LAS INTRIGAS PALACIEGAS DE LA IMAGINARIA SULTANA SUBH EN AQUELLA CÓRDOBA CALIFAL.
El califa
Hixan II intentó en 906 recobrar su poder soberano, instigado por su madre la
reina Subh, esta era la amante de Almanzor y a su vez la mujer más feroz y enemiga dé este.
Hixan tenía por aquel año casi treinta años según antiguas crónicas, por lo tanto la regencia ejercida por Almanzor carecía de razón de ser, pero Subh la Vascona Aurora en cristiano apoyada por su hermano tramó un golpe de estado para restablecer la autoridad del heredero de los califas legítimos de al-Andalus.
Almanzor fue informado inmediatamente de estos planes y supo que Subh madre de Hixan pretendía pagar a sus agentes de propaganda y sobornar a personajes políticos poderosos con sumas de oro depositadas en el Alcázar, mandó entonces pasar el oro de palacio a las arcas del tesoro público. e hizo que un consejo de gobierno desaprobara la conducta de Subh.
Al mismo
tiempo Almanzor para calmar la agitación de los ciudadanos, creyó conveniente mostrar públicamente
a Hixan II a quien la mayor parte de los ciudadanos no había visto nunca,
Para calmar la inquietud de los ciudadanos Almanzor que era un lince, dispuso lo conveniente para realizar un gran desfile militar lleno de fastuosidad, las calles estuvieron engalanadas con alfombras persas, gallardetes y papelines de variopinto y alegre colorido, el suelo cubierto con pétalos de rosas frescas procedentes de Jericó, se conmemoró día de fiesta local para que todo el el personal pudiese asistir y conocer a su califa.
En las principales calles se montaron palcos para la aristocracia
y sus familiares y también proscenios para la nobleza de palacio.
Aquel día memorable desfilaron todas las fuerzas armadas y también de la caballería, esta iba delante abriendo el cortejo, sus jinetes lucían vistosas capas de refulgentes colores, mucho lució la gran parada militar siendo aclamada con entusiasmo por la abigarrada muchedumbre, con asombro observaban el paso marcial de la guardia eslava de Almanzor, quienes desfilaron realizando asombrosos y variados movimientos malabares con sus alfanjes, después sería la camellería montada quienes desfilaron ante un público jubiloso, entusiasta y vehemente, a continuación pasó un cortejo de más de cien camellos dotados de jamugas y palanquines donde iban sentadas dos damas por cada artiodáctilo rumiante, estas chicas mediante velos ocultaban la belleza de sus rostros..
Por fin aparecería el Califa montado en un gran trono sobre un enorme elefante, en la mano izquierda portaba el cetro de Jefe Al-Ándalus, este día iba tocado con un gran turbante color rojo-cartagena, desde esa especie de atalaya o cúspide iba haciendo continuas salutaciones ante un enfervorecido público que lo aclamaba con continuos vítores seguidamente lució el paso de más de una cincuentena de elefantes bien adiestrados y adornados con bellos aparejos.
El califa Hixam II repartía bendiciones a los de origen cristiano estos se distinguían de los árabes y beréberes por sus ropas algo harapientas, la multitud aclamaba al califa que aplaudía dando muestras de inusitado entusiasmo ante la presencia de su joven príncipe Jefe Supremo y descendiente por linea directa de Mahoma.
Fue la primera vez que Hixam II le permitieron salir a la calle al menos oficialmente, los ciudadanos jamás lo habían visto y desde aquel momento quedaron satisfechos muy contentos y prendados ante el lujo y ostentación del joven califa y su séquito.
Al regreso a palacio Almanzor hizo constar a Hixam en un documento los requisitos legales donde se declinaba toda responsabilidad del gobierno y estado en el Amirí, quedando Hixam exonerado de este humillante trabajo impropio para un califa, ahora los asuntos de gobierno serían tratados en el Palacio de Medina Alzaira, como es consiguiente se produjeron los nuevos nombramientos y destituciones, a los cesantes les dieron trabajo como aguadores y albañiles en el gremio de los alarifes.
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