ASTURIAS-LEÓN 904.
Las tropas
de Alfonso III el Magno son derrotadas por las del reyezuelo riojano Mohamed
Ben Lope, frustrando definitivamente las apetencias de conquista astur-leonesa en
la parte oriental del reino. Los últimos años del reinado de Alfonso III
suponen la culminación de su política expansionista y repobladora.
Esta se
concentra principalmente en la parte occidental del reino, ya que en la
oriental hacia La Rioja, las dificultades viarias se multiplican.
Desde el
año 884 en unión con Navarra se intenta repetidamente la conquista de las
posesiones de los reyezuelos aragoneses y riojanos, sobre todo de las de
Mohamed Ben Lope, pero los distintos combates en que se enfrentan acaban
siempre en fracaso para Alfonso III.
En el año
901 un ejército compuesto por unos 60.000 bereberes, ponen cerco a la ciudad de
Zamora que logra resistir el embate, ello junto a la derrota sufrida frente a
Ben Lope en 904, hace que los reyes asturianos dirijan sus
esfuerzos hacía otra vía de expansión que ofrece mejores perspectivas.
La Meseta
en esta actitud incide también otro
factor. Hasta principios de siglo los reyes-asturleoneses consideran el
territorio de los vascones como propio. Sin embargo pronto han de enfrentarse
con el expansionismo navarro, que se les enfrenta con la dinastía Iñiguez al frente.
A partir
de 860, con la implantación de la dinastía Jimena en el trono de Pamplona, los
enlaces matrimoniales entre asturleoneses y navarros Alfonso se casa con Jimena
de Navarra, haciendo que poco a poco se
acepte la independencia del territorio.
Tras el
reconocimiento del reino de Navarra, por
parte de Alfonso III, el año 900 se produce la separación definitiva de la
parte oriental del reino y la búsqueda de otro camino de expansión a través de
la Meseta.
Entre las
localidades ocupadas o repobladas por Alfonso III figuran Sahagún, Ubrerna,
Burgos, Simancas, Toro, Zamora y Oporto, uno de los más importantes
esfuerzos durante la reconquista,
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