viernes, 24 de octubre de 2025

ASALTO A TALAVERA --ENCUENTRO EN VALDEJUNQUERA

 

Talavera año 918.-La gran derrota sufrida por los musulmanes en San Esteban de Gormaz el 4 de septiembre de 917 provocó en Abderramán III el deseo de vengarse, asestando un duro golpe al rey leonés Ordoño II.

Consciente de los sentimientos de Emir, este se preocupó de fortalecerse, con este objetivo, se alió con el rey de Navarra, Sancho I Garcés, que se había apoderado de la región de Estella o Degio y empujaba a los moros hacía el Ebro.

A continuación y no contento con permanecer a la ofensiva, Ordoño II marchó en la primera hacía el sur, para apoderarse de Talavera situada a orillas del río Tajo. Mientras Sancho Garcés atacaba los dominios de los Banu Qasi y asolaba las comarcas  de Nájera y Tudela.

Las tropas navarras asaltaron Valdetierra y después de saquear el castillo y hacer acopio de botín quemaron la mezquita del arrabal de la fortaleza.

La réplica de Abderramán III  no se hizo esperar  ya que en los primeros días de julio partió el hachib Bdr ben Ahmed, rumbo al territorio leonés en el que a mediados de agosto hizo sufrir a Ordoño II una grave derrota, no lejos de una localidad llamada Mitonia o Mudonia, cuyo emplazamiento hoy es desconocido.

Valdejunquera 26 de julio de 920.-Ante la llamada de auxilio de los musulmanes de Tudela,  que eran acosados por las tropas de Sancho I Garcés. Abderramán se dirigió rápidamente aprestarles ayuda, desde Clunia. Las tropas musulmanas tardaron cinco días en atravesar el desierto del Duero, mientras el rey de Navarra aguardaba al ejército omeya en la fortaleza de Arnedo, pero el emir, después de tomar Calahorra, se dirigió a Pamplona, entonces Sancho Garcés se encaminó a su vez, hacía el norte y tras una escaramuza con la vanguardia musulmana, se reunió con las tropas del rey de León Ordoño II, que venían en su ayuda.

Los dos ejércitos cristianos presentaron batalla el 26 de julio a las tropas del emir en el valle de Junquera entre Muez y Salinas de Oro, a unos veinticinco kilómetros de Pamplona, sufriendo una terrible derrota.

No contento con haber vencido a sus enemigos en el campo de batalla, Abderramán se apoderó del castillo de Muez, donde murieron quinientos nobles y caballeros cristianos, según la crónica del árabe al-Nasir, además el emir se llevó numerosos cautivos a Córdoba, entre ellos los obispos Dulcidio y Hermogio.


                                                                           


 

 

 

 

 

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