropas francesas.
En
1845, los restos de ambos monarcas, introducidos en una arqueta de madera forrada de terciopelo carmesí, fueron trasladados a la
catedral de Toledo, donde fueron depositados en el salón principal de la sacristía de la catedral, lugar en el que permanecen actualmente.
2
ERVIGIO
Orígenes familiares
Alguien que pudiera casar con un familiar del rey debía ser de alto rango, sin embargo, no existen mención alguna en el Imperio bizantino que alguien denominado Ardabastro hubiera sufrido tal castigo, y sí se halla a un usurpador
Artabasdo un siglo después, sucesos que el autor de la Crónica de Alfonso III pudo haber conocido y haberlo incluido para deslustrar el ascendiente del rey
Witiza con una ascendencia bizantina. Por otro lado, dado que el nombre de Ardabastro procede de
Artavazd, que es de origen armenio, y dado que en la época en que este personaje vino a la península Ibérica se estaban llevando a cabo expulsiones de rebeldes armenios, es factible esta hipótesis del origen armenio del padre de Ervigio.
2
Ascensión al trono
Las actas del XII Concilio de Toledo relatan que el domingo 14 de octubre de 680, el rey Wamba cayó en un estado de inconsciencia, por lo que recibió la penitencia, sacramento que de acuerdo a la práctica de la época se aplicaba cercano a la muerte, y debido a a ello fue vestido con los hábitos
religiosos y tonsurado en presencia de magnates laicos de su palacio,3 lo que de acuerdo al VI Concilio de Toledo le incapacitaba para reinar. Cuando volvió en sí se encontró en un estado irreversible y firmó documentos para que Ervigio fuera proclamado y ungido como su sucesor por el metropolitano Julián de Toledo. La Crónica de Alfonso III de finales del siglo IX y comienzos del siglo X indicó que Ervigio drogó a Wamba, dejándolo en un estado cercano a la muerte, ante lo cual recibió la penitencia, y cuando Wamba se recuperó se encontró tonsurado y aceptó retirarse a un monasterio.5
En el XII Concilio de Toledo los obispos certificaron la autenticidad de los documentos que acreditaban la toma de hábitos religiosos por parte de Wamba, lo que le impedía reinar, y que este pidiera que Ervigio fuera proclamado como su sucesor. Sin embargo, la designación de un rey por su predeceso
6Al mismo tiempo, esta secuencia rápida de hechos indican que la historia posterior del veneno o la droga no puede ser cierta.
7 En la intriga parece haber intervenido
metropolitano de Toledo,
Julián II, quien ya estaba en amistad con Ervigio, y era contrario a las medidas de Wamba para debilitar la sede toledana.
8 Sin embargo, existe la hipótesis que Ervigio no formara parte de la conjura: ante el desvanecimiento de Wamba, el entorno palatino aprovechó para destronarle mediante el sacramento de la penitencia y la tonsura eclesiástica, y cuando Wamba se recobró renunció al trono y designó como sucesor a Ervigio como su propio candidato para desbaratar los planes de los conjurados, algo que la Iglesia aceptó, pero Ervigio se ganó así la animadversión de los conjurados que habrían tenido otro candidato, lo cual se explica la debilidad del monarca en su reinado y el designar a Égica como su propio sucesor.
r no formaba parte de la elección del nuevo monarca, y dado que el 14 de octubre Wamba recibió la penitencia y horas después, el 15 de octubre, Ervigio fue proclamado rey, esta rapidez induce a pensar en una intriga palaciega, a lo que se añade que fue el propio Ervigio el mismo que instaba a los obispos del XII Concilio a publicar los hechos.
Legislación[editar]
Ervigio fue consagrado el 21 de octubre, pero las circunstancias de su ascenso al trono hicieron que Ervigio hiciera una política de grandes concesiones y sometimiento a la nobleza y a los obispos.
10
En primer lugar buscó asegurarse la posición en el trono, y en el XII Concilio de enero de 681 se declaró la legitimidad de Ervigio, lo que fue confirmado en el
XIII Concilio de noviembre de 683. A pesar de esto, la familia del rey veía su futuro con situación desesperada y por ello el rey obtuvo del XIII Concilio la protección de su familia a su muerte con la amenaza de
anatema.
11
En el XII Concilio, el rey tenía preparadas veintiocho leyes antijudaicas,
12 como las referidas a la obligatoriedad del bautismo, la prohibición de la circuncisión, no poder tener esclavos cristianos, prohibición de celebrar fiestas judías, o el seguimiento de los desplazamientos, aunque se derogó la pena de muerte indiscriminada presente en la legislación de
Sisebuto.
13 Esta rapidez da a entender que algunas leyes ya estaban preparadas por Julián de Toledo antes de la abdicación de Wamba.
14 Además de la legislación antijudía, Ervigio logró reafirmar la ley militar de Wamba pero se perdonó con derecho retroactivo a los que habían perdido derechos civiles a causa de la aplicación de la ley en época de Wamba.
15 16 17
Por otro lado, Ervigio pidió a los obispos la revisión del
Liber Iudiciorum y en noviembre de 681 ya estaba listo la revisión de ochenta leyes de
Recesvinto, a las que se aclaró su significado,
18 y se añadieron tres leyes de Wamba,
19 y seis
20 Sin embargo, no hay evidencia que se hubiera intentado indicar que la revisión de Ervigio hubiera reemplazado a la de Recesvinto.
21
leyes nuevas del propio Ervigio que se sumaban a la legislación antijudía aprobada recientemente.
Ante el empeoramiento de la problemática situación socioeconómica el rey convocó el XIII Concilio para asegurarse el apoyo de la nobleza, con medidas como la amnistía de los condenados por rebeliones no solo la del conde Paulo sino que se abarcaba a la época de Chintila,
22 la condonación de todos los impuestos pendientes hasta el inicio de su reinado,
23 y la exclusión de libertos y esclavos de los cargos palatinos;
17 24 y además los cargos palatinos obtuvieron el ser juzgados por sus iguales,
22 el denominado como
Habeas corpus de los godos.
Ante la debilidad del monarca, los conflictos con la nobleza y evitar represalias para con su familia casó a su hija Cixilo con
Égica, un magnate pariente de Wamba y que encabezaba un clan nobiliario hostil,
25 en algún momento de su reinado.
26 Puesto que Ervigio no podía esperar que un hijo suyo pudiera mantenerse en el trono el matrimonio de Cixilo con Égica era una forma de compatibilizar ambas familias. Para evitar que sus hijos quedaran desamparados cuando él desapareciera hizo jurar a Égica que garantizara la protección de la reina y de sus hijos —juramento que trató de desligarse en el
XV Concilio de Toledo—.
27
En 687 sintiéndose mortalmente enfermo, Ervigio proclamó a Égica como su sucesor el 14 de noviembre y el 15 recibió la penitencia, y desligó de su obediencia a los magnates para que fueran a acompañar al nuevo rey a Toledo.
28 No se tiene constancia de la fecha de su muerte.
29
EGICA
El nuevo rey trató de debilitar la posición de su familia política para impedir que se presentaran como sus rivales.6 Pero además quería atraerse al sector de la nobleza que había sido combatido por Ervigio y para ello debía devolverles las propiedades que les había confiscado Ervigio y repartido a sus hijos.7 El 11 de mayo de 688 el rey inauguró el XV Concilio de Toledo para liberarse
del juramento que había hecho a Ervigio de proteger a la familia real. El rey presentó a los obispos la disyuntiva entre el juramento prestado a Ervigio de proteger a la familia de Ervigio y el juramento que había tenido que hacer a Ervigio antes de ser rey relativo a prestar justicia al pueblo. Égica planteaba que ambos juramentos eran incompatibles, y esto suponía que Ervigio había condenado injustamente a personas y les había arrebatado bienes para otorgárselos a su propia familia, pero revertir tales injusticias suponía perjudicar a la familia de Ervigio, por ello planteaba ser liberado de alguno.8 Además les planteó revocar las medidas acordadas en el XIII Concilio de Toledo acerca de la protección de la familia de Ervigio.El rey Ervigio, con el fin de evitar represalias para con su familia, casó en algún momento de su reinado,2 a su hija Cixilo con Égica, un magnate pariente de Wamba y que encabezaba un clan nobiliario hostil.3 En 687 Ervigio, sintiéndose mortalmente enfermo, proclamó a Égica como su sucesor el 14 de noviembre y el 15 recibió la penitencia, y desligó de su obediencia a los magnates para que fueran a acompañar al nuevo rey a Toledo.4 El 24 de noviembre fue ungido en la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Toledo.5
En el XV Concilio Égica no tuvo el éxito esperado para perjudicar a la familia de su mujer, pues aunque los obispos juzgaron que el interés público estaba por encima del de una familia, esto no implicaba que la familia del rey precedente debía quedar desprotegida.
6 Respecto de la revocación de la protección de la familia de Ervigio aprobada en el XIII Concilio, los obispos indicaron que tal protección no podía impedir que se hiciera justicia si hubiera culpabilidad en delitos.
9 En relación con esto, la versión
Rotense de la
Crónica de Alfonso III indica que Égica, a instancias del antiguo rey Wamba, pariente suyo, repudió a su esposa Cixilo, sin embargo, esto habría significado que era adúltera, una acusación que se consideraba tan grave que no tiene sentido que en el
XVII Concilio de Toledo de 694 se hiciera mención a la reina de una forma tan honrosa, con lo que tal afirmación debe ser considerado como una forma de vincular a su hijo
Witiza con la familia Ervigio y así con el declive del reino.
Égica esperó la muerte del
metropolitano de Toledo,
Julián II, para continuar perjudicando a la familia de Ervigio, y en el
III Concilio provincial de la
Tarraconense celebrado en
Zaragoza en noviembre de 691, la viuda de Ervigio fue recluida en un convento, lo que revocaba parcialmente lo acordado en el XIII Concilio, en el que se prohibía a la reina viuda el casarse en segundas nupcias pero le garantizaba no ser obligada a ingresar en la vida monástica.
11 De este modo el monarca reinante se aseguraba la estabilidad del poder al impedir el engrandecimiento de otra facción nobiliaria en caso que la reina
13
viuda pudiera casarse de nuevo.
Las medidas contra la familia de Ervigio le pudo acarrear el enfrentamiento con un sector poderoso de la nobleza y el clero. Fue en este contexto cuando Égica tuvo que enfrentarse a una conspiración para reemplazarle en el trono y asesinarle.
14 Se ha conservado una moneda a nombre de
Suniefredo que muestra que los conspiradores tuvieron el control de Toledo durante un tiempo. En mayo de 693 el rey convocó el
XVI Concilio de Toledo para sancionar las medidas contra el metropolitano de Toledo, Sisberto, —que habría ungido rey a Suniefredo en Toledo—, puesto que su destitución debía ser sancionada por un procedimiento canónico.
15 Por las actas de los firmantes al Concilio se pone de manifiesto la renovación del personal palatino a raíz de la conspiración.
16 Entre los conspiradores aparecieron parientes del rey Ervigio
3 como la reina Liuvigoto, pero parece que esto fue una artimaña de Égica para liquidar a la familia de Ervigio;
17 18 aunque por otro lado E. A. Thompson indica todo lo contrario, que la conspiración iba encaminada también contra la reina Liuvigoto.
19
Legislación[editar]
Debido a la coyuntura inestable, el rey intervino políticamente para ubicar a leales en los obispados de Toledo, Sevilla y Braga, lo que fue aprobado en el XVI Concilio.
20 Debido a la conjuración, el rey enfocó el refuerzo de su autoridad con la represión a la nobleza hostil, el favorecer a sus aliados y el refuerzo del carácter teocrático del monarca.
21 En este sentido pidió la confirmación de medidas a adoptar contra cualquiera que conspirase contra el rey: a los futuros conspiradores se les prohibiría el desempeño de cargo palatino, lo que se aplicaba también a su descendencia, se convertiría en esclavo del Fisco y sus bienes serían confiscados y a disposición del rey,
22 y los
anatematizaron quien conspirare contra el rey.
20 23 Además el rey dictó una ley para reforzar su poder real por la que se prohibía cualquier juramento que no fuera al rey o a los tribunales de justicia,
22 24 con lo que se trataba de impedir que los vínculos entre los nobles estuvieran al mismo nivel que con el rey.
25 Añadido a estas medidas, Égica obtuvo la protección de su descendencia —pero no se hizo mención a la reina Cixilo— lo que muestra que el reino aún no estaba pacificado.
obispos
Ante la situación de debilidad regia, solicitó la revisión del Derecho vigente excepción de las leyes de Recesvinto y Wamba, por lo que fueron suprimidas algunas leyes de Ervigio y reintroducidas otras leyes suprimidas por Ervigio, pero no fue una revisión sistemática como la que había hecho Ervigio.
22 24
Representación de Égica en el Códice Emilianense
Por último se endureció la política antijudaica, prohibiendo a los judíos el comercio exterior y con cristianos.
3 y los que se convirtieren serían eximidos de sus impuestos y esa cantidad tendría que ser asumida por los judíos que no se convirtieran.
27 En el
XVII Concilio de Toledo del año 694, el rey denunció una conspiración judía de los judíos españoles con los del norte de África para destruir el reino cristiano visigodo. Por ello los obispos decretaron la disgregación de las
aljamas judías, la esclavitud de todos los judíos y la prohibición de ejercer su religión, y la obligación de entregar sus hijos a la edad de siete años para ser educados con cristianos. Estas medidas no se aplicaron en la Narbonense dada su precaria situación demográfica, aunque debían entregar no obstante sus propiedades.
28 Sin embargo, estas medidas no tuvieron eficacia porque las aljamas seguían existiendo cuando los musulmanes invadieron la península ibérica en el año 711.
23 Dado que estas medidas habían sido inspiradas por una supuesta conspiración judía, pues a cambio de haber salvado a la Iglesia de la conspiración judía el rey recibió de los obispos la declaración de anatema contra aquellos que, una vez muerto el rey, hicieran ofensa a sus hijos o a la reina Cixilo, medida que se había manifestado ineficaz, como había sido el caso de Égica con la familia de Ervigio.
29
Matrimonio y descendencia[editar]
Égica casó con Cixilo, hija del rey
Ervigio como una parte del compromiso para compatibilizar los intereses de la familia de Ervigio y la de Égica. Pero tal compromiso solo tendría validez si existía descendencia del matrimonio.
7Witiza fue hijo de Égica, y el hecho que fuera ungido a finales del año 700 pudo ser debido a que debía tener en torno a los catorce años de edad, y entonces puede ser factible que Witiza fuera hijo del matrimonio de Égica con Cixilo.
30
Sin embargo, a tenor de la descripción literal establecida en el canon 7 del XVII Concilio, por el que se protegía a la descendencia de Égica, parece deducirse que la reina Cixilo aún no tenía hijos en el año 694, por lo que Witiza no era hijo de Égica sino de un matrimonio anterior. El hecho que aparezca un conde Égica firmando como asistente al XIII Concilio en 683, generalmente aceptado que fuera el posterior rey, muestra que podría tener entonces al menos treinta años y por tanto, al acceder al trono en la década de 680, tener hijos de un matrimonio anterior al de Cixilo.Pero también esta postura ha sido puesta en duda puesto que en XVI Concilio —donde no se menciona a la reina— se puso bajo protección a los hijos del rey con sus cónyuges una vez muerto el rey, y a pesar que esos hijos Aun así, hay estudiosos que han deducido que la ausencia de mención de Cixilo en el XVI Concilio es Siguiendo esta hipótesis, la vuelta a planteamiento de la protección de la descendencia de Égica al año siguiente en el XVII Concilio no sería del mismo tipo, pues en este caso se refiere a la reina Cixilo y a la futura Por tanto, si Witiza no hubiera sido hijo de Cixilo, las medidas tomadas por Égica siguen una lógica: en el III Concilio de Zaragoza (691) hizo que la reina viuda ingresara en un monasterio para que una vez fallecido Égica su viuda Cixilio ingresara en su momento para evitar que usara su poder e influencia contra los hijos habidos en el primer matrimonio, y en el XVI Concilio (693) Égica puso bajo protección a los hijos del primer matrimonio, pero en el XVII Concilio (694) hizo proteger a los hijos habidos con Cixilo —ante la situación futura que se quedaría viuda y tendría que ingresar en un monasterio— de sus hermanastros una vez muerto el rey.
porque aún no tenía hijos, el equilibrio entre las familias de Ervigio y Égica no se habría alcanzado aún, por lo que los hijos de Égica mencionados procederían de un matrimonio anterior, para los que Égica buscaba protección incluso frente a los hijos de Ervigio.
casados no podrían por edad ser hijos de Égica con Cixilo, no existe constancia de tal matrimonio anterior ni que tuviera hijos ya casados en el momento del Concilio XVI, por lo que entonces hay historiadores que deducen que los cánones conciliares que protegían a la familia de Égica eran genéricos.
descendencia con ella, una protección necesaria frente a sus hermanastros habidos del hipotético primer matrimonio de Égica.
La Crónica de 754 indica que Égica tuvo hijo llamado Oppas, que había huido de Toledo cuando se produjo la invasión árabe, lo que se puede deducirse que podría haber sido un rival a
Rodrigo.
36 Pero por otro lado, aparece el nombre de Oppas como obispo de Tuy y Sevilla que se ha supuesto como un obispo de la familia real al que se ubicaba según los intereses del rey, sin embargo, esos traslados de diócesis iban contra el derecho canónico y solo se conocen los aplicados a la rebelión de Suniefredo en el XVI Concilio.
Corregencia de Égica y Witiza[editar]
La
Crónica de 754, más cercana a los hechos, establece que Witiza fue asociado al trono en el año 698, sin embargo, existe un documento contemporáneo por el que se indica que Witiza fue asociado al trono a finales de 693 o en 694, lo que viene corroborado por el número total de moneda acuñada en relación con otros reinados del siglo VII. De este modo, esto vendría a ser consecuencia de la rebelión de Suniefredo para asegurar y monopolizar el trono para su familia frente a otros candidatos.
En este sentido la misma asociación de Witiza puede verse como demostración de que no era hijo de Cixilo, pues si Witiza hubiera sido hijo de Cixilo no habría oposición entre las dos familias a la sucesión, y la unción de Witiza se presentaba como la forma de garantizar el apoyo del clero ante una eventual oposición a dicha sucesión. La afirmación de la Crónica de Alfonso III de vincular a Witiza como hijo de Cixilo, y así nieto de Ervigio, podría verse en este sentido como una forma de establecer una familia real malvada que habría llevado la ruina de España ante la invasión árabe. Sin embargo, existe la postura contraria, que Witiza fue hijo de Cixilo y que ante las complicadas circunstancias de la sublevación se Suniefredo, la asociación le habría sido impuesta, lo que vendría ilustrado en los tipos monetarios de bustos enfrentados, que ilustran una forma de compromiso entre facciones en oposición.
39
La
versión ovetense de la Crónica de Alfonso III indica que Égica dejó a cargo de Witiza el gobierno del antiguo
reino suevo estableciendo su residencia real en
Tuy.
40 La
Chronica regum Visigothorum establece que Witiza fue ungido el 15 de noviembre del año 700, de lo que parece derivarse que fue en ese año cuando alcanzó la edad para no estar sometido a una tutela, esto es, en torno a los catorce años de edad,
30 aunque por otra parte hay autores como Julia Montenegro y Arcadio del Castillo que establecen que Witiza tendría los 14 años al inicio de la corregencia hacia 694, de esta forma la unción habría generado un verdadero cogobierno.
41 42
La corregencia fue un periodo turbulento,
42 así pues, la Crónica de 754 indica que el reino visigodo sufrió una epidemia de peste, por la que los reyes tuvieron que abandonar Toledo hacia 701.
43 Y alrededor del año 700 hubo campañas de los aquitanos sobre la Narbonense que posiblemente capturaron Carcasona.
44 El
Cronicon Pacenseestablece que en los reinados de Égica y Witiza hubo confrontaciones bélicas entre visigodos y bizantinos,
45 que estuvieron enmarcadas en la debilidad de los emperadores
Leoncio y
Tiberio III Apsimaros en la defensa de África.
46En este reinado conjunto se conoce que una flota bizantina atacó las costas del sur de Hispania y fue rechazada por un noble llamado Teodomiro,
47 que se puede deducir que es el mismo que pactó en 713 con los musulmanes en el
pacto de Teodomiro.
48 49 50 La fecha de este evento es dudosa:
Roger Collins indica que pudo haber sucedido durante la expedición mandada por el emperador Leoncio entre 697-698 para recuperar
Cartago de los árabes;
51 o quizás al finalizar el reinado de Witiza.
52 Tal y como establece
E.A. Thompson no se conoce el contexto de este suceso, aunque puede estar ligado con acciones de vigilancia en los enclaves bizantinos de Tánger y Ceuta, como establece Collins,
51 o incluso, como establece Palao Vicente, que Cartagena seguía en manos bizantinas y que la posición de Teodomiro antes de la invasión árabe estaba enfocada a cercar una Cartagena todavía bizantina.
53
No se tiene constancia de la muerte de Égica, la última mención figura en una ley promulgada a finales de 702, pero quizás podía haberse producido en 703.
54 Su hijo Witiza quedó como rey único.
WITIZA
Witiza fue
rey de los visigodos, asociado por su padre al trono hacia 694 y reinó conjuntamente
regni concordia desde su unción el 15 de noviembre de 700, hasta finales de 702 o 703, en que falleció su padre
Égica. Reinó en solitario hasta su muerte ocurrida en el 710 o 711.
Sin embargo, a tenor de la descripción literal establecida en el canon 7 del XVII Concilio, por el que se protegía a la descendencia de Égica, parece deducirse que la reina Cixilo aún no tenía hijos en el año 694, por lo que Witiza no era hijo de Égica sino de un matrimonio anterior.El hecho que aparezca un conde Égica firmando como asistente al XIII Concilio en 683, generalmente aceptado que fuera el posterior rey, muestra que podría tener entonces al menos treinta años y por tanto, al acceder al trono en la década de 680, tener hijos de un matrimonio anterior al de Cixilo. Pero también esta postura ha sido puesta en duda puesto que en XVI Concilio —donde no se menciona a la reina— se puso bajo protección a los hijos del rey con sus cónyuges una vez muerto el rey, y a pesar que esos hijos casados no podrían por edad ser hijos de Égica con Cixilo, no existe constancia de tal matrimonio anterior ni que tuviera hijos ya casados en el momento del Concilio XVI, por lo que entonces hay historiadores que deducen que los cánones conciliares que protegían a la familia de Égica eran genéricos. Aun así, hay estudiosos que han deducido que la ausencia de mención de Cixilo en el XVI
Concilio es porque aún no tenía hijos, el equilibrio entre las familias de Ervigio y Égica no se habría alcanzado aún, por lo que los hijos de este mencionados procederían de un matrimonio anterior, para los que Égica buscaba protección incluso frente a los hijos de Ervigio. Siguiendo esta hipótesis, la vuelta a planteamiento de la protección de la descendencia de Égica al año siguiente en el XVII Concilio no sería del mismo tipo, pues en este caso se refiere a la reina Cixilo y a la futura descendencia con ella, una protección necesaria frente a sus hermanastros habidos del hipotético primer matrimonio de Égica. Por tanto, si Witiza no hubiera sido hijo de Cixilo, las medidas tomadas por Égica siguen una lógica: en el III Concilio de Zaragoza (691) hizo que la reina viuda ingresara en un monasterio para que una vez fallecido Égica su viuda Cixilio ingresara en su momento para evitar que usara su poder e influencia contra los hijos habidos en el primer matrimonio, y en el XVI Concilio (693) Égica puso bajo protección a los hijos del primer matrimonio, pero en el XVII Concilio (694) hizo proteger a los hijos habidos con Cixilo —ante la situación futura que se quedaría viuda y tendría que ingresar en un monasterio— de sus hermanastros una vez muerto el rey.
Su padre, el rey
Égica, casó con Cixilo, hija del rey
Ervigio como una parte del compromiso para compatibilizar los intereses de la familia de Ervigio y la de Égica. Pero tal compromiso solo tendría validez si existía descendencia del matrimonio. Witiza fue hijo de Égica, y el hecho que fuera ungido a finales del año 700 pudo ser debido a que debía tener en torno a los catorce años de edad, y entonces puede ser factible que Witiza fuera hijo del matrimonio de Égica con Cixilo.
3
Corregencia de Égica y Witiza[editar]
La
Crónica de 754, el relato más cercana a los hechos, establece que Witiza fue asociado al trono en el año 698, sin embargo, existe un documento contemporáneo por el que se indica que Witiza fue asociado al trono a finales de 693 o en 694, lo que viene corroborado por el número total de moneda acuñada en relación con otros reinados del siglo VII. De este modo, esto vendría a ser consecuencia de la rebelión de
Suniefredo para asegurar y monopolizar el trono para su familia frente a otros candidatos.
En este sentido la misma asociación de Witiza puede verse como demostración de que no era hijo de Cixilo, pues si Witiza hubiera sido hijo de Cixilo no habría oposición entre las dos familias a la sucesión, y la unción de Witiza se presentaba como la forma de garantizar el apoyo del clero ante una eventual oposición a dicha sucesión. La afirmación de la Crónica de Alfonso III de vincular a Witiza como hijo de Cixilo, y así nieto de Ervigio, podría verse en este sentido como una forma de establecer una familia real malvada que habría llevado la ruina de España ante la invasión árabe. Sin embargo, existe la postura contraria, que Witiza fue hijo de Cixilo y que ante las complicadas circunstancias de la sublevación de Suniefredo, la asociación le habría sido impuesta, lo que vendría ilustrado en los tipos monetarios de bustos enfrentados, que ilustran una forma de compromiso entre facciones en oposición.
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La
versión ovetense de la Crónica de Alfonso III indica que Égica dejó a cargo de Witiza el gobierno del antiguo
reino suevo estableciendo su residencia real en
Tuy.
11 La
Chronica regum Visigothorum establece que Witiza fue ungido el 15 de noviembre del año 700, de lo que parece derivarse que fue en ese año cuando alcanzó la edad para no estar sometido a una tutela, esto es, en torno a los catorce años de edad,
3 aunque por otra parte hay autores como Julia Montenegro y Arcadio del Castillo que establecen que Witiza tendría los catorce años al inicio de la corregencia hacia 694, con lo que el acto de la unción en el año 700 es el habría generado un verdadero cogobierno.
12 13
La corregencia fue un periodo turbulento,
13 así pues, la Crónica de 754 indica que el reino visigodo sufrió una epidemia de peste, por la que los reyes tuvieron que abandonar Toledo hacia 701.
14 Y alrededor del año 700 hubo campañas de los aquitanos sobre la Narbonense que posiblemente capturaron Carcasona.
15 El
Cronicon Pacense establece que en los reinados de Égica y Witiza hubo confrontaciones bélicas entre visigodos y bizantinos,
16 que estuvieron enmarcadas en la debilidad de los emperadores
Leoncio y
Tiberio III Apsimaros en la defensa de África.
17 En este reinado conjunto se conoce que una flota bizantina atacó las costas del sur de Hispania y fue rechazada por un noble llamado Teodomiro,
18 que se puede deducir que es el mismo que pactó en 713 con los musulmanes
pacto de Teodomiro.
19 20 21 La fecha de este evento es dudosa:
Roger Collins indica que pudo haber sucedido durante la expedición mandada por el emperador Leoncio entre 697-698 para recuperar
Cartago de los árabes;
22 o quizás al finalizar el reinado de Witiza.
23 Tal y como establece
E.A. Thompson no se conoce el contexto de este suceso, aunque puede estar ligado con acciones de vigilancia en los enclaves bizantinos de Tánger y Ceuta, como establece Collins,
22 o incluso, como establece Palao Vicente, que Cartagena seguía en manos bizantinas y que la posición de Teodomiro antes de la invasión árabe estaba enfocada a cercar una Cartagena todavía bizantina.
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No se tiene constancia de la muerte de Égica, la última mención figura en una ley promulgada a finales de 702, pero quizás podía haberse producido en 703.
25 Su hijo Witiza quedó como rey único.
Reinado en solitario[editar]
La documentación del reinado de Witiza ha quedado plasmada en dos tendencias opuestas que responsabilizaban de la caída del reino visigodo o a Witiza o a su sucesor
Rodrigo.
26 Por un lado, las crónicas asturianas redactadas en torno al año 900 son de carácter antiwitizano ya que responsabilizan a este rey de la decadencia política y moral que produjo la ruina del reino de manos de los árabes. Por otro lado, para los mozárabes del siglo VIII el reinado de Witiza fue caracterizado como
buenos tiempos.
27
Tras la muerte se Égica, se convocó el XVIII Concilio de Toledo en una fecha comprendida entre los años 702-703, pero sus actas no se han conservado.
28 Desde San
Isidoro de Sevilla, los cánones conciliares se habían incluido en la
Collectio canonum Ecclesiae Hispania, denominada simplemente como
Hispania.
29 La última actualización de esta compilación de actas conciliares españolas se produjo tras el XVII Concilio de Toledo. Y la conquista árabe dio fin a proseguir con la compilación, con lo que las actas del XVIII Concilio no llegaron a tiempo a ser incluidas.
30 Se tiene constancia de la existencia de este concilio por el manuscrito de Celanova, que recogía una Recensión Vulgata de la colección Hispania;
31manuscrito que desapareció durante la guerra civil española y reapareció en la década de 1980.
32 Sin embargo, dado que se ha conservado el Concilio de Córdoba de 839, la ausencia de las actas pudiera deberse a una acción deliberada. Puesto que la Crónica de Alfonso III
Concilio Quinisexto (692), rechazado por la Iglesia de Roma, cánones en los que se aceptaba un clero casado. Este hecho hubiese seguido un proceso similar con respecto del
Concilio de Constantinopla III (680-681), que fue aprobado en el
XIV Concilio de Toledo (684).
33 De este modo cuando la Crónica mozárabe indica que el metropolitano de Toledo,
Sinderedo ofendió a los hombres de la Iglesia a instigación del rey,
34 puede entenderse aparte que ejerciera presiones sobre la jerarquía de la Iglesia hispana por orden del rey,
35 el que Witiza puso bajo su patrocinio las decisiones del Concilio Quinisexto a través Sinderedo. Dado que con la invasión árabe no hubo más Concilio de Toledo para repudiar esa actas, su no inclusión en la compilación canónica
Hispania sirvió para tal efecto, no obstante, la versión rotense de la Crónica de Alfonso III indica que la derogación de los cánones del XVIII Concilio se llevó a cabo por
Fruela I de Asturias.
36 Sin embargo, puede entenderse que la postura de Witiza fue la de reformar la corrupción de la Iglesia.
37
indica que obligó a los clérigos a casarse, esto puede dar indicio que el XVIII Concilio se hubiera aprobado los cánones.
La
Crónica mozárabe de 754 muestra un carácter más conciliador de Witiza en contraste con el autoritarismo de Égica. En este sentido la Crónica indica que concedió una amplia amnistía a los que habían sido condenados por su padre, restauró el Oficio Palatino, que había sufrido una gran merma a causa de las conjuras como la de Suniefredo y Sisberto, restituyendo el cargo y las propiedades confiscadas a los que había sido despojados, también compensó a los desterrados, y quemó públicamente las declaraciones sobre deudas al Tesoro que habían firmadas a la fuerza.
38 39 18 Además devolvió al Tesoro público las propiedades que Égica había tomado como posesión personal, diferenciando entre el patrimonio personal del rey, y el del cargo.
35 40 Puede suponerse que estas medidas en favor de la nobleza perseguida por Égica pudieran haber sido adoptadas en el XVIII Concilio.
41
Se sabe también que durante el reinado de Witiza se produjeron hambrunas por las malas cosechas en los años 707 y 709, y una gran epidemia de peste.
12 42 Y que el Código de leyes se amplió, lo que puede entenderse como muestra de debilidad política.
40
No se tiene constancia de su muerte ni de las circunstancias de su sucesión, aunque se puede deducir que no fue pacífica.
41 Según la
Chronica Regum Visigothorum el reinado de Witiza terminó en 710, mientras que la Crónica mozárabe lo sitúa en 711. De forma general se acepta que el reinado de Witiza terminó cuando murió, cuando aún no habría cumplido los treinta años de edad, alrededor de sus veinticinco años de edad,
13 43 de acuerdo a si se considera que fue hijo de la reina Cixilo; aunque si se considera que Witiza no fue hijo de Cixilo sino de un matrimonio anterior de Égica, entonces tendría una edad avanzada relativamente.
44
Descendencia[editar]
La Crónica del siglo X de
Abu Bakr Ibn Umar Ibn Al-Qutiyya —que declaraba ser descendiente de Witiza a través de una nieta llamada
Sara— establece que Witiza tuvo tres hijos: Olmundo, Artobás (Artabasdus) y Rómulo (Romulus).
45 Pero la aceptación de la veracidad de esta descendencia no es unánime entre los especialistas.
46
Algunas crónicas afirman la existencia de un Flavio Sisebuto, juez de los cristianos de Coimbra, como hijo de Witiza. Algunos genealogistas modernos han llegado a identificar a este Sisebuto con el Artobás registrado en las crónicas árabes. Pero si este conde realmente existió, por cronología sería más probable que fuese hermano y no hijo de Witiza.
También se ha especulado con que el rey
Agila II, rival de Rodrigo, fuese uno de los hijos de Witiza, pero esto es un error consecuencia de datos contradictorios y legendarios de la historiografía hispanoárabe.
47
RODRIGO
Roderico o
Rodrigo —nombrado en numerosas fuentes clásicas como
don Rodrigo— fue rey
visigodo entre los años 710 y 711. Llegó al trono de forma violenta, lo que produjo la secesión de parte del reino. Fue derrotado por los musulmanes en la
batalla de Guadalete, debido a una traición entre oponentes visigodos del propio rey.
La Crónica mozárabe de 754 ofrece pocos datos sobre los hechos acaecidos inmediatamente después del reinado de Witiza. Indica que Rodrigo invadió el trono y que reinó un año. Indica que había una guerra civil antes de la invasión de los árabes y añade que fue traicionado por algunas de sus tropas. Sin embargo, no menciona ni a Agila II, ni que los partidarios de Witiza llevaran a cabo la traición, ni que se llevara en ningún caso una petición de ayuda para destronar a Rodrigo.
La
Chronica regum Visigothorum registra los nombres de los reyes visigodos y los años de sus reinados. Después de la entronización de Ervigio los manuscritos difieren en la continuación de los siguientes reyes.
La
Continuatio codicis C Parisini que consta en un manuscrito del siglo XII no menciona a Rodrigo e indica que a Witiza le sucedió Agila y después de tres años le sucedió Ardo. Pero la
Continuatio Legionensis que aparece en un manuscrito del siglo XI, indica que a Witiza le sucedió Rodrigo, el cual reinó durante siete años y seis meses. Sin embargo, no se sabe cuando fueron recopiladas por primera vez y dado que asignan duraciones de reinados diferentes a los sucesores de Ervigio es posible que pudiera haber habido errores de transcripción. Pero en definitiva se da a entender que a Witiza le sucedieron dos reyes que controlaron distintas partes del reino.
En cuanto a las crónicas árabes, la primera versión de la conquista de Hispania procede de alrededor de 860. En la obra de
Ibn Abd al-Hakam se relata que el señor de Ceuta, deseoso de vengarse de Rodrigo, se ofreció a transportar a
Táriq ibn Ziyad a la península Ibérica. El rey visigodo fue a detener su avance, pero fue derrotado y Rodrigo resultó muerto. El resto de crónicas árabes comparten esta visión: el papel del señor de Ceuta y la derrota de Rodrigo en una batalla. Por su parte, las Crónicas asturianas —la
Crónica albeldense y la
Crónica de Alfonso III— presentaban al reino de Asturias como continuador del reino visigodo de Rodrigo y culpaban de la conquista árabe a los witizianos, a lo que asigna la conjura por la que llamaron a los árabes. La Crónica de Alfonso III data del siglo IX. La versión rotense indica que Rodrigo fue nieto de
Chindasvinto e hijo de
Teodofredo, que había sido asesinado por
Égica para impedir que pudiera ser un rival al trono. Además, indica sin más detalles que Rodrigo sucedió a Witiza y al tercer año de su reinado fue derrotado por los árabes y la traición de los hijos de Witiza. La versión Sebastianense añade que los hijos de Witiza solicitaron ayuda a los árabes para expulsar a Rodrigo del trono pero que perecieron con Rodrigo. Sin embargo, dado que la Crónica de Alfonso III indica que Witiza era hijo de Egica y de Cixilo, en el momento que el que dejó de reinar tendría unos veinticinco años y por tanto su descendencia no tendría en esa época la edad suficiente para traicionar a nadie, con lo que la crónica se contradice consigo misma.
Ni en la Crónica mozárabe ni en las posteriores se hace mención a
Agila II, tampoco en las crónicas árabes. Se da la situación que las crónicas escritas en la zona de influencia de Agila II desconocieron la existencia de Rodrigo, hasta pasada la mitad del siglo XIII cuando se tradujo la obra del obispo
Rodrigo Jiménez de Rada. Sin embargo, ha existido una derivación metodológica errónea de intentar ajustar el nombre de Agila con alguno de los personajes de las Crónicas cuyo nombre no se da, como hacerle el hijo de Witiza cuyo nombre no aparece en la crónicas asturianas, e incluso acomodarlo como hijo o pariente de Witiza que fue asociado al trono en el noreste de la península Ibérica Las crónicas asturianas, dada su concepción de que Rodrigo había sido el último rey visigodo y que el reino de Asturias se identificaba como su sucesor, eliminaron a Agila que reinó dos años más, y sumaron esos años al reinado de Rodrigo de modo que este último habría reinado tres años.
Sucesión de Witiza[editar]
Entre los frescos de
Qusair Amra(actual Jordania) está una representación de seis reyes que se rinden al califa omeya, identificados con sus nombres escritos en caracteres griegos y árabes. Uno de ellos es "Roderic".
Qusayr ‘Amra en metmuseum.org
No se tiene constancia de su muerte ni de las circunstancias de la sucesión de Witiza, aunque se puede deducir que no fue pacífica. Según la
Chronica Regum Visigothorum el reinado de Witiza terminó en 710, mientras que la Crónica mozárabe lo sitúa en 711. De forma general se acepta que el reinado de Witiza terminó cuando murió, cuando aún no habría cumplido los treinta años de edad, alrededor de sus veinticinco años de edad,
18 de acuerdo a si se considera que fue hijo de la reina Cixilo; aunque si se considera que Witiza no fue hijo de Cixilo sino de un matrimonio anterior de Égica, entonces tendría una edad avanzada relativamente.
Del siguiente rey, Rodrigo, la Crónica mozárabe parece indicar que se apoderó del trono de forma violenta con el apoyo de una significativa parte de la aristocracia que conformaba la élite seglar y eclesiástica del reino que intervenía en la elección del rey. De este modo Witiza habría sido derrocado y muy probablemente asesinado. Si hubiera muerto por causas naturales y Rodrigo hubiera sido elegido entonces no se hubiera producido la situación conflictiva Aunque pudiera haberse dado el caso de que Witiza muriera por causas naturales y que Rodrigo se hubiera alzado para evitar que los parientes de Witiza pudieran designar a uno de sus miembros al trono. Se ha tratado que pudiera haber habido un interregno de varias semanas o meses en el que habría habido una guerra civil entre Rodrigo y otros aspirantes al trono.
23
Este golpe de Estado no produjo un consenso entre la aristocracia, y la subida al trono de Rodrigo produjo conflictos internos que ocurrieron en el momento en el que los árabes habían comenzado a atacar poblaciones al sur de la península Ibérica. La élite nobiliaria se habría dividido y como ya ocurriera con la sucesión de Chindasvinto en 653 y de Recesvinto en 672, hubo una rebelión regional de territorios que no reconocieron la autoridad de Rodrigo, por lo que es posible que Rodrigo hubiera tenido que afrontar la división del reino con a
Agila II en el noreste puesto que las monedas acuñadas a nombre Agila proceden del noreste del reino —de la Narbonense y Tarraconense— sin que haya superposición geográfica con las monedas acuñadas a nombre de Rodrigo.
Invasión musulmana[editar]
El rey Don Rodrigo arengando a sus tropas en la batalla de Guadalete, de Bernardo Blanco. 1871. (
Museo del Prado,
Madrid).
Existen fuentes árabes que indican que Rodrigo estaba de campaña contra los vascones en el momento del desembarco árabe. Es factible si se considera una expedición de prestigio para afianzar su poder en un reinado recién comenzado. Sin embargo, la Crónica de 754 no indica que hubiera habido ninguna expedición militar, y por tanto, el ejército fue convocado para enfrentarse a los árabes. Las fuentes árabes crean cifras exageradas para engrandecer la victoria árabe, pero un dato aproximado puede ser una cifra algo más grande que el ejército convocado por Wamba para someter al conde Paulo, de 12 000 a 14 000 visigodos frente a 10 000 árabes.
Mientras las crónicas árabes indican de la existencia de una única incursión árabe, la Crónica mozárabe de 754 indica que los árabes estaban realizando una serie de incursiones cuando Rodrigo emprendió la ofensiva para hacerles frente. La situación de la batalla no está clara, Isla Frez indica que el ejército visigodo siguió la ruta de Córdoba a la bahía de Algeciras, lo que marginaba a Sevilla, donde la Crónica de Abu Bakr Ibn Umar Al-Qutiyya indica que había familiares de Witiza, y donde Rodrigo no esperaría encontrar apoyos.
El resultado fue la completa debacle del ejército visigodo y la muerte del propio monarca. Se puede entrever que el resultado de esa batalla fue decidido por una traición, de la que no da nombre alguno, que produjo una deserción en las filas visigodas. La traición al rey no solo aparece en la Crónica mozárabe sino también en las árabes, lo que puede corroborarse en el sentido que Rodrigo no se habría decidido a dar batalla a los árabes si no hubiera tenido ventaja numérica y logística, de ahí que el resultado final hubiera sido fruto de una traición.
Sin embargo, dado que Rodrigo había accedido al trono de forma conflictiva contra los intereses witizanos y aún no habría afirmado su autoridad, y que en el ejército visigodo habría clientelas nobiliarias afectas a la familia de Witiza, estos habrían abandonado al rey en el mismo momento de la batalla lo que habría sentenciado el desastre final.
La intención de los traidores sería que el rey fuera eliminado o muy debilitado de modo que pudieran hacerse con el poder, y por tanto no era entregar el reino a los invasores sino conseguir el cambio del rey. Pero su plan no fue como esperaban y perecieron en la misma batalla, o poco después, en otros episodios como la toma de Toledo; lo que vendría a desmentir las acusaciones de las crónicas asturianas que establecieron que los árabes fueron reclamados por los witizanos. Acusaciones que habrían venido por el acercamiento entre los árabes y witizanos después de la conquista, en los que estos últimos se habrían querido asegurar el mantenimiento de posición política y económica. Además, la eliminación de una parte significativa de la aristoracia visigoda facilitó los matrimonios mixtos con los invasores, como el de la reina viuda
Egilona con
Abd al-Aziz ibn Musa, valí de
Al-Andalus. Un segundo intento del ejército visigodo para frenar a los musulmanes se produjo en
Écija poco después, con una nueva derrota, lo que anuló toda resistencia visigoda
La Crónica mozárabe puede dar a entender que la derrota del rey Rodrigo provocó una guerra civil en los visigodos, y que Rodrigo habría perdido el control de Toledo por
Oppas, el hijo de Egica, que, según
Collins, podría haber sido coronado rey en el momento en el que Rodrigo fue a detener a los árabes o después de haber sido derrotado por ellos, sin embargo, la expulsión de Oppas de Toledo por la alta aristocracia que allí quedaba haría constar la falta de apoyos que tendría la facción witizana para tal intento.
La muerte del rey y de la élite cortesana tanto partidaria como adversaria de Rodrigo, así como de la capital paralizó el sistema político, y la nobleza regional se sometió a los invasores negociando la conservación de su estatus político y económico.
Narrativas y leyendas[editar]
Portada de
La crónica del rey don Rodrigo, que recoge las tradiciones sobre el último rey visigodo y la pérdida de España.
Existen narraciones muy posteriores originadas en Egipto de una tradición oral no fiable, que enlazan a Don Rodrigo con el conde de
Ceuta,
Don Julián, quien envió a su hija Florinda (
la Cava) a la corte de
Toledo para ser educada, y también con la idea de que era un buen lugar para encontrar marido entre los hijos de otros nobles.
Por aquella época, el rey visigodo Don Rodrigo padecía sarna y era Florinda la elegida para que le limpiara la sarna con un delicado alfiler de oro. Así se fue fijando el rey Don Rodrigo en ella, queriéndola poseer, pero no en matrimonio. Con el tiempo y guiado por la lascivia, forzó a la joven. Ella, tras la consumación del acto, envía a su padre una serie de regalos entre los que pone un huevo podrido. Don Julián, recibiéndolo, comprendió lo que había pasado. Fue a Toledo a reclamar a su hija, aunque para no levantar sospecha, dice que debía llevarse a Florinda con él, ya que su mujer estaba terriblemente enferma y solo la visión de su hija podía hacer que recobrase algo la salud. Don Rodrigo no desconfía y entrega la chica a su padre. Don Julián regresó a Ceuta y más ofendido que nunca, entabla conversaciones con
Musa ibn Nusair, para desembarcar en la Península Ibérica para destronar a Rodrigo.
Una leyenda, que transmite
Ibn al-Qutiyya en su
Historia de la Conquista de al-Ándalus cuenta que un rey de España construyó una torre en
Toledo en la que encerró un secreto con un candado e impuso a sus sucesores la obligación de que añadieran un candado más. El rey Rodrigo decidido a averiguar el secreto hizo abrir la cámara y en ella había pintadas en las paredes figuras de caballeros árabes, en el medio de la sala había una mesa ricamente labrada en la que aparecía grabado que era la mesa del rey
Salomón, y encima de la mesa se hallaba un arca con un pergamino que decía: «Si se viola esta cámara y se rompe el encantamiento contenido en este arca, las gentes pintadas en estas paredes invadirán España, derrocarán a sus reyes y someterán a todo el país»
Agila II
Para otros usos de este término, véase
Aquila.
Agila II (también escrito como
Aquila,
Achila o
Akhila) fue un rey de los visigodos entre 710 y 713
1 2 El acceso al trono de
Rodrigo fue llevado a cabo de forma violenta que produjo la secesión de la parte nororiental del reino donde reinó Agila II. Aunque apenas existen testimonios de su existencia, se han encontrado monedas acuñadas en su nombre
3 y fue sucedido por
Ardón.
Las fuentes[editar]
La
Crónica mozárabe de 754 ofrece pocos datos sobre los hechos acaecidos inmediatemente después del reinado de
Witiza. Indica que
Rodrigo invadió el trono y que reinó un año. Indica que había una guerra civil antes de la invasión de los árabes y añade que fue traicionado por algunas de sus tropas. Sin embargo, no menciona ni a Agila II, ni que los partidarios de Witiza llevaran a cabo la traición, ni que se llevara en ningún caso una petición de ayuda para destronar a Rodrigo.
4 5
La
Chronica regum Visigothorum registra los nombres de los reyes visigodos y los años de sus reinados. Después de la entronización de Ervigio los manuscritos difieren en la continuación de los siguientes reyes.
6 La
Continuatio codicis C Parisini que consta en un manuscrito del siglo XII no menciona a Rodrigo e indica que a Witiza le sucedió Agila y después de tres años le sucedió Ardo. Pero la
Continuatio Legionensis que aparece en un manuscrito del siglo XI, indica que a Witiza le sucedió Rodrigo, el cual reinó durante siete años y seis meses.
7 8 Sin embargo, no se sabe cuando fueron recopiladas por primera vez y dado que asignan duraciones de reinados diferentes a los sucesores de Ervigio es posible que pudiera haber habido errores de transcripción. Pero en definitiva se da a entender que a Witiza le sucedieron dos reyes que controlaron distintas partes del reino,
9
Ni en la Crónica mozárabe ni en las crónicas asturianas posteriores: la
Crónica albeldense y la
Crónica de Alfonso III, se hace mención a Agila II, tampoco en las crónicas árabes. Se da la situación que las crónicas escritas en la zona de influencia de Agila II desconocieron la existencia de Rodrigo, hasta pasada la mitad del siglo XIII cuando se tradujo la obra del obispo
Rodrigo Jiménez de Rada.
10 Sin embargo, ha existido una derivación metodológica errónea de intentar ajustar el nombre de Agila con alguno de los personajes de las Crónicas cuyo nombre no se da, como hacerle el hijo de Witiza cuyo nombre no aparece en la crónicas asturianas,
11 e incluso acomodarlo como hijo o pariente de Witiza que fue asociado al trono en el noreste de la península Ibérica.
10 No se conocen los orígenes familiares de Agila II, de modo que asignar a Agila una filiación witizana es un error consecuencia de datos contradictorios y legendarios de la historiografía hispanoárabe.
12 Las crónicas asturianas, dada su concepción de que Rodrigo había sido el último rey visigodo y que el reino de Asturias se identificaba como su sucesor,
13 eliminaron a Agila que reinó dos años más, y sumaron esos años al reinado de Rodrigo de modo que este último habría reinado tres años.
14
Sucesión de Witiza[editar]
No se tiene constancia de su muerte ni de las circunstancias de la sucesión de Witiza, aunque se puede deducir que no fue pacífica.
15 Según la Chronica Regum Visigothorum el reinado de Witiza terminó en 710, mientras que la Crónica mozárabe lo sitúa en 711. De forma general se acepta que el reinado de Witiza terminó cuando murió, cuando aún no habría cumplido los treinta años de edad, alrededor de sus veinticinco años de edad,
16 17 de acuerdo a si se considera fue hijo de la reina Cixilo; aunque si se considera que Witiza no fue hijo de Cixilo sino de un matrimonio anterior de Égica, entonces tendría una edad avanzada relativamente.
18
Del siguiente rey, Rodrigo, la Crónica mozárabe parece indicar que se apoderó del trono de forma violenta con el apoyo de una significativa parte de la aristocracia que conformaba la élite seglar y eclesiástica del reino que intervenía en la elección del rey.
19 De este modo Witiza habría sido derrocado y muy probablemente asesinado.
17 Si hubiera muerto por causas naturales y Rodrigo hubiera sido elegido entonces no se hubiera producido la situación conflictiva.
20 Aunque pudiera haberse dado el caso que Witiza muriera por causas naturales y que Rodrigo se hubiera alzado para evitar que los parientes de Witiza pudieran designar a uno de sus miembros al trono.
8 Se ha tratado que pudiera haber habido un interregno de varias semanas o meses en el que habría habido una guerra civil entre Rodrigo y otros aspirantes al trono.
21
Este golpe de Estado no produjo un consenso entre la aristocracia, y la subida al trono de Rodrigo produjo conflictos internos que ocurrieron en el momento en el que los árabes habían comenzado a atacar poblaciones al sur de la península Ibérica. La élite nobiliaria se habría dividido y como ya ocurriera con la sucesión de Chindasvinto en 653 y de Recesvinto en 672,
22hubo una rebelión regional de territorios que no reconocieron la autoridad de Rodrigo,
8 por lo que es posible que Rodrigo hubiera tenido que afrontar la división del reino con Agila II en el noreste,
22 puesto que las monedas acuñadas a nombre de Agila proceden del noreste del reino —de la Narbonense y de la Tarraconense, en yacimientos de Narbona, Lérida, Gerona, Tarragona y Zaragoza
23 — sin que haya superposición geográfica con las monedas acuñadas a nombre de Rodrigo.
24 25
Invasión árabe[editar]
Después de la debacle del ejército visigodo del rey Rodrigo, y muerte del propio monarca en la
batalla de Guadalete,
26 los árabes emprendieron la
conquista del reino visigodo. Aunque inicialmente esta debacle había sido propiciada por los rivales de Rodrigo, que lo habrían traicionado para que fuera eliminado o muy debilitado y así poder hacerse con el poder,
27 13 y no para entregar el reino a los invasores;
28 en ningún momento se produjo un acercamiento a Agila II para frenar los avances de los conquistadores musulmanes.
29
El final del reinado de Agila II puede datarse con las victorias árabes en el valle del Ebro y en Zaragoza, de modo que puede deducirse que murió luchando.
30 Tras su muerte fue sucedido elegido
Ardón como rey.
Ardón (rey)
Para otros usos de este término, véase
Ardón.
Ardón o
Ardo aparece como rey visigodo en una lista, y se supone que reinó en la
Septimania entre 713 y 720.
Contexto histórico[editar]
La
Chronica regum Visigothorum registra los nombres de los reyes visigodos y los años de sus reinados. Después de la entronización de
Ervigio los manuscritos difieren en la continuación de los siguientes reyes.
1 La
Continuatio codicis C Parisini que consta en un manuscrito del siglo XII no menciona a Rodrigo e indica que a Witiza le sucedió
Agila II y después de tres años le sucedió Ardón.
2 3 Ni en la Crónica mozárabe ni en las crónicas asturianas posteriores: la
Crónica albeldense y la
Crónica de Alfonso III, se hace mención a Agila II o Ardón, tampoco en las crónicas árabes. Se da la situación que las crónicas escritas en la zona de influencia de Agila II —Narbonense y Tarraconense, según la distribución de las monedas acuñadas a su nombre— desconocieron la existencia de
Rodrigo, hasta pasada la mitad del siglo XIII cuando se tradujo la obra del obispo
Rodrigo Jiménez de Rada.
4
El final del reinado de Agila II puede datarse con las victorias árabes en el valle del Ebro y en Zaragoza, de modo que puede deducirse que murió luchando
6 en 713.
7 Tras su muerte fue elegido Ardón como rey, al que la crónica le asigna un reinado de siete años.
8
En 716 los árabes comandados por el valí
Al-Hurr cruzaron los Pirineos e invadieron la Narbonense, la campaña fue continuada por su sucesor
As-Samh, quien finalmente completó la conquista de la Narbonense en 720.
9 Ardón podría haber muerto luchando entonces.
8
-Cuéntame
primo, como fue aquello para que los musulmanes cruzaran el charco con tanta facilidad, ¿cómo llegaron en patera o en cayuco, como ocurrió ese
desastre? para que invadieran este país en tan poco tiempo.
El Guadalquivir.- Ese
es un cuento mu largo de contar compare de mi arma, te diré que en Ceuta había un Conde godo o visigodo llamado D. Julián,
el hombre estaba jodio y cabreao porque a su hija llamada Florinda que vivía en
Toledo la habían deshonrao, tu ya me
entiendes la había fornicao un gachón de
la alta noblesa, me parese que fue el mismísimo rey D. Rodrigo el que la dejó
preñá, este estaba casado con una tal Egilona de modo que el tío dio un
martillaso forastero y se la coló hasta las trancas, olvidando de escupir juera
del agurejo, en aquella época esto suponía grave insulto y gran agravio para la
familia perjudicada, a estas personas encima las solían encerrar de por vida en
un convento para evitar murmurasiones de la plebe callejera.
Cuando el Conde
Julián se enteró de la charraná buscó la vengansa, estaba con su
tropa en Ceuta destacao aguantando al
avanse de la morisma de los fatimíes y bereberes, estos daban cumplimiento a
una política de expansión intentando la invasión de la Península y su extensión
hasia Occidente, eran estas gentes muy acérrimas a la religión hasta el extremo
de tomar el nombre de fatimíes basándose en Fátima hija del Profeta Mahoma y
esposa de Alí cuarto Califa de Bagdad, todo el norte de Ifriqiya estaba en
movimiento guerrero, por otro lado los omeya de Damasco perseguidos y a la
gresca, querían eliminar esta dinastía por intereses políticos y huían de la quema, de modo que los muslimes y
toda la gente del Islam estaba bastante deseosa de cruzar el charco a la busca
y captura de tierras cristianas para su
acomodo y de paso extender su religión.
El conde Don Julián entregó las ciudad a la morisma sin
resistencia alguna, mucho se alegraba por el agravio producido a su hija, pactando con ellos la entrada e invasión con
mucha alegría.
Los árabes con la ayuda de D. Julián saquearon todas las poblaciones del litoral
gaditano bastante antes de la gran invasión del año 711 por tierras sureñas donde
guerreaban los últimos baluartes de aquellos bizantinos extendidos por toda la faja
costera desde Cádiz hasta Valensia,
mientras tanto los godos hispanos estaban liados en una guerra civil por
el norte peninsular contra las tropas de los hijos de Witiza y los vascones que, esto no es cosa
nueva, toda la puñetera vida igual a garrotazo limpio, como valor añadido
estaban soportando la peste negra además de una gran sequía y hambruna que
azotaba esta Hispania nuestra.
Los nobles o feudalistas actuaban como señores libres e
independientes y Witiza el rey godo trató de asegurar la tradición dinástica asociando al
trono a su hijo Agila, pero a su muerte se formó el desbarajuste por el
poder representadas por las familias de
Chindasvinto, Wamba y D.Rodrigo, la monarquía goda no era hereditaria sino electiva,
de modo que tenían montao un cacao que nadie
de los mandones sabían a quien mandar, vamos lo de siempre, por aquellas fechas
no había radio, televisión, ni periódicos donde poder informar al personal de lo
que estaba sucediendo.
Se decantaron por
Rodrigo (710-711) pero los descendientes de Witiza proclamaron rey a Agila II y
en este clima de auténtica guerra civil y confusión se produjo la invasión
musulmana.
Esta Hispania de aquellos años estaba sumida en un
auténtico desastre que bien aprovecharon los del turbante.
La situasión animó a los de Alá deseosos de entrar en
nuestra tierra, pusieron al gran Tariq y al Muza como cabesas pensantes de la contienda y no dudaron en preparar un gran ejército bereber y cruzar el charco
entrando en Gibraltar para ir apoderándose sin grandes esfuerzos de todo
aquello que aparecía al paso, no hubo resistencia al no haber fuerzas
represoras, les fue fásil la paulatina y lenta invasión.
Hubo quien dio la
alerta de lo que estaba pasando y salieron los ejércitos godos al
encuentro con su rey D. Rodrigo a la
cabeza para dirigir las operasiones
militares y guerreras, el hombre no conosía bien el terreno, total que se quedó atrancao en un enorme charcón de tierras movedisas serca de Cádiz proximidades río Guadalete, lugar este donde tuvo lugar la refriega, lo sierto que solo aparesió su
caballo atrancao en el barrizal hasta las mismísimas trancas y una botita, según cuentan algunas crónicas, otras disen que traspuso a Portugal quedando a salvo, cualquiera sabe ahora la verdad, los probes
godos con el tiempo tuvieron que refugiarse en las altas montañas asturianas,
otros trasponer a la vesina Fransia de lo contrario tenían que pasarse a
la religión de Mahoma y cambiarse la
chaqueta por la chilava.
Aquella batalla supuso la invasión árabe y su extensión por
toda la península Ibérica y aquí estuvo
viviendo esa raza imponiendo sus
costumbres más de ochocientos años.
También tendrían que ajustarse las cuentas entre ellos
mismos, abundaban gentes de Mauritania, Berbería y Tunicia, tenían un cacao que
no se aclaraban entre las dinastías abasies y yemeníes por un lado, los Omeya perseguidos para su
extinción por otro, todo era una verdadera lucha entre clanes.
A los cristianos que se quedaron en sus pueblos les
llamaban muzárabes teniendo que pagar un impuesto para conservar su religión y
sus iglesias, a los que se cambiaron la chaqueta y cambiaron su religión
cristiana por la musulmana se les conocían como muladíes.
Muchos cristianos no estaban conformes con la forma de
gobernar de los invasores y sus costumbres, pero no había más remedio que
aguantar o entregar la cuchara, las cartucheras y el correaje.
De los enfrentamientos habidos entre qaysies y yemeníes, árabes y bereberes se
benefició la dinastía Omeya la cual pudo salvar el pellejo a pesar que a toda
costa pretendían su exterminación.
Los musulmanes dominaron en poco tiempo casi toda aquella Hispania visigoda, después se
llamaría Al-Andalus, algunos se dieron una vueltesita por esta tierra cordobesa,
cuando vieron había riquesa buenas
minas, mejores tierras de labor, buen clima y mucha agua, dijeron ya está, aquí montamos nosotros el
chiringuito y formamos una gran ciudad, dicho y hecho, el poderío y dominio musulmán se extendió pronto
por toda la península, prácticamente dependiendo de Damasco eso fue en el año 714, con el transcurrir de los años se
independizaron en el año 756 concretamente, y en el
modo que a estos también les pasó lo de siempre, la pereza la indolencia
y el buen vivir hizo que se echaran a la buena vida, perdiendo fuerzas
hasta el extremo de tener que formar un
reinado en cada pueblo, esto la historia lo conoce con el nombre de reinos de
taifas, de modo que los cristianos no cesaban en sus ánimos de reconquista recuperando progresivamente el
terreno perdido.
929 se constituyó el Califato Independiente,
así estuvieron mandando hasta el año 1031
que fue abolido para constituirse en una Taifa.
Ahora más abajo te cuento con esa insoportable paliza al aventar e insertar esa larga lista de acontecimientos con sus fechas, no
pudiendo faltar emires y califas así como hechos significativos que van desde
el siglo VI al XII, pero eso queda como elemento de consulta en esta sesión contada para niños de primaria.
ESPAÑA MUSULMANA SIGLO VIII
En el año 711 don Rodrigo es derrotado por Tarik y Muza en la
batalla de Guadalete formándose un Emirato dependiente de Damasco que duraría
desde el año 711 al 56. Abd al Aziz hijo de Muza , (Este se casó con la
princesa Egilona, viuda de Don Rodrigo, más bien por cuestiones políticas que
por otra cosa).
716-719
Al-Hurr. Conquista de Barcelona y
Girona (719).
720
Dominio de Perpiñan y Narbona.
Entre 720 y 730
Gobierno de siete emires consecutivos en Córdoba
dependientes de Damasco.
722
Batalla de Covadonga victoria de don
Pelayo sobre los árabes. Inicio de la reconquista astur.
730
Enfrentamientos entre clanes qaysíes
y yemeníes.
732
Con la victoria en la Batalla de Poitiers, Carlos Martel pone fin a la
expansión ultrapirenaica, teniendo que retroceder a Hispania.
741
Sublevación bereber en al-Andalus, sofocada por el ejército
sirio de Balch.
743-745
Abul al Jattar, emir de Córdoba.
747-756
Yusuf ibn Abd
al-Rahman, emir de Córdoba.
751
Emigración de bereberes al Magreb.
753
El príncipe Abd al Rahman, superviviente de los abbasidas.
755
Batalla de la
Alameda contra los cristianos.
756
Creación del Emirato
Independiente de Córdoba, por Abderramán I, (Abd-el-Rahman, al-Dajil), primer
emir de Al-Andalus.
764
Derrotada la expedición abbassida contra Abderramán I
(Abd-al-Rahman I).
775
Sulaymán, gobernador de Zaragoza, se alía a Carlomagno para
separarse de Córdoba.
778
Batalla de Roncesvalles: derrota de Carlomagno.
785
Comienza la construcción de la mezquita de Córdoba.
788-796
Hisham I, emir de
Al-Andalus.
788
Hisham I, emir, somete las rebeliones yemeníes de Aragón y
Catalunya.
790-791
793-795
Aceifas a Girona, Narbona y Astorga.
796-822
Al-Hakam I, emir
de Al-Andalus.
797
Victoria astur en Lutos.
798
Sublevación de los gascones navarros (Velasco, 799), contra
los Banu Qasi.
ESPAÑA MUSULMANA SIGLO IX
Cronología
801-812
Alianza de Banu Qasi, aragoneses y vascones, que recuperan
Pamplona (803). Sublevación nobiliar en Asturias, de muladíes en Mérida.
Aceifas a vascos.
813
Acuñación de moneda de plata (dirhems) en Al-Andalus.
818
Revuelta del Arrabal de Sacunda.
822-852
Abderramán I,
emir de de Al-Andalus.
823
Aceifas contra astures y condados catalanes.
831
Fundación de la
ciudad de Murcia.
838-841
Aceifas contra Galicia, Álava y condados catalanes.
841
Los árabes saquean Osona y Cerdanya.
842-859
Musa ben Musa, muladí de los Banu Qasi, se subleva en
Tudela.
844
845
Batalla de Tablada.
846-848
Ataques musulmanes a León y Álava.
851
El sacerdote Perfecto, mozárabe, es condenado a muerte. El
obispo de Córdoba y el monje Eulogio se enfrentan al emirato.
852-886
Mohammed I, emir
de Al-Andalus.
856
Eulogio es condenado a muerte.
859
Aceifas contra Barcelona.
860
861
Los musulmanes sitian Barcelona.
863-865
Aceifas contra líneas defensivas castellanas.
863-867
Los musulmanes devastan Álava.
868
Sublevación de los Banu Marwan en Mérida y Badajoz
(independientes entre 844 y 909).
871
Rebelión de los Banu Qasi en Tudela.
872
Expedición de castigo del emirato contra los Banu Qasi en
Tudela.
873-929
Relativa autonomía de Toledo.
873
Aceifas contra Astorga y León.
879
Revuelta de Umar ben Hafsum en Sevilla y Granada.
883
Sublevación de Umar ben Hafsum en Bobastro. Paz con el
reino astur.
886-888
Al-Munhir, emir
de Al-Andalus.
888-912
Abd-Allah, emir
de Al-Andalus.
890
Debilidad del
emirato: independencia de las ciudades fronterizas.
SIGLO X ESPAÑA MUSULMANA
CRONOLOGÍA
912-929/Emir /961 Califa
Abderramán III (Abd-el-Rahman III, al Nasir), Primer califa
de Al-Andalus.
913
Abderramán III domina las rebeliones de Jaén, Elvira y
Sevilla.
917
Muere Umar Ben Hafsum. Se debilita la sublevación de
Bobastro. Ataques de León y Navarra al Emirato. Batalla de San Esteban de
Gormaz.
920
Batalla de Valdejunquera. Victoria musulmana sobre León y
Navarra.
923
León y Navarra atacan Tudela: aceifas.
927
Problemas de Córdoba con el califato fatimí del norte de África.
928
CREACIÓN DEL CALIFATO DE CÓRDOBA
Desde el 929
a 1031
Creación del Califato Independiente de Córdoba por
Abderramán III, Al Nasir (912-961). Primer califa. Sometimiento de los Banu Qasi de Tudela.
930
Los Banu Marwan de Badajoz se someten al Califato de
Córdoba.
931
Ocupación de Ceuta y Melilla.
932
Sometimiento independentista de Toledo.
934
Abderramán III (Abd al-Rahman III) ocupa Burgos. Ramiro es
vencido en Burgos por Abd al-Rahman III.
937
Sublevación de Zaragoza. León y Navarra se convierten en
tributarias de Córdoba.
939
Alianza de los reinos cristianos frente a los musulmanes.
Abderramán III es derrotado en Simancas y Alhandega.
940-945
Expediciones a León y Galicia.
946
Traslado de la frontera media a Medinaceli.
Hacia 949
El califato de Córdoba reanuda sus relaciones diplomáticas
con el Imperio Bizantino.
951
Abderramán III (Abd al-Rahman III) somete Tánger.
955
Ordoño III y Fernán González firman la paz con el califato.
959
Intervención cordobesa en la imposición del leonés Sancho I
el Gordo, apoyado por navarros, gallegos y castellanos. Ordoño IV es derrotado
en Zamora.
961-976
Alhaquem II
Al-Mutansir, segundo califa de
Al-Andalus.
963
Victoria califal, cerca de San Esteban de Gormaz, frente a
navarros, aragoneses, catalanes y leoneses.
970
El califato apoya las guerras tribales en el Magreb.
973
Alhaquem II depone la dinastía fatimí de Marruecos,
establece un ejército mercenario en Zaragoza.
974
Coalición con Navarra y Castilla frente al Califato.
975
Gálib, general de Alhaquem II, derrota a castellanos y
leoneses en la batalla de Gormaz.
976-1009
Hisham II,
al-Mu'ayyad, tercer califa de
Al-Andalus, nombra visir y hachib a Almanzor (976-1002), que aumenta el
ejército de bereberes.
977
Aceifas de Almanzor a Atienza, Sepúlveda y Salamanca.
981
Almanzor, dictador absoluto. Campañas contra Zamora.
985
Campañas contra Barcelona.
985-999
Bermudo II de León y Sancho Garcés II de Navarra,
tributarios del califato de Córdoba.
987
Campañas contra Coimbra.
988
Campañas contra León, Sahagún y Astorga.
997
Conquista de Santiago de Compostela por Almanzor.
998
Los musulmanes destruyen León y Zamora.
Año 1000
Almanzor ocupa Burgos. Calatañazor. Los musulmanes ocupan
la plaza castellana de Cervera.
1002
Almanzor saquea el monasterio de San Millán de la Cogolla.
Muere Almanzor en Medinaceli.
1002-1008
El primer hijo de
Almanzor, Abd al-Malik, (cuarto califa).
1003-1005
Campañas contra el Reino de León y el Condado de Castilla.
1009
Mohammed II,
al-Mahdi, (quinto califa de Al-Andalus).
1009
Suleiman,
Al-Musta´in (sexto califa de Al-Andalus)
1009-1010
Mohammed II,
califa de Al-Andalus (2ª vez, séptimo vez califa de Al-Andalus)
1010-1013
Hisham II, califa
de Al-Andalus (octavo, califa 2ª vez).
1013-1016
Suleiman,
Al-Mustaín (noveno califa 2ª vez)
1016-1018
Alí-ben Hamud, Al
Nasir (décimo califa)
1018
Abd-el-Rahman
IV-Al- Mustada (décimo primer califa)
1018-1021
Al-Qasim
ben-Mammud, Al-Ma´mun (décimo segundo califa).
1021-1023
Yahia I ben Alí,
Al-Mu´tali (decimo tercer califa).
1023
Al-Qasim ben
Mamad, Al Ma´mun 2ª vez, (décimo cuarto califa)
1023-1024
Abd-el-Rahman V,
Al Mustazhir- (décimo quinto califa)
1024-1025
Mohammed III,
Al-Mustazkfi- (décimo sexto califa)
1025-1027
Yahia I ben Alí,
Al- Mu´talí- (2ª vez, décimo séptimo
califa)
1027-1031
Hisham III,
Al-Mu´tadd (décimo octavo califa)
1031
Desmembración del Califato de Córdoba, si bien estaba
virtualmente desmembrado desde el año 1011, formando los reinados de taifas.
1º Abu ´l Hazm
Djahwar ibn Mohmamed ibn
Djalwar1031-1043
2 Abu´l Walid Mohammed ibn Djawar Abdelmelic1043-1065
3º Abd al-Malik
b. Muhammad al-Mansur 1065-1070
Queda anexionada Córdoba el reino de Sevilla en el 1070 al
1091
A los Almorávides desde el 1091 1144.
Pasa depender de Sevilla de 1070-1091.
BANU HAMDIN
4º. Ahmad b. Admin. Al-Taglibi (1144-1145-) 1ª vez
BANU HUD
5. Abu Ya Yar Ahmad b. Hud Sayf al-Dawla llamado Zafadota
1145
BANU HAMDIN´
Ahmad b. admin. Al-Taglibi
(1145-1146 2ª vez
BANU GANIYA
6º. Yahyá b.
Ganyya 81146-1148
A los Almohades
AQUELLA CÓRDOBA MUSULMANA Y CALIFAL
Ahora te quiero yo contar a grandes rasgos como
se formó el Emirato Independiente, después el Califato con esa larga lista de
emires y califas que ya has visto, se omiten cadíes, sultanes, visires y
valíes al no existir información que pueda ser recopilada, Córdoba fue grande y
poderosa, esta es una historia muy larga de contar querido primo, de modo que, al poco tiempo de tomar las riendas Abderrahman empezó a funcionar a toda
máquina el gremio de los Alarifes, si el de los albañiles como ahora le disen,
no veas tu que peaso de siudad hisieron disen algunos que era poblada por
más de un millón de personas, yo creo que siempre se suele exagerar un
poco, entonses vamos a quedarnos con la mitad, creo que es más verosímil, lo
sierto que esta gente trajo mucha prosperidad, la siudad se convirtió en la más
importante del mundo occidental.
La mezquita Aljama era la más esplendorosa del mundo árabe, solo existía parecio con la de Bagdad y Bizancio, se inició con el primer emir omeya
Abderramán I en el año 780 después todos los emires y califas incluso Almanzor
el generalito de la época hicieron ampliaciones, llegando a tener 23.400 metros
cuadrados, obteniendo como resultado un extenso bosque
de columnas de doble arquearía, dicen los que entienden recuerda a un enorme
palmeral.
Los sevillanos que nos visitan suelen mofarse por lo fino diciendo vamos a visitar la cueva de las columnas, estos jodidos por culo todo lo
quieren para ellos y pa su Sevilla de su arma que no se puede aguantar, pero esto por mucho que lo quisieran no se lo pueden llevar.
La zona más importante de
las diversas ampliaciones es el Mihrab de la de época de Al-Hakan Al-Mustansir,segundo de los Califas, hijo del primer Califa Abd al Rahman III, se trata de una pequeña estancia en forma de octógono regular, abierto en dos caras que forman el ingreso, con zócalos de mármol y friso de alabastro, sobre el que se contemplan una serie de arquillos trilobulados que, simbólicamente, sostienen la gran concha que sirve de techo a la capilla. El suelo de este nicho es el único que había en la mezquita y que se conserva el original, ya que el pavimento del templo debió ser estucado.
Antes de entrar a la orasión en la Mezquita era necesario
purificar el cuerpo y el alma, había dos tipos de impuridades la mayor y la
menor, la primera era fásil su eliminasión se hasía mediante un baño de todo el cuerpo, este se daba en un balsón en las inmediaciones de la gran
Aljama, la menor era eliminada en unas fuentes próximas, allí se hacía el lavatorio del siguiente modo,
tres veses las manos, otras tres enjuagarse la boca, y limpiarse otras
tres las interioridades de las fosas nasales, echarse tres veses agua a la cara
con la palma de la mano derecha, lavarse los antebrazos, primero el derecho
hasta el codo, pasarse la mano mojada sobre la cabesa y cuello, llegado el caso
también se lavaba la barba, había que escarbarse los oídos con un dedo y
lavarlos, al final los pies, primero el derecho hasta el tobillo después a la
inversa esto resultaba todo un ritual.
Como en verano hace tanto calor más de mil baños públicos había
distribuidos por los alrededores de la gran Aljama.
Respecto a los barrios los del turbante le llamaban arrabales al menos treinta existían repartidos por diversos lugares. En los extrarradios y en la falda de la sierra construyeron innumerables almunias veraniegas, lo que hoy conocemos como chalets, estas van apareciendo en las excavaciones para la construcción de modernas edificaciones a impulso crecimiento de la ciudad, lo que evidencia que todo debió ser un verdadero primor de belleza, mezquitas las había sin tasa para estar todo el día rezando a requerimiento de la dulce y sosegada voz del amuedáno como manda la ley islámica.
EL ARRABAL DE SACUNDA
Este fue un populoso barrio que existía a la otra orilla
del río Grande, cercano a la actual torre de La Calahorra, conocido en
estos tiempos modernos como barrio del Campo de la Verdad, en el año 818 el emir Alhaquen I de la dinastía Omeya
había dado órdenes muy severas de subir los impuestos, esta medida fue muy mal acogida
por los ciudadanos hasta tal extremo de amotinarse las gentes de este arrabal,
además cruzaron el puente, se dirigieron
a los reales alcázares todos en masa queriendo limpiar el forro al emir, fue
una sublevación masiva en airadas protestas e insultos, no conformes con ello
trataron de tomar por las fuerzas de las armas el palacio.
El Emir muy enfadado
por el comportamiento de la plebe no le dolieron prendas para neutralizar la sublevación sin
contemplaciones, la caballería del ejército acometió contra el populacho con
ímpetu y contundencia, resultaron muchas personas muertas y heridas, ordenó a
su vez que el arrabal fuese destruido y arrasado en su totalidad, no contento
con ello mandó ajusticiar a los alfaquíes, calificándolos culpables de esta infiel rebelión, envió al
destierro a muchas personas haciéndoles caminar descalzos hasta la orilla del
mar desde donde serian exiliados para
siempre a Marraquech y Fez, prohibió
construir y habitar el lugar y maldijo
la tierra que lo circundaba para siempre,
si bien la concubina de Alhaquen estableció una leprosería y permitió su
utilización como zona de enterramientos o cementerio según cuenta algún
historiador de aquellos y otros tiempos.
Ahora en en el tercer milenio, siglo XXI año 2008 se hacen excavaciones para la
construcción de una importante obra, concretamente el Palacio de Congresos del
Sur y van apareciendo vestigios de época califal bastante importantes, según
cuenta D. Manuel Morales arqueólogo que dirige las obras, quien escribe en el
periódico y dice que desde aquella
lejana fecha este lugar ha sufrido infinidad de tragedias, calamidades, riadas,
batallas, y hasta fue crematorio de la Santa Inquisición, vamos que ya
está anunciando ruina” antes de dar comienzo la construcción del palacio
sureño.
El cronista José Haza Carranza,
publica en el Diario Córdoba el día 28 de Julio de 2008 la siguiente
información “Seguro que si los mandatarios cordobeses hubiesen sido de religión
islámica y conocedores de la historia musulmana cordobesa no hubieran elegido
este lugar para construir el Palacio de Congresos, maldecido desde entonces
como “chacal del arrabal”.
Esperemos tengamos suerte y no afecte en alguna medida la maldición de Alhakan, esto ya no lo dice el periodista, lo digo yo,
(lagarto, lagarto, suelen decir algunos).
De modo compare que así fue todo marchando en aquella ciudad la
más hermosa de Al-Andalus y de todos los reinos cristianos adyacentes,
esto dicen y cuentan que era un esplendor de modernidad de prosperidad
y bienestar, pero en la vida todo pasa y también aquello pasó.
LA RECONQUISTA CONQUISTA
DE CÓRDOBA
Los Almorávides, Benimerines y Almohades también ocuparon tierras cordobesas
desde que el Almanzor acabara sus días en los gélidos campos de Soria, malos
tiempos fueron para el califato aquellos años, se cambiaba de califa como el
que se cambia de camisa, resultando ser
todos unos verdaderos calamidades, los beréberes por otra parte no cesaban de
hostigar y destruir hasta que definitivamente la nobleza y la aristocracia
decidió abolir el Califato creando los reinos de Taifas.
En el 1010 las tropas bereberes tomaron la ciudad palatina de Medina Azahara
se instalaron a su gusto sirviendo como cuarteles generales, solamente duró su
construcción 74 años, los saqueos e incendios desfiguraron por completo su
hermosura, algunos sectores siguieron habitados hasta mediados del siglo XII,
si bien el expolio fue tal que cuando Fernando III reconquistó Cordoba en 1236
se había perdido todo por completo, esto tan solo era un villorrio con mucha
historia.
En la toma de Córdoba un soldado llamado Álvaro Colodro
saltó por la parilla cuando estaba la gente durmiendo portando un garrote, abrió las puertas para
que entraran sus compañeros y estos armaron la marimorena no dejando de dar
estacazos a troche y moche, desde aquella época se acabó el mando de la morisma en Córdoba.
De
la gran Aljama o Mezquita retiraron las campanas que Almanzor mandó a traer a
hombros de cristianos desde Santiago de Compostela de aquellas que sirvieron de
grandes lámparas y dispusieron su
retorno a hombres de los invasores de
sangre agarena
A los arrabales les cambiaron el nombre poniéndole el de
collaciones, las calles sin salida ya no les llamaban adarves, ahora les decían
barreras, respetaron el de la Medina siendo la ciudad
protegida por la muralla y el de la
Axerquia la que estaba fuera de la protección mural.
Pronto comenzaron la construcción de iglesias conocidas con
el nombre de fernandinas, conventos de monjas y frailes, seminarios menores y
mayores, lugares para el retiro y la
oración, construyeron las iglesias de San Nicolás de la Villa, San Miguel, Santo Domingo
de Silos, Santa María (Catedral) en el interior de la Gran Mezquita, San Juan y todos
los Santos, Damian Sanctorum.
En la
Ajerquia.-Santa Marina, San Andrés, San Nicolás de la Ajerquia, San Lorenzo,
Santiago, San Pedro y La
Magdalena, y aquí me planto para continuar cuando me apetezca
en el siguiente cuento, yo creo que no había suficientes habitantes para llenar
de fieles tanta iglesia.
Y tu que te cuentas como te fue por la vida
Responden el Rio Segura.-Un siglo largo transcurrió para que Abderrahmán II, bisnieto de Abderrahmán I e hijo de Al-Hacan II y de la Halawa su madre, ordenara la construcción y fundación de una nueva ciudad en los campos espartarios a muchos kilómetros de aquella antigua comarca llamada la Oróspeda resultando ser la Murcia actual, ya estábamos en el año 825 fíjate como sería aquello que la gente solía decir “mata al rey y vete a Murcia”, en esa época pocas cuentas tenían que rendir a los que de nuevo llegaban para repoblar la tierra, era muy necesario la pronta repoblación, poco se sabe de sus orígenes antiguos, existen reliquias de los pueblos fenicios, argáricos, ibéricos, griegos y también de los romanos, ya te iré contando como se produjo esa fundación de la ciudad.
Ya
te voy yo contando con pacencia de santo, mira y escucha en la Orihuelica del
Señor en el siglo VIII fue capital del Dux Tudmir, sus hombres tenían
mucha afición a la pleita y fabricación de alpargatas, cuerdas, maromas,
sogas, esteras y sombreros de ala ancha para protegerse del sol
justiciero, entretejiendo las tiras de cáñamo y esparto que crecía en sus
páramos, en definitiva fueron maestros en la manufactura de la pleita, esta se
exportaba a través de los puertos de Cartagena, Torrevieja, Santa Pola,
Águilas y Mazarron a todo el orbe conocido de aquellos tiempos.
En sus
huertas crecían las mejores cebollas y tomates de toda la Vega Baja y lechugas frescas, además yo el río Segura
siempre llevaba crecido mi cauce,
nadie me estrujaba, yo regaba a pajera abierta, producía riqueza, daba de
comer a muchas bocas, mientras en Cartagena si querían regar para la siembra
tenían que ir al mar a traerse el agua a cubos y desalarla después, pero bueno allí hay mucha agua
subterránea y sus gentes conocían muy bien el mundo que tenemos debajo de los pies, de manera que, sin
mucho esfuerzo extraían el agua de los acuíferos, son verdaderos maestros y
grandes especialistas en galerías soterraña y ,
saben muy bien sacar agua donde hay petróleo, también hubieron de dedicarse a la pesca de altura
mediante la navegación costera de cabotaje en ese pequeño litoral que lo confluyen
desde Urci (Águilas), Cabo Cope, Mazarrón, Portmán, (el Puerto Magno),Cabo de Palos, Torrevieja,
Santa Pola y Alacant, y ese gran lago que hoy se conoce como Mar Menor
configurado por las riberas de las poblaciones de Los Nietos, Lopagan, Los Urrutias,
Los Narejos, Los Alcázares, Santiago de la Ribera, San Javier, y San Pedro del Pinatar, se
daba trabajo a mucha gente en esas poblaciones con la explotación del plomo y
de la plata, del alumbre y azufre o
alcrebite, se disponía del Puerto Magno
para la expedición, transporte y entrega al cliente a porte pagado a expensas de los trabajadores deduciendo los gastos de su estipendio.
Allí en la Orihuelica del Señor un
tanto apartaicos del mundanal ruido nadie creía que iba a pasar nada, pero
mira tu por donde mandaron el relevo al
Muza con su hijo Abdelaziz con órdenes muy severas para acabar cuanto antes con
el Dux de Tudmir, ambos ejércitos se enfrentaron en Sangonera en dura lucha, no
hubo vencedores ni vencidos, no obstante los cristianos de Orihuela tuvieron
que firmar un pacto de obediencia al musulmán, al menos si no querían más
sangre, la historia hoy lo reconoce como “El Pacto de Tudmir”. que más abajo te lo inserto.
Después de
la batalla de Sangonera hubo de firmar
por ambas partes el pacto de
ausencia de
agresión, los de Orihuelica tenían que pagar todos los años al mandamás del turbante mucho oro, un dinar los ricos y
medio dinar los probes, el dinar tenía que de ser de oro; dicen los que
entienden fue el mejor tratado y más favorable de todos los que se habían
concertado contra los sarracenos, cuenta el historiador D. Francisco Javier Simónet en su libro
Historia de los Mozárabes de España, << el Duque Teodomiro y los suyos
serían recibidos bajo la salvaguardia de
Dios y de su Profeta; que ni a él ni a ninguno de sus magnates se les impondría
señor o jefe alguno, no pudiendo ser
destituido ni despojado jamás de sus
bienes y señorío mientras que pagase y cumpliese con lealtad las condiciones
estipuladas, ninguno de los suyos sería muerto, ni cautivado, ni separado de
sus hijos y mujeres; que Teodomiro no daría asilo a desertores ni a enemigos de
los muslimes, ni hostigaría a sus protegidos, ni les ocultarían noticias de sus
contrarios que supliese en reconocimiento de vasallaje, él y sus magnates
pagarían cada año al Gobierno musulmán un dinar, cuatro almudes de trigo,
cuatro de cebada, cuatro cántaros de arrope, otros cuatro de vinagre, dos de
miel y dos de aceite, y los siervos la mitad de cada cosa; que este pacto y
capitulación comprendería siete ciudades, a saber Aurariola, Valentila, Licant,
Mula, Bigastri, Ello y Elicroca>> la fecha del tratado es del día 05 de
Abril año 713, la Cartaginense
visigoda ya había sido destruida desde el 625, de modo que para nada contaba
por aquella época, sin duda estaba sumida en la destrucción y la miseria.
El Condado
llamado Dux Teodomiro o Tudmir desde finales del siglo VII era un extenso
territorio de siete ciudades condales correspondientes a otras tantas diócesis,
y que se extendía hasta Urci (Almería) y los confines de las actuales
provincias de Valencia, Albacete y
Cuenca, los siete obispados visigodos fueron: Acci (Guadix), Basti (Baza), Urci
(Almería), Begastri (Cehegín), Carhago Spartaría (Cartagena), Ilice (Elche) y Ello (Lorca), si bien hay autores que lo sitúa en Aljezares (Murcia) en cuyo caso
Lorca sería Elicroca, entonces si los de Lorca su gentilicio es lorquino, los
de la población de Lorquí ¿Cómo será? Bueno pues son Ilorcitanos., yo creía que ibas a decir Lorquinos.
En el año
743 murió Teodomiro, todavía faltaría casi cien años para que fundaran Murcia.
A mitad del
siglo XI era costumbre decir “Elche, Valencia, Alacant y Orihuela de
Teodomiro” después con el transcurrir de
los siglos se llamaría el Reino de Murcia y Cartagena quedó en el olvido, que cosas pasan, con la importancia que tuvo en otros tiempos.
Nota.- En la
crónica del moro Rasis, dice “tratando Abdeléciz ben Catán, se lee”: <<En
esto vino al rey con pieca de su gente para Cartagena que aun entonces era de
Cristianos, et ganóla, et después de ganada, fue en ella entregado>>. Es
verdad que el nombre de Cartagena no suena entre las ciudades o capitales
mencionadas en el famoso tratado; más es indudable que se hallaba dentro de
aquel territorio y comprendida en el condado o jurisdicción de Orihuela.
(Historia de los árabes en España-Historiador Francisco Javier Simonet.
Pasó el
tiempo ya estábamos en el año 779 cuando Abderrahman I el Emigrado tomó un
tremendo cabreo con el Príncipe visigodo de Orihuela, eran los tiempos de otro
conde visigodo Ardabastro le llamaban.
Abderrahman
I rompió el pacto y capitulación de Abdalaziz y Teodomiro, declaró la guerra
ocupando bastantes fortalezas y castillos se cargó casi todo el reino visigodo
desterró al Príncipe godo Ardabastro,
llegando hasta Valencia donde causó verdaderos estragos.
Transcurrido
algún tiempo no mucho, Ardabastro marchó a Córdoba a entrevistarse con el Emir,
le habló con rabia pero respetuosamente, después de dura dialéctica convenció a
Abderraman I para restituir su Condado,
siendo reintegrados parte de sus
Estados, cuentan las crónicas que veinte, retomando el nombramiento de Conde de
Tudmir, aquella situación duraría más de
50 años, después de dicho tiempo las cosas empezaron a ponerse cada vez más
tirantes, diariamente había muchas escaramuzas, muchos prisioneros por aquí y
por allá, gresca continúa entre moros y
cristianos no era posible vivir tranquilos con tanto sobresalto diario.
Ya estábamos en tiempos de Abderraman II, este se hartó y dijo al general Gadir ibn
Malik no me fío de los rebeldes de Orihuela, esos descendientes de Tudmir de
los godos y ese yemení Abusamaj Arráez han tratado de engañarme otra vez,
disponga lo conveniente para hacer una ciudad nueva de carácter militar próximo
al río, aproveche la altura del cerro de
Monteagudo que dista de Orihuela solo nueve leguas donde construirá dos castillos y dos
alcazabas, aproveche las ruinas del castro romano es un lugar estratégico donde
allí tendremos la tropa y podremos observar los movimientos del enemigo, será
la forma más eficaz de rendir a esos cristianos visigodos de la Ariola del Ravenate.
No se entretenga en construir la nueva ciudad
en los llanos espartarios, aquí en este lugar, señalándola con el dedo índice de su mano
derecha el lugar de construcción futura y nueva ciudadela en un mapa topográfico.
Lleve todo
el personal necesario, eche mano para la construcción a gentes de Cieza,
Ricote, Caravaca, Mula y Cehegín, no lleve gente de Jumilla, estos son muy
aficionados al vino y su consumo, en nuestra religión es mortal pecado, enturbia
el entendimiento y enaltece los ánimos,
no es mi deseo contaminen a las
tropas y adquieran afición a tan nocivos bebedizos, tengo experiencias con
la gente de Montilla, estas dos
ciudades riman en sus nombres, por algo será, además las dos poblaciones son
cultivadoras de generosos y buenos
caldos vinícolas.
Puede echar mano en caso de urgente necesidad
a gentes de Lorca, escuche bien, no olvide decir a los alarifes que quiero una
ciudad a la moderna, nada de chapucearías pueriles, allí hay buena tierra, el sol
calienta pero no achicharra, hace falta captación y buena distribución de las
aguas del río, haced una gran red de
acequias, azudes, azarbes y aceñas de
modo que permita el riego de todas esas zonas desérticas y espartarías,
nosotros haremos de estos inhóspitos páramos verdaderos vergeles después se
repartirá el terreno en régimen de tahullas para su explotación.
En nombre de
Alá cambiaremos la faz de esa de
blancuzca tierra que solo produce esparto, habrá riqueza y trabajo obtendremos
los mejores árboles frutales de todo el orbe, cosecharemos verduras en cantidades exorbitantes,
eliminaremos esa insana costumbre en
consumir carnaza de cerdo, la ciudad se debe construir próximo al cauce del río
allí haremos un murallón y malecón para la contención del agua que impida que
las riadas alcancen la ciudad, esta se rodeará con fuertes y altas murallas y
en el castillo Monteagudo tendremos la soldadesca.
Pronto empezaron a
cumplimentar las órdenes del emir cordobés Abderraman II, inaugurando
la ciudad en el año 831, según unos
historiadores, mientras para otros fue un 25 de Abril del 825, cualquiera sabe
ahora con exactitud la verdad, más adelante
algo se contará respecto a su nombre y la cara que se les puso a los de
Orihuela cuando vieron se les cortaba la chorrera de
la abundante agua y las protestas cartageneras reclamando sus derechos a
capital de la comarca.
Responde el Guadalquivir:
Hay
primo de mi arma cuanta prolijidad y cuanto rollo tienes, no obstante buenos recuerdos me traes a la mente no creas
tu fue nada fácil la convivencia en aquella Córdoba donde coexistíamos tres
religiones revueltas entre cristianos,
musulmanes y judíos, habían muchas desavenencias diarias con los cristianos
eran gentes tercas, insumisas e inconformistas y también muy provocadoras, les llamaban mozárabes su temperamento
siempre fue rebelde, sus modales
groseros y toscos, entraban a sus
mezquitas que ellos les llamaban iglesias hablando en voz alta cual si fueran
lugares de recreo y conversación, cuando llamaban a la oración lo hacían
mediante redoble de campanas produciendo fuertes ruidos en la calle, a veces te
hacían dar unos respingos y sobresaltos inesperados con tales ruidos, máxime para nosotros
al no estar acostumbrados a semejantes tintineos redoblantes, lo nuestro era
oír la cantarina sosegada y dulce voz
del almuédano llamando a la oración y rezo, no obstante llenos de
paciencia y consentimiento íbamos
sobrellevando aquello como se podía, raro sería el día que no hubiera alguna
tangana o revuelta callejera entre los de una y otra religión, no se podía aguantar que en nuestra cara
dijeran que Alá y su profeta Mahoma fuesen unos falsarios, siempre estaban liados profiriendo multitud de disparates y de insultos.
Nuestra religión musulmana en modo alguno permite esos
extraños e irrespetuosos comportamientos, por ello estudiamos con mucha
minuciosidad cada caso llegando a la conclusión final que se trataba de gente
fanática quienes buscaban el martirio provocado para ir por
la vía rápida al Paraíso, en vez de hacerlo
por la lenta vía de Almorchón, también eran
gentes llamadas del libro los que así actuaban, creyentes como nosotros de un solo Dios, pero
con formas distintas, los cristianos mantenían
sus ancestrales costumbres de adorar estatuas e imágenes realizadas a antojo y
semejanza de imagineros, con el transcurrir de los siglos saldrían como una
explosión en cascada escuelas de escultores de gran valía y fama universal, vayan de
ejemplo los antiguos ilustres de Juan de Mena, Juan Martínez Montañez,
Alonso Berrugute, Francisco Salzillo, Juan de Mesa, Francisco de Ocampo, José
de Arce y Juan Bautista Patroni por citar algunos.
Se supone debieron acoger
semejantes hábitos en herencia de los
antiguos romanos politeístas e idólatras quienes adoraban a la diosa Venus, a
Júpiter, Saturno, Neptuno, Plutón y una pléyade más de dioses paganos, uno para
cada necesidad, para que andar con miserias,
estatuas en abundancia que además sirven de gran exorno en salones por
su gran belleza y adornadas con oros y oropeles, al mismo tiempo llegan más al sentir del
pueblo llano sencillo e inculto, en su
inmensa mayoría analfabeto, no nos llamemos a engaños bien sabido es que una
imagen vale más que mil palabras.
Ahora te quiero yo explicar como fue aquello de Semana Santa en algunos siglos posteriores tras la reconquista .de esta ciudad por el Rey Frenando III El Santo..
Un semana al año celebraban la
Semana Santa conmemorando
la muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret el hijo del carpintero, quien en
su vida muchos milagros hizo, decían era el Mesías el ungido, el hijo y la
encarnación de Dios hecho hombre resucitando al tercer día después de su
muerte, y prosigo con la procesión.Salían los cofrades con túnicas
de diversos colores dependiendo de la
Hermandad o
Cofradía que perteneciesen filas interminables de penitentes o nazarenos
caminaban con lentitud parsimoniosa en silencio sepulcral, los mayordomos
iban en el
centro manteniendo el orden en la formación al objeto de
guardar la debida simetría del enorme cortejo procesional.Un fúnebre
redoble de tambor rompía el sepulcral silencio callejero, los nazarenos
llevaban la cara cubierta mediante caperuzas o capuces portando hachas o
antorchas encendidas, otros como signo de penitencia cargaban sobre sus hombros
enormes y pesadas cruces de madera que les arrastraba por el suelo, otros
enormes velones encendidos ello requería tremendo esfuerzo, algunos iban descalzos
en cumplimiento de alguna penitencia impuesta por propia voluntad o dando
gracias por los favores recibidos, no faltando penitentes que se
fustigaban la espalda de forma reiterada con un azote de cuero, lo más
benigno era portar un largo y pesado cirial en la mano derecha.
Los grupos de costaleros llevaban a hombros una especie de gran trono tallado en madera policromada tallado en madera dorada recubierta con pan de oro, donde iban colocadas las imágenes cual estatuas pétreas, estas eran diseñadas por grandes maestros escultores desde la época del renacimiento y barroco hasta nuestros días, como la nómina podría ser interminable cité los más destacados y mejores especialistas en el arte y manejo de la gubia, estas reflejaban en sus rostros tristeza, dolor y amargura por por la muerte del Mesías.
A
veces y de forma espontánea se oía algún cante saetero de buen timbre acústico
para regalo del oído, estos cantes tenían tono quejumbroso, lastimero y
desgarrador al momento de iniciarse el cante el paso y su procesional cortejo
se detenía hasta finalizar la interpretación, la cual era premiada con un
atronador y respetuoso aplauso momentos después proseguía la procesión.
Esta copla o cante para quien lo prefiera requiere
notas y semitonos muy difíciles de interpretar, pasando a velocidad de vértigo
de los tonos muy agudos a los graves, siendo necesario para ello tener
cualidades muy especiales en ese difícil arte de la interpretación canora,
sin perjuicio de requerir otros muchos valores que exige la muy importante
técnica de la respiración adecuada, en evitación del imprevisto ahogo por falta
de aire en los pulmones o la vulgar desafinación.
El paso iba exornado
con bellísimos juegos florales que realzaba la belleza imaginera, en la parte de abajo iban colocados largos varales
sostenidos sobre los hombros de vigorosos costaleros, quienes obedecían la voz del capataz que dirigía el paso, estos les daban
tan rítmico movimiento que parecían con todo verismo
andaban por propia voluntad, todo se
hacía bajo un silencio sepulcral y con gran con solemnidad. A su paso por las calles de los arrabales
paralizaban la circulación y marcha de carros y carretas, igualmente las
manadas de ganado caprino, boyal, caballar, mular y asnal que regresaba de
pastar en las verdes praderas de los
entornos urbanitas o de los trabajos agrícolas, la muchedumbre se apiñaba para
ver con devoción el procesional desfile, las ventanas de las casas estaban colmadas de fervientes observadores quienes solían
echar una lluvia de pétalos de frescas rosas sobre las divinas imágenes a su paso.
Oh,
la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Como antes indiqué la Saeta
por antonomasia es el genuino cante andaluz de Semana Santa, ello contribuye
notablemente a exaltar la devoción y penitencia del fervoroso público
asistente, finalizada su interpretación
el procesional cortejo continua la silente marcha, no sin antes realizar la levantá
o chicotá como ahora los modernos le dicen a levantar el paso a la voz del
capataz con tanto arte y gracia que arranca una entusiasta y atronadora salva
de aplausos.
Como colofón a este desfile
procesional va una banda de música quienes interpretan sonatas y marchas que
suelen invitar al recogimiento, oración y silencio, detrás le seguirán todo un
río de fieles y devotos de la Cofradía, también la autoridades más significativas
e importantes y alguno de los muchos caciques y caciquillos siempre prestos a
sacar pecho y barriga ante la multitud callejera.
Pronto llegaron las reiterativas quejas del mundo dominante
musulmán árabe, solían decir no se podía soportar tanto ruido y tanta cosa
rara, tanta gente paseando de forma confusa y desordenada mezclada con los
viandantes vestidos con caperuzas negras
ocultando el rostro, motivo de causar verdadero miedo entre los transeúntes callejeros, sobremanera a su paso por oscuras
callejuelas de aquel dédalo laberíntico de intrincadas callejas sin mayor
alumbrado que el ofrecido por la luna.
Con independencia de todas estas extrañas costumbres estos
mozárabes visigodos traían muchas y contagiosas enfermedades por su falta de
higiene, se lavaban muy poco una sola
vez al año, a pesar de la abundante agua procedente de los manantiales serranos
conducidos hasta la ciudad a través de acueductos, acequias, canales y fuentes,
para más comodidad les hicimos letrinas no siendo necesario defecar y miccionar al
aire libre o en cualquier sitio como era su natural costumbre.
Lo imperdonable era
la insana apetencia en consumir carne de cerdo con verdadero apetito y glotonería nuestra religión prohíbe
absolutamente el consumo de la carne de estos animales, te contaré algo de su proceso.
Era entre los mozárabes normal costumbre comprar en el zoco estos animales cuando eran
lechoncillos juguetones, los criaban en el corral de sus casas, los iban
cebando progresivamente hasta que reventaban de gordos.
En las primeras calendas del mes de
noviembre solían darles muerte para ello
se reunía una cuadrilla de vecinos, unos seis o siete hombres cogían
entre todos al pobre animal y lo inmovilizaban, no con poco trabajo, lo ponían
atados de patas y manos en lo alto de una mesa de escasa altura, los pobres
porcinos daban unos alaridos que escandalizaba al arrabal entero,
seguidamente le hincaban un enorme
cuchillo por el cuello quedando el cerdo en estado agonizante, matarife o
matachín según la zona llamaban al encargado de este menester, la sangre
brotaba del pescuezo a borbotones siendo recogida en un
gran lebrillo donde la dejaban coagularse, mientras tanto otros se afanaban quemando las cerdas y demás
pelos con hachones, produciendo fuerte olor a churrascado posteriormente los
rasuraban haciéndole una especie de
afeitado hasta dejarlo tan liso como el fino
cutis de una damisela, mientras tanto las féminas vecinas preparaban
todos los ingredientes en una caldera
con un revoltijo imponente de piñones, cebollas, ajos, pimienta, clavo y
otras especias, mezclándolo todo, después
con la sangre y el revoltillo hacían lo que ellos llamaban morcillas y
chorizos, para estos desventurados les
suponía gran festín y algazara, se daban unos tremendos atracones,
además se hartaban de beber vino procedentes de unos pellejos que les llamaban azumbres y no
paraban hasta estar totalmente ebrios, ellos les decían
“las cogorzas”, como la cosa más natural.
Todo
el cerdo se consumía como gran manjar
donde participaba la vecindad entera para
después darse unas tremendas comilonas
colectivas gastronómicas que le llamaban con
solemnidad la matanza.
Con la carnaza del
cerdo y pimentón formaban una especie de pequeñas pelotitas, todas enchufadas
en ristra y embutidas en pellejos previamente arrancados al animal, a estos productos les
llamaban chacinas, en definitiva
chorizos, morcillas y molcones.
Seguidamente despedazaban el cerdo en mil pedazos, su carne
era consumida como algo de exquisito y fino gusto, evidentemente el
comportamiento de estas personas en materia nutritiva era muy parecido al de los buitres carroñeros
cuando con ansiedad devoran su presa.
A las patas del porcino les llamaban
jamones, los solían secar por muy
diversos y variados procedimientos siendo intenso el tratamiento hasta alcanzar su curación, el
clima frío y seco era propicio para ello, unos los secaban enterrados con
cenizas, otros con granos de maíz, al aire libre de mil maneras lo hacían, una vez secos los solían colgar de un gancho siendo expuestos
como verdaderos trofeos de guerra, se parecían a las piernas de algún infiel cristiano cuando sus cuerpos
eran exhibidos en las almenas de las murallas y castillos, de mil maneras lo
hacían,
.
Otra de sus raras costumbres consistía en no descalzarse al entrar a la iglesia donde
entraban calzados con abarcas, botas, zapatos o zuecos, los más humildes
llevaban silenciosas esparteñas o alpargatas de yute, los zuecos eran unos
enormes zapatones puestos encima de los que ya llevaban, impidiendo que el
barro alcanzase al débil calzado que había debajo, no se reprimían en andar
despacio y silenciosamente al objeto de impedir el choque del zapato contra el
suelo produciendo un desagradable eco que rompía el sepulcral silencio del
templo, esta gente se jactaba presuntuosamente con ademán airoso y la cabeza
levantada, no tenían ese respeto de bajar y humillar la testa en un lugar de
culto, oración y meditación, lo hacían
como si entrasen a una fiesta formando
estruendosos y extemporáneos ruidos, ellos mismos reconocían ser molestos y se
llamaban a moderar el ruido y guardar silencio haciendo un sonoro “chisss”.
Cuando defecaban las gentes de la nobleza y alta alcurnia como condes, marqueses y duques se limpiaban el ano con un trapucho y después
lo guardaban en aquello que ellos llamaban la faltriquera, desprendían un hedor
insoportable, de ahí vino el invento de la colonia, al objeto de moderar los
pestilentes olores, también inventaron los abanicos para despedir hacia otro
lado el mal olor, bajo el pretexto de hacer mucho calor.
La gente de pueblo, huertas, campos y villorrios lo hacían
unas veces en el corral de sus casas, otras en pleno campo, después con una
piedra se desprendían de las inmundicias acumuladas, ellos les decían el “sieso”
a la zona anal, no solían darse baños de asiento para asear tan recóndito
lugar del organismo.después de defecar.
Solían tener un vocabulario soez y soberbio, hablaban
siempre en alto tono con voz de gravedad y agudo tono, todos creían ser gentes
de abolengo aunque se tratase del mismísimo señor Monipodio y su cuadrilla de habilidosos
en el vil arte de hurtar lo ajeno, blasfemaban como verdaderos carreteros
cuando se les atranca la burra en el cenagal y se resiste a seguir tirando, eso
si tenían mucha fe en su religión, no
comprendo como siendo tan religiosos pudieran decir esos disparates que sobrepasaban
la blasfemia, creo era costumbre propia
de su educación.
Bebían vino en unos sitios que les llamaban las tabernas se moleaban con mucha frecuencia y formaban
grandes tanganas entre ellos, debido a los efectos vinícolas, no fumaban
marihuana, ni kifi, ni otras yerbas de
las que nosotros acostumbramos a consumir con mucha frecuencia, la que nos
aporta fe, esperanza, caridad, euforia valor y fuerza en la guerra, así como compasión con el vencido.
Nada
más tenían una mujer, de modo que cuando veían la del prójimo se les ponían las orejas
encanutás, las miraban con descaro
acosador, tenían un sentido del humor
muy raro fíjate como será que cuando veían a un mosuelo solían desir ¿niño,
tienes mucha mascaura de bellota en el capullo?, y todos los presentes se
hartaban de reír, - esto quería decir
si acaso el jovensuelo tenía residuos ínfimos de semen resecao en el prepusio del
glandes, que tú sabes se suele acumular debido a la precosidad en la eyaculasión involuntaria motivao por la erección del pene
y su manifiesta falta de higiene, <que cosas tan raras tenían>, no les circundaban
cuando nacían como establece la ley de Alá, algunos cuando ingresaban en el
servicio de la milicia, les hacían un corte en el frenillo del pene, glandes o
bellota ellos le llamaban “la operación
de la fimosis”.
Otra rara y molesta costumbre era la de cantar bajo la
ventana a altas horas de la noche a la mujer de sus sueños, iban acompañados de
unos pocos amiguetes y le llamaban “serenata” aquello parecía una francachela
nocturna despertando al vecindario en lo mejor del sueño, más de una vecina
molesta les vaciaba el jarro de mear
desde lo alto del terrao con todos los orines.
Las mujeres circulaban por la calle con la cara destapada
con todo descaro y la melena suelta a los cuatro vientos cardinales sin cubrir con el pañuelo, no usaban velo ni bulka,
algunas usaban faldas muy estrechas y cortas ceñidas sobre las caderas que provocaban la mirada del transeúnte
callejero, más de uno se cayó del camello al distraerse absorto al fijar la
mirada en el rítmico movimiento de los glúteos, habían damiselas que lo hacían con tal gracia y con tan gentil donaire que resultaba imposible evitar la mirada
de los viandantes callejeros.
Eludían nuestra amistad y mutua convivencia, buscaban la
reyerta por cualquier cosa, no les gustaba fumarse una pipa de agua con el
vecino en son de paz, ¿pero así se puede vivir? Pasado algún tiempo los tuvimos
que trasladar a “Trassierra” en evitación de peores males.
El Segura.-Bueno,
bueno, que cosas pasan en esta puñetera vida, al menos aquí no había gente de
esa clase nosotros todos éramos musulmanes de distintas procedencias como sirios, egipcios, yemeníes, argelinos, libios
y beréberes; árabes de la Arabia Saudí
en verdad que pocos había los problemas eran de distinta naturaleza sobre todo
por las trampas que se solían hacer en
los pesajes de las mercaderías ello siempre fue costumbre muy frecuente en
nuestra civilización, por ello tuvieron que reforzar la vigilancia con almotacenes en todos los zocos.
En la
Orihuelica del Señor y Cartagena también pasaban esas cosas
estaban entremezclaos entre cristianos, bizantinos, moros, visigodos, y judíos
entraban y salían por la costa con mucha frecuencia, cada cual campaba con
arreglo a sus costumbres y sus normas,
vivían en sus barrios y rezaban sus oraciones según sus religión y costumbres,
de vez en cuando había enzarzamientos con derramamientos de sangre.
Cuando terminaron de construir la nueva ciudad, surgió el
dilema cual sería su nombre cuestión que resultó bastante discutida y
discutible como dice ahora el Sr. Rodríguez Zapatero, Presidente del Partido
Socialista de la Democracia
española; el emir un buen día al
levantarse de la cama dijo como un
iluminao el nombre de la nueva ciudad será el de Medina Mursiya los de
Orihuelica y Cartagena se reían a
casquillo quitao cuando se enteraron del nombrecico, pues más bien
parecía derivarse de alguna chacina embutida y fabricada artesanalmente con los restos
mortales del cerdo, normalmente conocido
con el nombre de morcillas.
Para aclarar cosas
tan serías y no permitir tal menoscabo en detrimento de tan apreciado nombre, acordaron enviar un Bando escrito y hecho
público por los correspondientes pregoneros de todas las pedanías y pueblos para general conocimiento haciendo saber al
pueblo orcelitano y cartagenero que en
nuestro mundo árabe y creyentes de la
verdadera fe, tal nombre quería
decir “La Afortunada”,
entonces estas gentes sintieron
inquietud- curiosidad y anhelante
deseo de conocer la nueva Medina.
Al poco tiempo solicitó permiso un Jeque orcelitano para
venir con su trupe a visitar la nueva ciudad,
fue un caciquillo llamado Yafar ibn Alí quien hizo la petición, por cortesía le
fue concedido el permiso.
Un buen día Yafar
envió un emisario anunciando la llegada, no se hizo esperar la visita, al día siguiente asomó el cortejo por el camino
de Espinardo dejando atrás el Cabezo de Torres, en primera línea venía unos seis o siete caballos de pura raza
bellamente enjaezados, sobre ellos montaban esbeltos y bizarros jinetes como
avanzadilla
anunciadora, a distancia de prudencia veinte buenos mulos dotados de
magnificas cabalgaduras, ensillados y
embridados siendo montados por la servidumbre,
a continuación 30 acémilas cargadas de impedimentas conteniendo
multitud de albricias y fútiles bagatelas
para repartir entre la muchedumbre murciana, como símbolo de amistad y
entendimiento, también traían varias y tranquilas mulas con jamugas a ambos
lados, algunas llevaban literas y palanquines adornadas con cortinas de
vistosos colores, colchas y cobertores
llenos de colorido donde se ocultaban las mujeres de este jeque.
Se detuvieron
a la altura de la
Redonda, entre la vieja cárcel y la estación antigua
ferroviaria de Zaraiche, allí acampó aquel numeroso séquito, seguidamente
procedieron a montar lujosas tiendas con amplios pabellones y tenderetes, más
bien un zoco parecía aquello, poco
después todo quedó convertido en una especie de circo americano de los tiempos
presentes y modernos, pronto la gente joven acudió a ver el espectáculo máxime
al enterarse que regalaban juguetes, así nació la afición de echar juguetes a los zagales en esa fiesta
del Entierro de la Sardina
algunos siglos después.
El Guadalquivir.-Bueno
hombre así al menos quedó bien aclarado aquello del nombre de la ciudad con esa
acertada decisión de enviar el bando, pero sigamos con los cristianos te doy la
razón, eran estas gentes de extrañas costumbres y con muncho descaro, no está bien andar las
mujeres por la calle sin velo, con la cara descubierta la falda bien ceñía y enseñando los tobillos e incitando las
miradas de los infieles haciéndoles berrear cual si fueran ciervos cuando están en celo, pobres mundanos
pecadores, estos comportamientos me
hacían recordar los rebuznos de un asno que yo tenía cuando oía el paso del carro
del tío Antón de la huerta de Capuchinos tirado por una borriquilla, ¡que
barbaridad como rebuznaba aquel asno, cuando de lejos veía a la hembra de su misma casta!.
El Segura.-Bueno
sigamos, te sigo contando cosas de aquella Murcia aborigen y primigenia, de
modo que hicieron el malecón para contener mis embestías acuíferas cuando
por fin llovía, amurallaron la ciudad le
pusieron siete puertas dicen los de buen
caletre y mejor mollera y me paice
ricordar se llamaban Al-Mumén, Al Muna, Al-Farikach, Al-Faradí, Ibn-Ahmad,
Al-Yahuza y Arrixaca, también hicieron algunos torreones con sus revellines
desde donde podían disparar flechas al enemigo, delante había un balsón con
tres metros de profundidad cubierto de agua a pesar de su escasez, estaba
protegido el paso por un gran portalón, este se cerraba desde el torreón por una gruesa de doce docenas de
crasa grosura, así al menos podíamos dormir
tranquilos evitando la tentación de las gentes de armas de Orihuela y
Cartagena a quienes no les sentó nada
bien que la capital pasara a la nueva Medina, esta era ahora quien regia los designios de toda
aquella extensa zona por orden del emir cordobés Abderraman II de la serie califal.
Para dar mayor empaque y aspecto señorial construyeron los Alcázares de Kibir Nasir y el
de Siguir, la Mezquita
Mayor con su alminar y
minarete para el cantaor o almuédano, tres arrabales fuera del recinto de la
población en terreno no cultivado susceptible de ser puesto algún día en
producción, agruparon al personal por gremios en relación con sus oficios donde se les
facilitó vivienda gratuita, también mandó hacer una mezquita pequeñica en los
suburbios o arrabales y en las alquerías de las huertas, al quedar bastante
alejadas del conjunto de calles que componían la ciudad.
Algún siglo después
de su inauguración hicieron el Palacio de Darar Xarife, que sirvió de residencia a Sa´d Ben Mardinex
conocido como el rey Lobo de Murcia de las crónicas cristianas, también hicieron la torre de Calat-Majul en
el Barrio de San Juan junto al hospital del mismo nombre que allí hubo en el
siglo XX, en Monteagudo
construyeron dos alcazabas con sus
castillos, uno se llamaba al-Faray, (el famoso arqueólogo Torres Balbas
lo identifica como el Castillejo), desde ese punto se divisa las proximidades
de Orihuela, pudiendo esfisar al contrincante por si acaso se ponía en marcha,
dando tiempo a calentar el aceite para la defensa, por si las moscas, el otro
tiene un nombre muy significativo se llama oficialmente Larache.
Guadalquivir.-Aquí
cuando llegó el Abderramán I ya había muralla era obra de los romanos y visigodos resultando insufisiente
por lo que fue menester traer piedras
canteranas de la carretera de trassierra
y acometer pronto la obra, poco se tardó en hacerla, había mucha gente, respecto a las
puertas he tenido que consultar las actas capitulares de aquella época y me han
resultao en el recuento al menos catorce, ahora te las voy a endilgar una por
una para recordarlas, Bab-al-Wadi, Bab-Aljadra, Bab-Alhadid, Bab al-Chabbar,
Bab-Arrumia, Bab-Thalabira, Bab-Amir-al-Quarysi, Bab-Bathalius, Bab-Ixbilia,
Bab-al-Yahud, Bab-al-Atarin, Bab-al-Hadid, Bab-al-Yawz, también hicieron otra
para que desde el palasio del emir pudiese pasar a la Aljama a través de un paso superior
esta
se llamaba Bab-Aljama.
Hisieron
jardines, parques y paseos donde se percibían
aromáticas fragancias a hierbabuena, lavanda, tomillo y romero, jazmineros como
príncipes de amaneceres tempraneros, mirtos, cipreses y arrayanes, abundaban las plantaciones
aromáticas deleitando al transeúnte callejero, letrinas públicas para hombres y mujeres en tentación a la micción y evacuación
estomacal en las calles del urbanismo callejero, una
delicia suponía dar un plácido y
sosegado paseo.
Infinidad de baños públicos había para refrescarse del
tórrido calor canicular, mezquitas una cada tres pasos para rezar al dios de Alá, abundantes fuentes de
fresca y cantarina agua, bajo la protección de naranjos y limoneros, de
higueras y granados.
Abderramán trajo una palmera de su tierra la
plantó en el palacio de la
Arruzafa y un día que estaba triste le vino al pensamiento su
musa con aquello de “Tu también, insigne palmera, del Algarve de las dulces
auras, en fecundo suelo arraigas, tu también eres aquí forastera.” era aquella ciudad el no va
más de la modernidad, empezó todo a crecer de tal manera que fue haciéndose una grandiosa población pero como
siempre hay inconformistas salió un jovenzuelo guerrillero de la sierra de
Ronda que tuvo en jaque mate a todo el Califato la historia lo reconoce como Omar Ben Haffsun y más abajo algo te cuento.
Omar nació
en el año 840 en Casarabonela según unos historiadores, otros dicen fue en un
pueblo llamado Parauta en la serranía de Ronda, esto último parece está más
confirmado, con seguridad certera se sabe era muladí, es decir descendiente de
cristiano, pero en aquella época era de
obligado cumplimiento abrazar el Islamismo, de lo contrario te cortaban
el pescuezo, su bisabuelo fue un conde
visigodo, de modo que la islamización fue abrazada por de la fuerza de los invasores islamistas, en
consecuencia que el niño era mitad moro,
mitad cristiano no olvidando nunca sus ancestros visigodos, su infancia
discurrió en aquellas agrestes sierras se
ignora si vivió en Carratraca, Ardales,
Parauta o Casarabonela.
Desde bien
jovencito demostró el niño tener espíritu inquieto y beligerante, jugaba a las
espadas y a las guerras formando bandas contra otros niños de Alóra, Cártama y
Antequera, casi siempre salían vencedores los de la banda del jovenzuelo Omar,
no obstante fue educado en el respeto
hacia la fe cristiana y algo de la musulmana para disimular un poco, cuentan
viejas crónicas y leyendas que era de un carácter indomable no había quien
pudiera con él, al paciente padre le solía causar diarios disgustos por su comportamiento
excéntrico, extravagante y anormal.
A medida que
el muchacho iba creciendo le fueron gustando cada vez más las pendencias y las
aventuras, cabe la posibilidad de ser influenciada esta pasión por la diaria y
cotidiana lectura de aquellos antiguos
tebeos o comic del Guerrero del Antifaz que su padre le traía cuando venía de
Málaga cargado con la compra del economato y suministro.
Pronto
aprendió a galopar a caballo gustaba de recorrer rincones intricados y
recónditos perdidos en aquella serranía, fue siempre el líder y jefe de todas
las bandas de la comarca, maestro en el manejo de la onda del arco y de la
flecha, de la espada y la lanza, tenía buenas dotes de mando, gran estratega a
la hora de organizar a los demás jóvenes en disposición de lucha, con el tiempo
se convirtió en líder indiscutible de la comarca del valle de Abdalají.
El padre al
no poder sacar provecho del muchacho un
día se le fue el “traque” y le abrió las puertas diciéndole el mundo es tuyo
muchacho, este no lo pensó dos veces y se embarcó a Berbería donde permeció
algunos años, si bien nada se sabe como transcurrió su permanencia por aquellas tierras, dicen
algunos cronistas que fue aprendiz de sastre, allí llegó a enterarse que en su
pueblo había una sublevación contra el gobierno, no lo pensó mucho y
decididamente regresó presto a
su tierra natal.
Para
comenzar se reunió con sus antiguos compañeros formando varias bandas y se
dedicó al pillaje, asaltando caravanas y transeúntes, no estaba de acuerdo con
los mandatos del Sultán de Málaga, ni del Emirato cordobés tuvo valor para salir al encuentro de contingentes
militares atacándoles y causándoles innumerables bajas, siempre actuaba por
sorpresa desapareciendo después como por encanto, pronto se convirtió en la pesadilla
del Centro de Operaciones del Emirato de Córdoba.
Cuando tenía
casi cuarenta años de edad estableció de
forma oficial su cuartel general en un
intrincado lugar protegido por las altas montañas hoy se le conoce con el
nombre de Bobastro, disponía de tropa propia, mandó construir un castillo sobre
las altas montañas donde anidaban las águilas, edificaron en una roca excavada
una iglesia para el culto cristiano-mozárabe.
Al
gobernador de Málaga lo traía por la calle de la amargura, siglos después
emularían sus hazañas aquello hombres dedicados al pillaje conocidos con el apodo de Pasos Largos, Diego Corrientes, El Pernales, Miguelito Caparrota, Juan de Serrallonga,
Claudio El Molinero, Juan Caballero, El
Tempranillo, Los Siete Niños de Ecija, Jaime El Barbudo, y otros muchos que omito al
no ser de mi agrado la excesiva
prolijidad.
El Muhammad I emprendió un ataque contra el
y sus gentes en el año 883 aproximadamente consiguiendo hacerlo su prisionero,
lo llevó a Córdoba done fue encarcelado.
El Consejo
se reunió para deliberar cual sería su
castigo, después de muchas y diversas deliberaciones llegaron a la conclusión
que era un hombre de enorme valía, conocedor de todos los caminos serranos,
gran estratega para el combate y la guerra de guerrillas, valiente y abnegado,
igualmente sus secuaces, el Consejo tomó la decisión de incorporarlo
al ejército del Emirato con el mando de Valí de la comarca comprendida entre
Valchillón y Aljaima, por otro lado
desde Guadalcazar hasta Estepa,
estimaron podría aportar mejores resultados mantenerlo vivo y a disposición del
emirato que muerto.
En sus primeros inicios todo fue transcurriendo con
normalidad algún tiempo después tuvo un
atranque con un personaje de la milicia cordobesa y de la noche a la mañana se
produjo su deserción sin facilitar explicación alguna, pronto se tuvo
conocimiento que retornó a Bobastro donde
creó una especie de principado libre del yugo árabe, apoderándose de las
localidades malagueñas de Auta, Mijas, Comares y Archidona, tuvo la osadía de
mantener a raya durante mas de cincuenta años a los Emires de
Córdoba, fue un verdadero adalid y símbolo de la insurrección contra el invasor, conllevando el contagio a toda la
serranía limítrofe de Ronda de la que era dueño y señor, teniendo muy buenas
relaciones con los beréberes del Zagreb.
Ya estábamos
bajo el mandato del emir Al-Munhir quien le dirigió operaciones militares en su
contra, le cercó en Bobastro corría el año 888 logrando su rendición, no
obstante Omar urdió una audaz treta para después escapar, concretamente en ese
año se produjo el fallecimiento del emir.
Tras la
repentina muerte del emir su sucesor Abd Allah hizo un pacto y le nombró gobernador de Málaga, aceptó el
cargo pero ante la debilidad de Córdoba y la situación de anarquía generalizada
en al-Andalus, Omar optó nuevamente por rechazar la obediencia y amplió los
territorios bajo su dominio, este hombre del que poco se habla en la historia
llego a ser mas importante que algún que otro Emir y Califa, no obstante poco
se ha sacado a la luz su biografía.
El 16 de
mayo del 891 en una escaramuza guerrillera resultó derrotado en Poley hoy conocida como Aguilar
de la Frontera,
también se la llamó por ese tiempo Bulay, con los romanos sería Ipagro y con los visigodos Ipagrun, perdiendo
varios de los territorios, no obstante una vez más el bravo Omar volvió a
salvar la pellejera.
Más tarde
pudo recuperar buena parte de sus territorios pero su declive se hizo cada vez
más evidente, en el año 899 se le conocía como el anciano andaluz y decidió convertirse al cristianismo,
haciéndose bautizar con el nombre de Samuel contaba con 59 años de edad, por
aquellos tiempos la ancianidad llegaba bastante
antes que en el siglo XXI.
El abandono de la religión musulmana
no agradó a sus más fieles compañeros y seguidores, restándole de inmediato su
adhesión eran musulmanes y no querían
servir a un jefe renegado de la fe de Alá.
Los últimos años de su vida
coincidieron con el acceso al poder de Abd al-Rahman III el gran Califa, este
sometió a un asedio implacable a Bobastro años cuando Omar ya había
fallecido.
Bobastro se encuentra a la distancia
de media legua de la estación
ferroviaria del Chorro, allí estaba su
tumba el odio hacia esta persona hizo que sacaran de la tierra sus restos para
comprobar que estaba muerto, y allí les dieron martirio como si estuviese vivo.
¡Que cosas tan raras pasaban antes!
Notas (El Gran
historiador Reinart DOZY), en la
Historia de
los musulmanes de España, de este modo
narra al personaje: Omar Ben Hafsun, de antigua estirpe gótica, semicristiano,
semimusulmán, audaz, aventurero, soñador, proscrito, justiciero, y sobre todo,
astuto, levanta el pendón de la rebeldía en las ruinas de Bobastro, y bajo él
se agrupan todos los enemigos del califato, todos los que quieren sacudir el
yugo, lo mismo los cristianos que los renegados y los árabes, lo mismo los
oprimidos que los aristócratas;
dominador del país, sus algaras tocan ya en las puertas de Córdoba; para aquellos elementos no se han reunido
para aceptar un nuevo señor, sino para mantenerse cada cual independiente;
estalla la discordia y un nuevo Abderramán, no menos poético, no menos hermoso,
no menos desgraciado e interesante que el primero, arranca en un instante el
imperio del borde de su ruina.
En la lucha ha perecido la aristocracia, y la
unión y la costumbre, han moderado los odios religiosos: la monarquía ahora será
un hecho; ahora es cuando verdaderamente va a nacer el califato”.
Los faquíes, que miraban todas las calamidades públicas como castigo de
dios y que le llamaban a Ibn Hassum el azote de la cólera celeste,
alborotaban la ciudad con sus predicciones lamentables ¡Desgraciada de
ti, och Córdoba- decían,- desgraciada de ti, vil cortesana, cloaca de impureza
y disolución, morada de calamidades y de angustias: desgraciada de ti, que no
tienes ni amigos, ni aliados! Cuando el capitán de la gran nariz y de la
fisonomía siniestra, cuya vanguardia se compone de musulmanes y la retaguardia
de politeístas, llegue delante de tus puertas, se cumplirá tu fatal destino. Tus
habitantes irán a buscar asilo en Carmona, pero será un asilo maldito. Aquí se
da finalizada la intervención del gran historiador DOZY.
Abderahmán III tomó
el relevo de su abuelo Abdalá, la gente
del norte se fue haciendo fuerte extendiéndose por las riberas del Duero y la tierra de Campos
Palenciana, León, Castilla y Navarra, entonces
hubo que salir todos los veranos a guerrear en las razzias o gazúas y algaradas
que de ambas formas se escribe la palabreja, por tanto había que talar árboles
para que nadie pudiera esconderse en ellos, fue necesario meterle el chisquero a las casas y campos de
los cristianos, estos crecían como la peste, hubo que suspender los baños
estivales en las tranquilas aguas del pueblo de Xexi cerca de Almuñecar a fin
de ocuparse de menesteres de mayor enjundia.
Abderrhamán todavía
por aquellos días tenía el nombramiento
de emir, un buen día se hartó da tantas
órdenes de Damasco quienes las daban sin
saber siquiera que pasaba al otro lado del enorme charco, entonces dijo aquí se
acabaron las historias de tanto mandón sin saber lo que mandan y ordenan, mañana convoca las cortes y el Prelado y que
me den el nombramiento de Califa, sucesor del profeta Mahoma y Príncipe de los increyentes, poco más o menos aquello de Rey y Papa,
así de esta manera todo empezó a
funcionar como un reloj Certina u Omega.
Los cristianos
estaban desperdigaos, no unidos y a la gresca entre ellos mismos, reyes en
León, Navarra, Asturias Galicia, y condes en Cataluña etc. pasado el tiempo y por inducción de alguna
buena cabeza pensante se dieron cuenta que la unión hace la fuerza, esta vez recapacitaron echaron las cuentas y decidieron
unirse mediante coaliciones para hacer la guerra de reconquista, una vez entrenados y preparados en el arte y
estrategia comenzaron a ponerse flamencos, echar bravatas, poner faltas y disconformidades; los de Navarra
empezaron a sacar pecho, ante esta provocadora situación tuvimos que a pasar el
veraneo por esas frías e inhóspitas y
lejanas tierras del reino navarro.
En un sitio llamado Valdejunquera
a 25 kilómetros
de Pamplona se formó el festival de los palos, y les
dimos para el pelo bien dado, por esa
fecha corría el año 929 de los cristianos, nosotros llevábamos otro calendario
se llamaba el de la Hégira
con 616 años de retraso respecto al de
los infieles, por cierto todavía lo seguimos llevando en todos los aspectos
claro está, continuamos usando chilaba y la mujeres velos que les cubre el
rostro y hasta bulka para que sus bellas caras solo pueda verlas sus amos.
En la parte norte de Ifriquilla
también estaban los fatimíes revueltos,
nada que también querían mojar en la ensalada tenían el atrevimiento de
darnos órdenes y mandatos, tratando de
someternos a su obediencia a estas hispánicas tierras andalusíes que bautizamos con el nombre de Al Andalus, conquistadas
en el año 711 por la fuerza de las armas y la traición de un conde visigodo.
Con el tiempo Abderrahmán
ascendió a califa como antes te dije, trató de hacerse respetar y efectivamente lo consiguió pero
hubo que tomar Ceuta y Melilla, al otro
lado del charco pusieron la frontera y quedó restablecida la seguridad y el
orden.
Los cristianos por otro lado no estaban inactivos ya habían
preparado un gran ejército guerrero conjuntamente entre varios reinos
dispuestos a nueva lucha, como te dije usando la malsonante palabreja de “Reconquista”
entonses hubo necesidad urgente de desplazar nuestras tropas hacia el norte
peninsular y hacer la anual campaña veraniega, nosotros llamábamos razzias, gazuas
y los finolis aceifas”.
Nos desplazamos hacía
el valle del Duero siempre llamada tierra de nadie, y en una población llamada Simancas tuvo lugar la confrontación
guerrera, pero será en el siguiente relato el momento de hablar de esta
singular batalla-
LA BATALLA DE SIMANCAS
Tras varios días de
largo viaje por tierras de Castilla llegamos a un sitio entre montañas inhóspitas
y un frío aterrador a pesar de estar en
pleno estiaje, al trasponer una de aquellas montañas muy prominentes buscando la orilla izquierda del río Pisuerga, nos llevamos el susto padre pues
ya estaban avisados los cristianos que íbamos de marcha hacía esa tierra, no sé
de donde sacarían tanta gente, allí estaba
el rey de León, Ramiro el II luciendo
sus galas guerreras, con sus gentes de Riaño, Astorga, Bembibre, Bañeza,
Carracedelo, Fabero, Gusendos, Orbigo, Maraña, Pajares, Ponferrada, Reyero,
Sahagún y Villazala, más las coalicionadas de de Galicia, Asturias y Navarra, también
estaban los maragatos leoneses, los bables asturianos, los pasiegos
santanderinos, los navarros, euskaldunos y vascones, había gentes de la Alcarria, el conde de Burgos y Castilla Fernán González
con sus tropas de Bujedo, Briviesca y Pancorbo,
los del Alfoz de Bricia, Ameyugo, Arlanza, Barbadillo, Cogollos, Moncalvillo,
Orbanegra, Pardilla, Belorado, Cabezón, Prádanos, Quintanapalla, Salas, San
Mamés, Tobalina y Villarcayo, también los había de Soria y Ágreda, del Burgo de
Osma, Calatañazor, Coscurita, Duruelo, Gómara, Medinaceli, Almazán, San Esteban
de Gormaz y también los de Vila Mazan, ya sabes no me gusta la prolijidad por ello cito lo más esencial.
Nosotros llevábamos
el auxilio al gobernador de Zaragoza, Abu-Yahia no olvidando que resultó un
traidor y culpable del principal desastre de Osma, tres años antes de esta
confrontación, llevaba sus gentes de Calatorao, Ricla, La Almunia y Sansueña, de
saeteros iban los saqalibas muy diestros en este oficio, la caballería bereber
y andalusí bien dotada de lanzas y alfanjes, la infantería de los Banu Hudayir
con arcos y flechas lanzas y lanzones
como tropas auxiliares para
llevarse los primeros envites de la contienda vinieron los nobles de:
Benichembia,
Benilloba, Almudaina, Benifallín, Aljorfa, Busot Confrides, Benesaou, Aljufia,
Abarán, Bendame, Benétuzar, Benimongí, Benéjuzar, Alfadarin, Alboraiba,
Benovia, Condomina, Tiñosa, Benicomai, Alfande, Albarilla, Beniazón, Benicomai,
Farabosque, Beniazón, Acenete, Benihalel, Benifiel, Alnaxar, Zaraiche,
Albatalia, Benifiar, Urdienca, Albocácer, Betxí, Zucaina, Agullent, Zeneta,
Albuisech, Beneguasil y Benipotrox.
También llevábamos un
enorme contingente de caballería berebere en la retaguardia alma mater de nuestras
tropas andalusíes.
Hicimos sonar
atabales formando estruendoso ruido para meterles el miedo, después
marcha “allegro nom tropo” al Abderrahman se le escapó un suspiro y un
“hay” al observar el enorme contingente del enemigo, se le hizo un nudo en la
garganta impidiéndole hablar, después pidió le sirvieran un chambi, al hombre
se le quedó la lengua seca y la garganta atragantada, tragó el helado, quedó pensativo y cabizbajo a continuación miró
al cielo y se encomendó a Alá, después
se sacudió el polvo acumulado en el pecho con la mano diestra, sacó el pañuelo
se limpió el sudor frío de sus mejillas e hizo la señal previa de al ataque...
tocamos arrebato y zafarrancho de combate dando comienzo la confrontación,
ambos contingentes se apresuraron en enorme carrera finalizando en tremendo
choque, hubo empujones, apretones y revolcones, pisotones y agarrones, estruendoso crujir de escudos al
chocar contra las espadas, el trote de
los caballos galopando hacía que
temblase la tierra, los equinos asustados relinchaban con denuedo, daban
brincos, patadas y coces evidentemente estaban desbocados ante el fuerte y ronco
vocerío de ambos ejércitos.
Desde nuestra tribuna
en el puesto de observación era imposible dirigir palabras de aliento a
nuestros guerreros, no obstante se aplaudía con entusiasmo al objeto de enaltecer los ánimos en esa
dura pelea.
Hubo de todo, lamentos de heridos en el umbral de la
muerte, regueros de sangre y cuerpos llenos de mutilaciones, sollozos y
llantos, hombres agonizantes pidiendo auxilio, fue un duro y cruento combate todo un horror
que jamás se borrará del recuerdo.
Cinco días duró
aquella pelea de amargos sudores, eso sí cuando sacábamos la bandera blanca era
de obligado cumplimiento descansar un
rato de tanta refriega, por la noche sonaban
trompetas dando la señal de silencio,
era necesario dormir para reponer
las fuerzas respetando por ambos bandos tan deseada señal, pero esta gente jamás pudo saber lo era y significaba el toque de RETRETA,todavía existen en los días que vivimos bastantes dificultades respecto a saber a que se refiere este toque de corneta.
Al quinto día y antes del alba tocaron ellos una marcha muy alegre con
chirimías y trompetas, un entusiasta redoblar de tambores, afinamos la oreja y
oímos que estaban eufóricos, tocaban los mardita madre la marcha de “allegro
triunfanti”, estos traidoramente hicieron
el recuento y les resultó favorable, de
momento salieron árbitros de ambos
bandos cotejaron el resultado y
efectivamente ellos habían vencido, pusieron
el cartelón como ganadores de la pelea en el quinto roung.
Cuando observamos el
resultado de aquella batalla nos vimos obligados a tocar la marcha “huida con
motto” se formó la desbandada muchas
vidas costó aquel trance, al Abu-Yahia
de Zaragoza nuestro aliado lo hicieron prisionero
de modo que los omeya perdimos la batalla pero no la guerra.
El
Guadalquivir.-Bueno hombre sigamos con nuestros cuentos del pasado dando
saltos en los siglos, prosigo con las
sucesiones califales aunque tan solo
sea un poco a vista de pájaro por
cortesía y darnos entretenimiento, sirva el ejercicio para mantener ligero el magín
y no se obstruya es bueno desatascarlo de vez en cuando, haciendo estos
ejercicios de memoria, y alguna consulta al viejo libro que reposa
tranquilo en la repisa del armario.
Cuando palmó
el Abderramán III en el 961 del
calendario, almanaque zaragozano y taco cristiano que se vendía en el Puente Viejo, se dio solemne cumplimiento al trámite de las exequias, con
el fausto correspondiente a su alcurnia y linaje, le sucedió ocupando la silla o el sillón su hijo
Al-Hakam II, a este le tocó vivir
años de prosperidad y grandeza, siendo el segundo califa de este
independiente Califato, duró su mandato quince años, gracias a su buena política de Gobierno hizo posible que esta ciudad tuviera mucha grandeza e
importancia, la
Córdoba-Califal fue poderosa, - fueron años de prosperidad
creciente en todos los aspectos, su fama se extendió por todo el orbe musulmán
y también por el cristiano, trasponiendo a la lejana Navarra al país de los
vascones a la Gascuña
y Galicia.
La
medicina base fundamental para la salud y el bienestar se encontraba en
pleno florecimiento, extendiendo su fama hasta ese mundo de los increyentes
reinos mozárabes donde había verdaderos maestros en la construcción de iglesias
del tosco arte románico, ausente de toda clase de ornamentación, excepto
demonios pinchando a las personas con el tenedor y calderas entre llamas
encendidas destinadas a los pecadores sobre todo por la fornicación, aquellas
escenas eran grabadas a cincel y martillo en los capiteles de las columnas de
sostenimiento, en iglesias, palacios y
conventos, al objeto que el personal analfabeto en su mayoría tomara buena nota,
(siempre se dijo que una imagen vale más que mil palabras).
Desde del lejano
reino de Navarra vino la reina doña Toda o Tota
Aznar a la ciudad califal con su hijo el Sancho el Craso, tan mostrenco
estaba el desventurado que hubo de hacerle una carreta especial para poder
transportarlo desde Pamplona, poco más o menos lo tuvieron que traer a modo de
elefante enjaulado, desesperada estaba la madre al ver a su hijo en tan
lamentable estado de gordura, ni siquiera podía montar a caballo como era
natural entre nobles caballeros y personas de la realeza, no era posible
hacerlo rey en estas condiciones de
obesidad, y legalmente le correspondía León.
Aquí le
trataron galenos tales como Hasday ibn
Saprut y Albucasis, ambos médicos pertenecían a la plantilla del palacio de Medina Azahara, estos dejaron al muchacho
transformado, le cosieron la boca solo permitíendo la entrada al gaznate
mediante una pajita de un líquido vitamínico adelgazante, suficiente para la
supervivencia, nada de comilonas como era su costumbre, se acabó aquello de
dos gallinas y un palomo con dos hogazas de pan y dos azumbres
de vino para desayunar, dos patos y una liebre asada a media mañana después de la hora del
angelus, todo ello regado con caldos riojanos de Alcanadre, Haro y Alfaro, de postre cinco
sandias, tres melones y veinte malacatones de Alguazas exportados desde el Dux
de Tudmir, la cena consistia en una fuente de sopa con verduras, un lechón al
horno asado, dos docenas de frescas truchas a la plancha pescadas en el río
Najerilla y enviadas por rápidos emisarios, de postre miel en abundancia de
la Alcarria y medio queso
del Campo de Criptana.
Satisfecha regresó Doña Toda a Pamplona
con su hijo todo esbelto y bien majo, montado en bello corcel no
conociéndolo ni su mismísimo padre cuando lo vio aparecer.
En los aspectos culturales, bellas artes, nobles
letras y multitud de otras materias, ningún reino igualaba a la Córdoba Califal
capital de Al-Andalus, donde todo era sabiduría y bienestar.
La gran Aljama fue ampliada con tal exorno, riqueza y buen gusto que casi superaba a la de Damasco, Bagdad y Bizancio.
Eran los
tiempos del califa Al-Hakam hombre muy culto tenía gran inclinación hacía las
letras, más no a las de pago impagadas, al estudio y la cultura llegó a reunir
una gran biblioteca le enviaban libros del mundo entero para que la gente de
palacio se hartara de leer cosas instructivas,
nadie crea no iba el a leer todos aquellos libros, los leyó y agregó
notas y apuntes.
Concerniente a la pintura no había mucho
avance en este aspecto como ocurría en los reinos de la cristiandad, tan
aficionaos a pintar almanaques con gachises en bikinis o enseñando los limones,
no eran aficionaos en Al-Andalus a este
arte de la pintura por aquello de la puñetera religión prohibitiva, solo
pintaban motivos vegetales y geométricos, algún que otro de tipo animal y a
escondidas.
Existían
otros muchos primores y oficios de gran valor y belleza ahí estaban aquellos
cordobanes y damasquinos, los grabados
en oro, marfil, azabache y plata; era el ramo de los plateros
y la filigranería el no va más de la capacidad por el buen gusto y refinación. Aquí
en esta Córdoba estaban los mejores poetas, músicos escritores, matemáticos,
geógrafos, físicos, químicos, médicos, cartógrafos y como es consiguiente
también hacía falta disponer de los mejores,
molineros, panaderos, albañiles, sanadores, inventores, alquimistas,
navegantes de la mar adentro, alcahuetas, alarifes, etc.
Estas
familias tenían sus casas en las inmediaciones de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra,
edificada desde el año 936 por el amor a una mujer un tanto caprichosa, su
deseo fue liberar a los cautivos de guerra en tierras cristianas si bien no
hubo necesidad de ello al no existir ningún morito en chirona, ese dinero lo
destinó el generoso Abderramán III a construir el enorme palacio para su bella
dama y toda su trupe hasta que un buen
día los bereberes se encargaron de destruirlo.
Cortesanos
del bando cristiano solían venir con mucha frecuencia para recibir consejos y
curar enfermedades, casi siempre provocadas por una desmesurada forma en el
comer, solían engordar como cerdos cebones, no podían subir al caballo ni sacar
la espada, así perdían todas las guerras,
aquí se les daban clases particulares
donde aprendían modales, buenas formas y refinación, los médicos les curaban de otras muchas
enfermedades que ellos desconocían sobre
todo de tipo venéreo provocada la más de las veces por esa desidia en la falta
de higiene, otras que todo hay que decirlo por no usar finos preservativos de
pellejo de cabra para hacer el coito sexual, esa enfermedad estaba muy en auge
y era muy contagiosa, también eran tratados de sarna, viruelas y tartamudez.
Solían ser estos nobles cortesanos de rudos y
toscos modales, comían con las manos hincadas en la carnaza, siendo entre ellos
cosa natural y de educadas costumbres.
Todo fue
mejorando con el paso del tiempo, siglos costaría que esta gente pudiera
asimilar nuestras buenas y saludables costumbres aunque eso de lavarse nunca lo
llegaron a conseguir, hubo una reina que estuvo al menos cinco años sin
cambiarse la camisa hasta conseguir el objetivo que se había propuesto, no
siendo otro que tomar el reino de los nazaríes granadinos.
Tiempo habría para cambiar las tornas, los años
hacen que según sea el comportamiento se pueda
avanzar o retroceder, aquí también se impondría aquello de la desgana,
la pereza, la insidia y la indolencia, siendo preludio anunciador de un
incierto y mal futuro no muy lejano, apuntando hacia el desastre y la hecatombe.
Algún tiempo
después daría al traste toda la grandeza del Califato quedando limitado a un
pequeño reino de Taifa.
Solo en la
memoria se recuerda la grandeza del
pasado y aquellas resoluciones familiares quitando y poniendo reyes de los
reinos cristianos, aquí se asignaban
nombramientos de duques, condes y
marqueses, se concertaban bodas según
convenía en cada caso, se nombraban
capitanes y generales, era el sitio
ideal para restaurar virgos de aquellas pobres doncellas
que lo habían perdido en algún momento
de recalentamiento y nerviosa excitación,
había apaño para casi todo, esto era una especie de paraíso terrenal y panacea
para toda esa serie de males y tribulaciones impuestas por la férrea censura de
esos reinos intransigentes cristianos con fuerte olor cardenalicio y negra sotana.
En cuanto a política igualmente existía la más
sabia y eficaz, la denominada del ordeno y mando, por antecedentes se
sabía que a los romanos no les fue bien
la democracia, causa y motivo fundamental de su desventura con la pérdida de aquel gran Imperio.
Al objeto de
mantener buenas relaciones con el vecino y hermano Magreb y los países del
lejano Oriente padres de nuestra cultura, se nombran embajadores; en la frontera algecireña, se pusieron
tropas de contención evitando la tentación de nuestros hermanos beréberes
siempre amigos de frecuentes incursiones y prestos al saqueo y a la rapiña.
Hubo buenas
relaciones con los almorávides a aún de pesar que esa gente era peligrosa con tendencias a la
invasión por sorpresa, se prohibió oficialmente el consumo del vino para evitar
el molesto olor que evaporan sus gases y sus consecuencias, recomendando otras sustancias más generosas
que revitalizan el organismo y motivan la euforia como el kiffi, la mariguana y otras hierbas y matujas.