Península
Ibérica 1496. El rey portugués Manuel I, cristiano convencido y beligerante,
ordena la expulsión de los judíos de Portugal Sefarad o Safrad, tal como llaman
los Hebreos a la Península Ibérica, deja de ser una tierra acogedora para los judíos.
La importancia de estos en la Península Ibérica, deja de ser una tierra
acogedora para los judíos.
La importancia
de estos en la Península ha llegado al alcanzar tan alta cota que en el
continente europeo pueden distinguir dos grandes grupos religiosos y culturales
hebreos; los sefardíes y los askenazíes.
La
expulsión de los judíos decretada por los Reyes Católicos en 1492, provoca su
ruina cultural y económica obligándolos a buscar refugio en otras tierras.
Así,
marchan al norte de África, Grecia, Italia, Turquía, Rumanía y Centroeuropa,
así como a Portugal y Navarra. Tras ser expulsados de Portugal y Navarra se
convierte en el último refugio judío en
la Península Ibérica. Sin embargo, se encuentran cercados por dos fuegos.
Los
intereses españoles en Navarra personificados en la acción político militar de
Fernando el católico, concluirán en 1512 con la anexión de gran parte de este
reino y la consiguiente marcha de los judíos,
ya que se impone la orden de expulsión de 1492.
Por otro
lado, Francia tampoco constituye por ahora, un buen refugio. En 1498, el rey
galo Luis XII expulsa a los judíos de Provenza.
A pesar
de todas las vicisitudes, los sefardíes conservan durante siglos las
tradiciones y las lenguas propias de la España del siglo XV, en las tierras
donde se instalan.
Además
gran número de ellos retornan a la península, al preferir convertirse al
catolicismo antes que permanecer lejos de una tierra tan amada.
Península
Ibérica 1496. El rey portugués Manuel I, cristiano convencido y beligerante,
ordena la expulsión de los judíos de Portugal, Sefarad o Safrad, tal como llaman
los hebreos a la Península Ibérica, que ya deja de ser una tierra acogedora para los judíos.
La importancia
de estos en la Península ha llegado al alcanzar tan alta cota que en el
continente europeo pueden distinguir dos grandes grupos religiosos y culturales
hebreos; los sefardíes y los askenazíes.
La
expulsión de los judíos decretada por los Reyes Católicos en 1492, provoca su
ruina cultural y económica obligándolos a buscar refugio en otras tierras.
Así,
marchan al norte de África, Grecia, Italia, Turquía, Rumanía y Centroeuropa,
así como a Portugal y Navarra. Tras ser expulsados de estos lugares se
convierte en el último refugio judío en
la Península Ibérica.
Los
intereses españoles en Navarra personificados en la acción político militar de
Fernando el católico, concluirán en 1512 con la anexión de gran parte de este
reino y la consiguiente marcha de los judíos,
ya que se impone la orden de expulsión de 1492.
Por otro
lado, Francia tampoco constituye por ahora, un buen refugio. En 1498, el rey
galo Luis XII expulsa a los judíos de Provenza.
A pesar de todas las vicisitudes, los sefardíes conservan durante siglos las tradiciones y las lenguas propias de la España del siglo XV, en las tierras donde conviven y no olvidan nunca sus orígenes hispanos.
donde se instalan.
Además
gran número de ellos retornan a la península, al preferir convertirse al
catolicismo antes que permanecer lejos de una tierra tan amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario