domingo, 10 de noviembre de 2024

DON RAFAEL CASTEJON Y EL ELEFANTE DEL CAÑO DE ESCARAVITA EN SANTA MARÍA DE TRASSIERRA



Escribía Don Rafael Castejón Martínez de Arizala,  en el periódico La Voz de Córdoba el día 11-7-1931.  A groso  modo lo que más abajo transcribo en relación con el busto del asiático elefante. 

Este  fue tallado en gris  piedra caliza, estuvo emplazado en la alberca  del conocido lugar de Santa María de Trassierra,  conocido  como El Caño de Escaravita, hasta que en 1988  fue trasladado a Córdoba para  embellecer el patio del Museo Diocesano.

La Aldea de Trassierra, “llevo tres cuartos de siglo tratando de averiguar la etimología del Caño de Escaravita”, lugar muy conocido por los cordobeses amantes del campo y muy especialmente de la encantadora Sierra.

Tal vez sea el apellido de algún campesino que tuviera por aquí  la finca, porque no hay diccionario etimológico desde el de la Lengua del viejo Roque Barcia, pasando por  el manual Espasa y otros muchos que me pueda facilitar una pista.

Este recuerdo vino a propósito de la campaña abierta por este periódico respecto al posible traslado de esa ingenua estatua califal que en la finca de tal nombre que preside el recinto de una alberca,  en la que hace mil años  por disposición del califa Abderramán III vertía el agua por la trompa.

Como son pocas las figuras de animales fabricadas en tiempos mahometanos, porque el Corán previsor de la idolatría dice terminantemente <<no harás figuras que arroje sombra sobre la tierra, las que se hicieron principalmente en España y Persia, adquirieron un subido valor representativo.

Allí está el ingenuo elefante sobre el pedestal dentro de la alberca de la finca, lo que lo hace algo inmune a las depredaciones y salvajadas, sin que nadie le haya atacado, defendido por las manos de la selva y el campo que hace una miríada lo contemplan.

Mi oposición personal sin aducir la sombra que me proteja de mis cargos de presidente de la anestesiada Comisión de Monumentos y aún de cronista de la ciudad, es la que el elefante del Caño de Escaravita, no debe de moverse de  su emplazamiento y aún, como se ha dicho en estas fechas, debía limpiarse la alberca y llenarla de agua, que defendieran  más aún la figura, indudablemente la idea de proteger el elefante del Caño de Escaravita, trayéndolo a Córdoba, responde a un buen deseo, pero reconozcamos también que los mil años que lleva en el pedestal, son también un seguro de permanencia que debemos respetar.

  

                          Rafael  Castejón  Martínez de Arizala

                             

                            Periódico La Voz de Córdoba 11-7-1931                     


                          

DATOS.- Esta pieza fue documentada en las ordenanzas de 1884 con el nombre de Fuente-Escaravita, en 1988 fue trasladada al Palacio Episcopal de Córdoba para la futura inauguración del Museo Diocesano, un año después debido a que dichos terrenos pertenecían al Obispado de Córdoba, se hicieron dos réplicas, una fue emplazada en su lugar original y otra en Santa María de Trassierra, la fecha de esta ubicación fue el 1 de diciembre de 2013 y realizadas por el escultor Martín Lagares. Bajo mi punto de vista el elefante donde debería estar es en el Museo Arqueológico de Córdoba para que lo viera todo el mundo y no en otro sitio. 

Manuel Pimentel en su libro Leyendas de Medina Azahara, nos cuenta la leyenda en relación con esta fuente.

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