DESPLAZAMIENTO A LA POBLACIÓN DE
ALMEDINILLA EN VISITA CULTURAL GUIADA AL ECO MUSEO DEL RÍO CAICENA-LA VILLA
ROMANA DEL RUEDO Y EL POBLADO IBÉRICO DEL CERRO DE LA CRUZ ASÍ COMO
A LA POBLACIÓN DE LA CIUDAD.
Los
cuatro visitantes que ayer hicimos la
visita cultural guiada arriba indicada
fueron Juan Gañán Bejarano, Rafael Jiménez Luque, Manuel Borrego Centella y
Aurelio Martínez Navarro.
No
sabemos con seguridad certera si el topónimo
de la población de Almedinilla significa Almedina que posiblemente derive de un diminutivo que nos daría como resultado Almedinilla, pero además aquí no estamos
capacitados ninguno para entrar en esos detalles académicos sabemos que el vocablo tiene origen árabe y Medina es etimología de la m misma procedencia, pero alejándonos de
juegos de palabras y otras metáforas no hay más remedio que admitir que Almedinilla es un pueblo típicamente andaluz bello y acogedor en el lugar de la Subbética
cordobesa que de vez en cuando bien
merece una visita.
Los
iberos primero y los romanos después dejaron rastro y constancia de su
presencia y estancia que se expone en el
museo del pueblo en el lugar conocido como El Ruedo y las del ibérico en el Cerro de La Cruz a una altura aproximada de 600 mts.
Esta
población fue dependiente de Priego de
Cbª, se la disputaron moros y cristianos
y siempre en la antigüedad fue zona fronteriza entre el reino nazarita
de Granada y el de la Córdoba Califal.
Su
estructura tectónica forma diversas
cuencas hidrográficas tributarias del río Caicena así como varios manantiales y humedales que se
extienden por todo el término municipal
regando sus huertas y sus campos, este río al parecer es tributario del antiguo y romano río que se llamó Salsun y que en la actualidad no es otro que el río Guadajoz.
La
antigua villa de Almedinilla forma un conjunto armonioso y pintoresco que se extiende entre escarpadas montañas y
laderas donde en algunos sitios existen depresiones
caprichosas que nos dan la sensación que
sus enormes rocas se van a desprender en cualquier momento como
ocurre en las calle Arco Molinos junto al río Caicena, no obstante dan singular belleza al lugar que son visitados con frecuencia por pintores dadas
sus variedades paisajísticas según la época del año.
Los
iberos dejaron allá en lo alto del Cerro de la Cruz la impronta de sus
costumbres, las ruinas de sus casas o pequeñas domus fueron arrasadas
por los romanos en continuos asedios, los hallazgos de sus ajuares y sus armas se conservan en las vitrinas del museo, todo un pueblo que se sometió como otros
tantos a las legiones romanas por la fuerza de las armas,
Hoy existe alguna que
otra construcción en alusión a cómo
fueron sus casas fundamentalmente cara a los visitantes que con frecuencia
visitan el lugar, también existe un horno
de cocción para la fabricación de la cerámica.
Abundando
algo más sobre Almedinilla respecto
al periodo de la dominación musulmana al parecer se la llamó Wasca correspondiendo al topónimo latino Osca,
dependiendo unas veces a la Cora de Elvira Granada, otras al Califato Cordobés siendo
conquistada por el rey Fernando III recibiendo el nombre que en la actualidad
tiene en el año 1246.
Pasó a la orden de Calatrava ya que los almorávides no dejaban de inquietar y por el otro los nazaritas granadinos no cesaban igualmente de importunar.
Esta
pequeña y acogedora población ha sabido mantener con frescura esa combinación
que coexiste entre los antiguos elementos urbanos y la propia naturaleza de sus
entornos como si de un bello museo se tratara.
La
visita al museo fue dirigida por la señorita “Paqui” quien sería nuestra
agradable y valiosa guía tanto a las diversas salas del museo como al Cerro de
La Cruz.
Para comenzar y a titulo de comentario en la visita
entramos a la Sala
del Olivo donde existe un variado sistema de antiguas maquinarias dedicadas a
las almazaras igualmente también a los
molinos harineros hay paneles móviles informativos y otros que nos hablan del cambio en el paisaje a raíz de la extensión del monocultivo del
olivar.
