CUENTO XIV EN CLAVE DE HUMOR
El Segura.- ¿Oye primo y ese Almanzor que fue contable en su
pueblo?, tengo entendido que pidió el traslado de Algeciras a Córdoba para ir en
busca de una colocación y un trabajo y con el paso del tiempo creo que se hizo el dueño
y amo de todo. ¿Qué tío más listo era no?.
Quisiera yo recordar si no me falla
la sesera que llegó a hacerse un palacio a la otra orilla de tu cauce, a
costa del erario público, además bastante por culo dio a los
cristianos a lo largo de su existencia, joder con el tío no cesaba
todos los años de salir de marcha a tierras cristianas a guerrear, traía por la calle de la amargura a toda la
cristiandad hispana, decía que era la
yihad.
Llegó a dejar al joven
Califa Hixem II encerrado en su palacio de
oro, escribiendo poesías y mirando a las musarañas, el vulgo callejero creo que solía decir ser el amante de su madre, la navarra Aurora, también he oído
que atendía muy bien a las hembras del harén, hasta el
extremo que subió como la mismísima espuma siendo la envidia
de visires y cadíes, desde esa época se puso de moda en Córdoba aquel
refrán que dice “el que buen carajo tiene, a buen seguro va y buen
seguro viene” ¿no es así primo?.
Responde el Guadalquivir.- Vaya, vaya así
fue, pero modera y reprime ese vocabulario un tanto soez, lenguaraz satírico y
burlón, más propio de gente vulgar que de un río de noble cuna, esas cosas
dichas de esa forma molestan, bien diría yo que era un tiránico,
altivo, pérfido, codicioso, cruel y fanático por decir algo.
En esta tierra este hombre llamado Almanzor era tan
respetado como los cristianos respetan a su Santiago “Matamoros”, Almanzor fue
un genio militar y un gran guerrero, valiente y muy abnegado en su
trabajo, así como un gran dictador él no
quería democracias pueriles que tanto dañan el buen gobierno del Estado, máxime
al ver la incapacidad de aquellos que les dieron trono cuando merecían silla,
entonces se remangó diciendo hay que levantar este mundo musulmán de lo
contrario se hunde con tanto inepto e incapacitado para mandar y gobernar.
Despacito y con buena letra se hizo dueño del Califato cordobés atrajo la
simpatía de Visires y Cadíes, con el tiempo se hizo el amo y señor
de todo, se haría respetar por todos los reyes de la
Hispania cristiana desperdigada por distintos reinos a
excepción de un pequeño reducto allá en lo alto de las montañas astures y
cántabras, de modo que méritos no se le pueden restar al gran Almanzor.
El Segura.- Bueno ya está bien aquello que no está mal, ya vale
por el momento de tanto hablar del bueno de Almanzor, dejémoslo para
otro cuento si bien te parece.
¿Te acuerdas cuando llegó por estas sierras jaeneras o jienenses
para quien lo prefiera aquel cosmógrafo llamado Xamsedin el de
Damasco?, parece que mucho entendía de aquello de la cosmografía,
que pasiones sentían el tío por la morfología de los terrenos, de las montañas
y valles, de los ríos y sus nacimientos, una vez dejó escrito y
dicho:
“El río de Córdoba nace el monte Ebla y el río de Murcia sale de la misma
fuente” ¿estaría el tío confundido no sé yo que pensar?, esta gente es más lista de lo que parece, nada me extrañaría que algún día cambien de opinión y le den la razón a Xamsedin.
¿Es que estos tíos que venían del Oriente - oirían nuestras conversaciones por
debajo de las montañas cavernosas?, cómo son tan misteriosos que yo recuerde
nosotros nunca dijimos nada de eso.
Cuando vino el Ptolomeo, Avieno y Estrabón se pasaron las vacaciones
veraniegas por las sierras de Cazorla y Segura tomando medidas y haciendo mapas
con sus correspondientes coordenadas y demás datos geográficos en pellejos de
cabras, el Plinio, también tuvo la ocurrencia de decir que nosotros
éramos de idéntica bolsa materna, yo creo que estos se equivocaron,
de modo que Samsedin al llegar muchos siglos después no comprobó con
exactitud los datos de los antiguos mapas griegos y
romanos, dejándose caer con aquello de “la misma bolsa materna”.
Nosotros nacemos en las sierras jaeneras, nuestros nacimientos están
próximos pero lejanos, eso sí, los dos somos de la tierra del “ronquío,” y
serranos de pura cepa.
El Guadalquivir.- Bien sabemos nosotros que esos griegos y
romanos del sipote estaban equivocaos, después no se tomarían muchas molestias
los árabes en verificar los datos heredados y hacer averiguaciones, yo
creo que el geógrafo Sansedín de Damasco se confundió al hacer las
traducciones de los mapas escritos en antiguo latín y griego.
El Segura.- Yo creo que lo que ocurrió fue que entre el
Plinio y el Avieno copiaron los mapas romanos con sus errores todos conformes con sus
conclusiones. Ya basta de tantas churibiterias de esas modas nuevas
y tanta fantasía que nadie entiende con eso de masa
friática de la urgencia y de la zona kárstica, tú y yo sabemos que eso son
zarandajas y puñeterías que no valen para nada y nadie entiende
De modo que estos se confundieron entre mis fuentes nativas y las tuyas, ya
sabes que tú eres aprendiz de río en tus comienzos a un extremo de la
Sierra de Cazorla, en las inmediaciones del Puente de Las Herrerías, y
para ser más concretos y exactos en la Cañada de Aguas Frías
a 1.400 metros de altitud sobre el nivel del mar, ¿no es así primo?
Aquí no queda la cosa todavía esclarecida, el día 20 de febrero de 2004,
salió la siguiente noticia en grandes caracteres en la prensa nacional “EL
ORIGEN DEL RIO GUADALQUIVIR NO ESTÁ EN LA PROVINCIA DE JAÉN SINO EN
LA DE ALMERIA”.-El director del Instituto del Agua de Andalucía, Juan
José López Martos, desveló ayer que el origen del río Guadalquivir no está en
Cazorla, sino en un barranco de la
Sierra de María (Almería) y que la creencia del origen en la provincia de
Jaén se debe a una confusión histórica que transgrede los principios
científicos.
En la rueda de prensa en Almería, López Martos explicó que el río
Guadalquivir se une en su margen izquierda a la altura de Úbeda (Jaén) con el
Guadiana Menor y que con los criterios científicos tanto geográficos como
geológicos e hidrológicos, el río principal es el Guadiana Menor. Continuando
por este y aplicando las mismas técnicas se puede continuar hasta ver que el barranco
más alejado de San Lúcar de Barrameda es un barranco que nace en el término
municipal de María (Almería). ¿Ahora que hay que hacer, dar por bueno estos
criterios y modificar todos los textos?
sigamos.
El Guadalquivir.- Esas son tonterías y pegoletes, nuestros
nacimientos y nuestra altura es casi la misma, la tuya es de 1413
metros sobre el nivel del Mediterráneo allá en la Orospeda de los Bizantinos, en Pontones
de la Sierra de Segura a medio kilómetro de Fuente Segura de Arriba,
y a veintiuno de Santiago la Espada, bien poca es la
diferencia, ¿pero tan ciego estaba el Avieno ese, para no darse
cuenta de la separación formada por grandes cadenas montañosas y un mogollón de
farallones?
Espera antes que se me olvide tú me has dicho antes que, yo soy aprendiz de
río en mis comienzos ¿y tú que me dices compadre, tú debes ser recadero no?
sigamos, el otro día oí decir por la radio a los kársticos
modernos de ahora que, mi acuífero es distinto al tuyo, aunque
tengamos parecidos, demostrando que los inventores de aquella época estaban confundíos,
yo creo que a esto no hay que darle más vueltas y demos por concluida la
discusión.
El Segura.- No te enfades hombre, yo tan solo quería decirte
que tu chorrera no es muy grande cuando naces, además nadie se
entera con esas palabrejas, “kárstica” ¿eso qué es? no es mejor decir, “allende
en la sierra montañosa donde brota el agua”, allí mismico fuimos parios cuando
tronó la tierra y todo si hiciera yesca, somos serranos de pura
cepa con esto creo que ya basta.
Qué largo eres primo Grande como se nota que te dieron de mamar de la teta
gorda, eres más ancho y largo que yo recorres 667
Km regando fanegas de trigos y cereales y extensos bosques de olivos,
muchos y grandes pantanos tienes, aunque yo también tenga los míos aunque siempre insuficientes para contenerme cuando
me salgo de madre, pues ya sabes las calamidades que suelo formar.
