Bézier (Francia),
21 de julio de 1209. Los Cruzados luchan contra los albigenses, saquean e
incendian la ciudad de Bézier pasando a cuchillo a unas 60.000personas. A principio
del siglo XIII surgen en el mediodía francés la Secta de los albigenses, que se
opone a la creciente corrupción del clero. Basan su doctrina en el maniqueísmo (lucha
entre el bien y el mal) y se organizan en comunidades, practican absoluta
pobreza y abstinencia, rechazando el matrimonio y la propiedad privada y la
autoridad de la iglesia romana.
Esto pone
en peligro la autoridad del Papa Inocencio III que predica una cruzada contra
los albigenses, que cuentan con numerosos nobles en sus filas, atraídos por su
doctrina o el simple deseo de apropiarse eclesiásticos.
Así,
figuras como el conde Raimundo VI de Tolosa,
el Vizconde Ramón Roger I de Bezier, o los condes de Cominges y Foix apoyan el
movimiento.
Para
encontrar eco en su llamada, el Papa Inocencio III, concede a los que participen
en la cruzada iguales indulgencias que si de una cruzada en Tierra Santa se tratara.
Además un hecho luctuoso viene a encender los ánimos de los cruzados; el legado
papal. Pedro de Castelnau enviado a parlamentar con los albigenses, es
asesinado por orden del conde de Tolosa.
Tras
destruir diversas fortalezas, los cruzados sitian Béziers, que está ocupada por
numerosos católicos. La tradición cuenta que antes de emprender el ataque un
soldado pregunta al conde Simón de Monfort cómo se reconocerá a éstos. El conde
responde <<muchos han de morir en la contienda, buenos y malos, Dios
reconocerá a los suyos>>. Tras esto se incendia y destruye la ciudad
pasando a cuchillo a unas 60.000 personas.
A
continuación Monfort y los suyos atacan Carcasona, donde ya no dejan que Dios
discierna y solo queman a 450 albigenses. Finalizada la campaña Monfort reparte
las tierras conquistadas entre los obispos reservándose las mejores para él,
así como las ciudades. Además conmina al Papa a emprender otra cruzada, para
acabar con los herejes que restan y ocupar así más tierras.
Al avance
cruzado alerta a Pedro II de Aragón al que el Papa había otorgado el título el
Católico que posee numerosos vasallos
albigenses y Pedro II se alía con los
condes de Narbona, Tolosa, Cominges y Foix, se enfrenta a Monfort en Muret el
13-9-1.213 resulta desastroso para el aragonés que muere durante el combate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario