SAN MILLAN DE LA
COGOLLA




Entró
el grupo del Centro Cultural y Recreativo Renfe compuesto por más de cuarenta personas, el guía hizo su presentación y al momento tomó la
palabra y no la soltó en casi la hora y media aproximadamente que duró la visita, este
hombre era un autómata, parecía una ametralladora disparando palabras de
corrido, con comas haciendo el punto y aparte, punto y seguido etc. le urgía
hablar deprisa de lo contrario no le debía dar tiempo a explicar todo aquello que debíamos ver y oír, esto desdeluego tiene mucha historia medieval y bastante que ver.


La fundación de este Monasterio al parecer tuvo lugar en el siglo IX mandado a construir por el rey navarro García Sánchez el de Nájera, abundó respecto al lugar donde están enterrados los Siete Infantes de Lara y su ayo Nuño Salido, tema este bastante escabroso y controvertido, los riojanos efectivamente dicen que están en el Monasterio de Suso, los burgaleses aseveran que están en el Monasterio de Arlanza, no faltando criterios para opinar que los restos de los Infantes están enterrados en la iglesia de Santa María de la burgalesa población de Salas de los Infantes, también el guía nos habló de los milagros legendarios de San Millán, estos al parecer fueron incontables, vayan de ejemplo algunos como la multiplicación de alimentos, expulsión de demonios, alargamiento de una viga que se quedaba corta, sanaciones y resurrecciones de niños y algún que otro castigo como el de los ladrones que le roban la mula y se ven cegados hasta devolverla.




los existentes en las estanterías habían sido copiados por los monjes entre los años 1729 y 1731, aquellos libros tenían que ser llevados a mano desde la biblioteca a la capilla de oraciones teniendo que subir y bajar por una amplia escalera de más de treinta escalones, luego el libro había que colocarlo en el facistol donde se le daría lectura por los monjes, hubo quien tuvo la osadía de comprobar el funcionamiento y efectivamente el facistol estaba en condiciones perfectas, giraba tirando de la cuerda.
El
techo de la sacristía está cubierto con frescos y pinturas resplandecientes
recubiertas con brillante pan de oro original en estado perfecto, sin haber
sido nunca restaurados, toda la belleza del color es original sin deterioro alguno en el transcurso de los siglos, así al menos lo explicó
el guía.

Empeoró de la enfermedad que padecía teniendo que ser llevado en litera durante dos semanas, lo llevaron a Medinaceli y nada pudieron hacer por él, durante la noche del 10 al 11 de agosto murió siendo enterrado en el patio del Alcázar.


También se sabe por otras fuentes que al menos desde el siglo XVI los monasterios de San Millán de La Cogolla y San Pedro de Arlanza mantuvieron la pretensión de conservar la sepultura de los siete Infantes de Lara o de Sala, circunstancia que en el año 1600 el Abad del monasterio riojano, fray Plácido de Alegría, dispuso ordenar bajo acta notarial la existencia de siete sarcófagos en el pórtico del primitivo asentamiento en el Monasterio de Suso, a fin de de certificar su autenticidad.
Años
antes en 1569 se habían encontrado en la iglesia parroquial de la villa de
Salas las cabezas de los siete Infantes en un arca de madera cubiertas con un lienzo.
Finalizada la visita nos enteramos que cerca a no muchos
kilómetros se encuentra el lugar de Pazuengos donde Rodrigo Diaz de Vivar tuvo que enfrentarse en una Ordalía o Juicio de Dios a duelo a muerte con Jimeno de Garcés por la disputa de terrenos castellanos y pamploneses, la victoria de Rodrigo sobre su rival le supuso el titulo de Campidoctor o Campeador, (el que defiende la justicia en el campo de batalla), este título suponía según la ley de la época visigoda la atribución de ser Juez en litigios civiles, lo que justifica la participación del Cid en la famosa Jura de Santa Gadea a Alfonso VI en 1066.

Llegó el momento de volver al autobús para dirigirnos a Alfaro la antigua Gracacurris de los romanos donde nos esperaba el Hotel Palacios, este sería nuestro cuartel general durante casi los cincos días de permanencia en la Rioja, en lo que ami respecta y mi mujer correspondió la habitación 212, esta presentaba un aspecto bastante austero, más bien tirando a menos que a más, la cisterna cargaba con excesiva lentitud, respecto al baño le dabas al grifo del agua caliente y salía fría y el otro escaso de agua, desde la ventana se divisaba la carretera a lado izquierdo quedaba la Plaza de Toros, de aspecto bastante alegre y graciosa, muy bien conservada en sus exteriores, a lado derecho el Museo del Vino Rioja.
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