En el mundo romano fueron muy comunes las representaciones eróticas en objetos de uso diario como los vasos, lucernas pinturas murales, mosaicos etc.
Especial
importancia tenían las representaciones fálicas, siendo muy frecuentes en lo ritos de la fertilidad, en
monumentos funerarios y amuletos de carácter apotropaico (protector), que por
su carácter mágico, se cree que alejaba el mal o propiciaba el bien.
Como portador
de la vida se representaban falos en las
tumbas para simbolizar la vida del difunto después de la muerte.
La misma
cualidad explica su valor como amuleto de los dioses que protegía, el ganado de
los ciclos agrarios.
Entre los
siglos II AC y II DC. se empleó la
imagen del miembro viril en el mundo romano como elemento protector contra el
mal de ojo (fascinum), bien porque su representación grotesca incluso obscena
obligaría al aojador a apartar su mirada .
El fascinus o fascinun es la personificación del falo divino en la magia y religión de la antigua Roma, la palabra puede referirse también a la propia deidad Fascino, o a efigies y amuletos del falo y a hechizos utilizados para invocar su divina protección.
Las mujeres solteras solían llevar como amuleto un collar en el que pendía un falo y en la parte superior llevaba una anilla por la que pasaba un cordón, este amuleto significaba soltería.
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