Responde el Guadalquivir.- Mira primo
no te quejes yo también he pasado lo mío, pero vamos es distinto el
problema, ahora te voy yo a hablar un poco de mis antigüedades y de los primeros pobladores y de las
esclusas modernas que tengo allí en la Sevilla de mi alma.
“Cuando llegaron unos gachones llamados los turdetanos entraron por la vecina
África cruzando el enorme charco que nos separa, estos se empeñaron en hacerme
navegable y tú sabes que yo muy hondo no soy en toda mi trayectoria, pero estos
tíos para permitir la navegación hicieron unas barcazas que les permitían
adentrarse y navegar río adentro, a toda costa querían dar con el vil
metal, este estaba escondido en las entrañas de la tierra, sí en las
minas de Linares, del Muriano y Almadén, en Belmez, Peñarroya y en
Espiel, otras por ahí perdidas en lo alto de
la sierra, los mardita madres si eran listos que dieron con ellas y
sus filones, estos jodios por culo vaya que dieron con ellos y
para disimular un poco decían a los nativos que buscaban minerales para fabricar espadas, lanzas y escudos al tener
mucho que guerrear, de modo que así empezaron los engaños
a los nativos peninsulares ibéricos llevándose el oro, plata y el cobre a
cambio de espejuchos y baratijas sin ningún valor.
Río arriba con sus barcazas remontaban remando dos ríos hasta llegar a un
pueblucho que hay al lado de mi hermanillo apodado el río “colorao”
por sus tierras rojizas, también lo conocen como el río Guadalimar, ese pueblo se llamaba Cástulo de
allí trasponían a las minas del Centenillo, El Rumblar, La
Carolina y Guarromán, se hartaron de llevarse muchas riquezas,
mucha plata, oro, plomo, cobre, bronce, estaño y mil cosas más, siempre decían que era para fabricar herramientas de
guerra; “hios putas” que forma de robar al prójimo tenían.
Siglos después Cristóbal Colón y su trupe, Hernán
Cortés y los suyos, Pizarro y sus huestes, descendientes por
distintas parentelas de aquellos antiguos turdetanos, sentarían cátedra
obteniendo matrícula de honor y diplomaturas en el vil arte de robar al
prójimo.
Estos tíos turdetanos decían que este era el país del plomo, del
oro, cobre, estaño y la plata, le pusieron de
nombre Anaku por cierto yo no sé lo que quiere decir en su idioma.
Después vendrían y saldrían por el mismo
lugar fenicios, griegos, púnicos y por el
opuesto romanos, suevos vándalos y alanos y mucha gente más,
bautizando a esta península cada uno el nombre que se le
antojaba, vaya de ejemplo el de Anaku, Ophiousa, Shapan,
Mechep, Hespérides, Hesperia, Iberia,
Hispania, etc. todos a lo mismo a escarbar las minas,
solo hay que ver la que hay formada en Río Tinto, válgame la virgencica
de La Cabeza como dicen los de Andújar la que liaron todo el día
estrujando las minas y carreta va llena hasta las trancas en
barcazas río abajo hasta el mismísimo mar, de allí a su tierra, vuelta carretas
vacías y a volverlas a cargar, así todos los días, esto era un sin parar hasta
estrujarlo todo, que apremio y agonía tenían estos tíos en llevarse el mineral.
El Segura.-Compare de mi alma si los cartageneros hablaran de
esto habría que oírlos, no sabes tú muy bien como defienden a los Púnicos-
Cartagineses, ellos están muy orgullosos de pertenecer a
esa vena sanguínea de aquellos fundadores púnicos.
Allá en La Mastia de Tarsis fundada por los turdetanos y en la cartagenera
ciudad de los mastienos de aquella época fundó el general cartaginés
Asdrúbal el Bello yerno de Amílcar Barca y tío de Aníbal la
ciudad cartaginesa llamada Kart-Hadastat.
El Guadalquivir.-- ¿Y cuándo fue eso primo?
Yo, no me acuerdo de nada.
El Segura.- Eso sería por allá del año 227 a. C. según
nos contó un cronista griego llamado Polibio, después serían los romanos
quienes la destruyeron para reconstruirla con ese nombre tan moderno
de Cartago Nova.
Ahora los cartageneros ya no recuerdan que los esclavizaron -
esquilmaron sus minas y los machacaron vivos, no
obstante están muy contentos porque les hicieron la Muralla,
el Molinete para el barrio de las “Leas tú ya me entiendes, el de
las periquitas”, Los Castillos y El Portus Magnus en Portman desde donde
embarcaban a su pueblo fenicio/cartaginés la plata procedente de las
minas de La Unión y el esparto de sus campos.
