domingo, 6 de abril de 2025

HOMBRES DE ARMAS Y PEONADAS EN LA EDAD MEDIA

 

 

El desarrollo de los reinos peninsulares va creando unas formaciones militares propias con la estructura clara de un ejército bien organizado, sustento del orden establecido.

En esencia, los ejércitos de los reinos cristianos peninsulares cuentan con tres tipos de elementos: hombres de armas (lanzas), caballería  ligera jinetes,  e infantería (peones). 

El núcleo principal lo forman los caballeros, el primero de los cuales es el rey y que tienen la obligación de asistir a la llamada de su señor con su mesnada o peonada.

Los caballeros tienen sus armas propias (espada, daga, lanza, azcona y cuchillo de misericordia) y una vestimenta especial para el combate. Compuesta por el yelmo, las brafoneras, la malla de escamas de hierro, el pespunte, la loriga, la adarga o el escudo, la gambax de cendal, las trabuqueras, y el almófar.



Los peones están ligados por vínculos de dependencia o por dinero a los señores, e incluso al propio rey (villano) y tienen la obligación de guardar armas en su casa y de acudir a la llamada de su señor,  so pena de graves castigos.

La obligación de poseer armas en una sociedad como la peninsular siempre en guerra, se extiende a todos los estamentos sociales, así como la obligación de prestar una especie de servicio militar.

Este último aspecto empieza a encontrar ciertas disposiciones reguladoras, a partir del siglo XIII, en las que se refleja  incluso la forma de librarse del servicio militar a cabo de un elevado precio que normalmente se cifra  en el valor de la soldada de un mercenario.

Los ejércitos medievales, reflejan en sus ordenanzas y modo de organizarse tomadas del modelo de las cruzadas a Tierra Santa, como en la Corona de Aragón o de los musulmanes o bien de la antigüedad clásica, como el orden de acampada que se practica mucho en Castilla.

Los mercenarios son un elemento muy importante de los ejércitos de ésta época. Ellos configuran en mayor o menor medida las tropas  peninsulares, como lo demuestran los almogávares de la Corona de Aragón o los musulmanes empleados por Castilla.

Ni quito ni pongo rey, pero defiendo a mi señor Beltran de Guesclin 

A veces se llaman incluso a mercenarios extranjeros, como las Compañías Blancas de Beltrán de Guesclin en la guerra castellano aragonesa.

Las actividades bélicas y las mesnadas llegan a alcanzar tal importancia en ésta época , que se prohíbe tomar o retener las armas  de una persona  como pago de sus deudas.

Poco a poco, el ejército irá evolucionando hasta quedar en manos de los caballeros, únicos que pueden permitirse el lujo de soportar los gastos del equipo bélico.

Los peones quedan reservados para proporcionar bases económicas que permitan el desarrollo de la guerra y como reserva armada  en los momentos de peligro. Cuando llega la hora de repartir los botines, solo los caballeros salen beneficiados.

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