PROSIGUE EL RÍO SEGURA REGANDO HUERTAS
Abora hay que distribuir para que todos
reciban su ración y estos tíos como son tan ocurrentes han inventao unos artilugios desde donde el
agua es elevada a dos canales distintos instalados a ambas orillas de mi cauce,
unas son para el riego del valle del
Guadalentin, es decir desde Alcantarilla, Librilla, Alhama, Totana y Lorca, más
el valle almeriense de Almanzora, las
otras son para la vega baja alicantina
más bien se podría decir Oriolana u Orcelitana que ambos gentilicios valen para
el pueblo de Orihuela, tambien sirve la canalización para dar de beber a Cartagena y su comarca, esta gente moerna le dicen “el postrasvase”.
El Guadalquivir.-Bueno compare de mi alma que palisa me
estas pegando, ¿y por donde llegan las aguas del hermano Tajo a través del
Trasvase?, ¿y como se explica eso del Postrasvase?, yo no me entero de esta
manera que tu tienes de contar las cosas.
El Segura.- Bueno tranquilo compare, te lo voy
explicando con pacencia de santo, a muy
grandes rasgos porque esto tiene mucha explicaera, yo poco entiendo de todo esto, de modo que a mi
forma y a mi manera con precarios
conocimientos enjareto la sesión.
“En un lugar de
Castilla-La Mancha que se llama Bolarque, en el límite de las provincias de
Guadalajara y Cuenca, allí nace el Trasvase, un embalse que construyó la mano
del hombre sobre el hermano río Tajo, por mandato de D. Francisco Franco
Bahamonde, en aquella época Generalísimo de España por la gracia de Dios y de
las armas, seguidamente existe el complejo hidráulico Entrepeñas-Buendía donde el agua se eleva por
medio de artilugios hasta un llano conocido como Albalate de Zorita, desde
allí corre el agua por un canal
descubierto o a cielo abierto hasta el pantano o embalse de la Bujeda como embalse de
recepción, seguidamente sigue en canal, este atraviesa un túnel que cruza la sierra de Altomira donde alcanza la
máxima cota.
Prosigue durante unos 100 Km. con determinados
tramos en acueducto y pequeños túneles hasta dejar el embalse de Alarcón
próximo al río Júcar.
Sigue paralelo el curso
del Júcar, hasta llegar al embalse de El Picazo allí hay otro bombeo que va
elevando el agua a otro canal en la llanura, continua más de 100 Km. hasta desembocar
cerca de Los Angujes al sur de Albacete, entrando por un túnel que se llama
Talave con una longitud de más de 30
Km.
El túnel del Talave es otro canal que desemboca en el pantano del mismo nombre,
pero para ello ya habrá recorrido cerca de 400 Km, desde que comenzó el
trasvase hasta verter el agua en el río Mundo, este a su vez
me la entrega a mi el Segura como antes te dije, de modo querido primo que eso es el Trasvase,
ignoro si habrá cambiado algo su
estructura pues ya se sabe que con los tiempos todo avanza que es una
barbaridad, yo debido a los muchos años me voy quedando obsoleto.
A mi manera y después de munchas consultas
he podio enjaretar tan solo una ligera idea de lo que es esa obra faraónica,
que no es menester irse a la
Egipto esa para ver obras de mucha enjundia y envergaura,
esas obras tan solo es posible
construirlas poniendo sobre la mesa mucho dinero, eso lo tengo muy claro.
Como verás querido primo, esto ya es
pensar con el caletre y la mollera, aprovechando esos recursos de la madre
naturaleza con el ingenio de unos hombres y el trabajo de otros.
Ahora será la Confederación Hidrográfica
de la cuenca del Segura la encargada de
regir los designíos de todas estas aguas,
también de los acuíferos subterráneos ya que todo es necesario.
