Después
de la comida en Alfaro solo disponíamos de
una hora aproximadamente para recuperar
fuerzas, la tarde estaba destinada a trasladarnos en el autocar a Calahorra para visitar los sitios más emblemáticos de esa población, de modo que nos dimos una
ducha y un breve descanso, llegó el momento de la salida y el vehículo se puso
en marcha, aprovechamos el viaje para contemplar el paisaje, abundan feraces huertas llenas de frutales
y hortalizas y verdaderos bosques de choperas en galería, muchas bodegas dedicadas a la elaboración de los vinos riojanos, bastantes alfarerías cercanas en la ribera del río Ebro, a saber si el nombre de la población de Alfaro pudiera derivarse de los antiguos alfares o alfareros en la riberas de sus ríos, su etimología así parece indicarlo, la vía del tren aparece y desaparece con cierta frecuencia se trata del tramo de línea férrea Miranda de Ebro a Castejon, el río Cidacos se dejó igualmente ver por algunos sitios e iba bastante escaso de agua.
Una vez entrados en la población el autocar se detuvo en el centro de esta y descendimos con más cansancio que otra cosa ya que habíamos enlazado la noche anterior con el día en el viaje desde Córdoba, con los primeros albores de la mañana visita Santo Domingo de la Calzada, luego San Millan de la Cogolla y ahora Calahorra, el día no había tenido desperdicio, ya en esta población no teníamos guía que nos pudiera enseñar y explicar lo más significativo, de modo que comenzamos a callejear sin saber por donde caminar para ir en busca del barrio antiguo y de la catedral de Santa María, por fin dimos con ella, la entrada es gratuita pasamos a su interior en una oscuridad impresionante fue necesario encender las luces para poder ver el esplendor de algunos retablos, por supuesto mediante la introducción de monedas, si bien junto al coro había un dispositivo para el encendido que era gratuito,
llamó bastante la atención una grandisíma pila bautismal que hay en la entrada, esta era enorme, el altar impresionante con un retablo muy recargado, la torre está rematada por cuatro torrecillas en la terraza que acompaña la parte central.
El Palacio Episcopal se encuentra enfrente de la catedral, edificio de magnifica factura.
A la salida tomamos dirección distinta a la que habíamos traído estábamos en pleno casco antiguo así lo denotaba la traza de las callejas y callejones algunas con adarve, casas blasonadas y otras de noble sillería, nos daba la sensación de habernos sumido en el medievo,luego llegamos a un impresionante mirador teniendo como telón de fondo el Río Cidacos y un inmenso valle cubierto de huertas, iba transcurriendo el tiempo y se decidió volver a las inmediaciones de la plaza donde se encontraba aparcado el autobús, nos sentamos en un banco frente a una estatua que estaba dedicada a Marcus Fabius Quintilianus, un retorico (profesor) romano que nació en Calagurris (ahora Calahorra), uno de sus alumnos fue el orador Plinio el Joven.
A las 20 h. dimos por finalizada la visita y en marcha a nuestro cuartel general en el Hotel Palacios de la población de Alfaro donde nos esperaba la cena, después dimos un paseo nocturno por la población llegando hasta la estación de ferrocarril, como quiera que es una línea de C.T.C. (control de tráfico centralizado), no había personal de servicio, no obstante pudimos apreciar el bonito edificio y el buen estado de conservación que esta estación tiene, después a la cama que, al día siguiente la agenda también estaba bastante apretada.
y hortalizas y verdaderos bosques de choperas en galería, muchas bodegas dedicadas a la elaboración de los vinos riojanos, bastantes alfarerías cercanas en la ribera del río Ebro, a saber si el nombre de la población de Alfaro pudiera derivarse de los antiguos alfares o alfareros en la riberas de sus ríos, su etimología así parece indicarlo, la vía del tren aparece y desaparece con cierta frecuencia se trata del tramo de línea férrea Miranda de Ebro a Castejon, el río Cidacos se dejó igualmente ver por algunos sitios e iba bastante escaso de agua.
Una vez entrados en la población el autocar se detuvo en el centro de esta y descendimos con más cansancio que otra cosa ya que habíamos enlazado la noche anterior con el día en el viaje desde Córdoba, con los primeros albores de la mañana visita Santo Domingo de la Calzada, luego San Millan de la Cogolla y ahora Calahorra, el día no había tenido desperdicio, ya en esta población no teníamos guía que nos pudiera enseñar y explicar lo más significativo, de modo que comenzamos a callejear sin saber por donde caminar para ir en busca del barrio antiguo y de la catedral de Santa María, por fin dimos con ella, la entrada es gratuita pasamos a su interior en una oscuridad impresionante fue necesario encender las luces para poder ver el esplendor de algunos retablos, por supuesto mediante la introducción de monedas, si bien junto al coro había un dispositivo para el encendido que era gratuito,
llamó bastante la atención una grandisíma pila bautismal que hay en la entrada, esta era enorme, el altar impresionante con un retablo muy recargado, la torre está rematada por cuatro torrecillas en la terraza que acompaña la parte central.
El Palacio Episcopal se encuentra enfrente de la catedral, edificio de magnifica factura.
A la salida tomamos dirección distinta a la que habíamos traído estábamos en pleno casco antiguo así lo denotaba la traza de las callejas y callejones algunas con adarve, casas blasonadas y otras de noble sillería, nos daba la sensación de habernos sumido en el medievo,luego llegamos a un impresionante mirador teniendo como telón de fondo el Río Cidacos y un inmenso valle cubierto de huertas, iba transcurriendo el tiempo y se decidió volver a las inmediaciones de la plaza donde se encontraba aparcado el autobús, nos sentamos en un banco frente a una estatua que estaba dedicada a Marcus Fabius Quintilianus, un retorico (profesor) romano que nació en Calagurris (ahora Calahorra), uno de sus alumnos fue el orador Plinio el Joven.
A las 20 h. dimos por finalizada la visita y en marcha a nuestro cuartel general en el Hotel Palacios de la población de Alfaro donde nos esperaba la cena, después dimos un paseo nocturno por la población llegando hasta la estación de ferrocarril, como quiera que es una línea de C.T.C. (control de tráfico centralizado), no había personal de servicio, no obstante pudimos apreciar el bonito edificio y el buen estado de conservación que esta estación tiene, después a la cama que, al día siguiente la agenda también estaba bastante apretada.
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