DESASTRE CRISTIANO EN ALARCOS (CIUDAD REAL)
Alarcos, 19 de julio de 1.199.
Las
tropas de Alfonso VIII de Castilla son barridas por los efectivos mahometanos de
Yucub yusuf en la llanura de Alarcos. Alfonso VIII aprovechando que Abu Yukub
Yusuf se encuentra en el norte de África, penetra con sus ejércitos en tierras
musulmanas y envía una carta retadora al emir. Este enfurecido de tal osadía
decide volver para enfrentársele, tras contestar a su misiva.
<<Dijo
Alá Todopoderoso: Me revolveré contra ellos y los haré polvo de podredumbre,
con ejércitos que no han visto y de los cuales no podrán escapar, y los sumiré
en la profundidad y los desharé>>.
Mientras
Alfonso VIII consigue, retirado en Toledo que los reyes de León, Navarra,
Aragón y Portugal, se comprometan a enviarle refuerzos para enfrentarse a Yukub,
este se dirige hacía Algeciras, con una poderosa fuerza de
300.000 hombres entre caballería y peones.
Sin
embargo, la impaciencia y la ciega osadía hacen perder la cabeza a Alfonso VIII.
Mientras espera la llegada de los refuerzos prometidos, se asoma a contemplar
la marcha de las tropas musulmanas encontrándose éstas en la llanura de Alarcos
y sin meditarlo entra en batalla.
Como resultado fallecen varios miles de cristianaos, en la batalla y en la interminable persecución de que son objetos. El mismo Alfonso VIII está a punto de perder, si no la vida, si al menos la libertad. Los musulmanes sitúan la plaza de Alarcos pensando que Alfonso se encuentra refugiado entre sus muros. Sin embargo hábilmente, Alfonso escapa, pues entra por una puerta de la plaza y sale inmediatamente por otra, no parando hasta encontrarse plenamente seguro entre los muros de Toledo.
Allí se
encuentra con el rey de León, que ha acudido con sus huestes para auxiliarle para
nada,
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