Nació en Escalona (Toledo) el 6 de mayo de 1282, era hijo del Infante don Manuel, hermano de Alfonso X el Sabio y de su segunda mujer Beatriz de Saboya y nieto de Fernando III el Santo. A los dos años, quedó huérfano, heredó de su padre el cargo de Adelantado de Murcia.
Fue
educado esmeradamente como correspondía a su linaje, al conocimiento del latín,
básico en el saber de su tiempo, unió el del árabe, con el que enriqueció
notablemente su cultura, leyó a Ramón Llull en catalán, por el que sintió gran
admiración.
Usó el manejo de las
armas y todos los servicios propios de la caballería para su elevado cargo.
Entró en la corte del rey muy joven, a la vez que intervendría en la primera
batalla contra los sarracenos en 1294.
Fallecido su primo Sancho IV el Bravo, resucitaron problemas dinásticos por la herencia de Alfonso X en los Infantes de la Cerda y la intervención de Aragón.
Las tierras murcianas del Infante don Juan Manuel, fueron la manzana de la discordia entre los los grandes reinos cristianos peninsulares y éste tuvo que trampear la situación, unas veces aliándose con Jaime II de Mallorca (efímero casamiento con Isabel, infanta de Mallorca en 1299, por muerte temprana de ésta) y concierto de matrimonio con Constanza, hija del soberano aragonés Jaime II el Justo, lo que provocó la enemistad con Fernando IV de Castilla.
Fallecido Fernando IV (1311), intrigó
durante la larga minoría de Alfonso XI hasta conseguir la regencia, si bien
compartida con la reina madre Doña María de Molina hasta la muerte de ésta y
con el infante Don Felipe.
En 1325 se inicia la mayoría de Alfonso XI monarca enérgico que anula a don Juan el Tuerto, otro corregente, al que elimina el mundo de los vivos, mientras don Juan Manuel intenta neutralizarle, solicitándole la mano de su hija Constanza.
Cuando en 1327 se concierta el matrimonio del monarca con María de Portugal, don Juan Manuel ofendido se "desnaturaliza", arrastrando con su rebeldía a otros caballeros principales.
En 1344 vuelve a la concordia real y recibe el titulo de Príncipe de Villena. Su hija Constanza contrae matrimonio con el heredero portugués.
Deseaba convertirse en árbitro de la monarquía castellana con el apoyo aragonés y lusitano, pero Alfonso XI celoso del predominio de su vasallo se opuso a sus planes .
En los últimos años de vida se apartó de las intrigas políticas pero en la lucha de la reconquista volvió a la fidelidad de su rey participando en la gloriosa jornada de la batalla del Salado en 1340 contra los benimerines.
Falleció en Córdoba en la primavera de 1348, los restos de Fernando IV el Emplazado y los de Alfonso XI se encuentran en la Real Colegiata de San Hipólito en Córdoba
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