viernes, 2 de septiembre de 2016

VIAJE A SAN MILLAN DE LA COGOLLA

                                    SAN MILLAN DE LA COGOLLA

Una vez realizada la visita a la catedral  de Santo Domingo de La Calzada  salimos a recorrer la población  con muy  escaso tiempo ya que había de desplazarnos  a San Millán de la Cogolla  para hacer la visita el Monasterio de Yuso y una vez que finalizase esta viaje ir a la población de   Alfaro para recoger las llaves de la habitación en el hotel que, previamente había sido contratado, comer descansar un rato y nuevamente  al Bus para desplazarnos a Calahorra,  de modo que dimos una vuelta por la Plaza de España, la del Santo y la de La Alameda, ya no dio tiempo de ver nada  más y con las mismas al autocar y en marcha a Berceo y San Millán de la Cogolla.

A las 10,30 h. de la mañana se puso  nuestro autobús en marcha  cuando nos vinimos a dar cuenta ya se  había detenido este  en la puerta del Monasterio de Yuso el de Abajo, ya que el de arriba era el de Suso, por cierto no  era visitable al estar en obras.

Una vez en las inmediaciones de aquella soledad  abundaban las autocares llenos de   expediciones de visitantes, turistas en definitiva, casi todos de temporada baja según se pudo escuchar, en su mayoría  de   la tercera edad, ya no quieren que les llamen viejos, si no mayores, que tontería más grande como si eso de la vejez si pudiera ocultar por mucho disfraz que haya por medio, a la hostería de gran lujo acudíamos como las moscas a la miel, 

Entró el grupo del Centro Cultural y Recreativo Renfe compuesto por más de cuarenta personas,  el guía hizo su presentación y  al momento tomó la palabra y no la soltó en casi la hora y media aproximadamente que duró la visita, este hombre era un autómata, parecía una ametralladora disparando palabras de corrido, con comas haciendo el punto y aparte, punto y seguido etc. le urgía hablar deprisa de lo contrario no le debía dar  tiempo a  explicar todo aquello que debíamos ver y oír, esto desdeluego tiene mucha historia medieval y bastante que ver.


La fundación de este Monasterio  al parecer tuvo lugar en el siglo IX mandado a construir por el rey navarro García Sánchez el de Nájera, abundó respecto al lugar donde están  enterrados los Siete Infantes de Lara y su ayo Nuño Salido, tema este bastante escabroso y controvertido, los riojanos efectivamente dicen que están en el Monasterio de Suso,  los burgaleses aseveran que están en el Monasterio de Arlanza, no faltando criterios para opinar que los restos de los Infantes están enterrados en la iglesia de Santa María de la burgalesa población de Salas de los Infantes,  también el guía nos habló de los milagros legendarios de San Millán, estos al parecer fueron incontables, vayan de ejemplo algunos como la multiplicación de alimentos, expulsión de demonios, alargamiento de una viga que se quedaba corta, sanaciones  y resurrecciones de niños y algún que otro castigo como el de los ladrones que le roban la mula y se ven cegados hasta devolverla.

La Sacristía es el lugar donde se guarda en arcas de plata y marfiles   las reliquias de San Millán y San Felices, al parecer en la época de la invasión napoleonica  los soldados de Napoleón causaron verdaderos estragos en su  codicia de robo y saqueo.

En la Biblioteca se encuentran  los  libros Cantorales estos  eran  enormes y excesivamente voluminosos con un peso de más de 70 kgs, veintinueve libros eran 






los existentes en las estanterías  habían sido copiados por los monjes entre los años 1729 y 1731, aquellos libros tenían que ser llevados a mano  desde la biblioteca a la capilla de oraciones teniendo que subir y bajar por una amplia escalera de más de treinta escalones, luego el libro había que colocarlo en el facistol donde se le daría lectura por los monjes, hubo quien tuvo la osadía de comprobar el funcionamiento y efectivamente el facistol estaba en condiciones perfectas,  giraba tirando
 de la cuerda.   
El techo de la sacristía está cubierto con frescos y pinturas resplandecientes recubiertas con brillante pan de oro original en estado perfecto,  sin haber sido nunca restaurados, toda la belleza del color es original sin deterioro alguno en el transcurso de los siglos, así al menos lo explicó el guía.

