CUENTO Nº
10
LA MUERTE OCULTA DE ABDERRAMÁN II
Año 852. Fallece
el emir de Córdoba Abderramán II hijo y sucesor de Alhaquen I, que tras haber
ocupado el trono el 17 de mayo de 822 consiguió convertir al-Andalus
en una potencia mediterránea, gracias a la reorganización del aparato estatal aplicando los moldes iraníes adoptados por los abasíes.
Tras potenciar la urbanización del territorio tanto con la ampliación de antiguas ciudades como con la creación de otras nuevas, Madrid (Majeriz), Murcia (Medina Mursiya) y Úbeda (Ubbdza) etc. repercutiendo en la paz interior,
aunque aumentó la presión fiscal sobre la población mozárabe.
Durante su
reinado resulta significativa la ausencia de importantes movimientos de
revuelta salvo en territorios de las Marcas que por su carácter fronterizo
siempre fueron propicios a escapar a la autoridad central.
El reinado de Abderramán II significó también la apertura de Al-Andalus hacia el exterior, el mismo emperador bizantino llegó a pedirle ayuda para luchar contra los abasíes.
Con todo,
lo más importante de su reinado fue el levantamiento de los mozárabes cordobeses
hacia mediados de siglo al tratarse de una
protesta contra la fuerte imposición fiscal y al tiempo que se produjo una rebelión de
carácter religioso ante la islamización creciente que Abderramán impuso.
Los
cristianos no encuentran mejor respuesta que ofrecer su martirio voluntario.
El
problema alcanza tales dimensiones que el propio emir tiene que convocar incluso un concilio
metropolitano a cargo del obispo de Sevilla para condenar las incomprensibles actitudes.
La muerte
de Abderramán aparece envuelta en
misterios, en principio se desconocen las causas exactas de su muerte, algunos la atribuyen a un veneno administrado por algunos de sus propios
alquimistas.
La muerte de Abderraman II según las crónicas se mantuvo oculta al pueblo cordobés hasta que se clarificó con la sucesión al trono recayendo en su hijo Mohammed quien contaba con el apoyo del ejército.
La muerte de Abderraman II según las crónicas se mantuvo oculta al pueblo cordobés hasta que se clarificó con la sucesión al trono recayendo en su hijo Mohammed quien contaba con el apoyo del ejército.
AL
MARTIRIO POR PROVOCACIÓN
Córdoba
año 852.-Un interminable sinfín de diferencias litúrgicas doctrinales se imponen entre las dos comunidades
religiosas que conviven en la Córdoba de mediados del siglo IX: la mozárabe o
cristiana y la musulmana.
Nada les aleja tanto a una de otra como el hecho
de que el Islam es la religión de los conquistadores y gobernantes del país,
mientras que el cristianismo es la religión de los sometidos y como
tal, un culto meramente tolerado y sujeto a ciertas restricciones: no se
permiten, por ejemplo, las ceremonias litúrgicas que tienen por escenario la
calle, como las procesiones, estando también prohibido tocar las campanas de los
templos.
En este
contexto surge un grupo formado por sacerdotes y laicos que se oponen
apasionadamente a la supremacía del
islam y a que el credo mahometano siga ganando terreno al cristianismo,
pues cada vez resultan más frecuentes los matrimonios de musulmanes con
cristianas previamente convertidas al islam. Encabezan este fogoso grupo
anti conformistas como el párroco de San Zoilo, llamado Eulogio, y su íntimo amigo y
colaborador, Álvaro.
El ambiente está ya al rojo vivo cuando el
cura Perfecto, párroco de San Asciclo, disputa en un día con varios musulmanes
cordobeses, se atreve a insultar a Mahoma, con ello el párroco Perfecto incurre en el
grave delito de blasfemia pública contra la religión islámica, delito que las
leyes castigan con la muerte, de ahí que durante la gran fiesta de la Ruptura
del Ayuno, Perfecto sea decapitado.
La
ejecución de Perfecto exacerba aún más los ánimos de Eulogio y sus adictos, los
cuales, presos de una especie de fervor místico estos se animan unos a otros a buscar
la muerte en bien de su religión y en este ambiente de exaltación comienzan a
surgir individuos que se dedican a desafiar las leyes y la religión mahometana,
mediante insultos al islam o a Mahoma o la negación de la divinidad de Alá.
El monje
Isaac de la localidad de Tábanos, es el primero en salir voluntariamente al
encuentro del martirio, al insultar al Profeta en presencia del mismísimo cadí
quien condena a Isaac a morir crucificado.
Durante los meses siguientes son conducidos al cadalso el diácono Paulo, el monje Teodomiro de Carmona, el sacerdote Sisnando, el soldado Sancho, las vírgenes Flora y María etc.
Durante los meses siguientes son conducidos al cadalso el diácono Paulo, el monje Teodomiro de Carmona, el sacerdote Sisnando, el soldado Sancho, las vírgenes Flora y María etc.
Las
blasfemias contra el islam y las ejecuciones se suceden a un ritmo cada vez mayor, pese que a la
mayoría de los cristianos cordobeses no vean con buenos ojos la provocadora
actitud de sus correligionarios.
Para
salir al paso de estos acontecimientos se celebra un concilio en Córdoba bajo la presidencia de Recafredo, arzobispo
de Sevilla y animado por el emir.
En
defensa de los mártires se alza en solitario la voz del obispo de Córdoba. Los
demás padres conciliares deciden prohibir a los cristianos la búsqueda voluntaria
del martirio, siete años más tarde tendrá lugar el martirio de Eulogio 11-03-859.
LOS
EUNUCOS UNOS ESCLAVOS DE LUJO
El
eunuquismo surgió en Mesopotamia siendo instituido por la legendaria Semíramis,
aparecen eunucos en las antiguas civilizaciones de Asiria, Persia, Israel, La India,
China, Etiopía, Grecia y Egipto, entre otras, a pesar de que Mahoma criticara el
eunuquismo en la sociedad musulmana los eunucos estaban bien considerados en
comparación con otras civilizaciones.
El precio
que se conseguía por los esclavos sometidos a emasculación solía ser muy
superior al de los demás a consecuencia que solo uno de cada tres sobrevivía a
la operación, siendo utilizados para custodiar y guardar harenes y lugares sagrados
.
Fue
costumbre entre poderosos señores musulmanes enviar eunucos como regalos a las
mezquitas de las ciudades santas de la Meca y Medina.
La reliquia de la camisa de Mahoma que se conservaba en el Cairo, era custodiada por un eunuco traído especialmente desde Constantinopla.
La reliquia de la camisa de Mahoma que se conservaba en el Cairo, era custodiada por un eunuco traído especialmente desde Constantinopla.
Para
custodiar los harenes de los musulmanes poderosos se utilizaban exclusivamente
esclavos negros, que eran comprados a orillas del mar Rojo a mercaderes
abisinios, otra fuente eran los esclavos traídos de centroeuropa y emasculados en Toledo, centro que abastecía
a todo el mundo árabe.
Los esclavos
eunucos nunca eran dedicados a realizar servicios bajos, con frecuencia eran
tratados con los títulos de maestro y señor.
Se Sabe de eunucos muy apreciados en las cortes musulmanas y a su muerte les llegaron a hacer oraciones incluso en La Meca.
Se Sabe de eunucos muy apreciados en las cortes musulmanas y a su muerte les llegaron a hacer oraciones incluso en La Meca.
EL
PESO POLÍTICO DE LOS MULADÍES
Ya en la
época de la conquista musulmana de la Península hubo cierto número de cristianos que se convirtieron al islamismo - posiblemente por la intención de conservar su posición
privilegiada y el deseo de eludir los impuestos personales posibles motivos que les impulsaron a abandonar el cristianismo.
El número fue creciendo durante el siglo IX a causa
de las persecuciones contra los cristianos donde los conversos musulmanes y
sus descendientes los muladíes vinieron a ser mayoría en al-Andalus, su situación de
inferioridad con respecto a las familias originarias de Oriente hizo de ellos los
muladíes un grupo propenso a aprovechar la debilidad del poder de Córdoba donde el
emir Mohammed tuvo que enfrentarse a muchas revueltas.
Toledo fue con mayoría la población muladí que se alió con los astur-leoneses y la Marca
Superior, esta estaba en poder de Muza ibn Fortún, de la familia muladí de los Banu Qasi.
En Mérida
estalló en 868 un levantamiento encabezado por el muladí Abderramán ben Marwan
al Chilliqui.
En 880 el
muladí Omar ben Haffsun amplió la revuelta hasta convertirse en cristiano en
el reinado de Abdalá siendo una verdadera fitna, (guerra civil), hasta que en 899
Ben Haffsun se convirtió al cristianismo, haciéndose bautizar con el nombre de
Samuel pero sus hijos se sometieron a Abderramán II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario