jueves, 9 de febrero de 2017

VISITA GUIADA AL MUSEO ECOSISTEMA DEL OLIVO-CERRO IBÉRICO DE LA CRUZ Y EL RUEDO DE ALMEDINILLA



                         Córdoba, miércoles día 8 de Febrero de 2017-02-09


DESPLAZAMIENTO A LA POBLACIÓN DE ALMEDINILLA EN VISITA CULTURAL GUIADA AL ECO MUSEO DEL RÍO CAICENA-LA VILLA ROMANA  DEL RUEDO Y EL  POBLADO IBÉRICO DEL CERRO DE LA CRUZ ASÍ COMO A LA POBLACIÓN DE LA CIUDAD.

Los cuatro visitantes que  ayer hicimos la visita cultural guiada  arriba indicada fueron Juan Gañán Bejarano, Rafael Jiménez Luque, Manuel Borrego Centella y Aurelio Martínez Navarro.

No sabemos con seguridad certera si  el topónimo de la población de Almedinilla significa Almedina que  posiblemente derive de un  diminutivo que  nos daría como resultado   Almedinilla, pero además  aquí no estamos capacitados ninguno para entrar en esos detalles académicos sabemos que el vocablo tiene origen  árabe y Medina es etimología de la m misma procedencia, pero alejándonos de juegos de palabras y otras metáforas no hay más remedio que admitir que  Almedinilla  es  un pueblo típicamente andaluz  bello y acogedor  en el lugar de la Subbética cordobesa que de vez en cuando bien merece una visita.

Los iberos primero y los romanos después dejaron  rastro y constancia  de  su presencia y estancia  que se expone en el museo del pueblo en  el lugar conocido como El Ruedo y las del ibérico   en el Cerro de La Cruz  a una altura aproximada de 600 mts.

Esta población   fue dependiente de Priego de Cbª, se la disputaron moros y cristianos  y siempre en la antigüedad fue zona fronteriza entre el reino nazarita de Granada y el de la Córdoba Califal.

Su estructura tectónica forma diversas cuencas hidrográficas  tributarias del río Caicena así como  varios manantiales y humedales que se extienden por todo el término municipal regando sus huertas y sus campos, este río al parecer es tributario del antiguo y romano río que se llamó Salsun y  que en la actualidad no es otro que el río Guadajoz.

La antigua villa de Almedinilla forma un conjunto armonioso y pintoresco que  se extiende entre escarpadas montañas y laderas donde  en algunos sitios existen depresiones caprichosas  que nos dan la sensación que sus  enormes rocas se van a desprender en cualquier momento como ocurre en  las  calle Arco  Molinos junto al río Caicena, no  obstante   dan singular belleza al lugar que  son visitados con frecuencia por pintores dadas sus variedades paisajísticas según la época del año.

Los iberos dejaron allá en lo alto del Cerro de la Cruz la impronta de sus costumbres,  las ruinas de sus casas o  pequeñas domus fueron arrasadas por los romanos en continuos asedios, los hallazgos de  sus ajuares y  sus armas se conservan en las vitrinas del   museo,  todo un pueblo que se sometió como otros tantos a las legiones romanas por la fuerza de las armas,

Hoy existe alguna que otra construcción  en alusión a cómo fueron sus casas fundamentalmente  cara a los visitantes que con frecuencia visitan el lugar, también existe  un horno de cocción para la fabricación de la cerámica.

Abundando algo más sobre Almedinilla  respecto al periodo de la  dominación musulmana al parecer se  la llamó Wasca  correspondiendo  al topónimo latino Osca, dependiendo unas veces a la Cora de Elvira Granada, otras al Califato Cordobés siendo conquistada por el rey Fernando III recibiendo el nombre que en la actualidad tiene en el año 1246. 

Pasó a la  orden de Calatrava ya que  los almorávides no dejaban de inquietar y por el otro los nazaritas granadinos no cesaban igualmente de importunar.

Esta pequeña y acogedora población ha sabido mantener con frescura esa combinación que coexiste entre los antiguos elementos urbanos y la propia naturaleza de sus entornos como si de un bello museo se tratara.

Bajando por la carretera  del  Cerro de la Cruz al pueblo en un día soleado presenta todo el  aspecto como si de una  postal de bella   estampa se tratara donde destaca la blancura de sus casas contrastando con  el verdor de sus múltiples olivares.

La visita al museo fue dirigida por la señorita “Paqui” quien sería nuestra agradable y valiosa guía tanto a las diversas salas del museo como al Cerro de La Cruz. 

Para comenzar y a titulo de comentario en la visita
entramos a la Sala del Olivo donde existe un variado sistema de antiguas maquinarias dedicadas a las almazaras igualmente también a los molinos harineros hay paneles móviles informativos y otros que nos hablan del cambio en el paisaje a raíz de la extensión del monocultivo del olivar.

En otra de las Salas  existen vitrinas conteniendo piezas tan variadas en el mundo ibérico como la célebre y curva FALCATA o espada ibérica que  como pieza especial es muy  significativa y se conserva  aparte en una vitrina tiene una  empuñadura en forma de caballo que sujeta la guarda a ambos lados de la hoja, lo que evidencia que sin perjuicio  de ser una población agraria, textil  y ganadera también  fue un   pueblo guerrero.


En otras de sus variadas  vitrinas se exponen algún que otro exvoto, hebillas, glandes para los honderos que servían de proyectiles, puntas de flecha, lagrimeros, fíbulas  de una variedad  muy  diversa,  vasijas de todo tipo  para contener  desde vinos a   todo tipo de cereales, y un muy  antiguo telar de bastidor con sus antiguas pesas y en algún otro lugar de la sala  se aprecia  la existencia de  algunas que otras pesadas y antiguas  tegulae o   tejas.

Como piezas estrellas cabria resaltar la de Perseo y Andrómeda de la mitología griega en mármol blanco con fracturas o mutilaciones  de antiguo en las cabezas de ambas figuras.

También hay una  figura masculina semidesnuda tallada   en mármol que posiblemente  represente   a la primavera portando en la mano izquierda un nido de pájaros,  la derecha la tiene amputada 

Si la anterior escultura de Andrómeda es bonita no digamos la belleza que representa esta  Hermafrodita, escultura realizada  a la cera perdida que se  dispone en un eje de torsión doblando el torso y la cabeza hacia lado derecha donde  pueden apreciarse   las caderas, muslos o nalgas y espalda correspondientes  por esta naturaleza al sexo femenino en contraposición a la parte delantera que   nos muestra los   atributos varoniles.

Como figura estelar  del museo  en cuanto a piezas se refiere  se  estima sin duda alguna lo debe ser  la del dios  HYPNOS  que  en la mitología griega  se le conoce como Dios y personificación del sueño, hijo de Niobe (La noche) y de Thanatos (la muerte), va extendiendo la noche en su caminar  impulsado por las alas que sobresalen de su cabeza y ayudado por el cuerno que porta en la mano derecha, va  provocando  el sueño de la flor  adormidera  que sostiene en la izquierda.

La misión de esta enigmática y mágica escultura consistía en transportar las almas de la vida a la muerte, como de  un sueño plácido y tranquilo se tratara,

 La escultura está realizada en bronce hecha a la cera pérdida  siguiendo la tradicional estética helenista de perfección magistral tanto técnica como artística que al parecer es un prototipo de Praxitedes (S. IV a.C.

El yacimiento de   mayor interés  en esta  visita bajo el punto de visita mío particular es la villa del Ruedo, se trata de una imponente <<villae>> romana para la explotación agraria de algún personaje romano  muy rico,  esta villa fue descubierta en la década de los años ochenta del anterior milenio durante el periodo de construcción de una carretera comarcal que la atravesaba, felizmente se salvó de la inclemente  pala destructora que  todo lo arrasa y alguna que otra dentada  huella dejó en más de un mosaico.

Después de aflorar a la vista  todo aquello que pudieron salvar   como siempre suele pasar en estos casos  los presupuestos no llegaban  a cubrir los gastos pero los trabajos de arqueología sistemática dieron lugar  y la Villa  fue restaurada   en  la medida de lo posible, una vez   que  se puso en valor se hicieron  públicamente visitables y en este estado  sigue estando, en la actualidad tenemos entendido que existe un excelente número de visitas.

Su excavación está suspendida actualmente  por falta de recursos económicos  siguiendo en continuo mantenimiento y restauración por su importancia y  belleza.

La señorita guía nos facilitó con su sapiencia, sabiduría  y conocimientos  toda una   serie de detalles que no es posible recordar,  al parecer la finca agraria   data desde el siglo I d.C. al V d.C en esta finca fue al parecer    lugar donde probablemente  apareció la figura en bronce del Dios del Sueño HYPNOS,   pieza única y de extraordinaria belleza.

