domingo, 22 de marzo de 2020

CUENTO VI Domingo día 22 de marzo MAR BEN HAFSUN


                                                                 
                      CUENTO VI                                       
                                 
                                                          OMAR BEN HAFSUN

                                                                  


Omar nació en el año 840 según unos historiadores en un pueblo llamado Parauta de la serranía malagueña  era muladí, es decir descendiente de cristianos, pero en  aquella época era  casi  obligado abrazar el Islamismo, de lo contrario poco más o menos  te podías exponer a que te cortasen el pescuezo; su bisabuelo fue un conde  visigodo de modo que la islamización fue abrazada a la fuerza de los invasores, en consecuencia, su padre  era un terrateniente y persona de cierta influencia local, el niño era mitad moro, mitad cristiano, no olvidando nunca sus ancestros visigodos, su infancia discurrió en aquellas agrestes sierras de Carratraca, Ardales, Alora, Parauta, Antequera  y Casarabonela

                                                                   
Desde bien jovencito demostró el niño tener espíritu inquieto y beligerante, jugaba a las espadas y a las guerras formando bandas contra otros niños de Álora, Cártama y Antequera, casi siempre salían vencedores los de la banda del jovenzuelo Omar, no obstante  fue educado en el respeto hacia la fe cristiana y algo de la musulmana para disimular un poco, cuentan viejas crónicas y leyendas que era de un carácter indomable no había quien pudiera con él, al paciente padre le solía causar diarios disgustos por su comportamiento excéntrico, extravagante y anormal.

                                                                    

                                                                    


                        A medida que el muchacho iba creciendo le fueron gustando cada vez más las pendencias y las aventuras, pronto aprendió a galopar a caballo, gustaba de recorrer rincones intrincados y recónditos perdidos en aquella serranía, fue siempre el líder y jefe de todas las bandas de la comarca, maestro en el manejo de la onda del arco y de la flecha, de la espada y  de la lanza, tenía buenas dotes de mando, gran estratega a la hora de organizar a los demás jóvenes en disposición de lucha, con el tiempo se convirtió en  el líder indiscutible de la comarca del valle de Abdalají,  de más mayor tuvo un altercado y llegó a matar a un hombre, entonces  huyó y se embarcó a Berbería  donde permaneció algunos años, si bien nada  se  sabe el transcurrir de  su  vida por esas tierras, dicen algunos cronistas que fue aprendiz de sastre, allí llegó a enterarse que en su pueblo había una sublevación contra el gobierno, no lo pensó mucho y decididamente  regresó  presto a  su tierra natal.





Para comenzar se reunió con sus antiguos compañeros formando varias bandas dedicándose al pillaje, asaltando caravanas y transeúntes, no estaba de acuerdo con los mandatos del sultán de Málaga, ni del emirato cordobés, tuvo  valor para salir al encuentro de los contingentes militares  para atacarlos y causarles  innumerables  bajas, siempre actuaba por sorpresa desapareciendo después como por encanto, pronto se convirtió en la pesadilla del Centro de Operaciones del emirato de Córdoba.



Cuando tenía casi cuarenta años de edad estableció de forma oficial  su cuartel general en un intrincado lugar protegido por las altas montañas que, hoy se le conoce con el nombre de Bobastro, disponía de tropa propia, mandó construir un castillo sobre las altas montañas  donde anidaban las águilas  y sobre una roca edificaron una iglesia  excavada en la roca para el culto cristiano-mozárabe, al gobernador de Málaga lo traía por la calle de la amargura, siglos después emularon sus hazañas aquello hombres dedicados al pillaje  conocidos con el apodo de Pasos Largos,  Diego Corrientes, El Pernales,  Miguelito Caparrota, Juan de Serrallonga, Claudio El Molinero, Juan Caballero,  El Tempranillo, Los Siete Niños de Ecija, Jaime El Barbudo,  y otros muchos que  omito al  no ser de mi agrado la excesiva  prolijidad.  
                                                                               


