LOS
MASTIENOS
La región
Mastiena se extendía por lo que actualmente son las provincias de Murcia,
Almería, Alicante y algunas zonas de Valencia y Albacete. Siendo Mastia, desde
siempre la ciudad de la rica cultura Mastiena.
Mastia se
encontraba y se encuentra erigida en el interior de una bahía al Mediterráneo
rodeada de yacimientos minerales que permitieron a los mastienos un gran
desarrollo y riqueza en el arte de la
metalurgia.
La cuenca
mastiena fue siempre rica en hierro, plomo, plata, cinc, estaño y cobre, tales riquezas le permitieron
su expansión hasta el Estrecho de Gibraltar, llenando de pequeñas factorías y
sucursales las costas del mar ibérico sureño.
Los Mastienos
no constituían una tribu ni tampoco eran portadores de una cultura, eran
simplemente ambiciosos ciudadanos que respaldados por el poder de sus prósperos
negocios, derivados de la explotación de las minas de plata y otras, así como
de las industria del salazón o garum, buscaban incrementar sus intereses, abriendo
nuevas fuentes de producción y de riqueza en perfecta armonía dada su
proximidad con libios y fenicios de la costa sur y con los oretanos sobre todo de Cástulo en el interior y
con los edetanos y contestanos del
norte.
ORIGEN
DEL NOMBRE DE MASTIA
Para la mayoría
de los historiadores y lingüistas, el origen del topónimo Mastia es líbico o libio-ibérico,
relacionado con voces africanas como Maste, Mastinax, Mastabal, Mastites…
igualmente, la forma Massia, halla su correspondencia con Massinisa, Massikar,
Massiva, Massilou.
ACERCANDONOS UN POCO LA PRIMERA GUERRA PÚNICA
En el siglo IV a.C. Cartagineses y Romanos delimitaron sus áreas de influencia en la Península Ibérica con el fin de evitar algún conflicto armado.
Los púnicos controlarían las tierras situadas entre la Mastia (Cartagena) y el estrecho de Gibraltar y los romanos las tierras entre la Mastia y Los Pirineos.
En el siglo III a.C.. los cartagineses sometieron el sur de Iberia por las armas y extendieron su área de influencia hasta Tortosa próximo a la desembocadura del río Ebro en el mar mediante un nuevo tratado con Roma.
El reparto de Iberia permitió la refundación cartaginesa de la antigua ciudad Mastiena de (Cartagena), con la denominación de Qart Hadast (Nueva Cartago).
La ciudad se convirtió en la capital administrativa y base de operaciones militar púnica en Iberia dado su gran valor estratégico (entre el Ebro y el estrecho de Gibraltar), disponiendo de murallas y minas de plata, hierro, plomo y cobre.
El Jefe púnico Cartaginés Asdrubal impulsó la reedificación de las murallas y la construcción de la acrópolis.
Su sucesor Anibal, provocó la entrada de Qart Hadast en conflicto con Roma tras el estallido de la II Guerra Púnica, pero primero vamos a entrar en la Primer Guerra Púnica, recordando que fueron tres las guerras que tuvieron entre romanos y cartagineses, estos no se quedaron cortos.
LA PRIMERA GUERRA PÚNICA
Esta tuvo lugar (264-241 a.C. siendo la primera de las tres guerras libradas entre Cartago y Roma, siendo las dos principales potencias del Mediterráneo occidental a principios del siglo III a.C.
La guerra duró 23 años, por lo que se convirtió en el conflicto continuo más largo y la mayor guerra naval de la antigüedad, disputada por las dos potencias que lucharon por la supremacía.
Las guerras se libraron principalmente en la isla mediterránea de Sicilia y sus aguas circundantes, así como en el norte de África. Después de inmensas pérdidas tanto materiales como humanas por ambos bandos, los Cartagineses perdieron la guerra.
Esta guerra como antes se ha dicho comenzó en el 264 a.C. cuando los romanos se apoderaron de Mesina en Sicilia y aprovecharon para presionar a Siracusa la única potencia independiente significativa de la isla, a fin que se aliara con Roma, entonces sitiaron la base principal de Cartago.
Un gran ejército cartaginés intentó levantar el sitio en el 262 a.C.
Pasado el tiempo los romanos construyeron una armada para desafiar a los cartagineses, y gracias a las tácticas novedosas infringieron a los cartagineses importantes reveses.
Tomaron una base cartaginesa en Córcega pero los cartagineses se rehicieron con motivo de realizar un posterior ataque a Cerdeña, en el cual los romanos perdieron la base corsa.