Ya no voy tan airoso como iba antes de
llegar a Cieza, me han estrujao mucho y todavía hay que surtir a Ceutí, Las Torres de Cotillas, Lorquí,
Alguazas, Molina de Segura, Alcantarilla, El Jabalí, etc, el Consejo Regulador se encargará de eso, existe
mucha industria conservera que sin compasión me contaminan y ensucian el cauce,
todos son pueblos ribereños plagados de inmensos bosques de frutales y
limoneros, cada vez voy más mermao ya no llevo esa velocidad que
llevaba antes de llegar a Cieza, ahora no hay casi declividad voy lento y perezoso, y tan diezmao que doy
pena, hay quien al pasar mira desde el
coche y suele decir con ironía hiriente
¿ese es el río Segura? que, barbaridad si paice una acequia, ¿qué puedo
hacer en estas condiciones?, nada aguantarme con mi exiguo caudal y continuar
hcia adelante con lentitud parsimoniosa.
Todavía tengo que recibir una miaja de
agua es la del río Mula, ese que nace en las sierras de Cehégin y Bullas, me
entra por la derecha en Torrealta, bien poca es pero ahí está con su pobreza
franciscana, cuando llueve con fuerza nos hace temblar pensando en el desastre
que el muy canalla suele causar.
La primera vez que vio un hijo mío murciano-cordobés ese río fue desde el tren que partía de la
estación de Murcia Zaraiche a Caravaca, línea esta inaugurada en el año 1.933 y clausurada en
1971 por orden del Presidente del Consejo de Administración RENFE en aquellos años D. Carlos Roa
Rico, (hay que reunir datos
interesantes, de ahí la prolijidad
siempre manifiesta y que tanto me divierte.)
a.
Tenía el chavalillo nombre romano, no más
de seis o siete años, un raspilla inquieto siempre fue, era
invierno por allá del año 1.943 del anterior milenio, iba con su madre a
visitar unos familiares al pueblo de los Baños de Mula, hacía un frío tremendo,
cual no sería su sorpresa cuando desde la ventanilla
del aquel destartalado tren vio el zagalillo a otros de la misma edad bañarse a
primera hora de la fría mañana en una acequia al aire libre como su madre los
parió, el muchacho se quedó perplejo y
sorprendido ante tanto frío y ver aquellos zagales allí bañandose al aire libre y
encueros, él ignoraba que las aguas de
aquella acequia eran calientes, y como nada preguntaba pues menos le
informaban, ya estaban llegando a la población de Los
Baños de Mula, las aguas de la acequia procedían de un manantial con una temperatura muy superior a la del medio ambiente la que desprendía vapor.
Baños de Mula, las aguas de la acequia procedían de un manantial con una temperatura muy superior a la del medio ambiente la que desprendía vapor.
En
plena posguerra tuvo ese zagal la oportunidad de conocer aquellos baños
termales bañándose en la general, un balsón público pagando clara está, supongo
que poco dinero una “perragorda” (diez céntimos me supongo), entonces no había
dinero la cosa estaba muy <chunga>, recuerdo aquel balsón estaba situado en el interior
de una tosca gran sala cerrada a cal y
canto, daba la sensación de haber sido construido en el interior de una caverna, allí habían
cuatro viejos llenos de miasmas tan a gusto bañándose en las calientes aguas, los
bañadores que estos bañistas usaban eran unos rústicos y largos calzoncillos
que le cubrian hasta los tobillos, se trataba de gente sencilla y humilde y de toscos modales con acusado acento
pueblerino.
Después el muchacho cuando cumplió las dieciocho primaveras, y
cuatro meses, se fue a tu Córdoba me paice que a trabajar a la vía del tren o a
una estación del ferrocarril, allí se
quedó no sin antes haberse recorrido media piel de toro de traslado en
traslado, ahora de vez en cuando viene por aquí y para poco, pues las más de
las veces se va a la lejana república de
Águilas a bañarse, algún familiar que
otro lo suelen censurar diciendo “que, murciano este tan raro y tan serio, parece mentira leche, teniendo
el Mar Menor tan próximo de tibias
serenas y templadas aguas y se marcha a esa lejana república aguileña,
alguna vez les responde que le vamos hacer, cuestión de gustos y de recuerdos en esa población aguileña viví en la tierna infancia por
designios de la vida que ahora no viene al cuento entrar en detalles, algún
tiempo estuve y alguna amistad tengo de modo que cuando voy a gusto me
encuentro.
