jueves, 16 de marzo de 2017

EL RÍO SEGURA HABLA CUENTA Y DICE.



                         


EL RÍO SEGURA  HABLA, CUENTA Y DICE
AFLUENTES TRIBUTARIOS.
TRASVASE Y POSTRASVASE.

El Segura.- Vuestro poder fue grande  allí mismico sin salir de Córdoba estabais en la ciudad
mandona con mucho bienestar y mucha grandeza, nosotros aquí estábamos acostumbraos a bien poco,  de pobres nunca pasamos estábamos contentos con nuestras huertas y nuestras gusanos de seda,  las artesanías y las  manufacturas sericícolas, nuestro pimentón, las lechugas y los tomates,  también el esparto que aunque en la actualidad no tenga importancia en aquella época fue  elemento esencial para todo, y ese eterno problema del agua que eso no es cosa nueva, también de los eternos desastres que yo solía causar, ya hablaremos dispués de todo eso ahora te quiero contar algo de mis zagalillos tributarios pa cambiar un tantico el tema y alegrarte un poquico el espíritu, bien sabes que mi caudal no es grande, pronto el líquido incoloro se ve absorbido por la insaciable tierra, los árboles  la muncha verdura, y otras munchas cosas de los campos y de las huertas,  como llueve poco siempre resulta insuficiente mi caudal, mis zagalillos afluentes son muy  humildes, no obstante contribuyen en cierta medida a aumentarme el cauce, a ellos también los estrujan   todo lo que pueden antes de llegar a mi seno, en esta tierra el agua es puro oro.


Son 325 km. los que recorro desde que nazco en la montaña Pinar Negro o Pinar del Risco más concretamente en Fuente Segura con una altura de 1.410 metros, cerca de Pontones en esa hermosa  sierra de Segura para desembocar y finalizar  en el mar Mediterráneo, cerca de Santa Pola, en Guardamar del Segura, de modo que  soy andaluz de nacimiento, luego me convierto en manchego, después en murciano para terminar siendo alicantino.    

Algo de  lo que te cuento son fantasías de pura invención  mía,  no obstante casi todo es  realidad, de todo hay procuro pintar un cuadro imaginativo lleno de muchos brochazos y  pinceladas calenturientas, tratando de proyectar algo que pueda tener colorido, cromatismo imaginario que me pueda alegrar la vista cuando cuelgue el cuadro y de lejos lo mire y  de cerca lo vaya leyendo dándome unas veces alegría y otras pena por tantos desastres causados, pereciendo tanta gente que ninguna culpa tuvo.

Comienza así esta historia y este cuento o relato, como quieras a mí me da igual:

Nada  más brotar de la surgencia y surgir,  ello supone  nacer, reventar del vientre materno, salgo en borbotones de la montaña y  me voy dejando caer sierra abajo haciendo continuas cabriolas al chocar contra los riscos y salientes montañosos, cuando llevo agua claro está, en cuyo caso voy corriendo a paso ligero y  me cuelo entre hoces y gargantas,  algunas veces llevo  un rumor enfurecio y me voy abriendo  paso entre estrechos pasadizos formados de forma caprichosa por la erosión en la montaña.

Voy bajando entre riscales dando continuos saltos, pronto me entran las aguas del río Madera por la margen izquierda, este riachuelo tiene mucha nombradía por esas montañas y lugares jaeneros, es muy bravo en su corto caminar de 18 kilómetros entre helechos y junqueras, baja desde plena sierra por ramblones y quebrados, entra y sale por un estrecho desfiladero de piedra calcárea,  yo me engullo sus aguas entre los Cenajos de Hierbabuena y El Calar del Pino entrándome por la margen izquierda y me voy robusteciendo.

Continuo bajando y en un hermoso lugar y  por la derecha me entra el  río de las truchas, si el Zumeta que baja de La Sagra,  nace cerca de Santiago de La Espada, es alegre y cantarín, corre muy flamenco entre quejigos y jarales,  su recorrido también es corto, pero muy bonito tan solo recorre 20 kilómetros, fíjate que nombre tiene “Zumeta”, anda que el nombre es cristiano por la leche los pescaos, el encuentro se produce antes de llegar a Las Juntas de Millar, pronto recibo las aguas del Tus, después vendrá el embalse de Anchuricas en la linde de la provincia de Albacete,  he perdido alguna altura  más todavía queda mucha, ya no es menester echar el freno prosiguiendo mi imparable avance, continuo  bajando haciendo curvas y contracurvas meandros en definitiva son, sigo con paso veloz y descendente, abandono la provincia de Jaén y me meto en la provincia de Albacete eso cierto es,   ya sabes que el vulgo un tanto soez  y mal hablado a veces suele decir, <<En Albacete el que más larga la tiene, más honda la mete>>, hay otros que dicen <<Mira, Albacete, y después vete>>,  hace mucho frío en invierno querido primo,  ahora ya soy manchego pero no olvido nunca ser andaluz  de nacimiento de muy antigua estirpe y noble cuna, prosigo mi avance en poco recorrido paso a ser murciano, me introduzco en esas sierras de la provincia de Murcia donde  me espera el embalse de Fuensanta,  después serán las  finas aguas serranas del Taibilla las que se me acercan por la derecha pero se la   enviamos a Cartagena por una canalización destinada al consumo humano, este viene de la Sierra de Las Cabras donde nace en la ladera norte de la
población de Nerpio (Albacete).


Todo es belleza de verdes montañas donde existe mucho bosque de ribera, con frecuencia aparecen los enebros, las sabinas y los sauces,  prosigo por lugares serranos  con olor a tomillo y romero, unas veces me ensancho otras me estrecho, esto  es costumbre en mi recorrido, doy vueltas y revueltas, rodeando montañas y valles,  soy el río de los recodos y recovecos el de la velocidad y de la lentitud.

El manchego río Mundo que nace en Calar de la  sierra  alcaracense de Riópar (Albacete) hace un
recorrido de 119 Km hasta que llega a mi lecho,  es regulado por el embalse del Camarillas,  resulta una delicia contemplar su nacimiento en Los Chorros, menester es ir  de excursión para ver esas maravillas que nos muestra la madre naturaleza,  esa  libre caída de  agua en vertical formando una cola de caballo acuífera en cascada al desprenderse por un farallón de más de 300 metros de altura, se oye  un rugido con fragor de trueno al despeñarse entre riscales, allí abundan por todas partes las  cavidades, simas,  dolinas y torcas; en la cueva de su nacedero ya  se conocen 32 Km.  de exploración, es inmensa la cueva,  el turismo aumenta cada día para ver estos maravillosos lugares  cuando llueve con fuerza ver el espectáculo de la caída del agua, es pura maravilla sin necesidad de ir a Sevilla.

Baja mi Mundo  con ímpetu y fuerza,  tiene esa marcha tan airosa, graciosa,  alegre y  vivaracha que da gusto de lejos mirarlo y también de cerca, y  es que mi manchego serrano es mucho Mundo y  eso que es pequeñico y estrecho.

Se va desviando hacia la estación ferroviaria de Las Minas de Hellín, desde arriba se le ve avanzar con sus claras y verdes aguas va en busca de los arrozales calasparreños, ahora  en un recóndito paraje conocido con el nombre de  Los Almadenes allí nos juntamos,  nos unimos, el donosamente me entrega sus aguas, y aquí finaliza su etapa, yo  sigo a toda marcha y los de Calasparra aprovecharon mi anchura para hacer una hermosa playa y los lugareños se dan buenos zambullidos en época estival.

Después de regar los arrozales calasparreños y moratalleros voy en busca de los albaricoqueros y melocotoneros ciezanos,  frutales que ya no cesaran hasta llegar a la mismísima Murcia, antes admitiré por la margen derecha las aguas del río de los tres nombres.

El Guadalquivir.-Haber aclárate, ¿cómo es eso de los tres nombres en un solo río?

El Segura.-Te explico este que ahora recibo se le conoce con el nombre de río Moratalla, pero también se le dice Benamor y Alhárabe, según por donde vaya pasando de ahí esos tres nombres, creo que son  cosas de los lugareños, en realidad estos se juntan entre ellos en plena sierra, después continua con el nombre de Moratalla por ser el de mayor longitud, de ahí esos tres nombres, Moratalla, Benamor y Alhárabe.

Abundan por estos lares nombres y topónimos árabes no olvidemos nunca nuestros ancestros, no es deshonra ni mucho menos seamos realistas, pronto aparece la sierra llamada Zacatín, anda que el nombre es castellano,  por allí baja el río Moratalla desde una altura de 1.450 metros, está en el  límite entre las provincias de Murcia en Calasparra, y de Letur en la  de Albacete, con  un desnivel de veinticuatro por mil, su discurrir es vertiginoso, hace un recorrido de cuarenta y nueve kilómetros,  todos sus entornos son hermosura  hay que verlos y disfrutarlos para después contarlos, sitio ideal para senderistas de élite y personas amantes de la naturaleza, por cierto acuden los fines de semana en oleada, también los hay muy mal educados ecológicamente,  ensucian los entornos sin compasión ni vergüenza,  son  muy ruidosos, asustan y espantan a la fauna salvaje con esos aparatos musicales a todo volumen.

Después de tragarme sus aguas sigo en mi descender imparable y me entraran las inexistentes aguas de un riíllo que se llama  Argos, ahí está haciendo su cometidonace en las montañas de Caravaca, tan sugerente nombre le pusieron haciéndome sospechar por su etimología debió ser bautizado por algún griego de la parentela de  Estrabón que anduvieron por estas tierras mucho antes que los romanos, visigodos  y  árabes. 

Atrás quedaron las célebres sierras de los Almadenes como perdidas entre montañas, por allí pasa la vía del tren, vista desde lenjos paice una culebra   que va haciendo eses en la soledad serrana.

Mi discurrir está  amenizado como casi siempre por el bosque de ribera, aquí me estrecho entre hoces, me ahondo entre profundos cañones rocosos,  mi velocidad se acrecienta con estas estrecheces los aficionados a la piragua se divierten bajando por mis rápidos hasta llegar a Cieza.

Avanzo imparablemente, ya voy saliendo del desfiladero rocoso entre viejas  montañas ahora desde lejos diviso el Alto del Almorchón ciezano,  está erguido el gigantón granítico  como un coloso imperturbable, vigilante siempre está de mis aguas y mi irregular comportamiento, por si acaso me desmadro dar de inmediato la alarma, atrás quedaron los Almadenes y sus cañones del Cárcabo todo este trayecto  es un espectáculo de  pura belleza paisajística.

El río Quípar viene de regar las huertas  cehegineras nace en la sierra de la Zarza, término municipal de Caravaca de la Cruz, con un recorrido de unos cincuenta kilómetros, hasta ese  cañón donde me entrega sus escasas aguas, algunas alturas de estos cañones sobrepasan los cien metros, allí voy encallejonao y estrechao, ello permite que vaya a velocidad de vértigo, la piragua aquí es lo que vale, necesario ser muy diestro  en su manejo en estos cañones han perecio muchos aficionaos a este deporte. Los hombres de la prehistoria dejaron constancia de su existencia y estancia en las cavernas, con sus pinturas rupestres en esas montañas del cañón de Los Almadenes.

Como cosa graciosa e histórica, hubo un poeta hispano- árabe llamado Al-Baqyra que se le ocurrió decir, “paice este río un pespunte de plata en una túnica verde” y es que me estrechaba tanto que visto desde una montaña entre el verdor del bosque así parecía, su sensibilidad poética le hizo hacer tal descripción.

Este río parece un pespunte plata en una túnica verde”







Sigo el avance, abandonando tierras ciezanas, arriba está la ciudadela almohade de Medina Siyasa, estos ciezanos siempre fueron maestros en las artes  manufactureras del esparto muy de moda en aquellos años de la siega, del pan y tocino, abundaban  personas de misa dominguera con traje nuevo aunque tuviera más años que el mismísimo Matusalén, a la salida de la iglesia compraban el periódico en algún kiosco guardándolo debajo del brazo y ni siquiera lo leían, ello les daba gravedad e importancia,  otros se iban a echar la  partida al caliche sobre todo los de la huerta, también  los había aficionados a tomar “chatos de tinto” de tasca en tasca, hablaban con pasión de fútbol en distendidas y amenas charlas; yo sigo mi discurrir ahora más bien lento y  parsimonioso que otra cosa, no me puedo entretener me están esperando los del Valle de Ricote que configuran lo que yo de forma muy particular doy por llamar “La Comarca de las siete Villas”, configuradas por Abarán, Blanca, Ojós, La Losilla, Ulea, Villanueva y Ricote.

En ese avance imparable están las poblaciones de  Ojós, Blanca y Abaran y  pronto aparecerá el azud  del postrasvase, está ansioso  esperando  mis  aguas y las del hermano Tajo, ambas revueltas  como un zarangollo.


Abora hay que distribuir para que todos reciban su ración y estos tíos como son tan ocurrentes   han inventao unos artilugios desde donde el agua es elevada a dos canales distintos instalados a ambas orillas de mi cauce, unas son para  el riego del valle del Guadalentin, es decir desde Alcantarilla, Librilla, Alhama, Totana y Lorca, más el valle  almeriense de Almanzora, las otras son para  la vega baja alicantina más bien se podría decir Oriolana u Orcelitana que ambos gentilicios valen para el pueblo de Orihuela, tambien sirve la canalización  para dar de beber a  Cartagena y su comarca, esta gente moerna  le dicen “el postrasvase”

 y Aquí me detengo y otro día que pueda y tenga tiempo proseguiré con el relato.

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