Aprovechando los romanos sus victorias navales preparan una flota para invadir el norte de África y Túnez, que los cartagineses trataron de interceptar pero sufrieron un nuevo descalabro en la batalla de Cabo Enomo.
En el 255 a.C. los cartagineses solicitaron la paz de Roma pero las condiciones exigidas fueron tan duras que no estaban al alcance de Cartago no teniendo mejor solución que continuar las luchas y guerras.
Los romanos enviaron una flota para evacuar a los supervivientes pero los cartagineses se opusieron a ello en la batalla de Hermeo, en la que sufrieron una nueva y dura derrota, .pero una tormenta destruyó la flota romana, mientras regresaba a Italia, la escuadra perdió la mayoría de sus barcos y más de cien mil hombres, aunque parezca que el cálculo es algo exagerado peo asó lo indica la crónica.
El estado de guerra continuó sin que ninguno pudiera obtener ventaja decisiva, los cartagineses atacaron venciendo a los romanos y recuperaron AGRIGENTO, pronto se dieron cuenta que no podían controlar la ciudad por lo que la arrasaron y abandonaron.
Los cartagineses intentaron recuperar PAROMO (Palermo) pero perdieron la batalla que se libró en las murallas de la actual ciudad de Palermo en el 251 a.C. al año siguiente perdieron 150 barcos debido a una tormenta, mientras que los romanos ocuparon la mayor parte de Sicilia sitiando las dos últimas fortalezas cartaginesas que tenían en el entorno occidental de la isla.
También acometieron por sorpresa a la flota enemiga pero fueron vencidos en la batalla de DRÈPANO, a esta victoria cartaginesa le siguió la de Phintas, combate en el que los romanos perdieron la mayoría de los buques.
Cartago sin recursos para construir una nueva flota o para reforzar las existentes terrestres admitió su derrota, firmó un tratado de paz con Roma, en el año 241 a.C. cediéndole el control absoluto de Sicilia, dando conclusión así a la primera guerra púnica.
LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA
Finalmente el 210 a.J.C. se produjo el desembarco en Emporión (Ampurias) del ejército de las tropas romanas de Publio Cornelio Escipión, el Africano, y Marco Junio Silano, poco después tras muchas guerras llegaron a Cartago Nova (Cartagena), siendo la importante base de las operaciones militares y económicas de los africanos y tunecinos cartagineses.
En el 212 a.J.C. tiene lugar el desastre de los hermanos Escipiones, Publio Cornelio, padre y conquistador de Cástulo y Cneo que fueron derrotados por los ejércitos cartagineses al mando de Asdrúbal Barca y sus tropas y lugartenientes de Asdrúbal Giscón y Magón Barca.
Publio es perseguido por las huestes cartaginesas y un mes después muere en Iliturgi, actual Andújar o Mengibar según Livio (25-32).
Las tropas romanas en 208 cruzaron la llanuras de la Mancha hasta entrar por la Orospeda y el Saltus Castulonensis de la Oretnaia, donde se produce la gran batalla de Baecula (Bailén), ganaron los romanos, después conquistaron Auringis (Jaén) y Acci (Guadix) y por último Ilipa (Alcalá del Río) en la Turdetania, viniendo a marcar definitivamente el fin del poderío cartaginés en Hispania.
Con
posterioridad a estos señalados triunfos de los ejércitos de Escipión y Silano, este consideró que había llegado el momento de vengar la muerte de su padre y de su tío en el escenario de: Cástulo e Iliturgis.
El plan estratégico
fue el siguiente: Escipión marcharía contra Iliturgis y Silano iría contra
Cástulo.
LA
GUARNICIÓN CARTAGINESA DE CÁSTULO
La
guarnición de ejército cartaginés en Cástulo lo comandaba Himilcón, este
general cartaginés ya se había distinguido en el verano como
experto marino que al mando de cuarenta trirremes salió de Cartagena para
librar batalla naval contra Cneo Escipión
y sus aliados massliotas en la desembocadura del Ebro (Libio XXII 19.
LA
POBLACIÓN DE CÁSTULO Y LOS PÚNICOS
La
población de Cástulo era adicta a los cartagineses, no en balde Aníbal había
enlazado matrimonio con la castulonense Himilce, al igual que su cuñado Asdrúbal,
siguiendo la política de atracción y amistad con los íberos.
