miércoles, 22 de octubre de 2025

TREGUA POR HAMBRE

 

                              

Península Ibérica año 915- Las graves sequias de los años 913 y 914 tienen importantes consecuencias en todos los reinos peninsulares.

La primera repercusión directa es inevitablemente, el inicio de un largo periodo de hambre, ante la escasez de pan y de los alimentos de primera necesidad.


Estas carencias alimenticias conllevan la aparición de diversos brotes epidémicos que asolan aún más los distintos reinos.

La debilitación general provoca que, en 915, se llegue a una tregua no pactada, entre los reinos cristianos y musulmanes. 


Así dentro del emirato de Córdoba, Abderramán III encuentra un descanso en su lucha contra los diferentes señores que se han declarado independientes del emir.

Este descanso le sirve, en gran parte para preparar su nueva ofensiva contra estos, especialmente contra el rebelde Omar ben Hafsún que actúa en al-Ándalus oriental.

Los reinos cristianos aprovechan este periodo de paz para recuperarse de las últimas ofensivas musulmanas, y dedicar sus escasos recursos a la tarea repobladora, que así puede incidir en su recuperación económica.

Tanto a los reinos cristianos como a los musulmanes, el periodo de paz impuesto por el hambre les lleva a solventar sus problemas internos y planear sus próximas actuaciones mientras se recuperan de las consecuencias de las sequías.  








Tanto a los reinos cristianos como a los musulmanes, el periodo de paz impuesto por el hambre les lleva a solventar sus problemas internos y planear sus próximas actuaciones, mientras se recuperan de las consecuencias de las sequias.

 

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