martes, 28 de junio de 2022

CUENTO XIV EN CLAVE DE HUMOR DEL DIALOGO JOCOSO ENTRE DOS RÍOS.

                             CUENTO XIV EN CLAVE DE HUMOR 

                                                                       

  



El Segura.- ¿Oye primo y ese Almanzor que fue contable en su pueblo?, tengo entendido que pidió el traslado de Algeciras a Córdoba para ir en busca de   una colocación y un trabajo y con el paso del tiempo  creo que se hizo el dueño y amo de todo. ¿Qué tío más listo era no?.

Quisiera yo recordar si no me falla la sesera que  llegó a hacerse  un palacio a la otra orilla de tu cauce, a costa del erario público,  además  bastante por culo dio a los cristianos a lo largo de su existencia, joder con el tío  no cesaba todos los años de salir de marcha a tierras cristianas a guerrear, traía por la calle de la amargura a toda la cristiandad hispana, decía que  era la yihad.


  

Llegó a dejar  al joven Califa  Hixem II encerrado en su palacio de oro, escribiendo poesías y mirando a las musarañas, el vulgo callejero creo que solía decir ser el amante de su madre, la navarra Aurora, también he oído 

que atendía muy bien  a las hembras del harén,  hasta el extremo que subió como la mismísima espuma siendo la envidia de  visires y cadíes, desde esa época se puso de moda en Córdoba aquel refrán que dice  “el que buen carajo tiene, a buen seguro va y buen seguro viene” ¿no es así primo?.

 

Responde el Guadalquivir.- Vaya, vaya así fue, pero modera y reprime ese vocabulario un tanto soez, lenguaraz satírico y burlón, más propio de gente vulgar que de un río de noble cuna, esas cosas dichas de esa forma molestan, bien diría yo  que era un tiránico, altivo, pérfido, codicioso, cruel y fanático por decir algo.

En esta tierra este hombre llamado Almanzor   era  tan respetado como los cristianos respetan a su Santiago “Matamoros”, Almanzor fue un genio militar y  un gran guerrero, valiente y muy abnegado en su trabajo, así como  un gran dictador él no quería democracias pueriles que tanto dañan el buen gobierno del Estado, máxime al ver la incapacidad de aquellos que les dieron trono cuando merecían silla, entonces se remangó diciendo hay que levantar este mundo musulmán de lo contrario se hunde con tanto inepto e incapacitado para mandar y gobernar.

Despacito y con buena letra se hizo dueño del Califato cordobés atrajo la simpatía de Visires y Cadíes,  con el tiempo se hizo el amo y señor de todo,  se haría respetar por todos los reyes de la Hispania cristiana desperdigada por distintos reinos  a excepción de un pequeño reducto allá en lo alto de las montañas astures y cántabras, de modo que méritos no se le pueden restar al gran Almanzor. 

El Segura.- Bueno ya está bien aquello que no está mal, ya vale por el momento  de tanto hablar del bueno de Almanzor, dejémoslo para otro cuento si bien te parece.

 


¿Te acuerdas cuando llegó por estas sierras jaeneras  o jienenses para quien lo prefiera aquel cosmógrafo llamado Xamsedin el de Damasco?,  parece que mucho entendía de aquello de la cosmografía, que pasiones sentían el tío por la morfología de los terrenos, de las montañas y valles, de los ríos y sus nacimientos,  una vez dejó escrito y dicho:

 


“El río de Córdoba nace el monte Ebla y el río de Murcia sale de la misma fuente” ¿estaría el tío confundido no sé yo que pensar?, esta gente es más lista de lo que parece, nada me extrañaría que algún  día cambien de opinión y le den la razón a  Xamsedin.



¿Es que estos tíos que venían del Oriente - oirían nuestras conversaciones por debajo de las montañas cavernosas?, cómo son tan misteriosos que yo recuerde nosotros nunca dijimos nada de eso.

 


Cuando vino el Ptolomeo, Avieno y Estrabón se pasaron las vacaciones veraniegas por las sierras de Cazorla y Segura tomando medidas y haciendo mapas con sus correspondientes coordenadas y demás datos geográficos en pellejos de cabras, el Plinio, también tuvo la ocurrencia de decir que nosotros éramos  de idéntica bolsa materna, yo creo que estos se equivocaron, de modo que Samsedin al llegar muchos siglos después no comprobó con exactitud  los datos de los antiguos mapas griegos y romanos,  dejándose caer con aquello de “la misma bolsa materna”.