El afecto y amistad de los castulonenses hacía los púnicos venía de muy antiguo del tiempo en que la influencia fenicia era una constante, estos iban y regresaban con mucha frecuencia por aquellas tierras en busca de la plata procedente de las minas oretanas, habiendo establecido fuertes contactos e influencias con Cástulo, la arqueología y los importantes hallazgos fenicios y orientalizantes datables en el siglo VII a.J.C. han dado testimonio de ello.
LA BATALLA DE CÁSTULO
La batalla de Cástulo fue el primero de los dos enfrentamientos consecutivos entre el ejército cartaginés liderado por Asdrubal Barca, Magón Barca hermanos de Aníbal y Asdrubal hijo de Giscón, contra el ejército romano bajo el mando de Publio Cornelio Escipión y su hermano Cneo Cornelio Escipión Calvo, ambos hermanos resultaron muertos.
SITUACIÓN ESTRATEGICA
Publio y su hermano Cneo Cornelio Escipión Calvo, habían estado con anterioridad en Hispanía para evitar que las tropas cartaginesas se dirigieran a apoyar a Anibal Barca, que se encontraba luchando contra los romanos en la península Itálica.
Por su parte, los hermanos Escipión consiguieron persuadir a Sifax rey de Númidia para que iniciara hostilidades contra sus vecinos cartagineses en 213 A. C. con un ejército entrenado militarmente por los romanos.
La situación en la península ibérica era lo suficientemente estable para que Asdrubal Barca marchara hacía África para sofocar la rebelión de Sifax de 213/212 a A.C. y pudiera regresar a Hispania a finales de 212 A.C. con otros 3.000 númidas bajo el mando de Masinisa, que sería el futuro rey de Númidia.
Mientras tanto Anibal conseguía en Italia ganar Capua, capturar Tarento y mantener el control sobre Lucania, Calabria y Apulia. Los romanos habían conseguido nuevamente tomar el control de varias ciudades italianas poniendo cerco a Capua y Siracusa.
ANTECEDENTES
Los hermanos Escipión contaron en Hispnia con 20.000 mercenarios celtiberos para reforzar su ejército de infantería y 3.000 de caballería, conocedores de que los ejércitos cartagineses estaban asentados en lugares diferentes, con Asdrubal Barca y 15.000 hombres al borde de Antorgis; y Magón Barca y Asdrúbal Giscón con otros 10.000 hombres más al oeste. Los hermanos Escipión planearon dividir sus fuerzas.
Consecuentemente, Publio tomó 20.000 soldados romanos, aliados que Gneo tomaba una doble legión de unos 10.000 hombres y los mercenarios para atacar a Asdrúbal Barca. La táctica provocó dos enfrentamientos, la batalla de Cástulo y la batalla de Ilorca que tendrían lugar en pocos días de diferencia una de otra.
LA BATALLA
Al saber los movimientos de Escipión, Asdrúbal Barca había ordenado a los ejércitos de Giscón, Masinisa y Antorgis, caudillo aliado que se uniera al de Magón, mientras la caballería ligera de Masinisa hostilizó día y noche la marcha de Publio Escipión. Este, una vez fue informado que el caudillo ilergete Indibil, igualmente se estaba desplazando con 7.500 iberos hacía su retaguardia, dudó y decidió no enfrentarse a Magón, temía ser rodeado por las fuerzas enemigas, pero en un momento determinado optó por atacar al caudillo ilergeta bajo el mando del legado de Tiberio Fonteo y salió al ataque en plena noche.
Escipión marchó toda la noche y cayó sobre los íberos apenas de madrugada, gracias al factor sorpresa y su ventaja numérica de 18.000 hombres contra 7.500, tomó rápidamente la iniciativa, a pesar de todo, los íberos consiguieron resistir el tiempo suficiente hasta la llegada de la caballería númida, a la que Escipión tenía la esperanza de haber eludido pero se equivocó.
Con Masinisa atacando desde el flanco, el ataque romano comenzó a flaquear y cuando llegaron Magón y Asdrubal Giscón, solo fue cuestión de tiempo para acabar de romper las filas romanas que huyeron y dejaron atrás a Publio Escipión y buena parte de las tropas, muertos en el campo de batalla.
Magón, una vez que los númidas habían saqueado los despojos de los vencidos, marchó hacía la posición de su hermano Asdrúbal.
OTROS HECHOS POSTERIORES
Pocos días después, una vez unificadas todas las fuerzas cartaginesas, derrotaron a Cneo Cornelio Escipión en la batalla de Ilorca, en la que este resultó muerto.
Los pocos romanos que pudieron huir llegaron el norte del Ebro donde finalmente se organizaron en un ejército de 8.000 soldados, pero los jefes cartagineses no llevaron a cabo ninguna acción coordinada para acabar con la amenaza de los supervivientes romanos.
A finales de 211 A.C. Roma envió a Hispania unos 10.000 soldados, bajo el mando de Cayo Claudio Nerón , si bien este no logró ninguna victoria espectacular, tampoco los cartagineses lanzaron ningún ataque importante sobre los romanos en la península ibérica donde tenían montado el teatro de operaciones.
Más tarde lamentaron los cartagineses no haber aprovechado la ocasión, pues con la llegada de Publio Cornelio Escipión el Africano con unas tropas de más de 10.000 hombres en el año 209 A.C. los cartagineses fueron derrotados en la batalla de Cartagena.
Tras la derrota de Asdrubal Barca en la batalla de Tortosa en la primavera de 215 A.C- los romanos habían asegurado sus posiciones en el norte del Ebro y procedieron a ganarse la lealtad hacia la causa romana de una serie de tribus Ibéricas.
Desde Tarraco lanzaron varias misiones de saqueo en el territorio cartaginés del Sur del Ebro y Publio Escipión llegó incluso adentrarse hasta Sagunto en el 214 A.C.
Durante estos años, tanto los romanos como los cartagineses se enfrentaron y sofocaron una serie de revueltas Íberas.
Los hermanos Escipión no recibieron refuerzos desde Roma por culpa de la presión que los mismos romanos estaban sufriendo a manos de Aníbal en su propio territorio.
Asdrúbal, por su parte, había recibido dos nuevos ejércitos bajo el mando de su hermano más joven llamado Magón Barca y de Asdrubal Fiscon
ENTREGA DE CÁSTULO A ESCIPIÓN
Una vez conquistada y destruida Iliturgis por Escipión y sus huestes reanudaron los ejércitos la guerra contra la vecina Cástulo; ésta enterada que los romanos habían recibido refuerzos procedentes de Tarraco, estimaron la conveniencia de entregar la ciudad en evitación de una lamentable confrontación en inferioridad de condiciones, teniendo además en cuenta que sus murallas se encontraban ya sin defensa alguna y semi-derruidas , a pesar que en otros tiempos fue plaza fuerte amurallada, si bien la única defensa y estrategia principal era que se encontraba situada en un altozano.
La II guerra púnica fue el principio de la lucha de Hispania contra Roma donde los bravíos nativos encuentran una excusa válida para dedicarse a la guerra y al saqueo, aliándose uno con otro de los contendientes, teniendo así la ocasión de conocer los métodos de lucha de las legiones romanas que más tarde serían sus oponentes.
Cartago pierde su influencia en Hispania a consecuencia de los reveses sufridos en la I guerra púnica, con su derrota pierde los mercados de Italia y la Galia y sus posesiones en las islas mediterráneas.
Para compensar estas pérdidas, los cartagineses deciden volver a la península donde aún es posible su expansión, merced a los antiguos tratados con Roma (año 348) todavía vigentes.
Durante varios años, con la familia de los Bárcidas, Amílcar y su yerno Asdrúbal, el imperio cartaginés se expande por el sur de la península ibérica hasta el estallido contra los romanos de la II guerra púnica.
La causa de la primera guerra fue la toma de la ciudad de Saguntum (Sagunto, Valencia) por Aníbal, hijo de Amílcar Barca, a pesar de estar al sur del Hiberus era aliada de Roma, cuando fue cercada tardaron en reaccionar limitándose a mandar una embajada a Cartago, hasta que ocho meses después la ciudad cayó, dando el ultimátum de Roma y a la posterior declaración de guerra.
La estrategia romana consistía en lo siguiente: el cónsul Tiberio Sempronio Longo, partiría a Sicilia, para esperar el momento oportuno de atacar Tunicia, mientras que Publio Cornelio Escipión, partiría hacia Hispania, base logística del estado púnico.
Por su parte Aníbal, hijo de Amílcar Barca, reunió un inmenso ejército, atravesando la península Ibérica hasta los montes Pirineos, de este modo obligaba a Escipión a volver a Italia, este no obstante dejó el grueso de sus tropas a su hermano Cneo, bien conocía el gran valor que para Cartago suponía la península ibérica, que no quería a toda costa que se le escapase de las manos, sobre todo por sus ricas minas de hierro, oro, plata, azogue, plomo, cobre y estaño.
En el 218 A.C. Cneo desembarcó en Emporiae (S. Martín de Ampurias, Gerona), donde contaba con las tribus amigas y pronto entabló combate junto a Cissa o Cesse (Tarragona o Valls), impidiendo unirse a Asdrúbal, hermano de Aníbal y jefe en el sur, con Hannon, jefe en el norte, al cual venció junto a sus aliados los ilergetes leridanos, afianzando así para Roma la zona al norte del Hiberus.
Al año siguiente los cartagineses toman la iniciativa y avanzan hacia el Hiberus con un poderoso ejército y una escuadra que el cartaginés Cneo evita el combate terrestre, sabe que es inferior y se produce la derrota de la escuadra cartaginesa en la desembocadura del Hiberus.
Durante los tres siguientes años se consolida la posición romana al norte del Hiberus, mientras que a los cartagineses les crecen los problemas, especialmente con los tartesios que solo son vencidos cuando Asdrúbal recibe refuerzos con Himilcón.
Al poco tiempo emprenden la marcha hacia el Hiberus, pero al alcanzarlo son derrotados en la Ribera de Dertosa (Tortosa, Tarragona).
Con ello los romanos evitan que Asdrúbal refuerce a Aníbal en Italia, a la vez que rebasan la línea del Hiberus llegando su influencia incluso hasta el valle del Betis.
En el 214 a.C. la guerra comienza a desarrollarse en la costa oriental, con constantes descalabros romanos, debidos al constante flujo de refuerzos desde África a los que la apurada Roma (por causa de Aníbal) no podía hacer frente.
Después el escenario se traslada al alto Betis, pero sin grandes combates y en tres años solo cabe destacar la reconquista por los romanos de Saguntum (213- 212 a.C.).
Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022 Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte: prólogo y primeras luchas, El Senado envía a Hispania a Marco Claudio Nerón con urgencia y si bien consigue frenar el avance púnico, la guerra llega a un punto muerto.
Escipión el Africano. Después los cartagineses dividen sus tropas en tres ejércitos que operan independientemente sin demarcaciones territoriales ante ello Roma decide enviar a un jefe capaz de expulsar a los púnicos.
Se presenta voluntario Publio Cornelio Escipión, cuya incapacidad legal para mandar era manifiesta, pero al presentarse como vengador de su padre y su tío, suscita el entusiasmo popular, así que para salvar las apariencias se le envía como adjunto de Marco Julio Silano.
Escipión inicia su campaña en 209 a.C. con un golpe de mano de gran efecto psicológico. Con un ejército y una escuadra conquista Cartago Nova (Cartagena), la principal base logística púnica en Hispania, impone su presencia en el sudeste y concierta muchas e importantes alianzas, con edetanos, ilergetes y otros pueblos.
En la siguiente campaña Escipión se dirige al valle del Betis, donde aún contaba con aliados (Cástulo e Iliturgi). Asdrúbal marcha contra Escipión y la batalla tiene lugar en Baecula (Bailen) con una completa victoria romana que clarifica la situación en Iberia a favor de Roma.
En Cartago deciden que Asdrúbal vaya a Italia con Aníbal, mientras Giscón se mantiene a la defensiva en el sudoeste y Magón recluta mercenarios en Hispania: la lucha contra Roma.
Segunda parte del: prólogo y primeras luchas baleares. Asdrúbal, cruzando la península por el centro, logra eludir a Escipión y cruza el Pyrene (Pirineo) por el oeste.
En sustitución de Asdrúbal viene Hannon, que con Magón marcha a la Celtiberia a buscar aliados.
Escipión envía a Silano que los derrota, a la vez que su hermano Lucio conquista Aurgi (Jaén), mientras él prepara la operación más decisiva, el avance por el valle del Betis hacia el baluarte púnico de Gades (Cádiz), buscando enfrentarse con Asdrúbal Giscón; hecho que sucede en Ilipa (Alcalá del Rio, Sevilla) siendo una completa victoria romana con la ayuda de las tribus turdetanas (207 a.C.), acto seguido conquistan Corduba (Córdoba) y fundan Híspalis (junto a Sevilla).
Tras su derrota Giscón se refugia en Gades donde ya estaba Magón. Mientras, Escipión consolida el Betis sometiendo a los poblados enemigos.
Luego prepara un ejército y una escuadra para atacar Gades por sorpresa, pero al ser descubierto, desiste de su empeño. Pareciendo inminente el final de la guerra, estalla un motín en el campamento romano de Sucro (Albalat de la Ribera, Valencia) y al mismo tiempo ante los rumores de enfermedad y muerte de Escipión, los caudillos Indibil y Mardonio rebelan a los ilergetes como reacción a las exigencias romanas en metálico y recursos sobre los indígenas.
Escipión actúa con decisión y energía reprimiendo el motín y dirigiéndose a marchas forzadas contra los rebeldes cruza el Ebro y los derrota, Mandonio se somete e Indibil huye con parte de su tropa.
Magón recibe órdenes de ir a Italia a reunirse con Aníbal, pero antes intenta reconquistar Cartago Nova sin ningún éxito. De vuelta a Gades la ciudad le cierra las puertas, entonces va a las baleares, recluta mercenarios y se encamina a Italia.
Así concluye el efímero dominio cartaginés levantado en Hispania por la familia Bárcida y cuya consecuencia directa fue la instauración, sin solución de continuidad, del dominio romano sobre Hispania.
La permanencia de las legiones en Hispnia es consecuencia directa de la II guerra púnica, sin planes premeditados a largo plazo, ni una clara conciencia anexionista, puesta de manifiesto por las dudas en la institucionalización de sus territorios como provincias de Roma en el 197 a.C.
La división en dos provincias Citerior y Ulterior viene dada por los dos frentes de guerra constituidos, el defensivo sobre el Hiberus y el ofensivo en el valle del Betis. No obstante ser una ocupación no premeditada, los romanos no se marchan de Hispania, pero ello les costará un alto tributo en sangre durante muchos años.
Las primeras luchas las podemos dividir en dos fases; la primera o de las revueltas post-púnicas ocupa el periodo del 205 al 188 a.C. y la segunda fase o de las guerras celtibéricas va desde el 182 al 179 a.C.
Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022 Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte: prólogo y primeras luchas. Primera fase.
Tras la derrota cartaginesa, en 206 a.C. Escipión vuelve a Italia y se reduce el ejército en Hispania.
La consecuencia inmediata es una nueva rebelión de los ilergetes, con Indibil y Mandonio, de nuevo a causa del alto tributo impuesto tras ser derrotados.
Se les unen de inmediato lacetanos y ausetanos, poniendo en pie de guerra un total de unos 35.000 hombres, que se concentran en Salduie (Zaragoza), territorio edetano. Allí tuvo lugar el combate con los dos nuevos procónsules Lucio Léntulo y Lucio Manlio Acidino, que lograron la victoria.
En el combate muere Indibil (205 a.C.). Indibil y Mandonio ya desaparecida la amenaza cartaginesa, al intentar pactar los vencidos, las condiciones romanas son durísimas, ya que ahora no necesitan desesperadamente a los indígenas.
Se ejecutó a los responsables incluido Mandonio y en toda la península se reprime cualquier intento de oposición al dominio de Roma, estas pequeñas luchas van acompañadas del desmantelamiento de los núcleos indígenas fuertes y el desmembramiento de sus territorios, como medio de debilitarlos evitando cualquier resistencia seria.
El paso de gobierno proconsular a pretorial en el 197 a.C., con una drástica reducción de los efectivos, resulta en una doble rebelión (197-195 a.C.) sin conexión, pero simultánea en las dos provincias, en la que participan turdetanos, indigetes, ausetanos, vergistanos, edetanos, celtíberos, lacetanos y cesetanos.
Roma envía dos pretores. En la Citerior el pretor Cayo Sempronio Turdetano, que en inferioridad de condiciones es derrotado, su ejército dispersado y él muere.
Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022
El pretor Marco Helvio Blasión, al llegar a la Ulterior se dio de bruces con la Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte: prólogo y primeras luchas 7 revuelta en toda su provincia, acaudillada por los régulos turdetanos Culcas y Lucsinio.
Aunque consiguió estabilizar la provincia, la situación seguía lejos de estar controlada, así que a petición suya Roma envió a los pretores Quinto Minucio Termo y Quinto Fabio Buteón, con sendas legiones, en un nuevo intento de solucionar el conflicto. Blasión fue atacado por 20.000 celtíberos en Illiturgi (Mengibar, Jaén), consiguiendo una importante victoria al causarles unas 12.000 bajas.