Del
Mar Menor todavía tengo el recuerdo de los domingos mañaneros allá por el
año 1950 o 1952 del anterior milenio, la gente se apiñaba cargadas con capazas,
bolsas y talegas conteniendo las viandas formando grandes colas de gentes para
tomar aquellos desvencijaos autocares
que iban a las playas de Santiago de La Ribera, Los Urrutias, Los Alcázares, Los Narejos,
Los Nietos, Lopagán, San Pedro del Pinatar y San Javier, estos autocares salían
de una calle situada frente a la Plaza de Toros, posiblemente
se llamara Simón García según quiero
recordar, la ciudad quedaba vacía.
Pronto llegaré al Azud, La Parada y la Contraparada próxima está la población de Alcantarilla, lógicamente muy cercana a la ciudad de Murcia tu dirás ¿y que es eso del Azud y La Parada,? mi respuesta es sencilla pues eso precisa de un extenso conocimiento para esbozar ligeramente una breve explicación yo como soy río y no persona no tengo conocimiento para ello, ni tampoco elemento alguno de consulta, tan solo te contaré que es una presa reguladora para el caudal del agua, se tiene conocimiento que es obra del siglo X aunque algún listo se empeña en decir es obra de los romanos.
Pronto aparecerá un pueblecillo llamado
Jabalí Nuevo muy cercano a Alcantarilla allí hay una enorme noria, su misión no es otra que elevar el agua y distribuirla en dos acequias mayores,
ahora según me cuentan algunos paisanos es un auténtico estercolero.
Existen multitud de norias y artilugios
para elevar el agua en las proximidades de Alcantarilla, disponiendo de un sistema hidráulico que permite captar
agua de mi cauce, después la eleva hasta un acueducto conocido como “Rajicas”, de
modo que por estos sistemas se consigue la distribución del agua a otras acequias
para el riego de la huerta.
No todo es vergel como la gente se cree, hay mucho páramo esteril no teniendo más riego que aquel que procede del cielo, si es que por casulidad y fortuna alguna vez decide descargar alguna nube y su pluvioso contenido, existen verdaderos desiertos así hay que decirlo, esto es menester recorrerlo y verlo, no creamos que todo es hermosura hay quien así lo pinta, ni mucho menos sus montañas y cabezos son áridos y secos no obstante abundan verdaderos rincones como bellos oasis siendo un regalo para la vista recorrerlos.
Ahora para ver huerta de verdad hay que ir andando o en bicicleta para introducirse por sendas laberínticas entre vergeles, perderse en el entramado huertano, esto para mi resultaba una gozada cuando me salía de madre y rebosaba el cauce, todo lo inundaba entraba olisqueando por todos los rincones causando estragos, por ello cuando llegaron los del turbante empezaron a pensar con la mollera y el caletre, construyeron aceñas, azudes, ruedas elevadoras, acequias y represas, ahí quedan esos nombres moriscos de origen murciano descendientes de Alá, aunque abora los veamos con malos ojos y le digamos despectivamente “moros” sin deternos a pensar que descendemos de ellos en mayoria.
Como en este aspecto no soy dado a la
prolijidad ahí me dejo caer con esa exigua cantidad de nombres moriscos, como
Zeneta, Zanata, Zarangollo, Zaraiche, Zumeta, Beniel, Beniscornia, Beniaján,
Benizabel, Benifiar, Daraxarife, Darajarife, Benimongit, Bohajar, Beniazón,
Aljadeta, Alhama, Aljucer, Azarbe, Azarbeta, Aljibe, Aljorfa, Alboleja, Almudí,
Almohajar, Alfandarín, Albatalía, Albudeite, Alhama, Archena, Almacén,
Altaleja, Alquerías, Albatera, Acendra,
Aljufia, Alfatego, Albadel, Algualeja, Algüazas, Albujón, Aljezares, Alberca,
Guadalentin, Guajar, ya creo que basta como muestreo de nuestros antecedentes
moriscos.
