Córdoba, jueves día 15 de octubre de 2020
AVDA. DE LA LIBERTAD-GLORIETA DE CHINALES-LOS TAMICOS -BARRIO DE FATIMA-AVDA. DE BLAS INFANTE-LA CAMPIÑUELA-VIA PECUARIA-VEREDA DE LA ALCAIDIA-VIA PECUARIA HACIA EL CORTIJO DE LA ALCAIDIA-ALCOLEA- KM.22
SENDERISTAS.-Avrelivs- J. Ruiz-M. Ponferrada-Félix-A. Espejo-Agustín-J.
Cabello-Francisco Sánchez Fernández.
HORA PREVISTA DE SALIDA.-7,30 H.
LUGAR.-Proximidades.-Hotel Center.
DESTINO.-Alcolea a través ruinas Cortijo de La Alcaidía.
La Ruta de hoy había sido concertada hace ya bastante tiempo y
entre unas cosas y otras no se pudo hacer, ayer día 15 a la hora prevista
iniciamos la marcha a través del largo paseo de Córdoba, apodado del colesterol
por la gran cantidad de personas que asisten para rebajar la tensión y los valores de glucosa y también del colesterol, aquí son muchas las personas urbanitas que suelen hacer kilómetros andantes a través de este paseo.
Atrás dejamos la Glorieta de Chínales y el lugar conocido como Los Tamicos donde se incorporaron al grupo inicial de salida de cuatro caminantes, otros cuatro, desde aquel momento llegamos a formar un grupete de ocho..
A través del Barrio de Fátima
enlazamos con la Avenida de Blas Infante, después con la Campiñuela lugar este donde abandonando terrenos urbanos para ir caminando a través de ambos carriles bici que culminan en la Universidad de
Rabanales
Más adelante aparece a la vista el Puente sobre las vías del
tren de ancho ibérico, momentos aquellos que ya
asomaba por el Este el disco solar, anunciando que hoy también íbamos a pasar un
día bastante soleado, ya tenemos superávit en horas solares y déficit
de agua en los embalses, lo que hace falta desde hace mucho tiempo es que llueva.
Más adelante existen muchas hectáreas de verdes y pequeños olivos
de los llamados de producción intensiva
que ponen al campo la nota de verde colorido.
Luego entramos en la calzada
llamada de la Alcaidía caminando a buen
paso hacia el lugar donde se encuentra del Puente de Los Nogales, resulta imposible descender hacía él lugar donde este se encuentra,
está protegido por multitud de ramajes que impiden la entrada de visitantes y curiosos, pero ahí
queda la foto de años anteriores, así como aquellas que nos facilita Internet.
Pasamos de largo por el desvío
que permite caminar hacia el Cortijo de Navalagrulla y hacia el Santuario de
Linares para seguidamente entrar en una zona donde el
camino se encuentra lleno de múltiples baches,
ahora están llenos de polvo pero cuando
llueve se llenan de agua y así permanece hasta casi el verano deduciendo que el
terreno debe ser bastante arcilloso.
Más adelante existe otra intersección de caminos protegida por la correspondiente señalización de varias direcciones tomamos la correspondiente a la Vía Pecuaria que conduce al ruinoso Cortijo de La Alcaidía, miré el reloj y eran las 9,30 h.
Aquí empieza a endurecerse el
camino a medida que vamos avanzando, son
algunos kilómetros en subida continua que te hacen respirar hondo y profundo hasta que en torno a las 10,20 dimos vista a las
altas y feas palmeras afectadas por el
picudo y que presiden la entrada a este antiguo
Caserón de la Alcaidía.
Allí como costumbre nos detuvimos
para tomar el refrigerio y a su vez curiosear los entornos y sus ruinas,
todavía quedan restos de un par de pozos y de una mal trecha noria, echamos en falta una antigua pila de lavar,
era de tosca piedra, seguramente habrá ido
a parar a manos de algún curioso coleccionista de raros objetos; este cortijo debió tener cierta
importancia agropecuaria en sus mejores tiempos,
Estando curioseando mientras tomaba el plátano canario por
aquellas soledades, me vino al recuerdo
de la memoria el dicho que se le ocurrió
decir en el año 2017 a Pepe Fernández en
aquel mismo lugar y por iguales motivos de estar tomando el refrigerio.
De forma repentina se levantó una ola de viento con
fuerte aire y Pepe Fernández dijo con mucha naturalidad y gracia “Aire, aire, mi mario en la era y yo con el fraile", yo no
puede evitar dar una sonora carcajada, nunca había oído semejante dicho y aquello me
hizo mucha gracia, aquel día íbamos a
Cerro Muriano, el otro compañero fue Julián Leal.
En torno a las 10,40 reanudamos
el camino ahora hacia la población de Alcolea, no sabemos el nombre de aquellas veredas por donde fuimos caminando, si bien Joaquín Cabello que sabe bastante de estas
cosas puede que sepa algo, en cuyo caso ya
nos informará al respecto.
Llegó el momento de detener la
marcha ante una valla que impedía el
paso, estaba cerrada con candado pero
como en estos casos no solemos atrancar seguidamente adoptamos dos sistemas para salvar el
obstáculo, unos el cuerpo a tierra
pasando por debajo del vallado, mientras otros lo hicieron por el sistema del Trepador, pasando por encima de la valla, esta tiene en el centro una especie de escalón que
facilita el paso por arriba.
Más adelante y en esta vereda abundan las esparragueras y también los esparragueros, hace ya algunos años fuimos con Juan Gañán Bejarano, Manolo Ponferrada y a un servidor a buscar espárragos por estos lugares, en poco rato llenamos el macuto pero el recuerdo imborrable que tengo de aquel lugar es el siguiente:
No había
amanecido todavía cuando subíamos por aquellas cuestas escuchando el gorjeo y canto de miles de pájaros silvestres al unísono, algo hermoso y digno de haberlo podido grabar.
Las vistas desde algunos puntos
de aquel lugar de la sierra y desde aquella altura son un verdadero espectáculo
de mucha belleza en un día clareado y soleado como el de hoy.
El seco lecho del arroyo Guadalbarbo
Bajando los últimos tramos de esta
cuesta de la Alcaidía al cruzar el Puente sobre el arroyo Guadalbarbo, le llamó
mucho la atención al amigo Francisco Sánchez Fernández, hasta llegar a sorprenderse al ver
por primera vez en su vida completamente seco a este arroyo Guadalbarbo, especialmente en este lugar que
siempre lo conoció con agua, al parecer baja de las lomas del Algarrobillo y
del Cerrajero por detrás de la casa de la Alcaidía y por delante de la Tierna.
Ya en el pueblo cruzamos parte de
la barriada del Encinar a través de la carretera, bebimos agua de la fuente que gestionó su ubicación Alfonso Baena y además dejamos constancia de su presencia con esta foto, más
adelante hicimos lo mismo con la simpática noria hecha artesanalmente con latas,
pero que funciona magníficamente sustrayendo agua del Canal con la precisión de un reloj Certina como antiguamente se decía.
Ya para finalizar la etapa cruzamos
el Puente Metálico sobre las vías de la
estación de Alcolea, recordando una vez más a mi amigo Mano Romero Vicioso en Huelva,
que solía decir con mucha guasa y cachondeo “En Alcolea un vagón sin techo es
una batea”.
A las 12,40 los últimos estábamos
llegando a la parada del Bus para regresar a Córdoba en el que tiene la
salida a las 12,50 horas de la Barriada de Los Ángeles y por Alcolea
casi a las 13 h. para llegar a Córdoba en torno a las 13,30.
¡¡¡HASTA OTRA OCASIÓN!!!
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