viernes, 10 de octubre de 2025

UN BANDIDO CON MUCHA SUERTE

 

OMAR BEN HAFSUN


Al-Ándalus año 888- Omar Ben Hafsun, tras una estancia en el norte de África donde  se había refugiado huyendo de la justicia que le buscaba por un asesinato, el muladí regresó a la Península y con un joven grupo se dedicó al bandidaje.

En las casi inaccesibles  montañas de la sierra de Ronda instalaron su base de acciones en un recinto llamado Bobastro.

Desde allí, llevaron a cabo  todo tipo de pillajes, asaltando a los viajeros y a los recolectores de impuestos y atacaban a los caseríos de los alrededores.

Omar Ben Hafsún aprovechó que en ese momento el Gobierno de Córdoba tenía toda su atención centrada en prevenirse contra Ben Meruan al-Chilliki que había regresado a Al-Ándalus desde las tierras norteñas para actuar con toda impunidad.

De esta manera, la pequeña cuadrilla de Bobastro engrasaba en sus filas con aventureros y veteranos desertores. Así fortaleció el jefe muladí que conducía a sus hombres en incursiones cada vez más arriesgadas, dirigidas contra las opulentas poblaciones situadas entre Córdoba, Antequera  y Campillos.

Estas acciones le valieron a Ben-Hafsun reputación de audaz y valeroso, pero en el año 883  preocupado por la frecuencia de estas acciones, el emir envió a su general Abd-al-Aziz contra Bobastro, donde Omar residía en aquel nido de águilas, pero ante el asedio a que fue sometido,  no tuvo más remedio que rendirse y ser conducido preso a Córdoba, donde fue bien recibido aceptando la proposición  que le fue hecha de ingresar en el ejército omeya.

Pasado el tiempo tuvo un altercado con el prefecto de la ciudad y Omar huyó de Córdoba volviendo a su refugio de Bobastro donde volvió con sus hombres y  pronto a realizar sus acostumbradas incursiones y con ánimo de crear un reino independiente, gracias al apoyo que le prestaban amplios sectores muladíes.

Bobastro

Progresivamente se fue adueñando de Auta, Comares, Mijas, Comares y Archidona. En 886 apoyó la sublevación de los Banu Rifaa y después amplió sus dominios apoderándose de la población de Priego y el castillo de Iznajar.

Al año siguiente el nuevo emir de Córdoba al-Mundir reanudó la lucha contra los bandidos de Bobastro recuperando Iznajar.

En el 888 al-Mundir encabezó una ofensiva contra Omar, tomó Archidona y allí mismo mandó crucificar a los principales jefes. A continuación, el Emir fue a Bobastro donde Omar le convenció de que estaba dispuesto a someterse a cambio de que en Córdoba se le acogiese y pudiera gozar junto con sus hombres de una posición social privilegiada. Pero Omar huyó por la noche, después de robar las cabalgaduras y bienes que llevaba al- Mundir.

El Emir hizo atacar Bobastro, pero nunca logró capturar a  Hafsun, que siguió actuando hasta su muerte y fue reemplazado en el bandidaje por sus hijos



 

 

 

 

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