La última campaña de Almanzor contra la España cristiana tuvo lugar en Junio-Julio de 1002 cuando   partió de Córdoba con  sus huestes  para Castilla, siguió dirección a Burgos saqueando e incendiando el Monasterio de San Millán de La Cogolla, en la Puerta de Herradura que da al pórtico se notan todavía a pesar de los siglos transcurridos  las huellas del incendio producido en  esta razzia, algarada o  gazua.   

Empeoró de la enfermedad que padecía  teniendo que ser llevado en litera durante dos semanas, lo llevaron a Medinaceli y nada pudieron hacer por él, durante la noche del 10 al 11 de agosto  murió siendo enterrado en el patio del Alcázar.

En este monasterio  de San Millan fue  la cuna de la lengua castellana y  también del euskera o lengua vasca, así como la del  román ladino, esta última lengua la  hablaban  los judíos españoles que fueron expulsados por la intolerancia de  los reyes Católicos,. 

También se sabe por otras fuentes que al menos desde el siglo XVI los monasterios de San Millán de La Cogolla y San Pedro de Arlanza mantuvieron la pretensión de conservar la sepultura de los siete Infantes de Lara o de Sala, circunstancia que en el año 1600 el Abad del monasterio riojano, fray Plácido de Alegría, dispuso  ordenar bajo acta notarial la existencia de siete sarcófagos  en el pórtico del primitivo asentamiento en el Monasterio de Suso, a fin de de certificar su autenticidad.

Años antes en 1569 se habían encontrado en la iglesia parroquial de la villa de Salas las cabezas de los siete Infantes en  un arca de madera cubiertas con un lienzo.



Finalizada la visita nos enteramos que cerca  a no muchos
kilómetros  se encuentra el lugar de Pazuengos donde Rodrigo  Diaz de Vivar tuvo que enfrentarse en una Ordalía o Juicio de Dios a duelo a muerte con  Jimeno de Garcés por la disputa  de terrenos castellanos y pamploneses, la victoria de Rodrigo sobre su rival le supuso  el titulo de Campidoctor o Campeador, (el que defiende la justicia en el campo de batalla), este título suponía según la ley de la época visigoda  la atribución de ser Juez en litigios civiles, lo que justifica la participación del Cid en la famosa Jura de Santa Gadea a Alfonso VI en 1066.

Llegó el momento de volver al autobús para dirigirnos a Alfaro la antigua Gracacurris de los romanos donde nos esperaba el Hotel Palacios, este sería nuestro cuartel general durante casi los cincos días de permanencia en la Rioja, en lo que ami respecta y  mi mujer correspondió la habitación 212, esta presentaba un aspecto bastante austero, más bien tirando a menos que a más, la cisterna  cargaba con excesiva lentitud, respecto al baño le dabas al grifo del agua caliente y salía fría y el otro escaso de agua, desde la ventana se divisaba la carretera a lado izquierdo quedaba  la Plaza de Toros, de aspecto bastante alegre y graciosa,  muy bien conservada en sus exteriores, a lado derecho  el Museo del Vino Rioja. 

En la parte baja   tiene el hotel un bar donde sirven vino de la tierra de buena calidad a cien pesetas el copetin bastante amplío en su contenido, un salón con televisión y cómodos sillones, el comedor se hallaba igualmente  en la parte baja, muy amplío, con buenos y rápidos  servicios, las mesas bien dispuestas,  la comida más bien austera, y suficiente, sin gollerias,al final del primer plato se podía repetir, casualmente una de las señoritas que servía la mesa era andaluza de Huelva, pronto simpatizamos con ella,  servían vino a discreción  no se molestan por pedir cada vez que se acaba la botella, los postres mal, solo vimos la fruta un solo día que fue un melocotón bastante malo, resulta raro que en una tierra tan abundante en frutales se limitara a prescindir de ellos en el comedor del hotel, siendo sustituida la fruta por helados y sucedáneos de mala  calidad.

En aquel hotel estuvo durante dos días hospedado el torero cordobés  Finito de Córdoba, uno de aquellos  días toreaba en  la cercana  población de Navarrete. y dejo  para otra ocasión a  Calahorra. 






    


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