lunes, 10 de noviembre de 2025

EL CORREGIDOR, VANGUARDIA DE LA REINA

 

             


Castilla 1480. Los reyes Isabel y Fernando nombran los primeros corregidores. Motor de las transformaciones económicas y especiales que propician el paso de la alta, a la baja edad media, el poder adquirido por los municipios se hace evidente en el nacimiento de la cortes.

Alfonso XI es el primer monarca castellano que se preocupa de intervenir en el gobierno municipal, por el sistema del regimiento.

A través de este el concejo es sustituido por los regidores designados por el rey, lo que a su vez nombran anualmente a los magistrados y a los oficiales municipales, antes elegidos por el concejo es sustituido por los regidores designados por el rey, los que a su vez nombran anualmente a los magistrados y oficiales municipales, antes elegidos por el concejo. Que estaba dominado por el patriciado urbano.

Los regimientos empiezan a ser con con el nombre de ayuntamientos. Paulatinamente el cargo de regidor se convierte en una merced concedida por el monarca con carácter vitalicio.

Esto origina abusos por parte de algunos regidores que arriendan o venden  sus cargos.


El Siguiente paso en el intervencionismo real es enviar delegados a los municipios, con la misión de  vigilar de cerca su administración. Estos delegados son denominados corregidores porque trabajan junto con los regidores son nombrados por un año aunque ese plazo suele prolongarse durante unas cuantas anualidades más, pero después se hace vitalicio.

Los corregidores presentan el poder real en las ciudades y pueblos, y como tales intervienen en el gobierno y en la administración de Justicia, con los alcaldes (jueces).

Según el cronista Fernando del Pulgar, en 1480 los Reyes Católicos regularizan sus atribuciones y designan un corregidor que debe ponerse al frente del cabildo local o regimiento para las ciudades más importantes del reino.

Estos nombramientos suponen del fin del ciclo iniciado por Alfonso XI, ya que los corregidores se convertirán en un elemento clave en la política centralizadora emprendida por los reyes.

Con la progresiva intervención de los corregidores en el gobierno e los municipios se acaba definitivamente con la autonomía de estos. La  cada vez más infrecuente convocatoria de las cortes será otro elemento en el camino hacia la imposición del absolutismo.


 

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