Para comenzar y a titulo de comentario en la visita
En
otra de las Salas existen vitrinas
conteniendo piezas tan variadas en el mundo ibérico como la célebre y curva FALCATA
o espada ibérica que como pieza especial es muy significativa y se conserva aparte en una vitrina tiene una empuñadura en forma de caballo que sujeta la guarda a ambos lados de la hoja,
lo que evidencia que sin perjuicio de
ser una población agraria, textil y ganadera también fue un pueblo guerrero.
En otras de sus variadas vitrinas se exponen algún que otro exvoto, hebillas, glandes para los honderos que servían de proyectiles, puntas de flecha, lagrimeros, fíbulas de una variedad muy diversa, vasijas de todo tipo para contener desde vinos a todo tipo de cereales, y un muy antiguo telar de bastidor con sus antiguas pesas y en algún otro lugar de la sala se aprecia la existencia de algunas que otras pesadas y antiguas tegulae o tejas.
Como
piezas estrellas cabria resaltar la de Perseo y Andrómeda de la mitología griega en mármol blanco con
fracturas o mutilaciones de antiguo en las cabezas de ambas figuras.
También hay una figura masculina semidesnuda tallada en mármol que posiblemente represente a la primavera portando en la mano izquierda un nido de pájaros, la derecha la tiene amputada
Si la anterior escultura de Andrómeda es bonita no digamos la belleza que representa esta Hermafrodita, escultura realizada a la cera perdida que se dispone en un eje
de torsión doblando el torso y la cabeza hacia lado derecha donde pueden apreciarse las caderas, muslos o nalgas y espalda correspondientes por esta naturaleza al sexo femenino en contraposición a la parte delantera que nos muestra los atributos varoniles.
Como
figura estelar del museo en cuanto a piezas se refiere se estima sin duda alguna lo debe ser la del dios HYPNOS
que en la mitología griega se le conoce como Dios
y personificación del sueño, hijo de Niobe (La noche) y de Thanatos (la muerte),
va extendiendo la noche en su caminar
impulsado por las alas que sobresalen de su cabeza y ayudado por el
cuerno que porta en la mano derecha, va provocando el sueño de la flor adormidera que sostiene en la izquierda.
La
misión de esta enigmática y mágica escultura consistía en transportar las almas
de la vida a la muerte, como de un sueño plácido y tranquilo se tratara,
La escultura está realizada en bronce hecha a la cera pérdida siguiendo la tradicional estética helenista de perfección magistral tanto técnica como artística que al parecer es un prototipo de Praxitedes (S. IV a.C.
La escultura está realizada en bronce hecha a la cera pérdida siguiendo la tradicional estética helenista de perfección magistral tanto técnica como artística que al parecer es un prototipo de Praxitedes (S. IV a.C.
El
yacimiento de mayor interés en esta visita bajo el punto de visita mío particular es la
villa del Ruedo, se trata de una imponente <<villae>> romana para
la explotación agraria de algún personaje romano muy rico, esta villa fue descubierta en la década de los
años ochenta del anterior milenio durante el periodo de construcción de una
carretera comarcal que la atravesaba, felizmente se salvó de la inclemente pala destructora que todo lo arrasa y alguna que otra dentada huella dejó en más de un mosaico.
Después
de aflorar a la vista todo aquello que pudieron salvar como siempre suele pasar en estos casos los presupuestos no llegaban a cubrir los gastos pero los trabajos de arqueología sistemática dieron lugar y la Villa fue restaurada en la medida
de lo posible, una vez que se puso en valor se hicieron públicamente
visitables y en este estado sigue
estando, en la actualidad tenemos entendido que existe un excelente número de visitas.
Su
excavación está suspendida actualmente por falta de recursos económicos siguiendo en continuo
mantenimiento y restauración por su importancia y belleza.
La
señorita guía nos facilitó con su sapiencia, sabiduría y conocimientos toda una serie
de detalles que no es posible recordar,
al parecer la finca agraria data desde el siglo I d.C. al V d.C en esta finca fue al parecer lugar donde probablemente apareció la figura en bronce del
Dios del Sueño HYPNOS, pieza única y de
extraordinaria belleza.