Pasaron los años y el nenico Aníbal quería hacerse
oír, y también mandar y hacerse respetar, hay que joderse
la que liaron entre esta gente y los romanos, todos a por lo mismo a
llevarse la tela marinera de las minas de La
Unión; mi cauce solo servía para el consumo humano y
algún riego de poca monta en el pueblo orcelitano de Orihuela.
Los arqueólogos están ahora con la brocha y el pincel en busca de la Murtia (Murcia) romana-visigoda
que al parecer existió, me parece a mí que lo poco que debe de haber lo tienen
enterrada en Aljezares, estos tíos no sé cuándo se van a enterar, es
hasta posible que no les interese por aquello de los gastos que se deriven de
las excavaciones, además no tendrán estas ruinas gran
importancia y allí sigue están enterradas algo de un pasado visigodo para el
futuro.
Cuando estos púnicos trasponían más allá de las montañas hacía el interior
abandonando la costa - no tenían más remedio que cruzarme por más de siete
sitios, sobre todo por Sangonera, Los Garres y el hoy llamado Puerto de La
Cadena, a veces por Alcantarilla, donde
todavía queda el resto de un acueducto romano.
Esta gente púnica molestaba mucho al personal no les
dejaban descansar, ni tomar el sol en invierno, y mucho
menos dormir la siesta en verano, hay que fastidiarse la que armaron entre un
bando y el contrario, siempre a garrotazo limpio a ver quién podía más.
Los de Roma al remate ganaron la guerra después de mil batallas,
el zagalico Aníbal y su gente no le iban muy a la zaga, entonces
no tuvieron más remedio que dar para atrás y escondidos
en algún sitio todos estaban esparafruyando algún encontradizo encuentro para
formar la tangana, no era nadie el zagalico, tuvo riles para irse
con su ejército desde Cartagena a Italia remontando los
Pirineos y los Alpes Transalpinos, hasta con elefantes enfiló la marcha.
Si los romanos se descuidan una miaja en la mismísima Roma se
meten, miles de muertos tuvieron que lamentar en Tesino, Trebia, Trasinmeno y
Cannas
En el Senado de Tunicia no estaban muy conformes con las
decisiones del muchacho, hasta le dijeron ¿a dónde vas, para quieto
ya?, y vente para acá, pero nada erre, que erre, no
atendía razonamientos, solo quería ganar la guerra y borrar del mapa
a la eterna Roma y esa fue su perdición.
Al hacerse mayorcito le gustaban mucho los dineriquios tú ya me entiendes
“la tela marinera del telar,” entonces en cautivó por su belleza y poderío a la
hija del régulo de Cástulo y con ella se casó, creo que la zagala se
llamaba Himílce.
Que prisa y que apremio tenía el joven Aníbal por el pozo Baébolo de Cástulo
(Linares), así se llamaba el que más plata daba, no
dejaba de atosigar a los pobres obreros, ni respirar siquiera les
dejaba.
No contento con esto tomó la marcha para las minas de La
Unión de Cartagena nada más llegar los puso a todos más derechos
que una vela y a trabajar y producir plata a troche y moche.
En aquella tierra nació su zagal, le pusieron de nombre
Aspar, probeciquio duró poco tiempo apareció la peste negra y se
cargó la mitad de la plantilla de la Mastia, la Contestania, la
Deitania y la Bastetania y se jodió el invento.
El Guadalquivir.-Bach, esas fueron situaciones comunes y
extrapolables por esos mundos, causas naturales de los tiempos que se
vivía, era normal usar la ley del más fuerte, la explotación del
hombre y la esclavitud era lo normal, eso ocurrió en todas partes,
¿para qué crees tú que siglos después inventaron los Sindicatos?, pues para
defenderse ellos mismos los propios sindicalistas, una buena forma
para subir como la espuma, estar bien vistos y cobrar sin trabajar,
de vez en cuando alguna parrafada que otra montado o el
tío en lo alto de una mesa o de una silla, para que lo viera bien la multitud
del mundo obrero, buenas palabras en defensa del currelador y barrabasando
hacía el empresario, ellos los sindicalistas quedaban en buen lugar
y de esa manera todo el personal quedaba conforme.
Pasado algún tiempo vendría la puñalada trapera se ponían de
acuerdo en las negociaciones con el empresario, se iban a tomar cerveza juntos, luego les subían dos perrillas y todos contentos -
hasta dentro de cuatro años; el sindicalista ya tenía asegurado cuatro años sin
dar un golpe y vestido con traje diario, corbata, cartera para
llevar los papeles, y teléfono móvil de última generación y ahora a
vivir del cuento en representación de los trabajadores al más puro
estilo burócrata, espacioso despacho bien enmoquetado, ordenador de última
generación, de vez en cuando marcha a
Madrid o a Barcelona a gastos pagados para asistir a las reuniones de empresa e
informar al empresario de todas aquellas personas con tendencias a
no dar ni puñetero golpe y muy dados a causar baja laboral bajo pretexto
de inexistente enfermedad, de paso aprovechaban para dar
un martillazo forastero a costa de los gastos de viaje y del destacamento, de
modo hermano río que eso es lo que había.
El Segura.-Bueno sigamos con nuestras antiguallas compare; tengo
yo entendido que en los tiempos del Tarik y el Muza - echó abajo las iglesias
de tu Córdoba cristiana y mandó hacer unas al estilo de su tierra de esas más
altas que el copón de Bullas, hasta puso encimica de todo alto de la torre otra torreta más pequeña donde se subía un tío que andaba canturreando por soleáes
para llamar a la oración al público de infiligreses, no contento con todo eso
también prohibió el consumo del vino cerrando las tabernas, vamos que
ocurrencia más disparatada se le ocurrió hacer en Córdoba, ciudad donde
siempre se le ha rendido culto al vino y hasta tiene su guía de las tabernas.
¡¡¡Córdoba, ciudad torera y bravía que entre antiguas y
modernas, tienes más de trescientas tabernas y una sola librería!!!
Dicen los que por allí andurrearon en aquellos tiempos que casi todos
bebían vino de cortinilla, casi siempre escondidos por temor al chivateo, también me
contaron una vez – que hubo un gachón llamado el Gadafi-ben-Gafiqui que inventó
unas lentes a modo de gafas oscuras para cuando se ponían los ojos vidriosos
por la hartaera vinícola poderla disimular, lo malo que no había remedio
alguno cuando se pasaban de la raya, entonces se les
trababa la lengua, y en vez de decir cuatro decían
trapo, o daban catorce camballás, también creo que para entrar en las mezquitas
había que quitarse las esparteñas o las alpargatas, creo también que
al tratar recogerlas a la salida algún espabilado de los muchos que hay por la
vida ya las habían cambiado, llevándose las nuevas y dejando las
viejas, hasta tenían la geta de decir “ojos que no ven alpargatas
que me llevo”.
Responde el Guadalquivir.- Hombre que
quieres que te diga muchas verdades dices, ellos venían en son de paz
prometiendo respetar nuestras iglesias y costumbres, nuestras campanas y
procesiones, pero cá, todos los días había reyertas callejeras y porretazos a
cascaporro, no dejo de reconocer que trajeron progreso y bienestar, hicieron
unos palacios que quitaban el hipo pero los jodios por culo se pasaban todo el día resando, jasiendo una espesie de
gimnasia que consistía en arrodillarse pa volverse a levantar, así varias veses
todos los días, hasta besaban el suelo, pero vamos eso no tiene ninguna
importansia, esta gente era muy lista trabajaora y emprendeora ya te he contao
el peaso de siudad que hisieron, todo fue esplendor y bellesa, pero claro eso
fue con el transcurrir de algunos siglos, a lo primero ya sabes cuesta la adaptación,
eso lo sabes tú por experiencia con los de Orihuelica porque la
Murcia primitiva quedó destruida y todavía la están buscando los del pico
y la pala, de modo que por esa zona tuvisteis que pasar lo vuestro
en esos siglos, ya me contarás con algún detalle el nacimiento de
esa ciudad que con tanto cariño riegas, me gusta oírte contar tus cosas,
también me contarás lo que pasó con Cartagena para que desapareciera del mapa
activo tantos siglos y que fue de aquella Ariola del Ravenate
(Orihuela), esa que en la actualidad huele un poco bastante a cieno,
pero vamos ahora tengo posesión de la palabra y quiero seguir
contando.