                                                                       
                                                                              
El emir Muhammad I emprendió un ataque contra él y sus gentes en el año 883 aproximadamente consiguiendo hacerlo su prisionero, lo llevó a Córdoba y fue encarcelado
                                                                 
                                                           

El Consejo se reunió para deliberar cuál sería su castigo tras muchas deliberaciones llegaron a la conclusión que era un hombre de enorme valía, conocedor de todos los caminos serranos, gran estratega para el combate y la guerra de guerrillas, valiente y abnegado  -  igualmente sus secuaces, ante ello  el Consejo tomó la decisión de incorporarlo al ejército del emirato con el mando de Valí, estimando que de ese modo podría aportar mejores resultados mantenerlo vivo y a disposición  que muerto.



En sus primeros inicios todo fue transcurriendo con normalidad algún tiempo después  tuvo un enfrentamiento con un personaje de la milicia cordobesa y de la noche a la mañana se produjo su deserción sin facilitar explicación alguna, pronto se tuvo conocimiento que retornó a Bobastro donde  creó una especie de principado libre del yugo árabe, apoderándose de las localidades malagueñas de Auta, Mijas, Comares y Archidona, tuvo la osadía de mantener a raya   durante más de cincuenta años a los emires de Córdoba y a los gobernadores de Málaga,  fue un verdadero adalid y símbolo de la insurrección contra  el invasor, conllevando el contagio a toda la serranía limítrofe de Ronda de la que era dueño y señor, llegando a tener muy buenas relaciones con los bereberes del Zagreb, estas acciones le valieron a Omar ben Haffsun reputación de audaz y valeroso 




Desde Bobastro realizaron todo tipo de pillajes,  asaltos a los viajeros y a los recaudadores de impuestos, Omar aprovechó que, en ese momento el  gobierno de Córdoba tenía toda su atención centrada en prevenirse contra Ben Meruan  al-Chilliki que había regresado a Al-Andalus desde las  tierras asturianas para actuar con toda impunidad


De esta manera la pequeña cuadrilla de Bobastro engrosaban sus filas con aventureros y veteranos desertores, así fortalecido el jefe Muladí conducía a sus hombres en incursiones cada vez más arriesgadas dirigidas contra las opulentas poblaciones situadas entre Córdoba, Campillos y Ronda, estas acciones le valieron a Omar Ben Haffsun la reputación de audaz aventurero y valeroso.
                                                               


Llega a federar a todos los renegados del Islam que eran  tanto a los trabajadores de los campos como  los jefes de los pueblos, ciudades y fortalezas estaban descontentos por los numerosos impuestos que recaian   sobre ellos, fue la rebelión llamada de los cristianos que habían abrazado el islamismo a la fuerza. 


Cada vez  más se ensalza la figura  de Omar en romances de ciegos de láminas y cordel con cantos de sus hazañas que le hacen más popular para equipararse en fama  al emir, como liberador de los oprimidos y sometidos, circunstancia que continúa  durante el mandato del emir Al-Mundir (886-888), cuyo breve emirato es una constante lucha contra Omar, a la que después dedicaría el sucesor del emirato Abd-Allach (888-912), este llega a ver en peligro su propia seguridad en Córdoba, la rebelión se extiende y a ella se suman los renegados de Elvira (Granada) y Ecija.

En Sevilla pese a ser muy fuertes los rebeldes,  llegan a ser dominados siendo mandados a degollar por la nobleza, en gran parte los de origen godo.  

    
En el año 889 Omar es el jefe de una facción casi victoriosa que le hace pensar en una política de mayor relevancia, su lucha es contra los omeyas españoles, se pone en contacto con los abasies norteafricanos solicitando la bandera negra para combatir contra el emirato cordobés.






                            Bajo el breve  mandato de Al Mundir (886-888)  fue una constante lucha la que dedicaría también su sucesor Abd -Allach (888-912),  que llega a ver en peligro su seguridad en Córdoba.
            
             

                                                         
                                     El 16 de mayo del 891 en una escaramuza guerrillera resultó  derrotado en Poley hoy conocida como Aguilar de la Frontera, también se la llamó por ese tiempo Bulay, con los romanos sería  Ipagro y con los visigodos Ipagrun, perdiendo varios de los territorios, no obstante una vez más el bravo Omar volvió a salvar la vida.

Más tarde pudo recuperar buena parte de sus territorios pero su declive se hizo cada vez más evidente, en el año 899 se le conocía como el anciano andaluz y  decidió convertirse al cristianismo, haciéndose bautizar con el nombre de Samuel, contaba 59 años de edad, por aquellos tiempos la ancianidad llegaba bastante  antes que en el siglo XXI. 


El abandono de la religión musulmana no agradó a sus más fieles compañeros y seguidores, restándole de inmediato su adhesión,  eran musulmanes y no querían servir a un jefe renegado de la fe de Alá.

                                                                   


Los últimos años de su vida coincidieron con el acceso al poder de Abd al-Abderramán  III el gran Califa, nieto de Abd Allach e hijo de una hija de Iñigo Arista, casada con Muhammad, hijo de Abd-Allach,   este  sometió  un asedio implacable a Bobastro,  cuando Omar ya había fallecido en el año 917. Sus hijos no pudieron mantener la rebeldía paterna, unos murieron, otro se rindió, y la hija Argentea sufrió martirio por confesar su fe.     

                                                                       

Bobastro se encuentra a la distancia de media legua  de la estación ferroviaria del Chorro, allí  estaba su tumba;  el odio hacia esta persona hizo que sacaran de la tierra sus restos para comprobar que estaba muerto, fue desenterrado y crucificado en una de las puertas de Córdoba como castigo a su larga rebelión y su apostasía del Islam. 

¡¡¡Qué cosas tan raras pasaban antes!!!.


                                                                 


Notas (El Gran historiador Reinart DOZY), en la Historia de los musulmanes de España,  de este modo narra al personaje: Omar Ben Haffsun de antigua estirpe gótica, semicristiano, semi musulmán, audaz, aventurero, soñador, proscrito, justiciero, y sobre todo, astuto, levanta el pendón de la rebeldía en las ruinas de Bobastro, y bajo él se agrupan todos los enemigos del califato, todos los que quieren sacudir el yugo, lo mismo los cristianos que los renegados y los árabes, lo mismo los oprimidos  que los aristócratas; dominador del país, sus algaras tocan ya en las puertas de Córdoba;  para aquellos elementos no se han reunido para aceptar un nuevo señor, sino para mantenerse cada cual independiente; estalló la discordia y un nuevo Abderramán, no menos poético, no menos hermoso, no menos desgraciado e interesante que el primero, arranca en un instante el imperio del borde de su ruina. En la lucha ha perecido la aristocracia, y la unión y la costumbre han moderado los odios religiosos: la monarquía ahora será un hecho; ahora es cuando verdaderamente va a nacer  el califato

Los faquíes, que miraban todas las calamidades públicas como castigo de dios y que le llamaban a Ibn Hassum el azote de la cólera celeste, alborotaban la ciudad con sus predicciones lamentables  ¡Desgraciada de ti, och Córdoba- decían,- desgraciada de ti, vil cortesana, cloaca de impureza y disolución, morada de calamidades y de angustias: desgraciada de ti, que no tienes ni amigos, ni aliados!
Cuando el capitán de la gran nariz y de la fisonomía siniestra, cuya vanguardia se compone de musulmanes y la retaguardia de politeístas, llegue delante de tus puertas, se cumplirá tu fatal destino. Tus habitantes irán a buscar asilo en Carmona, pero será un asilo maldito.




Abderramán III tomó el relevo de su abuelo Abdalá. - ahora me dice mi primo que si puedo hacer un esfuerzo para que  en estos días de cautiverio seguir  contándole otro  cuento sobre todo del Califato que ya estaba más fuerte.


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