Nosotros nacemos en las sierras jaeneras, nuestros nacimientos están próximos pero lejanos, eso sí, los dos somos de la tierra del “ronquío,” y serranos de pura cepa.

El Guadalquivir.- Bien sabemos nosotros  que esos griegos y romanos del sipote estaban equivocaos, después no se tomarían muchas molestias los árabes en verificar los datos heredados y hacer averiguaciones,  yo creo que el geógrafo  Sansedín de Damasco se confundió al hacer las traducciones de  los mapas escritos en antiguo latín y griego.

El Segura.- Yo creo que lo que ocurrió fue que entre el Plinio y el Avieno copiaron los  mapas romanos  con sus errores todos conformes con sus conclusiones. Ya basta  de tantas churibiterias de esas modas nuevas y tanta fantasía  que nadie entiende con eso  de masa friática de la urgencia y de la zona kárstica, tú y yo sabemos que eso son zarandajas  y puñeterías que no valen para nada y nadie entiende


De modo que estos se confundieron entre mis fuentes nativas y las tuyas, ya sabes que tú eres aprendiz de río en tus comienzos a un extremo de la Sierra de Cazorla, en las inmediaciones del Puente de Las Herrerías, y para ser más concretos y exactos en  la Cañada de Aguas Frías a 1.400 metros de altitud sobre el nivel del mar, ¿no es así primo?

 

Aquí no queda la cosa todavía esclarecida, el día 20 de febrero de 2004, salió la siguiente noticia en grandes caracteres en la prensa nacional “EL ORIGEN DEL RIO GUADALQUIVIR NO ESTÁ EN  LA PROVINCIA DE JAÉN SINO EN LA DE  ALMERIA”.-El director del Instituto del Agua de Andalucía, Juan José López Martos, desveló ayer que el origen del río Guadalquivir no está en Cazorla,  sino en un barranco de la Sierra de María (Almería) y que la creencia del origen en la provincia de Jaén se debe a una confusión histórica que transgrede los principios científicos.

En la rueda de prensa en Almería, López Martos explicó que el río Guadalquivir se une en su margen izquierda a la altura de Úbeda (Jaén) con el Guadiana Menor y que con los criterios científicos tanto geográficos como geológicos e hidrológicos, el río principal es el Guadiana Menor. Continuando por este y aplicando las mismas técnicas se puede continuar hasta ver que el barranco más alejado de San Lúcar de Barrameda es un barranco que nace en el término municipal de María (Almería). ¿Ahora que hay que hacer, dar por bueno estos criterios y  modificar todos los textos? sigamos.

El Guadalquivir.- Esas son tonterías y pegoletes, nuestros nacimientos y nuestra altura es casi la misma, la tuya es de 1413 metros sobre el nivel del Mediterráneo allá en la Orospeda  de los Bizantinos, en  Pontones de la Sierra de Segura a medio kilómetro de Fuente Segura de Arriba, y a veintiuno de Santiago la Espada, bien poca es la diferencia,  ¿pero tan ciego estaba el Avieno ese, para no darse cuenta de la separación formada por grandes cadenas montañosas y un mogollón de farallones? 

Espera antes que se me olvide tú me has dicho antes que, yo soy aprendiz de río en mis comienzos ¿y tú que me dices compadre, tú debes ser recadero no? sigamos,  el otro día oí decir por la radio a  los kársticos modernos de ahora que,  mi acuífero es distinto al tuyo, aunque tengamos parecidos, demostrando que los inventores de aquella época estaban confundíos, yo creo que a esto no hay que darle más vueltas y demos por concluida la discusión. 



El Segura.- No te enfades hombre, yo tan solo quería decirte que tu chorrera no es muy grande cuando naces, además  nadie se entera con esas palabrejas, “kárstica” ¿eso qué es? no es mejor decir, “allende en la sierra montañosa donde brota el agua”, allí mismico fuimos parios cuando tronó la tierra y todo si hiciera yesca, somos serranos de pura cepa  con esto creo que ya  basta.

 

Qué largo eres  primo Grande como se nota que  te dieron de mamar de la teta gorda,  eres más ancho y largo que yo recorres 667 Km regando fanegas de trigos y cereales y extensos bosques de olivos, muchos y grandes pantanos tienes, aunque yo también tenga los míos aunque  siempre insuficientes para contenerme cuando me salgo de madre, pues ya sabes las calamidades que suelo formar.

 

Responde el Guadalquivir.- Mira primo no te quejes yo también he pasado  lo mío, pero vamos es distinto el problema, ahora  te voy yo a hablar un poco de mis antigüedades y  de los primeros pobladores  y de las esclusas modernas que tengo allí en la Sevilla de mi alma.




“Cuando llegaron unos gachones llamados los turdetanos entraron por la vecina África cruzando el enorme charco que nos separa, estos se empeñaron en hacerme navegable y tú sabes que yo muy hondo no soy en toda mi trayectoria, pero estos tíos para permitir la navegación hicieron unas barcazas que les permitían adentrarse y navegar río adentro, a toda costa querían dar con el vil metal,  este estaba escondido en las entrañas de la tierra, sí en las minas de Linares,  del Muriano y Almadén, en Belmez, Peñarroya y en Espiel,  otras  por  ahí perdidas en lo alto de la sierra,  los mardita madres si eran listos que dieron con ellas y sus filones,   estos jodios por culo vaya que dieron con ellos y para disimular un poco decían a los nativos que buscaban minerales para  fabricar espadas, lanzas y escudos al tener mucho que guerrear, de modo que  así  empezaron los engaños a los nativos peninsulares ibéricos llevándose el oro, plata y el cobre a cambio de espejuchos y baratijas sin ningún valor. 






Río arriba con sus barcazas remontaban remando dos ríos hasta llegar a un pueblucho que hay al lado de mi hermanillo apodado  el río “colorao” por sus tierras rojizas, también lo conocen como el río  Guadalimar, ese pueblo se llamaba Cástulo de allí trasponían a las minas del Centenillo, El Rumblar, La Carolina y  Guarromán, se hartaron de llevarse muchas riquezas, mucha plata, oro, plomo, cobre, bronce, estaño y mil cosas más, siempre decían  que era para  fabricar herramientas de guerra; “hios putas” que forma de robar al prójimo tenían.


Siglos después Cristóbal Colón y su trupe,  Hernán Cortés  y los suyos, Pizarro y sus huestes, descendientes por distintas parentelas de aquellos antiguos turdetanos, sentarían cátedra obteniendo matrícula de honor y diplomaturas en el vil arte de robar al prójimo.


 

Estos tíos turdetanos decían que este era  el país del plomo, del oro, cobre, estaño y la plata, le  pusieron de nombre  Anaku por cierto yo no sé lo que quiere decir en su idioma.

Después vendrían y saldrían por el mismo lugar  fenicios,  griegos, púnicos  y por el opuesto romanos, suevos vándalos y alanos y mucha gente más, bautizando  a esta península  cada uno el nombre que se le antojaba, vaya de ejemplo el de Anaku, Ophiousa, Shapan, Mechep,  Hespérides, Hesperia, Iberia, Hispania,  etc.  todos a lo mismo a escarbar las minas, solo hay que ver la que hay formada en Río Tinto, válgame la virgencica de La Cabeza como dicen los de Andújar la que liaron todo el día estrujando las minas y carreta va llena hasta las trancas  en barcazas río abajo hasta el mismísimo mar, de allí a su tierra, vuelta carretas vacías y a volverlas a cargar, así todos los días, esto era un sin parar hasta estrujarlo todo, que apremio y agonía tenían estos tíos en llevarse el mineral.


 
 

El Segura.-Compare de mi alma si los cartageneros hablaran de esto habría que oírlos, no sabes tú muy bien como defienden a los Púnicos- Cartagineses, ellos están muy  orgullosos de pertenecer  a esa vena sanguínea de aquellos fundadores púnicos.



Allá en La Mastia de Tarsis fundada por los turdetanos y en la cartagenera ciudad de los mastienos de aquella época  fundó el general cartaginés Asdrúbal el Bello yerno de Amílcar Barca y  tío de Aníbal  la ciudad cartaginesa llamada  Kart-Hadastat. 

El Guadalquivir.-- ¿Y cuándo fue eso primo? Yo,  no me acuerdo de nada. 

El Segura.- Eso sería por allá del año 227 a. C. según nos contó un cronista griego llamado Polibio, después serían los romanos quienes la destruyeron para reconstruirla  con ese nombre tan moderno de Cartago Nova.


 

Ahora los cartageneros ya  no recuerdan que los esclavizaron - esquilmaron sus minas y los machacaron vivos,  no obstante  están muy contentos porque les hicieron la Muralla, el  Molinete para el barrio de las “Leas tú ya me entiendes, el de las periquitas”, Los Castillos y El Portus Magnus en Portman desde donde embarcaban a su pueblo fenicio/cartaginés  la plata procedente de las minas de La Unión y el esparto de sus campos. 



Pasaron los años  y el nenico  Aníbal quería hacerse oír, y también mandar  y hacerse respetar,  hay que joderse la que liaron entre esta gente y los romanos,  todos a por lo mismo a llevarse la tela marinera  de las minas de La Unión;  mi  cauce solo servía para el consumo humano y algún riego de poca monta en el pueblo orcelitano de  Orihuela.

 


Los arqueólogos están ahora con la brocha y el pincel  en busca de la Murtia (Murcia) romana-visigoda que al parecer existió, me parece a mí que lo poco que debe de haber lo tienen enterrada en Aljezares,  estos tíos no sé cuándo se van a enterar, es hasta posible que no les interese por aquello de los gastos que se deriven de las excavaciones,  además no tendrán  estas ruinas gran importancia y allí sigue están enterradas algo de un pasado visigodo para el futuro.


Cuando estos púnicos trasponían más allá de las montañas hacía el interior abandonando la costa - no tenían más remedio que cruzarme por más de siete sitios, sobre todo por Sangonera, Los Garres y el hoy llamado Puerto de La Cadena,   a veces por Alcantarilla, donde todavía  queda el resto de un acueducto romano.


 

Esta gente púnica molestaba mucho  al personal no les dejaban  descansar,   ni tomar el sol en invierno, y mucho menos dormir la siesta en verano, hay que fastidiarse la que armaron entre un bando y el contrario, siempre a garrotazo limpio a ver quién podía más.

 


Los de Roma al remate ganaron  la guerra después de mil batallas, el zagalico Aníbal y su gente no le iban muy a la zaga, entonces no  tuvieron más remedio que dar para atrás y  escondidos en algún sitio todos estaban esparafruyando algún encontradizo encuentro para formar la tangana, no era nadie el zagalico,  tuvo riles para irse con su ejército  desde Cartagena a  Italia remontando los Pirineos y los Alpes Transalpinos, hasta con elefantes enfiló  la marcha.



Si los romanos se descuidan  una miaja en la mismísima Roma se meten, miles de muertos tuvieron que lamentar en Tesino, Trebia, Trasinmeno y Cannas

En el   Senado de Tunicia no estaban muy conformes con las decisiones del muchacho, hasta  le dijeron ¿a dónde vas, para quieto ya?,  y  vente para acá, pero nada erre, que erre, no   atendía  razonamientos, solo quería ganar la guerra y borrar del mapa a la eterna Roma y  esa fue  su perdición.

Al hacerse mayorcito le gustaban mucho los dineriquios tú ya me entiendes “la tela marinera del telar,” entonces en cautivó por su belleza y poderío a la hija del régulo de  Cástulo y con ella se casó, creo que la zagala se llamaba Himílce.


 

Que prisa y que apremio tenía el joven Aníbal por el pozo Baébolo de Cástulo (Linares),  así se llamaba el que más plata daba,  no dejaba de atosigar  a los pobres obreros, ni respirar siquiera les dejaba.

 

No contento con esto tomó la marcha para las minas de  La Unión de Cartagena nada más llegar  los puso a todos más derechos que una vela  y a trabajar y producir plata a troche y moche.


 

En aquella tierra  nació su zagal, le pusieron de nombre Aspar,  probeciquio duró poco tiempo apareció la peste negra y se cargó la mitad de la plantilla de la Mastia, la Contestania, la Deitania y la Bastetania y se jodió el invento.


 

El Guadalquivir.-Bach, esas fueron situaciones comunes y extrapolables por esos mundos, causas naturales de los tiempos que se vivía,  era normal usar la ley del más fuerte, la explotación del hombre y la esclavitud era lo normal,  eso ocurrió en todas partes, ¿para qué crees tú que siglos después inventaron los Sindicatos?, pues para defenderse ellos mismos  los propios sindicalistas, una buena forma para subir como la espuma,  estar bien vistos y cobrar sin trabajar, de vez en cuando alguna parrafada que otra  montado o el tío en lo alto de una mesa o de una silla, para que lo viera bien la multitud del mundo obrero, buenas palabras en defensa del currelador y barrabasando hacía el empresario, ellos los sindicalistas quedaban en buen lugar y  de esa manera todo el personal quedaba conforme.


 

Pasado algún tiempo vendría  la puñalada trapera se ponían de acuerdo en las negociaciones con el empresario, se iban a tomar cerveza  juntos, luego  les subían dos perrillas y todos contentos - hasta dentro de cuatro años; el sindicalista ya tenía asegurado cuatro años sin dar un golpe y vestido con traje diario,  corbata, cartera para llevar los papeles, y teléfono móvil de última generación y ahora  a vivir  del cuento en representación de los trabajadores al más puro estilo burócrata, espacioso despacho bien enmoquetado, ordenador de última generación,  de vez en cuando marcha a Madrid o a Barcelona a gastos pagados para asistir a las reuniones de empresa e informar al empresario de todas  aquellas personas con tendencias a no dar ni puñetero golpe y muy dados a causar baja laboral bajo pretexto de  inexistente  enfermedad, de paso aprovechaban para dar un martillazo forastero a costa de los gastos de viaje y del destacamento, de modo hermano río que eso es lo que había.


El Segura.-Bueno sigamos con nuestras antiguallas compare; tengo yo entendido que en los tiempos del Tarik y el Muza - echó abajo las iglesias de tu Córdoba cristiana y mandó hacer unas al estilo de su tierra de esas más altas que el copón de Bullas, hasta puso encimica de todo  alto de la torre otra torreta más pequeña  donde se subía  un tío que andaba canturreando por soleáes para llamar a la oración al público de infiligreses, no contento con todo eso también prohibió el consumo del vino cerrando las tabernas, vamos que ocurrencia más disparatada se le ocurrió  hacer en Córdoba, ciudad  donde siempre se le ha rendido culto al vino y hasta tiene su guía de las tabernas.


 

¡¡¡Córdoba, ciudad torera y bravía  que entre antiguas y modernas, tienes más de trescientas tabernas y una sola librería!!!


Dicen los que por allí andurrearon en aquellos tiempos que casi todos bebían vino de cortinilla, casi siempre  escondidos por temor al chivateo, también me contaron una vez – que hubo un gachón llamado el Gadafi-ben-Gafiqui que inventó unas lentes a modo de gafas oscuras para cuando se ponían los ojos vidriosos por la hartaera vinícola poderla disimular, lo malo que no había remedio alguno  cuando se pasaban de la raya, entonces  se les trababa la lengua,  y   en vez de decir cuatro decían trapo, o daban catorce camballás, también creo que para entrar en las mezquitas había que quitarse las esparteñas o las alpargatas,  creo también que al tratar recogerlas a la salida algún espabilado de los muchos que hay por la vida ya las habían cambiado, llevándose las nuevas y dejando las viejas,  hasta tenían la geta de decir “ojos que no ven alpargatas que me llevo”.


 

Responde el Guadalquivir.- Hombre que quieres que te diga muchas verdades dices, ellos venían en son de paz prometiendo respetar nuestras iglesias y costumbres, nuestras campanas y procesiones, pero cá, todos los días había reyertas callejeras y porretazos a cascaporro, no dejo de reconocer que trajeron progreso y bienestar, hicieron unos palacios que quitaban el hipo pero los jodios por culo se pasaban todo  el día resando, jasiendo una espesie de gimnasia que consistía en arrodillarse pa volverse a levantar, así varias veses todos los días, hasta besaban el suelo, pero vamos eso no tiene ninguna importansia, esta gente era muy lista trabajaora y emprendeora ya te he contao el peaso de siudad que hisieron, todo fue esplendor y bellesa, pero claro eso fue con el transcurrir de algunos siglos, a lo primero ya sabes cuesta la adaptación, eso lo sabes tú por experiencia con los de Orihuelica  porque la Murcia primitiva quedó destruida y todavía la están buscando los del pico y la pala,  de modo que por esa zona tuvisteis que pasar lo vuestro en esos siglos, ya me contarás con algún detalle  el nacimiento de esa ciudad que con tanto cariño riegas, me gusta oírte contar tus cosas, también me contarás lo que pasó con Cartagena para que desapareciera del mapa activo  tantos siglos y que fue de aquella Ariola del Ravenate (Orihuela), esa que en la actualidad huele un poco bastante  a cieno, pero vamos ahora  tengo posesión de la palabra y quiero seguir contando.



Aquello de las trifulcas por la compra a los increyentes católicos de la fe de Alá y de Mahoma de una iglesia para hacer la gran Aljama, eso  fue agua pasada sin que tenga importancia alguna, ahí está la gran Mezquita para  orgullo del mundo entero,  siempre  se quejaron los de la cristiandad por la compra a la fuerza de la Iglesia de San Vicente que ellos tenían, cosas más importantes hay en la vida que contar de modo que olvidemos viejas rencillas y sigamos en paz con nuestra conversación,  miles de aventuras vi yo con mis propios ojos en mi andurrear sin prisa con mucha más trascendencia.  



Se me alegran las pajarillas -cuando recibo a mis niños tributarios y me entregan sus aguas, allá en Mengibar resibo yo las del “colorao” aunque su verdadero nombre es Guadalimar, joder como  me enturbia  él cause porque el hio puta es rojillo debido al barro color rojo que arrastra, pero  me da mucha alegría su encuentro, este suele ser bastante caudaloso, dicen que  es jaenero, pero su nacimiento es manchego- albaceteño y estos tíos no se enteran, cuando llego cerca de Villa del Río, me entran las aguas de un arrollón que los nativos le llaman él Salado, lo sorpresivo es que cuando llueve en Porcuna, Martos y Torredomjimeno, todas sus aguas bajan espantadas arrasando campos de olivos y trigales,  los de la estación del tren en Villa del Rio se echan a temblar, los carriles de la vía los  dejo  retorcidos como si fueran débiles alambres, arrastro el balasto y levanto las traviesas, entonces tienen que tener preparado el tren de Trabajos, las maquinarias de vía como son las niveladoras, compactoras y perfiladoras, más la Décimo Séptima Gémina Pía Félix Legión de trabajadores de la vía ferroviaria.


Todo lo arraso al  paso, después pasando la población de Alcolea recibo las aguas serranas del Guadalbarbo. este es un bastardillo serrano muy gracioso, baja correteando como si fuera un regatillo- perezosillo de finas aguas serranas, luego y   ya saliendo de Córdoba me entra el río Guadajoz, los chicos  de Torres Cabrera  le dicen cariñosamente el Guadaosillo, sus aguas un poco saladas están, este niño sí que sabe de Ategua, del Julio Cesar y del Pompeyo, en aquellos  años de la dominación romana me parece recordar que era conocido con el nombre del Salsúm,  este baja  de Iponuba que ahora le llaman Baena y Castro del Río, después y pasada la población de   Las Posadas del Rey se me encauzan las aguas del Guadiato, estas bajan del valle serrano Pedrocheño, bien aprovecharon sus aguas los mineros para hacer los lavaderos del mineral,  un poquito más adelante recibo al Bembézar y ya  pasado Palma del Río se me unen unas aguas  más frías que el mismísimo copín de Bullas, sobre todo en la época del deshielo, es el  Genil que baja de la sierra granaina nazarí- alpujarreña,  in después recibo el Retortillo y ya cuando entro en Sevilla voy ancho y hermoso, ¡¡ OH GRAN RÍO, GRAN REY DE ANDALUCIA, DE NOBLES ARENAS YA QUE NO DORADAS, DIJERA GÓNGORA Y ARGOTE.

Ahora no se si te podré explicar una cosa que hicieron estos tíos  tan ocurrentes en el río, allá en Sevilla, les llaman las esclusas, resultando una especie de canal al lado de la Torre del Oro, que  unas veces y según convenga  sube o baja el nivel del agua mediante un artilugio que sirve  para poder pasar los barcos,  que flamenco voy yo por allí, de una orilla a otra hay mucho trecho, pero mucho, mucho, que hondura madre que tengo desde Sevilla hasta el mar en la desembocadura, si tu vieras que peasos de barcos entran y salen, to el día pasando barcos arriba y  abajo unos pescando con redes, otros paseando con las chicas tomando el sol para ponerse morenas,  esto es un no parar,  cuanta variedad de pájaros, cuanto nido de cigüeñas  que  bonitos  son sus  verdes sotos y alamedas.

Primo, esto es una cosa muy digna y de admirar cuando sube la marea del mar en San Lúcar de Barrameda llega el agua hasta la mismísima Sevilla, luego es un primor pasear contemplando ese  panorama tan hermoso, en su ribera hay un bosque  precioso que   estos tíos le llaman el Parque de Doñana, allí hay aves de todas las especies, toda clase de animales, esto  es una selva de verdad,  da  gusto de adentrarme por aquellos rincones que hacen para que riegue con mis aguas aquella selva,  ya en mi avance imparable y sin solución  de mayor  continuidad  me espera el mar.


 

Responde el Segura.-Hay que ver qué cosas más bonitas me cuentas primo,  sigamos la sesión te voy  a seguir yo contando un poco de la historia  de la Cartagena primeriza llamada kar Hadast (ciudad nueva), ya hemos  hablado de su fundación y de esos murallones parecidos a los de la Cartago tunecina,  en definitiva hicieron un enorme fortín militar para acogimiento de sus  grandes tropas y hacer la guerra a sus oponentes los romanos.




Esta península  en aquellos años  no tenía amo fijo ni tampoco se llamaba España, aquí estábamos como los indios salvajes, sería muy complicado hablar algo de ello, los fenicios le llamaban Span al parecer eso quería decir “País de Conejos” de los muchos que abundaban, otros dicen  quería decir (NORTE), los griegos le pusieron de nombre Ophioussa que significa tierra de serpientes, con el transcurso del tiempo le cambiaron el nombre por el de Iberia, los fenicios y cartagineses también le llamaban SPAN (Norte así era para ellos), no preguntes por qué yo no lo sé,   los romanos le dieron el nombre de Hispania y aquí me detengo sin entrar en posteriores siglos, ahora sé que se llama España,  Don Américo Castro escribió bastante y mucho sobre este tema,  no olvidando que los árabes le llamaron Al-Ándalus a esta península.



Siguiendo con la Mastia de los mastienos cartageneros después la Kart Hadast de los púnicos y la  Cartago Nova de los romanos, cerca la Deitania, Contestania, Bastitania, Turdetania, Oretania y un largo etc; por las riberas del Duero habían  multitud de tribus como los Vaceos, Arévacos, Lusones y Celtiberos sorianos, en la zona de Cataluña los ilergetes o ilerdenses, cada tribu con su propia y distinta forma de hablar, de modo que esto era un rompecabezas, no obstante  la gente se entendía aunque fuera utilizando el magnífico e infalible sistema de señas con las manos y gestos con la cara y boca, eso nunca falla primo.




En la Kart Hadast la Cartagena actual hicieron un palacio fortaleza para el Asdrúbal y su gente con el nombre de Byrsa dicen que estaba al lado del barrio de  “las leas” que nosotros conocimos con el nombre de  “El Molinete”, tu ya me entiendes de que va el tema, me parece que vosotros le llamabais en Córdoba y otros tiempos “las periquitas”, en la Hispalis sevillana vivían honradamente de su trabajo en la Alameda de Hércules,  para que el personal pudiera  retozar y desfogar las energías, en Málaga los célebres Percheles,  La Cuesta de la Magdalena en Murcia, el Alto de la Villa  en Albacete y Las Cortes en Bilbao.

Construyeron el Templo de Esculapio con el nombre de Esmún,  allí oraban a sus dioses,  cuentan que el monumento fue suntuoso, al parecer  estaba situado en el monte que hoy se conoce  como la Concepción y  en el Cerro de San José estaba el Templo de Aletes, el de Baal o Moloch, en una ladera llamada Monte Sacro, de modo que siempre existieron beatos de un modo o de otro máxime con tantos dioses como tenían.

El Foro o Plaza Pública en el centro de la actual ciudad  al lado del Ayuntamiento,  dicen que todo fue un verdadero primor, si bien les duró poco su esplendor y grandeza ya que en el año 209 se encargó el general romano Publio C. Escipión de destruir todo aquello y formar el desastre padre, después los romanos reconstruirían aquello que más  les interesó.




Como es natural siguieron explotando las minas de la Unión, sustituyeron  el nombre de la ciudad de Quart Hadast por el de Cartago Nova. 



En el siglo I debió ser una hermosa ciudad, el geógrafo griego Estrabón cuenta y no acaba de sus grandezas, mucho pondera  la situación natural  portuaria entre sus dos grandes montañas y también de la riqueza de sus minas. 

En época de los romanos siglo I adquirió mucha importancia ya que se vio afectada por la reforma administrativa del Emperador Augusto siendo Conventus Juridicus Cartaginenses, casi nada compadre. 

Aquello  con los romanos retomó sus antiguos fueros de poderío, pasaron los años,  ya estábamos en época decadente del Imperio romano dividido entre Occidente y Oriente,  estos eran romanos a la falseta,  llamados bizantinos de Bizancio de Turquía o de Anatolia para ser más claros y exactos, si bien es verdad que procedían de muy diversos países,   a estos   les entró la pereza, la incuria y la indolencia, un buen día del año 425 en tiempos de Valentiniano III llegaron los arrasantes Vándalos destruyéndolo todo, ya nunca jamás Cartagena volvió a ser grande y poderosa. 



Cuenta el padre Morales de lo traducido en el Cronicón de Idacio, <<los vándalos no dejaron ni la mismísima simiente de su esplendor>>.



La gran basílica bizantina todavía aguanta sus ruinas con gallardía los envites de los tiempos y de las guerras, los vándalos no respetaron nada, de modo que los cartageneros tuvieron que convertirse en pescadores de aladroques y atunes, especializándose en la pesca de bajura y altura así como  en la salazón del pescado. 



Los asaltantes vikingos cruzaban el charco con frecuencia y se introducían tierra adentro  haciendo  estragos robando y matando, igual sucedía con la gente del norte de África con la gran diferencia que estos eran gentes de paz, cruzaban  al mercadeo al intercambio y trueque, a la compra de salazón,  de paso ver lo que podían  llevarse a bajo precio, sobre todo gente joven para su venta como esclavos, los mozos fuertes para trabajar las tierras y explotar las  minas, de modo que estaban bastante aislados, sin tener nadie que les defendiera causa que motivó el traslado de  la silla Episcopal metropolitana a Toledo y el obispado a Orihuela, cosa que no agradó al personal cartagenero, desde entonces están reivindicando muchos derechos sobre todo  a ciudad capitalina de la región. 

Por Gibraltar ya se había producido la invasión árabe del año 711 con Tarik y Muza a la cabeza. 



En la zona de Levante fueron entrando progresivamente y en paz árabes, egipcios, beréberes,  bastantes yemeníes no pertenecientes al Califato de Damasco, estos entraban como por su propia casa, ello no era molesto para nadie,  nuestras costas estaban desiertas  solemnemente aburridas,  muchos atracaban en Denia, Valencia, Alicante y Castellón, también por la desguarnecida Cartagena, Águilas y Mazarrón,  se situaron  a gusto propio,  muchos se establecieron en Orihuela, Illice, Alacant y en toda esa franja costera que configura el litoral  hoy conocido como Levante español en convivencia mutua con cristianos, se respetaban y convivían cada cual en sus costumbres, el comercio y el intercambio de mercaderías era su preferencia. 




No olvidaron nunca los cartageneros la industria manufacturera del esparto y de la pleita, también  fueron excelentes constructores de traineras, carabos, chalupas, bajeles, escunas y barluengos, pequeñas navegaciones para el remo, bous para la pesca con red, chinchorreras y diminutas embarcaciones como faluchos costaneros con vela latina,   falúas de escaso calado muy marineras dotadas de carroza, rápidos jabeques de tres palos, a los cartageneros les cabe la satisfacción de haber construido en sus astilleros algunos jabeques de importancia como aquel  de nombre “Gitano” tenía un desplazamiento de 200 toneladas, iba dotado de 24 cañones de 8 libras en batería y 4 de 8 libras en cubierta de 420 toneladas, también el llamado “Murciano, San Fulgencio, San Leandro y Santa Florentina”   en definitiva fueron excelentes constructores navales, disponiendo siempre de magníficos astilleros, entretejían trainas para la pesca de bajura a media altura como la sardina, transcurrido algún tiempo y con luz artificial pescaban con  mamparras en horas  nocturnas,  fueron verdaderos maestros en la manufactura artesanal  de toda suerte de jarcias, cabos y aparejos, en resumen todos los conjuntos y artilugios de redes  destinados a la pesca marítima. 



En las orillas de las playas existían astilleros donde a los barcos varados se le practicaban multitud de reparaciones mediante el sistema de calafateo con estopa y otras artes, los cartageneros siempre fueron excelentes carpinteros de ribera.




Al esparto les sacaron buen provecho, ese producto  valía para todo en aquella época hasta para hacer velas navieras y toda suerte de objetos, especialmente esteras, seras y serones, capachos,  atalajes para animales de tiro y carga, todo un mundo  giraba en torno al esparto como materia prima necesaria para toda clase de manufacturas, se negociaba mucho  con el mundo oriental con estas artesanías a través de su incomparable situación portuaria natural entre montañas.

Y aquí me detengo para poner fin a este largo cuento





           



                    

 

 

    



 



 



 


 



 


 








 con estas artesanías a través de su incomparable situación portuaria natural entre montañas.

 


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