Por su parte Minucio venció a Budares y Besadines en Turba (Muela de S. Juan, Teruel), apresando al primero. A pesar de ello, la situación seguía siendo comprometida para los romanos en ambas provincias, en estado de constante efervescencia. Entonces Roma decide enviar (195 a.C.) al cónsul Marco Porcio Catón «el Viejo» al mando de un ejército consular (8.000 infantes y 800 caballos, más auxiliares itálicos) para suprimir la revuelta, con el apoyo de Publio Manlio, recién nombrado pretor de Hispania Citerior y ayudante suyo (2.000 infantes y 200 caballos).
Con las legiones pretoriales llegó a tener de 52.000 a 70.000 hombres. Catón el Viejo Catón se encontró toda la Citerior en rebeldía, controlando los romanos solo algunas ciudades fortificadas. Catón estableció una alianza con Bilistages, regulo de los ilergetes, y desembarcó en Roses (Rosas, Gerona) derrotando a los defensores.
Luego se trasladó por mar a Emporión (Ampurias, Gerona), e hizo retornar sus naves a Massalia
Emporión era una fortaleza romana sitiada por unos 40.000 hombres que fueron derrotados por Catón en la mayor y más larga batalla de la contienda, sometiendo a lacetanos, suessetanos y ausetanos. Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022 Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte: prólogo y primeras luchas.
Luego tomó Bergium (Berga, Barcelona) donde aún resistían bergistanos y lacetanos, consiguiendo la pacificación de toda la costa citerior, haciendo que los iberos entregaran sus armas y derribaran sus murallas en los alrededores del Iberus, so pena de esclavitud.
Por otra parte, la Ulterior seguía en rebeldía, allí operaban Manlio y Nerón si bien de manera limitada ya que los turdetanos se habían reforzado con muchos mercenarios celtiberos. Así pues, Catón avanzó por el valle del Betis (Guadalquivir) y aunque no logró un enfrentamiento definitivo tuvo éxito al separar a los turdetanos de sus mercenarios al efectuar una incursión en la Celtiberia, tomando Seguntia (Sigüenza, Guadalajara) y llegando a Numantia (cercanías de Soria). Quedan sometidos los indígenas, pero solamente en apariencia, y cuando corrió el rumor de la partida de Catón a Roma, la rebelión se reanudó.
Catón actuó de nuevo con decisión y efectividad, venciendo a los sublevados definitivamente en la segunda conquista de Bergium, y luego vendiendo a los cautivos como esclavos y desarmando al resto de indígenas.
Las campañas de Catón definieron con mayor precisión la frontera de Roma. Los nuevos pretores del año 194 a.C. son Sexto Digitio y Publio Cornelio Escipión Nasica. Digitio es vencido en la Citerior por una coalición de tribus, Escipión acude en su ayuda, lo cual aprovechan bandas de lusitanos y vettones para efectuar razzias por toda la Turdetania, quizá en connivencia con algunos turdetanos.
A su vuelta a la Ulterior, Escipión Nasica los derrota cerca de Illipa (Alcalá del Rio, Sevilla). En el año 193 a.C. los nuevos pretores son en Citerior y Ulterior, Cayo Flaminio y Marco Fulvio Nobilior (prorrogado un año más por un satisfecho Senado).
La campaña del cónsul Marco Fulvio Flaco tenía como fin alcanzar la línea del Tagus a través de las tierras carpetanas y oretanas. Junto a Nobilior en Carpetania conquistó Noliba Yébenes, Toledo) y Cusibi (¿Puebla de Alcocer?, Badajoz) y avanzó hacia el Tagus, dirección Toletum, donde venció a vacceos, carpetanos y celtíberos y ocupó la ciudad.
Por su parte Flaminio operó con igual suerte en la Oretania, siendo renovado por el Senado mientras que en la Ulterior se nombra a Lucio Emilio Paulo como procónsul. .
Paulo sufrió varios reveses en Bastetania y una grave derrota en Lycon (Pinos Puente, Granada) 190 a.C., pero se rehace y sigue hacia el oeste donde los lusitanos, alentados por su debilidad, le derrotan varias veces hasta que al final de su mandato consigue rechazarlos al otro lado del Betis. 2 El 19 de enero del 189 a.C.es la fecha del Decreto sobre la Torre Lascutana, decreto del procónsul Paulo Emilio en el que se concede la libertad a los esclavos de una fortaleza ibera, turris Lascutana, de la ciudad de Asta Regia (cercanías de Jerez de la Frontera, Cádiz), que es la primera inscripción epigráfica romana de Hispania que se conoce. Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022.
Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte: prólogo y primeras luchas 9 En el 188 los pretores son Lucio Manlio Acidino (2 años) que ya estuvo en la Citerior en 205 y Cayo Atinio en la Ulterior. Acidino se enfrenta a los celtiberos en la zona de Calagurris (Calahorra, La Rioja), Atinio contiene a los lusitanos y conquista Asta Regia (Jerez de la Frontera, Cádiz), pero muere en el combate.
Los siguientes pretores alcanzan la línea del Tagus luchando contra carpetanos y celtíberos, pero la península permanece relativamente tranquila durante un lustro, hasta que el pretor de la Citerior A. Fulvio Flaco inicia su campaña (181 a.C.), siendo el teatro de operaciones la Celtiberia oriental y la Carpetana hasta Toletun.
Comienzan ahora las guerras celtibéricas, los Lusones se sublevan (182 a.C.) por causas económicas y levantan un ejército de 30.000 infantes y 5.000 jinetes. La campaña de Fulvio comienza en la frontera de la Citerior con la Carpetana, subiendo hacia el Hiberus.
La primera batalla contra los vacceos, vettones y lusones se da en Aebura (Cuerva, Toledo), siendo una gran victoria romana. Desde allí entra en territorio lusón, sitia y toma Contrebia Belaisca (cerca de Botorrita, Zaragoza), donde se habían refugiado los restos de la batalla anterior, haciendo una carnicería con unos refuerzos que llegan tarde a liberar el sitio. Por último, comienza una expedición a la Celtiberia ulterior, pero recibe orden del senado de regresar a Tarraco.
En su camino cae en una emboscada en el Saltus Manlianus, cerca de Bílbilis (Calatayud, Zaragoza) que a duras penas convierte en una pírrica victoria.
Fue una guerra defensiva tratando de impedir la unión y expansión celtibérica sobre los bordes de la Meseta y la Hispania Ulterior, el valle del Ebro y el Levante ibérico.
Este año y el siguiente, son pretores Tiberio Sempronio Graco (Citerior), además procónsul y Lucio Postumio Albino (Ulterior). Ambos se concentran en el alto Betis; Graco gira al sur y toma Munda (Montilla, Córdoba), se dirige a Malaca, tomando Cártima (Cártama, Málaga). Mientras tanto Albino progresa por territorio lusitano en expedición de castigo.
Graco vuelve al norte sometiendo Carpetania y Oretania, pues 20.000 celtíberos sitian Caravis (Magallón, Zaragoza), ciudad fiel a Roma. Graco rompe el cerco y libera la ciudad, luego recibe una embajada de la ciudad próxima de Complega que resulta una trampa que Graco evita abandonando su campamento y volviendo sobre sus pasos para derrotarlos.
Tomó Contrebia y pueblos vecinos, repartiendo las tierras entre los indígenas, logrando el sometimiento final en 179 a.C. tras la batalla del Moons Chaunus (monte Moncayo, Zaragoza), frenando radicalmente la expansión celtíbera fuera de los límites de su territorio. Las fronteras romanas llegan ahora hasta los várdulos en el norte, por el este entre el Hiberus y el Durius, hasta los arévacos, entre el Durius y el Anas hasta los vettones y en el sudoeste hasta los fuertes lusitanos.
Fundó Gracurris (Calahorra y Alfaro de la Rioja), para asentar a los indígenas sin tierra, firmó pactos con los ibéricos indígenas de la raza Titos y Belos, logrando cierta pacificación y atracción de las élites indígenas hacia Roma.
Los ciudades u oppidun celtíberos pagarían un tributo anual y prestarían servicio militar en las sus Oppidum.
Para los romanos era todo asentamiento o pueblo fortificado o ciudad distinta de Roma. Memorial de INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022 Hispania: la lucha contra Roma. Segunda parte y primeras luchas.
Diez legiones, a cambio mantendrían la autonomía, sin amurallar nuevas ciudades. Estos pactos se invocarían, a menudo, en las luchas futuras. Así el procónsul Graco, aunque con una política similar a la de Escipión, muestra un intento de consolidar mediante una inteligente diplomacia las fronteras de sus territorios a la vez que integra a los nativos en la administración romana.
Fases conquista de la meseta BIBLIOGRAFÍA .-HISTORIA BIOGRAFICA DE LA ANTIGUA CÁSTULO POR DON RAFAL CONTRERAS DE LA PAZ.
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MEMORIAL DE INFANTERÍA ESPAÑOLA. Núm. 84. I. 2022. HISPANIA LA LUCHA CONTRA ROMA SEGUNDA PARTE - HISPANIAL-HISPANIA. PROLOGO Y PRIMERAS LUCHAS.
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