La Villa Rústica  del Ruedo está protegida por los rayos del sol y otras inclemencias meteorológicas por una cubierta metálica,  esta villa del Ruedo está combinada con los elementos de la clásica domus o casa ciudadana patricia  de la villa rústica, donde se evidencia la delicadeza y finura de sus dueños, sus hábitos y costumbres, la belleza de sus  estucos a pesar de haber permanecidas  enterrados unos dos mil años, el  estado de  sus mosaicos, los riegos y canalizaciones, hornos para el calentamientos de las  aguas   que fluvialmente pasaban por  tricliniun o comedor    desde donde era   posible el aseo de las manos.
Durante la  celebración de  los banquetes era de refinada costumbre tomar los alimentos  con los  yemas de los dedos  y con ellos se comía, ello suponía  prueba de urbanidad siempre que se hiciese con finura, delicadeza y elegancia, el agua en el tricliniun descendía desde este lugar y proseguía su curso mediante una tubería de plomo que vertía hacia la zona inferior de la finca hasta llegar al  lugar destinado a  la servidumbre o esclavos. sirviendo posteriormente para el riego de sus huertas que se supone habría en sus inmediaciones. 

También existían   almazaras para la elaboración del aceite y del  vino, silos para guardar y conservar  los cereales y  ánforas para el transporte y como no el alfar para fabricar toda suerte de cerámicas.    

La  delicadeza y  riqueza   de todo este conjunto nos explica y nos da una idea de todo aquello que fue y lo que es en la actualidad después de  muchos  siglos enterrada bajo los escombros de la tierra, ello solo es posible conseguirlo tras una paciente y metódica labor de  arqueología y posterior  restauración de todo lo hallado.

La señora o señorita  guía  llamada Paqui con claridad meridiana y entusiasmo nos facilitó  toda una variada información llena de sabiduría y sapiencia de  aquel conjunto durante las tres horas y media que duró la visita  pero el reloj marca inexorablemente la hora y cuando dieron las 14,30 h. dimos por finalizada la visita.

Nos despedimos de ella agradeciendo sus explicaciones y de habernos soportado durante tantas horas y  nuevamente todos al coche de Juan Gañan   Bejarano saliendo   bastante más culturizados de lo que entramos, sucedió algo  parecido a como  aquellos niños de hace muchos años que cuando estrenamos una vez al año  zapatos nuevos  salíamos a la calle pletóricos de satisfacción.

Una vez arrancado el coche  en   marcha a  comer al Restaurante Los Cabañas, alguno pidió  de primero ensalada mixta,  salpicón de marisco, otros chivo al ajillo y esparragado, de segundo fritura de pescado diverso, todo  regado con una copa de  Ribera del Duero, de postre unos Tiramisú mientras  otros  solicitaron Natillas con leche, llegado el momento  se ajustó la cuenta en partes alícuotas se abonó el importe y nos salimos a la calle.

El amigo Manolo Borrego que tantos años estuvo de Profesor de Enseñanza en aquella población deseaba dar una vuelta a pesar de ser  la hora de la siesta que por nada se perdona, deseaba  ver su antiguo pueblo comentando  la enorme evolución de progreso en el  pueblo desde sus tiempos cuando ejercía su trabajo en la enseñanza, deseaba  echarle un vistazo  a su antigua casa y lógicamente a la  calle donde vivió que curiosamente  se llamaba en aquella  época  Falange Española, posteriormente   callejeando  en aquellas primeras horas  vespertinas donde escasas personas se ven circular por la calle   se encontró  al menos con  cuatro personas que llegaron a conocerse a pesar del tiempo transcurrido,  fueron alumnos suyos, el tiempo les  dejó  las inevitables huellas de los años no obstante  llegaron a reconocerse.



A los 17,30 h. nuevamente al coche para el viaje de regreso a la ciudad califal donde llegamos a 19,10 dando por finalizada una excursión que nos servirá para el recuerdo, pero si París dice el refrán   que bien  merece una visita, Almedinilla también la merece  y la tenemos bien cerca, alguna vez es posible asistir a alguna  jornada gastronómica romana para saborear los platos que  Marco Gavius Apicius  (siglo I)  que dejó    recogido en su recetario,  a la vez de ello  supone un  divertimento asistir a las  comidas gastronómicas que ofrecen los actores vestidos a la  usanza romana,  músicos tocando elementos rústicos musicales sacados de los relieves de las estatuas,  consiguiendo todos los tonos musicales y  a través de los mitos y leyendas durante la celebre  comida en un tenue alumbrado que nos hace sentirnos como  trasladados a míticas  epopeyas de una  época muy tardía.

                              
                                           


¡¡¡HASTA OTRA!!!


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