martes, 14 de octubre de 2025

LA LUCHA ENTRE LOS CLANES SEVILLANOS DURANTE LA DOMINACIÓN ÁRABE.

 

          

Sevilla. Las familias patricias musulmanas de Sevilla, como los Banu Hachchach y los Banu Jaldun mantuvieron buenas relaciones con el gobierno de Córdoba, hasta el advenimiento del emir Abdalá. Los aristócratas gozaban de una libertad que los cordobeses no tuvieron cuidado de coartar.

Cuando Abdalá ocupó el trono, los hermanos Abdalá e Ibrahim eran los personajes más influyentes de la familia Banu Hachchach mientras la cabeza de clan de los de los Banu Jaldún encontraba Kuraib Ben Otman ben Jaldún y su hermano Jalid.


En 889 Kuraib ben Jaldún se reunió en el Aljarafe con otros árabes yemeníes y sus clientes bereberes y juntos lanzaron una ofensiva contra los muladíes de la provincia de Sevilla. Para que su actividad no extrañase en Córdoba, Kuraib fomentó la enemistad entre los clanes bereberes de Baranis But, tradicionalmente enfrentados.

Apoyó las sublevaciones de Niebla y Sidona y sembró la discordia por todo el oeste de al-Ándalus. Esta actividad provocó que muladíes, árabes y bereberes opuestos a los clanes yemeníes y Baranies es decir los mudaries y los Butr del distrito de Morón, se unieran contra los partidarios de Kuraib.


Este lanzó entonces a los bereberes de los distritos de Medellín y Mérida contra Sevilla derrotando al gobernador y a continuación se puso en contacto con Ben Meruan al-Chilliqui, además cortó las comunicaciones con Córdoba apostando un grupo de bandidos que asaltaban a todos los que intentaban  llegar a la capital. Un muladí Mohamed ben Galib logró escapar de los bandidos y llegar a Córdoba, donde logró del Abdalá la autorización de aplastar a los revoltosos

Ben Galib logró someter a los bandidos, pero mientras Kuraib había convencido a los Banu Hachchc para que le apoyasen y juntos atacaron a Ben Galib, que se había instalado en la fortaleza de Siete Torres o San Tirso,

En los enfrentamientos, un muladí mató a un Banu Hachchc, planteando un grave problema al emir; por una parte no quería ofender a los aristócratas árabes y, por otra  temía perder a sus fieles muladíes.


El asesinato de Ben Gallib desató la furia de los muladíes, quienes se unieron a los Butr y a los árabes  maaddies, y se presentaron ante el palacio del hijo de Abdalá, el príncipe Mohamed. Pero algunos sevillanos atacaron el palacio y los cordobeses pidieron ayuda a Chad.

Al llegar éste, los muladíes fueron cogidos entre dos fuegos y los hispanogodos cristianos y muladíes fueron objeto de una matanza,



En 895 el emir envió a su ejército para pacificar Sevilla, donde se encontraban los clanes Banu Jaldún y Banu Hachchc con la familia el gobernador Umayya, quien murió en un enfrentamiento. Pero tras un breve periodo Kuraib  ben Jaldún e Ibrahin ben Hchchc se repartieron el mando de toda la región sevillana.

Pronto estallaron los conflictos entre las dos familias. En 899 Kuraib ben Jaldún y su hermano Jalid cayeron asesinados por orden  de Ibrahin Hchchc, que desde ese momento se convirtió en el verdadero señor de Sevilla y Carmona, llegó incluso a solicitar que el emir reconociese sus derechos sobre la región.

Ibrahin estableció impuestos que cobraba él mismo, disponía de ejército propio y mantenía hacía el gobierno de Córdoba una actitud diferente pero distante. Fortificó la población de Carmona donde se preparó un sólido refugio y organizó una pequeña corte en la que eran bien acogidos poetas y literatos,


 

 

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