Castilla,
1480.- Los Reyes Católicos reconfirman las ordenanzas de Medina del Campo,
promulgadas por Fernando de Antequera en 1421, y confirmadas ya en 1439. Estas
ordenanzas recogen todo lo concerniente a la organización de las ferias, desde
el modo de alojar a los feriantes tarea ejercida por un aposentador mayor,
hasta el reparto de puestos por las diferentes calles clasificadas por oficios.
Las
ferias constituyen uno de los principales
focos atracción de riqueza, a lo largo del siglo XV y XVI en Castilla,
que se convertirán en centros primordiales para el gran comercio y la banca
europea. El auge del comercio lanero impulsa estas manifestaciones comerciales,
algunas de las cuales tienen gran antigüedad.
Así las
primeras ferias surgen ya a partir del siglo XIII, aunque alcanzan ya su mayor
difusión en los dos siglos siguientes; Valladolid, Palencia, Salamanca,
Segovia, Madrid, Toledo, Córdoba, Sevilla (1254), Murcia y Badajoz en 1258,
Alcaraz en 1268, Talavera de la Reina (1294), Mérida (1300), San Lucar de
Barrameda y Gibraleón (1323), Burgos 1339, La Adrada y Colmenar de Ávila 1393,
La Coruña 1303.
Aunque la
profusión de ferias denota cierto aspecto primitivo de las técnicas
comerciales, no es en absoluto signo de
una escasez o precariedad del gran comercio. Por el contrario, el apogeo de las
ferias demuestra el desarrollo de este gran comercio que encuentra en ellas un
campo especialmente propicio sobre todo
gracias al hecho de que las ferias más importantes se realizan de modo
consecutivo, lo que permite a los comerciantes acudir a todas ellas sin que les
falte trabajo en todo el año.
El
comercio lanero sobre todo protagoniza dos de las más importantes ferias, las celebradas en Burgos
y Medina del Campo, punto de encuentros de rutas comerciales interiores e
internacionales. Además c0nstituyen dos grandes focos de difusión de la lana de
Castilla hacía los puertos vascos y atlánticos,
desde donde pasan a la Europa atlántica y mediterránea, y desde allí a Italia.
El caso
de la feria de Medina del Campo, que se abre dos veces cada año durante
cincuenta días (mayo y octubre),
demuestra la buena organización de estos mercados; sus primeras ordenanzas (1421),
origen de la feria, confirman el interés por una gestión eficaz:. Además los
comerciantes que acudan a ellas gozan de importantes franquicias y exenciones fiscales,
que sirven de reclamo a los promotores de las muestras.
A finales
del siglo XV Medina del Campo, así como Medina del Rioseco y Villalón, se convierten
en un importante mercado de dinero, letras y pagos, lo que demuestra su
vitalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario