viernes, 24 de junio de 2022

EN LOS TIEMPOS DEL PERIODISTA MURCIANO JAIME CAMPMANY Y LA ORTOGRAFÍA.

 

EL PERIODISTA  MURCIANO JAIME CAMPMANY Y LA   ORTOGRAFÍA







El domingo día  03 de octubre del año 1.999 a las 8 h. me encontraba en la estación de ferrocarril de Murcia del Carmen para realizar el viaje de regreso a  Córdoba, tras un par de días de estancia y visita a los familiares en aquella ciudad de mi nacimiento, para ello fue necesario hacer el correspondiente transbordo en Albacete al tren expreso llamado por aquellos años el catalán, cuyo número era el 508/408 que hacía   el recorrido Barcelona Sevilla.

Realizar este viaje por aquellos años siempre resultó casi  una  aventura, las esperas para la continuidad en la estaciones de empalme como Chinchilla y Albacete, llegaron a ser  hasta más de cuatro horas,   una pesadilla resultaba aquello, ahora    en estas tiempos modernos que vivimos nos   parecerán  increíbles estas desesperantes tardanzas pero eso es lo que había y no mejor cosa.







En la Librería  estación Murcia del Carmen,  compré dos periódicos, uno fue  el Diario llamado La Verdad de Murcia  y el madrileño ABC, en este último escribió el periodista  JAIME CAMPMANI el    artículo que literalmente más abajo transcribo, posteriormente lo recorté y lo guardé en un libro;  ahora  aquel recorte de prensa ha comenzado a tomar ese color amarillento que toman las cosas guardadas, pues  ya  han transcurrido  33 años de su publicación y  su contenido está a punto de ser ilegible, antes que se pierda yo aquí en este mi blog lo transcribo para su conservación y  lectura. 




                                                             Jaime Campmany

Comenzaba de este modo el articulo del Sr. Campmany.   SIC:

" Está muy bien ese librito que ha editado la Academia para enseñarnos ortografía, incluso a los que conocemos bastantes reglas e incluso algunas excepciones. 

La ortografía ya no se enseña o no se aprenden en las escuelas, y los licenciados abandonan la Universidad bailando las bes y las uves, utilizando las jotas como Juan Ramón Jiménez, deglutiendo las haches, desterrando los acentos y sembrando las comas a voleo.

Hay signos ortográficos que han sido abandonados por cursis o petulantes, como por ejemplo la diéresis, y hay bachilleres que se avergüenzan de escribir vergüenza y escriben <<verguenza>> además del descuido casi general, llega Gabriel García Márquez, y nos alienta a ponernos la ortografía en el trasero, y jaspe.

A mí, de pequeño, me hacían estudiar el Miranda Podadera teniendo  que aprender aquellas frases  llenas de emboscadas ortográficas.

<<Ahí hay un viejo que dice ay>>,  <<El caballo bayo saltó la valla>>, vaya, vaya con el caballo bayo,   y otros alardes de ingenio. 

Nos dictaba el maestro trozos del Quijote y cuando cometíamos una falta de ortografía, teníamos que copiarla  cincuenta veces la palabra mal escrita en su ortografía correcta. 

Recuerdo que yo tuve que copiar <<vizcaino>> porque había escrito <<bizcaino>>, y seguramente por eso ahora siempre estoy a punto de escribir <<vizcaitarra>.

Lo que no me enseñaba en mi escuela de Murcia eran la prosodia y la ortoepía (arte de pronunciar correctamente), porque allí los primeros que pronuncian mal  son los maestros de escuela  y los locutores.

El murciano se nutre mucho de la ese final y hasta intermedia, y mantiene un intercambio cultural entre la elle y la <<y>> griega. 

En la huerta se dice por ejemplo <<voy a matar un gallo>>, y en cambio el churubito de la ciudad anuncia  que me voy a Valladolí , porque la d final  también es alimento, y decimos <<ir a la ciudá de Madrí>>  <<tener mucha sé, y <<llevar el ataú>>.

En algunas comarcas murcianas cambian la <<r>>  en la <<l>> y viceversa. 

Cierta amiga mía, maestra de escuela dirigió en Cieza una representación infantil  del cuento de <<Blancanieves>>. Pasó varias semanas a vuelta con la ortofonía, intentando  corregir aquel defecto. 



El día de la representación, el primer Enanito  que ve a Blancanieves  en su lecho y la cree muerta, exclama  ¡¡Brancanieves muelta!!>> y todos los enanitos repiten y corean <<¡¡Muelta, muelta, muelta, muelta!!>>.

No sé lo que enseñaran ahora en las Facultades de Ciencias de la Información a los alevines de periodista. Pero sé que muchos de ellos salen de esa facultad sin saber escribir correctamente el idioma castellano, sin saber sintaxis, ni ortografía.

A una redactora de <<época>> que me llenaba los originales de faltas garrafales  de ortografía le aconsejé un día...  <<Hija mía cuando tenga una duda consulte el diccionario>> y me respondió: Director, si lo que pasa es que no lo dudo>>.

Con la invasión de los ordenadores han desaparecido de los periódicos los correctores de pruebas, que se tomaban muy en serio el idioma. 

En mi antiguo periódico, un corrector le administró un tortazo a otro por insistir en que lo correcto era escribir <<parisiense>> y no <<parisino>>.

En las redacciones hay que mantener una lucha encarnizada contra los depredadores de comas y de acentos. 

El vicio de escribir sin acentos anda muy extendido, incluso entre buenos escritores o que por buenos pasan, y luego ciertos locutores de buena voz, figurín y escasos conocimientos pronuncian <<sútil>> y a renglón seguido dicen <<futil>>, y hace poco oí a uno decir que el camaleón tiene la cola <<prénsil>>.

De los políticos ni se habla. No sólo se inventan la realidad, sino la gramática, en este párrafo finaliza su articulo de prensa".

oooOOOooo 

Jaime Campmany, trabajó como redactor Jefe del Ateneo de Madrid, Hora de Madrid, y de Radio Nacional de España donde permaneció hasta 1977, fue uno de los más ilustres columnistas españoles, publicó su última obra en verso en el año 2004, titulada Romancero de la Historia de España, de Atapuerca a los Reyes Católicos, fue Académico de Honor de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Encomienda de la Orden de Cisneros, falleció en Madrid el día 12 de junio de 2005.


    


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