JAIME I SOMETE A MURCIA PARA CASTILLA
El reino de Murcia sublevado contra el dominio castellano, se
somete a las armas de Jaime 1 de Aragón, este reino había rendido acto de
vasallaje a Fernando III de Castilla tras la capitulación de Alcaraz del año
1243.
Basándose en estas condiciones, las tropas castellanas, al
mando del infante Alfonso logran ocupar la ciudad de Murcia, pero no todos los
jefes musulmanes se mostraron de acuerdo con las condiciones pactadas por su régulo
por lo que el infante Alfonso, el futuro Alfonso X el Sabio tuvo que llevar a cabo distintas campañas
hasta 1245, con las que se consiguió la rendición de diversas plazas
importantes como Aledo, Lorca y Cartagena.
Sin embargo, a los primeros amagos de repoblación, y tras el intento
de restauración de la sede episcopal cartaginense,
en esta primera etapa siguió gobernando como soberano de
facto el rey moro Ben Hud, llamado el rey Lobo de Murcia, aunque sometido a
vasallaje de Castilla.
En 1264, en plena sublevación de los musulmanes del sur hispánico tuvo que enfrentarse con los rebeldes murcianos y el nuevo rey Alfonso no pudo hacer frente al mismo tiempo a los problemas que presentaba el reino murciano.
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Asimismo esta revuelta estaba apoyada por los meriníes
africanos, como quiera que las complicaciones se volvían mucho más graves, Alfonso
X tuvo que pedir la ayuda de su suegro
Jaime I que aceptó y que sugirió al rey castellano que sometiese las revueltas
de Andalucía mientras él se ocuparía de combatir a los sarracenos de Murcia.
En la primavera de 1265 el infante Pedro que se encontraba en
la ciudad de Valencia, se dirigió a Murcia con una numerosa hueste llevando a
cabo en el reino numerosas talas y
devastaciones.
En el otoño el monarca convocó a los principales barones para
que se presentasen en Valencia equipados para la guerra y desde allí se dirigió
a Murcia, aunque no acudieron muchos de ellos, en particular los aragoneses.
El mismo Jaime I llegó también al reino de Valencia a finales
de 1265 realizando en la frontera los últimos preparativos. El 21 de diciembre
se presentó ante Elche y ya desde Alicante llamó a sus hijos Pedro y Jaime para
que le secundaran. Desde el mismo principio de la campaña el Conquistador logró
una serie de éxitos y las ciudades situadas entre Villena y Alicante pidieron
negociaciones y fueron tomadas.
Poco antes de presentarse ante Murcia, Jaime I tuvo en Alcaraz
una entrevista con Alfonso X en diciembre de 1265 y a primeros de enero siguiente,
la ciudad de Murcia quedó sitiada y los asediados pidieron pronto
conversaciones y la plaza capituló a primeros de febrero.
Una vez sometido el reino Jaime I lo cedería a Castilla, según los términos del acuerdo pactado, de todos modos, y en nombre de Alfonso X , el rey aragonés favoreció la concesión de grandes señoríos a los nobles que habían participado en la campaña sobre todo en los heredamientos de la huerta murciana.
En esta forma de actuar, Jaime I se apartó de la política que
había llevado a cabo en las conquistas de Valencia y Mallorca, en donde los
repartos de tierra se habían realizado en parcelas más pequeñas y más
distribuidas entre la masa de los conquistadores.
Por debajo de la capa de la nobleza acudieron algunos menestrales
y la mayoría de la población islámica se quedó a cultivar unos campos que ya no
eran suyos.
En Murcia se constituyó un poderoso concejo, que tras serle
concedido el fuero de Sevilla, en realidad fue el Fuero Juzgo, tomó amplias
atribuciones y privilegios. Se diferenciaron aquí cuatro partes distintas; la huerta, la montaña, el campo y la zona ribereña del mar Menor y el Mediterráneo .
Se diferenciaron aquí cuatro partes distintas: la huerta, la montaña, el campo y la zona de ribereña del mar Menor
y el Mediterráneo.