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ALINEACIÓN DE ESPAÑA
Unai Simón
Carvajal Le Norman La Porte
Cucurella Rodri Grimaldo
William, Fabián, Morata, Dani Olmo, Lamín
.
Decía Sagnol que el 1-7 encajado en Georgia ante España había servido de lección. Tanto, que Georgia cambió de deporte
en Colonia. El técnico francés preparó una sesión de balonmano. Convirtió el
campo en una servilleta de la que tiró la mitad a la espera de que el rival se
equivocara.
ESPAÑA 4
1 GEORGIA
España vuela por las
bandas. Con Lamine y Nico, una
pareja entre la ESO y el baile, todo es posible. Fue el antídoto para salir de
una trampa fabricada por Georgia con gol en propia meta incluido. Al susto reaccionó
con un festival sellado en una segunda mitad pletórica.
Antes de ese último
baile, España remontó con otra sociedad, la formada por Rodri y Fabián, dos
ingenieros que no se pelean con el gol. La
Eurocopa demuestra que no hay mejor alianza que está en el corazón del fútbol.
Espera Alemania, un rival de los que aplasta con los libros de historia. España
tendrá que mostrar más que la joyería ofensiva. Georgia también desnudó
problemas a la hora de destruir.
Y se equivocó con un
bofetón de infortunio. En la primera vez que Georgia pasaba de mediocampo
Kvaratskhelia, el pintor de su agrupación, abrió a la banda y el centro de
Kakabadze lo desvió Le Normand con el vientre a la red.
ESPAÑA 4
1 GEORGIA
España vuela por las
bandas. Con Lamine y Nico, una
pareja entre la ESO y el baile, todo es posible. Fue el antídoto para salir de
una trampa fabricada por Georgia con gol en propia meta incluido. Al susto reaccionó
con un festival sellado en una segunda mitad pletórica.
Antes de ese último
baile, España remontó con otra sociedad, la formada por Rodri y Fabián, dos
ingenieros que no se pelean con el gol. La
Eurocopa demuestra que no hay mejor alianza que está en el corazón del fútbol.
Espera Alemania, un rival de los que aplasta con los libros de historia. España
tendrá que mostrar más que la joyería ofensiva. Georgia también desnudó
problemas a la hora de destruir.
Decía Sagnol que el 1-7 encajado en Georgia ante España había servido de lección. Tanto, que Georgia cambió de deporte en Colonia. El técnico francés preparó una sesión de balonmano. Convirtió el campo en una servilleta de la que tiró la mitad a la espera de que el rival se equivoca
Y se equivocó con un bofetón de infortunio. En la primera vez que Georgia pasaba de mediocampo Kvaratskhelia, el pintor de su agrupación, abrió a la banda y el centro de Kakabadze lo desvió Le Normand con eara superar partidos con esas alambradas hay obligación de no perder la paciencia. España la extravió, acusó el gancho y cayó en pecados de juventud y prisas durante un rato. En ese desbarajuste temporal, Kvaratskhelia, un santo en Nápoles, cogía la moto por la izquierda y amagaba con una trastada histórica.
Mientras su estrella volaba, Georgia parecía el inventor del cerrojo y además, como último hombre, disfrutaba de la araña verde, Mamardashvili, que oficiaba de demonio en los remates de los españoles. Morata se enfadaba con el planeta, un signo de que la cosa no iba bien.
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