Navarra
año 905. A la muerte de Fortún Garcés último representante de la dinastía Íñiga
tuvo lugar una lucha por la sucesión al trono entre los seguidores de Sancho
Garcés, hijo de García Jiménez y los de Íñigo perteneciente a la familia reinante hasta
entonces Sancho Garcés basaba su pretensión al trono en la afirmación de que
Navarra necesitaba un monarca joven y no al viejo descendiente de Iñigo Arista.
Los primeros enfrentamientos se produjeron en Liédena y luego en Pamplona. Sancho contó con el refuerzo de las tropas de su tío el conde de Ribagorza y Pallars.
En la
contienda murió el hijo mayor de Iñigo García y sus otros tres hijos. Sancho
Jimeno y Fortún se vieron obligados a huir a Córdoba. Una crónica del siglo X
explica que en el año 905 se levantó en Pamplona el rey Sancho Garcés. El mismo
tomó por la parte de Cantabria, los castillos que hay desde la ciudad de Nájera
a Tudela.
Poseyó
toda la tierra de la sierra de Deyo con
sus fortalezas. Sometió a su autoridad la ciudad de Pamplona y asimismo tomó
todo el territorio de Aragón con sus castillos.
Luego una
vez expulsados todos los réprobos emigró el año vigésimo de su reinado, en la
era 963 (año 925). Fue sepultado en el
pórtico de San Esteban.
Sancho
Garcés fue el iniciador de la dinastía Jimena, que gobernará Navarra hasta
1234,
Ya en la
segunda mitad del siglo IX antes del golpe de estado de 905, dos miembros de la
familia Jimena, García Jiménez, e Íñigo Garcés, cuyo nombre demuestra que
probablemente era fruto de una unión entre los Jimenos y los Íñigos y que se
casó con una nieta de Fortún Garcés, utilizaron el título de rey.
Este hecho
demuestra que ya entonces la familia Jimena que no tenía ninguna relación con
los muladíes de la zona del Ebro, disponía de suficiente poder llevar el título
real y ejercer las funciones de gobierno, cuando el monarca estaba ausente o
incapacitado,
Efectivamente
estos personajes de la dinastía Jimena llevaron las riendas del gobierno de
Navarra cuando Garcés fue hecho preso por los normandos durante la ausencia de
Fortún, estuvo cautivo en Córdoba varios años después de la muerte de su padre,
dirigieron los ejércitos en lugar del mismo Fortún ya que cundo este accedió al
trono era casi octogenario.
Durante
el reinado de Sancho Garcés se llevó a cabo una completa transformación de la
política exterior navarra, ya que se estrecharon las relaciones políticas con
los reyes de Asturias-León, que incluso se casaron con las hijas que Sancho
Garcés tuvo con la reina Toda,
Junto con
Ordoño II reconquistó de León reconquistó a los musulmanes las plazas de Calahorra,
Nájera y Viguera.
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