Aquello de las trifulcas por la compra a los increyentes católicos de la fe
de Alá y de Mahoma de una iglesia para hacer la gran Aljama, eso fue agua pasada sin que tenga importancia
alguna, ahí está la gran Mezquita para orgullo del mundo
entero, siempre se quejaron los de la cristiandad por la
compra a la fuerza de la Iglesia de San Vicente que ellos tenían,
cosas más importantes hay en la vida que contar de modo que olvidemos viejas rencillas
y sigamos en paz con nuestra conversación, miles de aventuras vi yo
con mis propios ojos en mi andurrear sin prisa con mucha más trascendencia.
Se me alegran las pajarillas -cuando recibo a mis niños tributarios y me
entregan sus aguas, allá en Mengibar resibo yo las del “colorao” aunque su
verdadero nombre es Guadalimar, joder como me enturbia él
cause porque el hio puta es rojillo debido al barro color rojo que arrastra,
pero me da mucha alegría su encuentro, este suele ser bastante caudaloso,
dicen que es jaenero, pero su nacimiento
es manchego- albaceteño y estos tíos no se enteran, cuando llego cerca de Villa
del Río, me entran las aguas de un arrollón que los nativos le llaman él
Salado, lo sorpresivo es que cuando llueve en Porcuna, Martos y Torredomjimeno,
todas sus aguas bajan espantadas arrasando campos de olivos y
trigales, los de la estación del tren en Villa del Rio se echan a
temblar, los carriles de la vía los dejo retorcidos como
si fueran débiles alambres, arrastro el balasto y levanto las traviesas,
entonces tienen que tener preparado el tren de Trabajos, las maquinarias de vía
como son las niveladoras, compactoras y perfiladoras, más la Décimo
Séptima Gémina Pía Félix Legión de trabajadores de la vía ferroviaria.
Todo lo arraso al paso, después pasando la población de Alcolea recibo
las aguas serranas del Guadalbarbo. este es un bastardillo serrano muy gracioso,
baja correteando como si fuera un regatillo- perezosillo de finas aguas
serranas, luego y ya saliendo de Córdoba me entra el río Guadajoz,
los chicos de Torres Cabrera le dicen cariñosamente el Guadaosillo, sus
aguas un poco saladas están, este niño sí que sabe de Ategua, del Julio Cesar y
del Pompeyo, en aquellos años de la dominación
romana me parece recordar que era conocido con el nombre del
Salsúm, este baja de Iponuba que ahora le llaman Baena y
Castro del Río, después y pasada la población de Las
Posadas del Rey se me encauzan las aguas del Guadiato, estas bajan del valle
serrano Pedrocheño, bien aprovecharon sus aguas los mineros para hacer los
lavaderos del mineral, un poquito más adelante recibo al Bembézar y
ya pasado Palma del Río se me unen unas aguas más frías
que el mismísimo copín de Bullas, sobre todo en la época del deshielo, es
el Genil que baja de la sierra granaina nazarí-
alpujarreña, in después recibo el Retortillo y ya cuando entro en
Sevilla voy ancho y hermoso, ¡¡ OH GRAN RÍO, GRAN REY DE ANDALUCIA, DE NOBLES
ARENAS YA QUE NO DORADAS, DIJERA GÓNGORA Y ARGOTE.
Ahora no se si te podré explicar una cosa que hicieron estos tíos tan ocurrentes en el río, allá en Sevilla, les
llaman las esclusas, resultando una especie de canal al lado de la
Torre del Oro, que unas veces y según
convenga sube o baja el nivel del agua mediante
un artilugio que sirve para poder pasar
los barcos, que flamenco voy yo por allí, de una orilla a otra hay mucho
trecho, pero mucho, mucho, que hondura madre que tengo desde Sevilla hasta el
mar en la desembocadura, si tu vieras que peasos de barcos entran y salen, to
el día pasando barcos arriba y abajo unos pescando con redes, otros
paseando con las chicas tomando el sol para ponerse morenas, esto es
un no parar, cuanta variedad de pájaros, cuanto nido de
cigüeñas que bonitos son sus verdes
sotos y alamedas.
Primo, esto es una cosa muy digna y de admirar cuando sube la marea del mar
en San Lúcar de Barrameda llega el agua hasta la mismísima Sevilla, luego es un
primor pasear contemplando ese panorama tan hermoso, en su ribera
hay un bosque precioso que estos tíos le llaman el
Parque de Doñana, allí hay aves de todas las especies, toda clase de animales,
esto es una selva de verdad, da gusto de adentrarme por aquellos rincones que
hacen para que riegue con mis aguas aquella selva, ya en mi avance
imparable y sin solución de mayor continuidad me espera el mar.