La
Villa Rústica del Ruedo está protegida
por los rayos del sol y otras inclemencias meteorológicas por una cubierta
metálica, esta villa del Ruedo está combinada con los elementos de la clásica domus o casa ciudadana patricia de la villa rústica, donde se evidencia la delicadeza y finura de sus dueños,
sus hábitos y costumbres, la belleza de sus estucos a pesar de haber permanecidas enterrados unos dos mil años, el estado de sus mosaicos, los riegos y canalizaciones,
hornos para el calentamientos de las aguas que fluvialmente pasaban por tricliniun o comedor desde donde era posible
el aseo de las manos.
Durante la celebración de los banquetes era de refinada costumbre tomar
los alimentos con los yemas de los dedos y con ellos se comía, ello suponía prueba
de urbanidad siempre que se hiciese con finura, delicadeza y elegancia, el agua en el tricliniun descendía desde este lugar y proseguía su curso mediante una tubería
de plomo que vertía hacia la zona inferior de la finca hasta llegar al lugar destinado a la servidumbre o esclavos. sirviendo posteriormente para el riego de sus huertas que se supone habría en sus inmediaciones.
También
existían almazaras para la elaboración del aceite y del
vino, silos para guardar y conservar los cereales y ánforas para el transporte y como no el alfar para fabricar toda suerte de cerámicas.
La delicadeza y riqueza de todo
este conjunto nos explica y nos da una idea de todo aquello que fue y lo que es en la actualidad después de muchos siglos enterrada bajo los escombros de la tierra, ello solo es posible conseguirlo tras una paciente y metódica labor de arqueología y posterior restauración de todo lo hallado.
La señora o señorita guía llamada Paqui con claridad meridiana y entusiasmo nos facilitó toda una variada información llena de
sabiduría y sapiencia de aquel conjunto durante las tres
horas y media que duró la visita pero el
reloj marca inexorablemente la hora y
cuando dieron las 14,30 h. dimos por finalizada la visita.
Nos
despedimos de ella agradeciendo sus explicaciones y de habernos soportado durante tantas horas y nuevamente todos al coche de Juan Gañan Bejarano saliendo bastante más culturizados de lo que entramos,
sucedió algo parecido a como aquellos niños de hace muchos años que cuando estrenamos
una vez al año zapatos nuevos salíamos a la calle pletóricos de satisfacción.
Una
vez arrancado el coche en marcha
a comer al Restaurante Los Cabañas,
alguno pidió de primero ensalada mixta, salpicón de marisco, otros chivo al ajillo y
esparragado, de segundo fritura de pescado diverso, todo regado con una copa de Ribera del Duero, de postre unos Tiramisú
mientras otros solicitaron Natillas con leche, llegado el
momento se ajustó la cuenta en partes
alícuotas se abonó el importe y nos salimos a la calle.
El
amigo Manolo Borrego que tantos años estuvo de Profesor de Enseñanza en aquella
población deseaba dar una vuelta a pesar de ser la hora de la siesta que por nada se perdona, deseaba ver su antiguo
pueblo comentando la enorme evolución de progreso en el pueblo desde sus tiempos cuando ejercía su trabajo en la enseñanza, deseaba echarle un vistazo a su antigua casa y lógicamente a la calle donde vivió que curiosamente se llamaba en
aquella época Falange Española, posteriormente callejeando en aquellas
primeras horas vespertinas donde escasas personas se ven circular por la calle se encontró al menos con cuatro personas que llegaron a
conocerse a pesar del tiempo transcurrido, fueron alumnos suyos, el tiempo les dejó las inevitables huellas de los años no obstante llegaron a
reconocerse.
A
los 17,30 h. nuevamente al coche para el viaje de regreso a la ciudad califal
donde llegamos a 19,10 dando por finalizada una excursión que nos servirá para
el recuerdo, pero si París dice el refrán que bien
merece una visita, Almedinilla también la merece y la tenemos bien cerca, alguna vez es posible asistir a alguna jornada gastronómica romana para saborear
los platos que Marco Gavius Apicius (siglo I) que dejó recogido en su recetario, a la vez de ello supone un divertimento asistir a las comidas gastronómicas que ofrecen los actores vestidos a la usanza romana, músicos tocando elementos rústicos musicales sacados de los relieves de las estatuas, consiguiendo todos los tonos musicales y a través de los mitos y leyendas durante la celebre comida en un tenue alumbrado que nos hace sentirnos como trasladados a míticas epopeyas de una época muy tardía.
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