ROMANOS
MAYORES Y MENORES SUS JUEGOS Y JUGUETES
En todas las
culturas, el niño ha necesitado siempre de distracciones y de juegos dada su capacidad para aburrirse y su energía inagotable,
si bien en la Roma de los Césares los niños pobres, no tenían
muchas oportunidades de poder disfrutar de una infancia feliz, muy pronto
tenían que incorporarse al trabajo y
ayudar a sus padres, si bien los hijos de los ciudadanos ricos contaban con un
amplío abanico de juguetes.
Resulta
sorprendente que muchos de los juegos y pasatiempos tan extendidos entre los
niños romanos, han llegado a perdurar a
través de los siglos y se han transmitido aunque raramente hasta el día de hoy, pero superviven, vayan
de ejemplo, las muñecas de trapo, la Comba, la Coroneja, la Taba, las Espadas
de madera, la Mula, la Coz, el Marro y las Pelotas de Trapo; aunque a día de hoy exista la enorme tendencia
a la desaparición pero son un claro ejemplo de aquella legendaria antigüedad.
Para los
mayores también hubo juegos de entretenimiento, algunos que nunca
se pudieron eliminar a pesar de estar
prohibidos por ley como el de las
clásicas timbas en las trastiendas de las tabernas, estos juegos de mesa
fueron heredados de la tradición griega con
tableros y fichas de distintas formas adaptados al juego de las Damas y de
Las Tres en Raya.
Llegó a
existir un cruce entre el juego de las damas y el ajedrez, el primero se llamó ludus latrunculorum o juego de los mercenarios, con el paso de los tiempos pasó a denominarse
milites et
bellatores, (soldados y
guerreros), los jugadores precisaban grandes dosis de cálculo y astucia en este juego de estrategia militar,
el tablero de 64 casillas representaba un campo de batalla, cada jugador
contaba con un contingente de 16 fichas
para combatir, invadir y conquistar el terreno del enemigo.
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