En un tiempo pasado fue Abderraman II quien mandara
construir aquella ciudad de Murcia como anteriormente se dijo, le puso siete puertas, el nombre de la ciudad siempre
trajo por la calle de la amargura a
etimólogos, filólogos y demás
gente estudiosa del origen de los nombres y de las palabras, pero sigamos con la huerta.
Ahora la huerta no es lo que fue, al menos
en lo que se refiere en su proximidad a la ciudad murciana, igualmente ocurre con las
poblaciones todo desapareció a impulso del crecimiento, para ver huerta hay que
andar algunos kilómetros y tampoco hay esa grandeza del pasado, para ello hay
que irse lejos la última gozada mía fue en el año 2005 al contemplarla pisando en ella en el
entramado huertano de Cieza y Cehegín, iba de la mano de Ramón Jiménez Madrid
ese
aguileño-murciano, catedrático de literatura española, doctor en filosofía y letras, Jefe de publicaciones de la Conserjería de Educación y Cultura de la Comunidad Murciana, colaborador de la Enciclopedia Espasa, novelista y narrador, en definitiva un murciano ilustre en vida, conocedor de todos los rincones murcianos y su provincia lleno de amistades ilustres allá donde pone los pies, hombre afable y sencillo, pero que venía para Marqués, Conde o Duque y a eso no pudo llegar, se quedó en Catedrático y Director de la Universidad murciana Alfonso X El Sabio, sigamos con los rincones de la huerta.
aguileño-murciano, catedrático de literatura española, doctor en filosofía y letras, Jefe de publicaciones de la Conserjería de Educación y Cultura de la Comunidad Murciana, colaborador de la Enciclopedia Espasa, novelista y narrador, en definitiva un murciano ilustre en vida, conocedor de todos los rincones murcianos y su provincia lleno de amistades ilustres allá donde pone los pies, hombre afable y sencillo, pero que venía para Marqués, Conde o Duque y a eso no pudo llegar, se quedó en Catedrático y Director de la Universidad murciana Alfonso X El Sabio, sigamos con los rincones de la huerta.
En aquellos tiempos antiguos cuando era yo un crío de esos callaicos,
prudente y vergonzoso recuerdo a esos huertanos lecheros, salían en bicicleta de
sus huertas atravesando las estrechas sendas laberínticas a las seis de la
mañana, iban camino de la ciudad a vender sus albos líquidos, estos viajaban
en bicicleta con dos cántaras colocadas en sus
correspondientes receptáculos a ambos lados del portaequipajes del vehículo
pedaleante, o uno delante y otro detrás, todavía los podremos ver en la
actualidad en la fiesta del Bando de la Huerta evocando el recuerdo
de un pasado, llevaban un blusón negro con botones brillantes de
igual color, los más viejos solían llevar además un sombrero de escaso calado,
peretes les decían a estos hombres en son de mofa y guasa, se identificaban
estas gentes de la huerta a los de la
ciudad por su inconfundible vestimenta, que les difrenciaba notablemente y como
no por su rústica forma de hablar.
Se solía decir en aquella época a los perezosos y dormilones
¡¡¡pero hombre dispierta, levanta de
la cama, que ya han pasado los lecheros!!!
Bueno sigamos avanzando, que todavía queda
alguna noria más esperando su turno para la elevación del agua y su
distribución.
La gran rueda de La Ñora (Alcantarilla),
todavía sigue majestuosa y en funcionamiento, allí se encuentra el Museo de la Huerta, ésta es de
cangilones, hacía y hace su trabajo de distribución a las acequias, de las que
existe esa gran red y entramado de azarbes y acequias mayores y menores
indicadas, las principales se llaman
Alquibla, Aljufia, Alfande, Barreras y Churra, el modernismo actual ha
suprimido algunas bastantes de ellas,
otras las han soterrado al paso por la ciudad y también desviado el
cauce, es seguro que el mapa de esta red que poseo haya quedado muy obsoleto, de modo que doy
por concluido esta narración pasando a la siguiente con las riadas y otras
desventuras que yo el río Segura solía causar, pero eso será cuando tenga ganas y tiempo para extraerlas de mi libro DIALOGO JOCOSO ENTRE DOS RIOS.
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