La reina Juana de Castilla promulgó las Leyes de Toro, que
regulaban la prelación de las fuentes jurídicas del reino.
En 1502 las cortes de Toledo dan los principales pasos para
acabar con las contradicciones de las distintas fuentes jurídicas en Castilla,
ayudando a interpretarlas y distando nuevas disposiciones en materia de derecho
privado.
Estas interpretaciones y disposiciones son promulgadas en las
cortes de Toro de 1.505 y reciben por ello el nombre de leyes de Toro.
En ellas se aclaran varias leyes de las Partidas del Fuero
Real y de los ordenamientos. También incluyen la nueva legislación referente a
los mayorazgos, cuya elaboración se inicia durante el reinado de los Reyes Católicos,
por una comisión formada por los más ilustres jurisconsultos castellanos, entre
los que se encuentra Palacio Rubios.
Las leyes de Toro reproducen la prelación de
fuentes de 1.348, pero introducen la consulta real en caso de que ordenamientos,
derecho local y partidas que además sean suficientes y prohíban que se recurra a los
doctores romanistas Baldo, Juan Andrés, el Abad y Bartolo.
GERMANA DE FOIX PRENDA DE PAZ.
Fernando el Católico el 12 de octubre de 1505 emprende una política
de Alianza con Luis XII de Francia. cristalizada en los desposorios, que tienen
lugar por poderes,del rey aragonés con Germana de Foix, el 19 de octubre de
1.505.
Fernando trató con este enlace, complacer al rey francés, pero
no dejaría de causar disgustos en Castilla y Nápoles, aunque sí satisficiera en
Aragón.
En los tiempos complicados que se avecinaban, concretados en la concordia de Salamanca, según la cual don Fernando, Doña Juana y don Felipe gobernarían conjuntamente los reinos de Castilla y León, y Fernando tendría el título de gobernador perpetuo, el nuevo matrimonio hubiera podido dar un giro a la unificación española, pero su único hijo murió al poco de nacer.
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