Responde el Segura.-Hay que ver qué cosas más bonitas me
cuentas primo, sigamos la sesión te voy a seguir yo contando
un poco de la historia de la Cartagena primeriza llamada kar Hadast (ciudad nueva), ya hemos hablado de su fundación y de
esos murallones parecidos a los de la Cartago tunecina, en
definitiva hicieron un enorme fortín militar para acogimiento de
sus grandes tropas y hacer la guerra a sus oponentes los romanos.
Esta península en aquellos años no tenía amo fijo ni
tampoco se llamaba España, aquí estábamos como los indios salvajes, sería muy
complicado hablar algo de ello, los fenicios le llamaban Span al parecer eso
quería decir “País de Conejos” de los muchos que abundaban, otros
dicen quería decir (NORTE), los griegos le pusieron de nombre
Ophioussa que significa tierra de serpientes, con el transcurso del tiempo le
cambiaron el nombre por el de Iberia, los fenicios y cartagineses también le
llamaban SPAN (Norte así era para ellos), no preguntes por qué yo no lo sé, los
romanos le dieron el nombre de Hispania y aquí me detengo sin entrar en
posteriores siglos, ahora sé que se llama España, Don Américo Castro
escribió bastante y mucho sobre este tema, no olvidando que los
árabes le llamaron Al-Ándalus a esta península.
Siguiendo con la Mastia de los mastienos cartageneros
después la Kart Hadast de los púnicos
y la Cartago Nova de los romanos, cerca la
Deitania, Contestania, Bastitania, Turdetania, Oretania y un largo etc; por las
riberas del Duero habían multitud de tribus como los Vaceos,
Arévacos, Lusones y Celtiberos sorianos, en la zona de Cataluña los ilergetes o
ilerdenses, cada tribu con su propia y distinta forma de hablar, de modo que
esto era un rompecabezas, no obstante la
gente se entendía aunque fuera utilizando el magnífico e infalible sistema de
señas con las manos y gestos con la cara y boca, eso nunca falla primo.
En la Kart Hadast la Cartagena actual hicieron un palacio fortaleza
para el Asdrúbal y su gente con el nombre de Byrsa dicen que estaba al lado del
barrio de “las leas” que nosotros conocimos con el nombre
de “El Molinete”, tu ya me entiendes de que va el tema, me parece
que vosotros le llamabais en Córdoba y otros tiempos “las periquitas”,
en la Hispalis sevillana vivían honradamente de su trabajo en la
Alameda de Hércules, para que el personal
pudiera retozar y desfogar las energías, en Málaga los célebres
Percheles, La Cuesta de la Magdalena en Murcia, el
Alto de la Villa en Albacete y Las Cortes en Bilbao.
Construyeron el Templo de Esculapio con el nombre de Esmún, allí
oraban a sus dioses, cuentan que el monumento fue suntuoso, al
parecer estaba situado en el monte que hoy se
conoce como la Concepción y en el Cerro de San José estaba el Templo de
Aletes, el de Baal o Moloch, en una ladera llamada Monte Sacro, de modo que
siempre existieron beatos de un modo o de otro máxime con tantos dioses como
tenían.
El Foro o Plaza Pública en el centro de la actual ciudad al lado
del Ayuntamiento, dicen que todo fue un verdadero primor, si bien
les duró poco su esplendor y grandeza ya que en el año 209 se encargó el
general romano Publio C. Escipión de destruir todo aquello y formar el desastre
padre, después los romanos reconstruirían aquello que más les
interesó.
Como es natural siguieron explotando las minas de la Unión, sustituyeron el
nombre de la ciudad de Quart Hadast por el de Cartago Nova.
En el siglo I debió ser una hermosa ciudad, el geógrafo griego Estrabón cuenta
y no acaba de sus grandezas, mucho pondera la situación
natural portuaria entre sus dos grandes montañas y también de la
riqueza de sus minas.
En época de los romanos siglo I adquirió mucha importancia ya que se vio
afectada por la reforma administrativa del Emperador Augusto siendo Conventus
Juridicus Cartaginenses, casi nada compadre.
Aquello con los romanos retomó sus antiguos fueros de poderío, pasaron los
años, ya estábamos en época decadente
del Imperio romano dividido entre Occidente y Oriente, estos eran
romanos a la falseta, llamados bizantinos de Bizancio de Turquía o
de Anatolia para ser más claros y exactos, si bien es verdad que procedían de
muy diversos países, a estos les entró la
pereza, la incuria y la indolencia, un buen día del año 425 en tiempos de
Valentiniano III llegaron los arrasantes Vándalos destruyéndolo todo, ya nunca
jamás Cartagena volvió a ser grande y poderosa.
Cuenta el padre Morales de lo traducido en el Cronicón de Idacio,
<<los vándalos no dejaron ni la mismísima simiente de su
esplendor>>.
La gran basílica bizantina todavía aguanta sus ruinas con gallardía los
envites de los tiempos y de las guerras, los vándalos no respetaron nada, de
modo que los cartageneros tuvieron que convertirse en pescadores de aladroques
y atunes, especializándose en la pesca de bajura y altura así
como en la salazón del pescado.
Los asaltantes vikingos cruzaban el charco con frecuencia y se introducían
tierra adentro haciendo estragos robando y matando, igual
sucedía con la gente del norte de África con la gran diferencia que estos eran
gentes de paz, cruzaban al mercadeo al intercambio y trueque, a la
compra de salazón, de paso ver lo que podían llevarse a
bajo precio, sobre todo gente joven para su venta como esclavos, los mozos fuertes
para trabajar las tierras y explotar las minas, de modo que estaban
bastante aislados, sin tener nadie que les defendiera causa que motivó el
traslado de la silla Episcopal metropolitana a Toledo y el obispado
a Orihuela, cosa que no agradó al personal cartagenero, desde entonces están
reivindicando muchos derechos sobre todo a ciudad capitalina de la
región.
Por Gibraltar ya se había producido la invasión árabe del año 711 con Tarik
y Muza a la cabeza.
En la zona de Levante fueron entrando progresivamente y en paz árabes,
egipcios, beréberes, bastantes yemeníes no pertenecientes al
Califato de Damasco, estos entraban como por su propia casa, ello no era
molesto para nadie, nuestras costas estaban
desiertas solemnemente aburridas, muchos atracaban en
Denia, Valencia, Alicante y Castellón, también por la desguarnecida Cartagena,
Águilas y Mazarrón, se situaron a gusto
propio, muchos se establecieron en Orihuela, Illice, Alacant y en
toda esa franja costera que configura el litoral hoy conocido como
Levante español en convivencia mutua con cristianos, se respetaban y convivían
cada cual en sus costumbres, el comercio y el intercambio de mercaderías era su
preferencia.
No olvidaron nunca los cartageneros la industria manufacturera del esparto
y de la pleita, también fueron excelentes constructores de
traineras, carabos, chalupas, bajeles, escunas y barluengos, pequeñas
navegaciones para el remo, bous para la pesca con red, chinchorreras y
diminutas embarcaciones como faluchos costaneros con vela
latina, falúas de escaso calado muy marineras dotadas de
carroza, rápidos jabeques de tres palos, a los cartageneros les cabe la
satisfacción de haber construido en sus astilleros algunos jabeques de
importancia como aquel de nombre “Gitano” tenía un desplazamiento de
200 toneladas, iba dotado de 24 cañones de 8 libras en batería y 4
de 8 libras en cubierta de 420 toneladas, también el llamado “Murciano,
San Fulgencio, San Leandro y Santa Florentina” en definitiva
fueron excelentes constructores navales, disponiendo siempre de magníficos
astilleros, entretejían trainas para la pesca de bajura a media altura como la
sardina, transcurrido algún tiempo y con luz artificial pescaban
con mamparras en horas nocturnas, fueron
verdaderos maestros en la manufactura artesanal de toda suerte de
jarcias, cabos y aparejos, en resumen todos los conjuntos y artilugios de
redes destinados a la pesca marítima.
En las orillas de las playas existían astilleros donde a los barcos varados
se le practicaban multitud de reparaciones mediante el sistema de calafateo con
estopa y otras artes, los cartageneros siempre fueron excelentes carpinteros de
ribera.
Al esparto les sacaron buen provecho, ese producto valía para
todo en aquella época hasta para hacer velas navieras y toda suerte de objetos,
especialmente esteras, seras y serones, capachos, atalajes para
animales de tiro y carga, todo un mundo giraba en torno al esparto
como materia prima necesaria para toda clase de manufacturas, se negociaba
mucho con el mundo oriental con estas artesanías a través de su
incomparable situación portuaria natural entre montañas.
Y aquí me detengo para poner fin a este largo cuento
con estas artesanías
a través de su incomparable situación portuaria natural entre montañas.