lunes, 3 de abril de 2023

LAS INTRIGAS PALACIEGAS EN LOS TIEMPOS CALIFALES

                    LAS INTRIGAS PALACIEGAS DE LA IMAGINARIA SULTANA                                           SUBH EN AQUELLA CÓRDOBA CALIFAL.    


El califa Hixan II intentó en 906 recobrar su poder soberano, instigado por su madre la reina Subh, esta era la  amante de Almanzor y a su vez la mujer más feroz y  enemiga dé este.



Hixan tenía por aquel año casi treinta años según antiguas crónicas, por lo tanto la regencia ejercida por Almanzor carecía de razón de ser,  pero  Subh la Vascona Aurora  en cristiano apoyada por su hermano tramó un golpe de estado para restablecer la autoridad del heredero de los califas legítimos de al-Andalus. 

Almanzor fue informado inmediatamente de estos planes y supo que Subh madre de Hixan pretendía pagar a sus agentes de propaganda y sobornar a personajes políticos poderosos con sumas de oro depositadas en el Alcázar, mandó entonces pasar el oro de palacio a las arcas del tesoro público. e hizo que un consejo de gobierno desaprobara la conducta de Subh.


Al mismo tiempo Almanzor  para calmar la agitación de los ciudadanos, creyó conveniente mostrar públicamente a Hixan II a quien la mayor parte de los ciudadanos no había visto nunca, ni tampoco  en los desfiles militares, ni en las fiestas del mayo cordobés, menos aún en los  Patios, Rejas y Balcones a que tanta afición existe en la población de la ciudad milenaria. 


Para calmar la inquietud de los ciudadanos Almanzor que era un lince,  dispuso lo conveniente para realizar un gran desfile militar lleno de fastuosidad,  las calles estuvieron engalanadas con alfombras persas, gallardetes y papelines de variopinto y alegre colorido,  el suelo cubierto con pétalos de rosas frescas procedentes de Jericó, se conmemoró día de fiesta local  para que todo el  el personal  pudiese asistir y  conocer a su califa. 


En las principales calles se montaron palcos para la aristocracia y  sus familiares y también proscenios para la nobleza de palacio.



Aquel día  memorable desfilaron todas  las fuerzas armadas y también de la caballería, esta  iba delante abriendo el cortejo, sus jinetes lucían vistosas capas de refulgentes colores, mucho lució la gran parada militar siendo aclamada con entusiasmo por la abigarrada muchedumbre, con asombro observaban el paso marcial de la guardia eslava de Almanzor, quienes desfilaron realizando asombrosos y variados movimientos malabares con sus alfanjes, después sería   la camellería montada quienes desfilaron ante un público jubiloso, entusiasta y vehemente, a continuación pasó un cortejo de más de cien  camellos dotados de jamugas y palanquines donde iban sentadas dos damas por cada artiodáctilo rumiante, estas chicas mediante velos ocultaban la  belleza de sus rostros..



Por fin aparecería el Califa montado en un gran trono sobre un enorme elefante, en la mano izquierda portaba  el cetro de Jefe Al-Ándalus, este día iba tocado con un gran turbante color rojo-cartagena, desde esa especie de atalaya o cúspide iba haciendo continuas salutaciones ante un enfervorecido  público que lo aclamaba con continuos vítores  seguidamente  lució el paso de más de una cincuentena de elefantes bien adiestrados y adornados con bellos aparejos.  



El califa Hixam II  repartía bendiciones a los de origen cristiano estos  se distinguían de los árabes y beréberes  por sus ropas algo harapientas,  la multitud  aclamaba al califa que  aplaudía dando muestras de inusitado  entusiasmo ante la presencia de su  joven príncipe Jefe Supremo y descendiente por linea directa  de Mahoma. 

Fue la primera vez que Hixam II le permitieron  salir a la calle al menos oficialmente,  los ciudadanos jamás lo habían visto y desde aquel momento  quedaron  satisfechos muy contentos y prendados ante el lujo y ostentación del joven  califa y su séquito. 

Al regreso a palacio Almanzor  hizo constar a Hixam  en un documento los requisitos legales donde se declinaba toda responsabilidad del gobierno y estado en el Amirí, quedando Hixam exonerado de este humillante trabajo impropio para un califa, ahora los asuntos de gobierno serían tratados en el Palacio de Medina Alzaira, como es consiguiente se produjeron los nuevos nombramientos y destituciones, a los cesantes les dieron  trabajo  como aguadores y albañiles en el gremio de  los alarifes.


 



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