EL RÍO SEGURA HABLA, CUENTA Y DICE
AFLUENTES TRIBUTARIOS.
TRASVASE Y POSTRASVASE.
El Segura.- Vuestro poder
fue grande allí mismico sin salir de
Córdoba estabais en la ciudad
mandona con mucho bienestar y mucha grandeza,
nosotros aquí estábamos acostumbraos a bien poco, de pobres nunca pasamos estábamos contentos
con nuestras huertas y nuestras gusanos de seda, las artesanías y las manufacturas sericícolas, nuestro pimentón,
las lechugas y los tomates, también el
esparto que aunque en la actualidad no tenga importancia en aquella época
fue elemento esencial para todo, y ese
eterno problema del agua que eso no es cosa nueva, también de los eternos
desastres que yo solía causar, ya hablaremos dispués de todo eso ahora te
quiero contar algo de mis zagalillos tributarios pa cambiar un tantico el tema
y alegrarte un poquico el espíritu, bien sabes que mi caudal no es grande,
pronto el líquido incoloro se ve absorbido por la insaciable tierra, los
árboles la muncha verdura, y otras
munchas cosas de los campos y de las huertas,
como llueve poco siempre resulta insuficiente mi caudal, mis zagalillos
afluentes son muy humildes, no obstante
contribuyen en cierta medida a aumentarme el cauce, a ellos también los
estrujan todo lo que pueden antes de
llegar a mi seno, en esta tierra el agua es puro oro.
Son 325 km. los que recorro
desde que nazco en la montaña Pinar Negro o Pinar del Risco más concretamente
en Fuente Segura con una altura de 1.410 metros, cerca de Pontones en esa
hermosa sierra de Segura para desembocar
y finalizar en el mar Mediterráneo,
cerca de Santa Pola, en Guardamar del Segura, de modo que soy andaluz de nacimiento, luego me convierto
en manchego, después en murciano para terminar siendo alicantino.
Algo de lo que te cuento son fantasías de pura
invención mía, no obstante casi todo es realidad, de todo hay procuro pintar un
cuadro imaginativo lleno de muchos brochazos y
pinceladas calenturientas, tratando de proyectar algo que pueda tener
colorido, cromatismo imaginario que me pueda alegrar la vista cuando cuelgue el
cuadro y de lejos lo mire y de cerca lo
vaya leyendo dándome unas veces alegría y otras pena por tantos desastres
causados, pereciendo tanta gente que ninguna culpa tuvo.
Comienza así
esta historia y este cuento o relato, como quieras a mí me da igual:
Nada más brotar de la surgencia y surgir, ello supone
nacer, reventar del vientre materno, salgo en borbotones de la montaña y me voy dejando caer sierra abajo haciendo
continuas cabriolas al chocar contra los riscos y salientes montañosos, cuando
llevo agua claro está, en cuyo caso voy corriendo a paso ligero y me cuelo entre hoces y gargantas, algunas veces llevo un rumor enfurecio y me voy abriendo paso entre estrechos pasadizos formados de
forma caprichosa por la erosión en la montaña.
Voy bajando entre
riscales dando continuos saltos, pronto me entran las aguas del río Madera por
la margen izquierda, este riachuelo tiene mucha nombradía por esas montañas y
lugares jaeneros, es muy bravo en su corto caminar de 18 kilómetros entre
helechos y junqueras, baja desde plena sierra por ramblones y quebrados, entra
y sale por un estrecho desfiladero de piedra calcárea, yo me engullo sus aguas entre los Cenajos de
Hierbabuena y El Calar del Pino entrándome por la margen izquierda y me voy
robusteciendo.
Continuo
bajando y en un hermoso lugar y por la
derecha me entra el río de las truchas,
si el Zumeta que baja de La
Sagra, nace cerca de
Santiago de La Espada,
es alegre y cantarín, corre muy flamenco entre quejigos y jarales, su recorrido también es corto, pero muy
bonito tan solo recorre 20
kilómetros, fíjate que nombre tiene “Zumeta”, anda que
el nombre es cristiano por la leche los pescaos, el encuentro se produce antes
de llegar a Las Juntas de Millar, pronto recibo las aguas del Tus, después
vendrá el embalse de Anchuricas en la linde de la provincia de Albacete, he perdido alguna altura más todavía queda mucha, ya no es menester
echar el freno prosiguiendo mi imparable avance, continuo bajando haciendo curvas y contracurvas
meandros en definitiva son, sigo con paso veloz y descendente, abandono la
provincia de Jaén y me meto en la provincia de Albacete eso cierto es, ya sabes que el vulgo un tanto soez y mal hablado a veces suele decir, <<En
Albacete el que más larga la tiene, más honda la mete>>, hay otros que
dicen <<Mira, Albacete, y después vete>>, hace mucho frío en invierno querido
primo, ahora ya soy manchego pero no
olvido nunca ser andaluz de nacimiento
de muy antigua estirpe y noble cuna, prosigo mi avance en poco recorrido paso a
ser murciano, me introduzco en esas sierras de la provincia de Murcia
donde me espera el embalse de Fuensanta, después serán las finas aguas serranas del Taibilla las que se
me acercan por la derecha pero se la
enviamos a Cartagena por una canalización destinada al consumo humano,
este viene de la Sierra
de Las Cabras donde nace en la ladera norte de la
población de Nerpio (Albacete).
población de Nerpio (Albacete).
Todo es
belleza de verdes montañas donde existe mucho bosque de ribera, con frecuencia
aparecen los enebros, las sabinas y los sauces,
prosigo por lugares serranos con
olor a tomillo y romero, unas veces me ensancho otras me estrecho, esto es costumbre en mi recorrido, doy vueltas y
revueltas, rodeando montañas y valles,
soy el río de los recodos y recovecos el de la velocidad y de la
lentitud.
El manchego
río Mundo que nace en Calar de la
sierra alcaracense de Riópar
(Albacete) hace un
recorrido de 119 Km hasta que llega a mi lecho, es regulado por el embalse del Camarillas, resulta una delicia contemplar su nacimiento en Los Chorros, menester es ir de excursión para ver esas maravillas que nos muestra la madre naturaleza, esa libre caída de agua en vertical formando una cola de caballo acuífera en cascada al desprenderse por un farallón de más de 300 metros de altura, se oye un rugido con fragor de trueno al despeñarse entre riscales, allí abundan por todas partes las cavidades, simas, dolinas y torcas; en la cueva de su nacedero ya se conocen 32 Km. de exploración, es inmensa la cueva, el turismo aumenta cada día para ver estos maravillosos lugares cuando llueve con fuerza ver el espectáculo de la caída del agua, es pura maravilla sin necesidad de ir a Sevilla.
recorrido de 119 Km hasta que llega a mi lecho, es regulado por el embalse del Camarillas, resulta una delicia contemplar su nacimiento en Los Chorros, menester es ir de excursión para ver esas maravillas que nos muestra la madre naturaleza, esa libre caída de agua en vertical formando una cola de caballo acuífera en cascada al desprenderse por un farallón de más de 300 metros de altura, se oye un rugido con fragor de trueno al despeñarse entre riscales, allí abundan por todas partes las cavidades, simas, dolinas y torcas; en la cueva de su nacedero ya se conocen 32 Km. de exploración, es inmensa la cueva, el turismo aumenta cada día para ver estos maravillosos lugares cuando llueve con fuerza ver el espectáculo de la caída del agua, es pura maravilla sin necesidad de ir a Sevilla.
Baja mi
Mundo con ímpetu y fuerza, tiene esa marcha tan airosa, graciosa, alegre y
vivaracha que da gusto de lejos mirarlo y también de cerca, y es que mi manchego serrano es mucho Mundo y eso que es pequeñico y estrecho.
Se va
desviando hacia la estación ferroviaria de Las Minas de Hellín, desde arriba se
le ve avanzar con sus claras y verdes aguas va en busca de los arrozales
calasparreños, ahora en un recóndito
paraje conocido con el nombre de Los
Almadenes allí nos juntamos, nos unimos,
el donosamente me entrega sus aguas, y aquí finaliza su etapa, yo sigo a toda marcha y los de
Calasparra aprovecharon mi anchura para hacer una hermosa playa y los lugareños
se dan buenos zambullidos en época estival.
Después de
regar los arrozales calasparreños y moratalleros voy en busca de los
albaricoqueros y melocotoneros ciezanos,
frutales que ya no cesaran hasta llegar a la mismísima Murcia, antes
admitiré por la margen derecha las aguas del río de los tres nombres.
El
Guadalquivir.-Haber aclárate, ¿cómo es eso de los tres nombres en un solo río?
El Segura.-Te explico
este que ahora recibo se le conoce con el nombre de río Moratalla, pero también
se le dice Benamor y Alhárabe, según por donde vaya pasando de ahí esos tres
nombres, creo que son cosas de los
lugareños, en realidad estos se juntan entre ellos en plena sierra, después
continua con el nombre de Moratalla por ser el de mayor longitud, de ahí esos
tres nombres, Moratalla, Benamor y Alhárabe.
Abundan por
estos lares nombres y topónimos árabes no olvidemos nunca nuestros ancestros,
no es deshonra ni mucho menos seamos realistas, pronto aparece la sierra
llamada Zacatín, anda que el nombre es castellano, por allí baja el río Moratalla desde una
altura de 1.450 metros,
está en el límite entre las provincias
de Murcia en Calasparra, y de Letur en la
de Albacete, con un desnivel de
veinticuatro por mil, su discurrir es vertiginoso, hace un recorrido de
cuarenta y nueve kilómetros, todos sus
entornos son hermosura hay que verlos y
disfrutarlos para después contarlos, sitio ideal para senderistas de élite y
personas amantes de la naturaleza, por cierto acuden los fines de semana en
oleada, también los hay muy mal educados ecológicamente, ensucian los entornos sin compasión ni
vergüenza, son muy ruidosos, asustan y espantan a la fauna
salvaje con esos aparatos musicales a todo volumen.
Después de
tragarme sus aguas sigo en mi descender imparable y me entraran las
inexistentes aguas de un riíllo que se llama
Argos, ahí está haciendo su cometido,
nace en las montañas de Caravaca, tan sugerente nombre le pusieron haciéndome
sospechar por su etimología debió ser bautizado por algún griego de la
parentela de Estrabón que anduvieron por
estas tierras mucho antes que los romanos, visigodos y
árabes.
Atrás quedaron las célebres sierras de los Almadenes como perdidas entre montañas, por allí pasa la vía del tren, vista desde lenjos paice una culebra que va haciendo eses en la soledad serrana.
Atrás quedaron las célebres sierras de los Almadenes como perdidas entre montañas, por allí pasa la vía del tren, vista desde lenjos paice una culebra que va haciendo eses en la soledad serrana.
Mi discurrir
está amenizado como casi siempre por el
bosque de ribera, aquí me estrecho entre hoces, me ahondo entre profundos
cañones rocosos, mi velocidad se
acrecienta con estas estrecheces los aficionados a la piragua se divierten
bajando por mis rápidos hasta llegar a Cieza.
Avanzo
imparablemente, ya voy saliendo del desfiladero rocoso entre viejas montañas ahora desde lejos diviso el Alto del
Almorchón ciezano, está erguido el gigantón
granítico como un coloso imperturbable,
vigilante siempre está de mis aguas y mi irregular comportamiento, por si acaso
me desmadro dar de inmediato la alarma, atrás quedaron los Almadenes y sus
cañones del Cárcabo todo este trayecto es un espectáculo de pura belleza paisajística.
El río Quípar
viene de regar las huertas cehegineras
nace en la sierra de la Zarza,
término municipal de Caravaca de la
Cruz, con un recorrido de unos cincuenta kilómetros, hasta
ese cañón donde me entrega sus escasas
aguas, algunas alturas de estos cañones sobrepasan los cien metros, allí voy
encallejonao y estrechao, ello permite que vaya a velocidad de vértigo, la
piragua aquí es lo que vale, necesario ser muy diestro en su manejo en estos cañones han perecio
muchos aficionaos a este deporte. Los hombres de la prehistoria dejaron
constancia de su existencia y estancia en las cavernas, con sus pinturas rupestres
en esas montañas del cañón de Los Almadenes.
Como cosa
graciosa e histórica, hubo un poeta hispano- árabe llamado Al-Baqyra que se le
ocurrió decir, “paice este río un pespunte de plata en una túnica verde” y es
que me estrechaba tanto que visto desde una montaña entre el verdor del bosque así
parecía, su sensibilidad poética le hizo hacer tal descripción.
Sigo el avance, abandonando tierras ciezanas, arriba está la ciudadela almohade de Medina Siyasa, estos ciezanos siempre fueron maestros en las artes manufactureras del esparto muy de moda en aquellos años de la siega, del pan y tocino, abundaban personas de misa dominguera con traje nuevo aunque tuviera más años que el mismísimo Matusalén, a la salida de la iglesia compraban el periódico en algún kiosco guardándolo debajo del brazo y ni siquiera lo leían, ello les daba gravedad e importancia, otros se iban a echar la partida al caliche sobre todo los de la huerta, también los había aficionados a tomar “chatos de tinto” de tasca en tasca, hablaban con pasión de fútbol en distendidas y amenas charlas; yo sigo mi discurrir ahora más bien lento y parsimonioso que otra cosa, no me puedo entretener me están esperando los del Valle de Ricote que configuran lo que yo de forma muy particular doy por llamar “La Comarca de las siete Villas”, configuradas por Abarán, Blanca, Ojós, La Losilla, Ulea, Villanueva y Ricote.
En ese avance
imparable están las poblaciones de Ojós, Blanca y Abaran y pronto aparecerá el azud del postrasvase, está ansioso esperando
mis aguas y las del hermano Tajo,
ambas revueltas como un zarangollo.
Abora hay que
distribuir para que todos reciban su ración y estos tíos como son tan
ocurrentes han inventao unos artilugios
desde donde el agua es elevada a dos canales distintos instalados a ambas
orillas de mi cauce, unas son para el
riego del valle del Guadalentin, es decir desde Alcantarilla, Librilla, Alhama,
Totana y Lorca, más el valle almeriense
de Almanzora, las otras son para la vega
baja alicantina más bien se podría decir Oriolana u Orcelitana que ambos
gentilicios valen para el pueblo de Orihuela, tambien sirve la canalización para dar de beber a Cartagena y su comarca, esta gente moerna le dicen “el postrasvase”
y Aquí me detengo y otro día que pueda y tenga tiempo proseguiré con el relato.
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